Los Antecedentes y Características de la Dictadura Franquista en España

LA DICTADURA FRANQUISTA: LOS ANTECEDENTES DE LA DICTADURA

El 24 de julio de 1936 se formó la Junta de Defensa Nacional. El 29 de septiembre del mismo año se produjo, por parte de la Junta, el nombramiento de Franco como Jefe del Estado y Generalísimo de los ejércitos, recibiendo el reconocimiento y apoyo de Hitler y Mussolini. Se produjeron tensiones entre los militares, entre ellos Mola, que cuestionaba en parte el nombramiento.

En abril de 1937 se produjo el Decreto de Unificación que unía a falangistas, carlistas y a las JONS, dando lugar al nacimiento del Movimiento Nacional, cuyo jefe supremo sería Franco. En el mes de julio del año 1939 se formó el Consejo Nacional del Movimiento Nacional, cuya función era asesorar a Franco. El Movimiento Nacional se convirtió en el único partido permitido y el que aportó la ideología al régimen (la había tomado prestada de la falange, pero eliminó lo que tenía de carácter social).

Medidas Adoptadas Desde Inicios de 1937

  • Anulación de las reformas y legislación social y laboral de la República.
  • Anulación de los partidos políticos y de los sindicatos.
  • Establecimiento de la censura en publicaciones y espectáculos.
  • Devolución de las propiedades expropiadas y/o ocupadas.
  • Eliminación de la administración local o central y de la enseñanza de cualquier simpatizante de la República.
  • Exigencia del canet de afiliado al Movimiento Nacional para poder ejercer como funcionario local o central.

En 1938 se produjo la promulgación del Fuero del Trabajo, donde se definía al país como Estado Nacional Sindicalista, basado en el sindicato vertical, la familia y el municipio.

En febrero de 1939 se publicó la Ley de Responsabilidades Políticas, con efecto desde 1934. Dio base legal a la depuración de la administración y de la enseñanza pública. También hubo depuración de los afiliados a partidos políticos y sindicatos afectos a la República o nacionalistas. Otros efectos fueron la Declaración de Estado de Guerra hasta 1948 y el mantenimiento de esta ley hasta 1969 (prescripción de los delitos cometidos con anterioridad a la ley).

CARACTERÍSTICAS DE LA DICTADURA

  • Carácter personalista: el único poder residía en Franco, que exigía fidelidad absoluta a su persona.
  • Rechazo al sistema parlamentario: el único partido permitido era el Movimiento Nacional.
  • Defensa de los principios del tradicionalismo: defensa de la religión, exaltación de los valores de la “raza española”, defensa a ultranza de la Nación y de su unidad, exaltación de España y su función de guardiana de la tradición y el catolicismo en el mundo.

APOYOS DE FRANCO EN EL INTERIOR

El ejército recobró protagonismo; una cuarta parte de todos los ministros que hubo en la dictadura fueron militares. Gran protagonismo de los africanistas, que tuvieron jurisdicción para aplicar las leyes de defensa del Estado (ley de responsabilidades políticas y ley de represión del comunismo y la masonería, promulgada en 1940). Fueron los defensores del orden público.

La Iglesia recuperó todos los privilegios que le había quitado la República; se suprimió la legislación laica, retornaron los jesuitas y se devolvieron todas sus propiedades. Se impuso como obligatoria la enseñanza de la religión en la educación, por tanto, alcanzó gran poder al intervenir en educación, censura, moral pública y ser un propagador del régimen.

La falange proporcionó la ideología, pero controlada por Franco, jugó un papel importante en la escena política de los primeros años y luego fue relegada de forma progresiva. A ella se le subordinó la Organización Sindical o conjunto de sindicatos verticales; la afiliación a los mismos era obligatoria tanto para los patronos como para los obreros o los técnicos. Las leyes de 1940 los configuraron definitivamente como Organización Sindical Española (OSE) y más adelante CNS (Central Nacional Sindical), que actuaba bajo el control de las autoridades franquistas. Se la diversificó en Sección Femenina, Frente de Juventudes, de quien dependía el SEU, y la OJE, estando presente en todas las áreas educativas y niveles, tanto en el ámbito rural como en el urbano.

Monárquicos: hemos de distinguir entre los carlistas, que disfrutaron de importantes cargos políticos, y los donjuanistas, que siempre mantuvieron una relación difícil con Franco hasta que se produjo el Manifiesto de Lausana, el cual supuso la ruptura con Franco.

El grupo de los católicos a ultranza, también llamados franquistas puros o integrales, que, encabezados por Carrero Blanco, serán los más fieles a la persona de Franco hasta los últimos días del dictador.

En general, también contó con el apoyo de las clases medias y altas urbanas (las oligarquías financieras e industriales) y gran parte de la población rural (propietarios de tierras en su mayoría).

GOBIERNOS FRANQUISTAS: PRIMERA MITAD DE LA DICTADURA

ETAPA AZUL (1939-1945)

El gobierno estuvo formado por militares, falangistas y, en menor medida, carlistas. Podemos distinguir dos subetapas:

  • De 1939 a 1942 se siguió el modelo fascista y la persona de mayor confianza de Franco fue su cuñado, Serrano Súñer. De este momento datan las leyes represivas (la de responsabilidades políticas del -39 y la de represión del comunismo y de la masonería del -40). Se proclamó el Estado de Guerra, que duró hasta 1948. Fueron los años de más dureza de la represión (se barajan cifras de 100.000 muertos y más de 200.000 encarcelados) y de la depuración que afectó a intelectuales, funcionarios y docentes. También fue el tiempo de mayor penuria para los exiliados, principalmente los que quedaron en el sur de Francia. Muchos de ellos fueron confinados en campos de concentración nazis; los que más se habían destacado en la defensa de la República fueron devueltos a Franco y no pocos españoles se integraron en la resistencia francesa para combatir a Hitler. Otro grupo se refugió en América Latina, principalmente México, donde organizarían un gobierno de la República en el exilio.
  • En política exterior, en 1939 se firmó el Pacto Anti-Comintern y se produjo la declaración de neutralidad ante la II Guerra Mundial. En junio del siguiente año se produjo la Declaración de No Beligerancia y las negociaciones con los alemanes e italianos que presionaban a Franco para que entrara en la contienda. Así, el 23 de octubre de 1940 tuvo lugar la Conferencia de Hendaya entre Hitler y Franco; el resultado fue el Protocolo de entrada de España en la guerra. En 1941, Mussolini y Franco celebraron la Conferencia de Bordighera y se acordó enviar la División Azul, que combatiría principalmente en el frente ruso desde julio de 1941 hasta noviembre de 1943. También quedó patente la negativa de Franco a entrar en la guerra.

De este momento datan dos leyes fundamentales: el Fuero del Trabajo y la Ley de Cortes. Desde agosto de 1942 a 1945 hubo un nuevo gobierno en el que Serrano Súñer ya no es ministro y la falange va perdiendo poder. Coincide con el momento en que el Eje va perdiendo poder y el riesgo de bloqueo por parte de los aliados hizo que la política se aproximara a los aliados, reduciendo las relaciones diplomáticas y comerciales con Alemania.

NACIONALCATOLICISMO (1945-1957)

Fue el momento de mayor poder de los católicos y de pérdida del mismo para los falangistas, aunque permanecieron algunos, perdieron el control sobre la censura y se suprimió el saludo falangista.

Se hizo un cambio de imagen para acercarse a los aliados, lo que llevó a la remodelación de los ministerios. Se aprobaron tres leyes fundamentales: Fuero de los Españoles, Ley del Referéndum Nacional (ambas en el -45) y Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado, que establecía un Consejo del Reino y un Consejo de Regencia (1947). Era un intento de demostrar que España no era un país fascista, pero, a pesar de los esfuerzos de la diplomacia, en la Conferencia de Postdam, EEUU, Inglaterra y la URSS reiteraron su rechazo a las pretensiones españolas de incorporarse a la ONU. En 1946, Francia cerró la frontera y a continuación retiró su embajador; la ONU recomendó a sus miembros la retirada de los embajadores en Madrid y se fueron todos excepto el de Portugal, Suiza, Irlanda, Argentina y el Vaticano.

La reacción fue una orientación diplomática española para estrechar relaciones con el mundo árabe, conseguir el respaldo de los países latinoamericanos y buscar el apoyo de los católicos y anticomunistas en Europa y EEUU. De 1948 es el Protocolo Franco-Perón, por el cual Argentina envió alimentos.

Con la Guerra Fría se produjo un cambio de opinión en Europa y EEUU respecto a España, que se reveló como una plataforma anticomunista. En 1948, Francia abrió la frontera; dos años después, la ONU eliminó el consejo de retirar a los embajadores y aprobó que España ingresara en la FAO y en la UNESCO. La vuelta de los embajadores se produjo en el -50; en el -53 se firmó el Concordato con la Santa Sede y el Acuerdo Hispano-Americano para la utilización conjunta de bases militares a cambio de ayuda económica. En 1955, España ingresó en la ONU y la descolonización de Marruecos en el -56 ya no supuso ningún problema.

En 1956 hubo una crisis provocada por el choque entre estudiantes liberales y falangistas que puso de relieve el agotamiento de la política de los católicos. Dentro de éstos habían surgido divisiones; así, los intelectuales católicos reivindicaban la libertad de pensamiento, un sector de clérigos y seglares emprendieron una línea obrerista como la HOAC, la JOC y la Vanguardia Obrera; las iglesias catalanas y vascas fueron muy sensibles a los nacionalismos y el Opus Dei iba cobrando mucha fuerza entre las clases medias y altas. También fue evidente que Falange no era una alternativa. A principios del -56, la llegada de Arrese a la secretaría general del Movimiento Nacional supuso un intento de controlar el Estado a través de dos proyectos de ley que suscitaron la oposición de los carlistas, monárquicos, católicos y militares, por lo que Franco, a final de año, paralizó el proyecto. En el -58, la Ley de Principios Fundamentales del Movimiento ya no respondía a los ideales falangistas; además, habían nuevos grupos políticos como UCD (Unión Cristiano Demócrata) de José Mª Gil Robles, ASU (Asociación Socialista Universitaria), el PSJ, el FLP y el Movimiento Socialista de Catalunya. Por su parte, el PCE de Santiago Carrillo propuso una política de reconciliación nacional, mientras que los tecnócratas del Opus Dei iniciaron su ascenso al poder.

OPOSICIÓN AL RÉGIMEN

Interior

Todos los partidos y sindicatos habían sido declarados ilegales y, desde la clandestinidad, PSOE, UGT, CNT y PCE consiguieron formar algunas células que con frecuencia fueron cogidas por la policía y acabaron en la cárcel o fusilados. Pocas veces colaboraron entre ellos. Se organizaron las primeras huelgas en Barcelona en el -46 y en Bilbao en el -47. También surgió el maquis, grupos de guerrilleros comunistas o socialistas que, desde el -45 al -48, ejecutaron muchas acciones armadas en Asturias, León, el Pirineo, Sierra de Alcaraz, Serranías de Cuenca o de Valencia; eran acciones de sabotaje a la Guardia Civil o al ejército, pero fueron fuertemente reprimidas.

Exterior

Los principales líderes, al exiliarse, se dispersaron y guardaron poco contacto entre ellos. No obtuvieron apoyos ni para el gobierno republicano en el exilio (México) ni para la monarquía, a pesar del Manifiesto de Lausana. Se intentó la unión de los socialistas con los monárquicos en la oposición, que se rompió al conocerse las conversaciones de Don Juan con Franco.

ECONOMÍA: LA AUTARQUÍA

Después de la guerra, el país quedó devastado y con unos niveles de producción tan bajos que habría que esperar hasta el principio de los cincuenta para volver a conseguir los niveles que había en el año 1935.

La posguerra se caracterizó por las restricciones eléctricas, el hambre y la miseria. Hubo problemas de abastecimiento de la población, junto a varios años de malas cosechas, lo que provocaría el racionamiento de todos los productos alimenticios, con precios máximos fijados por las autoridades. La consecuencia fue la aparición del mercado negro o estraperlo, a donde iba a parar un tercio de la producción de trigo. Para solucionarlo, se creó el Servicio Nacional del Trigo, que regulaba la distribución del cereal y facilitaba semillas de calidad, pero monopolizó los cereales y la Comisaría de Abastecimientos y Transportes.

Se hizo imprescindible el intervencionismo estatal por la filosofía económica del régimen autoritario; por la necesidad de conseguir una rápida reconstrucción material; por la debilidad del sector privado y por el aislamiento político al que fue sometida España (bloqueo internacional de 1945 a 1950).

Se pretendía, con esta intervención, convertir a España en una nación enteramente autosuficiente, para lo que había que controlar el comercio exterior, centrado básicamente en la importación de cereales, maquinaria, materias primas y petróleo, y la exportación de cítricos y wolframio.

Se optó por una política de expansión industrial, potenciando los bienes de inversión en detrimento de los de consumo. La intervención directa del Estado hizo que éste actuara como empresario, incluso entrando en competencia con las empresas privadas; se nacionalizaron las empresas ferroviarias, naciendo RENFE y también la Compañía Telefónica Nacional de España. Más tarde se nacionalizaron los bancos oficiales y se configuró la banca pública.

En septiembre de 1941 se creó el INI (Instituto Nacional de Industria), concebido como un holding estatal cuya finalidad era que el Estado pudiera fabricar aquellos productos necesarios que la empresa privada no estaba en condiciones de producir. Se convirtió en una fuente de déficit público. Promovió y participó en varias empresas, especializándose en los sectores energético, construcción de material de transportes, siderurgia y construcción naval. En general, eran actividades que exigían grandes inversiones y tenían carácter estratégico para el conjunto de la economía o para la defensa del país.

Los resultados adversos los podemos resumir en: la intervención estatal llevó a la agricultura a una situación de verdadero atraso y ahogó el desarrollo industrial. El Estado no pudo cumplir el papel de agente modernizador y las inversiones fueron, con frecuencia, equivocadas, iniciándose un proceso inflacionista continuado en toda la década de los cuarenta, mientras los salarios se mantenían muy bajos.

Al principio de los cincuenta, la autarquía se reveló como un sistema ineficaz y el cambio se realizó con lentitud, gracias a la liberalización interior y a la apertura exterior iniciada con los Pactos de Madrid entre EEUU y España en 1953. Estos pactos tuvieron sus antecedentes en la mutua necesidad de colaboración; a finales de los cuarenta, Franco ofreció a EEUU la posibilidad de utilizar bases militares españolas a cambio de ayuda económica. La oferta fue rechazada, pero la Guerra Fría hizo que EEUU cambiara de opinión, pues necesitaba controlar la expansión comunista. La debilidad de España condicionó las negociaciones. Los acuerdos contemplaron el uso conjunto de cuatro bases militares importantes, así como instalaciones logísticas o de radiocontrol. A cambio, se recibió, desde 1953 a 1962, cerca de 1500 millones de dólares, de los que un tercio fueron en ayuda militar y el resto, ayuda económica en forma de préstamos. Esta ayuda fue mucho menor de la esperada y, si la comparamos con otros países europeos, era 1/4 de lo que recibió Alemania o 1/7 de lo que recibió Inglaterra. Además, enviaron productos de los que tenían muchos excedentes: materias primas para industrias de bienes de consumo, piensos, fertilizantes y alimentos. A nivel institucional, supuso el abandono de la autarquía, la inserción en el sistema capitalista occidental y la reducción de Falange a un papel casi ornamental. A cambio, el gobierno español se comprometía a estabilizar la peseta, equilibrar los presupuestos públicos, impulsar la libre competencia y la productividad, participar en el comercio internacional y rebajar los aranceles.

Levemente empezaron a llegar capitales ingleses, franceses, alemanes y norteamericanos.

Desde 1951 se introdujeron, pues, cambios en la política económica; así, la política agraria eliminó los cupos forzosos, los bajos precios de tasa y las superficies obligatorias. Al año siguiente se eliminaron las cartillas de racionamiento, se flexibilizaron ciertos precios industriales y se promovieron los intercambios exteriores. Los resultados fueron que el campo empezó a modernizarse, creció el sector secundario y, sobre todo, el comercio exterior. Se elevó mucho el PIB y la renta per cápita, aunque todo ello a costa de una muy abundante mano de obra que emigraba del campo a la ciudad o al extranjero.

EL SEGUNDO FRANQUISMO: LA DEMOCRACIA ORGÁNICA (1959-1969)

Fase tecnocrática. Los cambios socioeconómicos dieron lugar a un cambio de imagen; así, pasamos de la dictadura de la victoria a la dictadura del desarrollo. Ya en 1957, llegaron al poder los tecnócratas Alberto Ullastres y Mariano Navarro Rubio, que, junto a López Rodó, ocuparon las principales carteras económicas e impulsaron el Plan de Estabilización. También pusieron en práctica una reforma de la administración pública que era imprescindible para llevar a cabo el desarrollo económico. Se pretendía conseguir: introducir un mínimo de garantías en los derechos de los administrados, reduciendo la politización; conseguir un mayor grado de eficacia y racionalidad, pero sin cuestionarse los principios fundamentales del régimen ni originar tensiones entre las diferentes familias.

Para ello, se aprobaron leyes: Ley de Régimen Jurídico de la Administración del Estado, Procedimiento Administrativo, Entidades Autónomas, Funcionarios Civiles del Estado y Retribuciones de los funcionarios. Se crearon nuevos ministerios y secretarías generales técnicas. Se trataba de institucionalizar el régimen para asegurar su continuidad.

Dos momentos importantes fueron las publicaciones de las dos leyes fundamentales: la Ley de Principios del Movimiento Nacional del -58, que quiso dar un aspecto constitucional, fijando de una manera conscientemente ambigua la serie de principios fijos e inmutables que lo definían, y la Ley Orgánica del Estado de 1969, en la que se designaba a Juan Carlos de Borbón como sucesor de Franco a título de rey; también intentaba suplir la falta de una constitución y así eliminar obstáculos para las negociaciones con el Mercado Común Europeo.

En 1964 se celebraron los 25 años de Paz, convirtiendo la filosofía del desarrollo y el bienestar en la legitimadora del franquismo. Había nacido la Democracia Orgánica, basada en la participación de tres pilares fundamentales: el sindicato, el municipio y la familia. El sufragio era restringido y se elegía tan solo a una parte de los procuradores; seguían siendo ilegales los partidos políticos y los sindicatos y no había posibilidad de salirse de los cauces marcados por el Movimiento, lo que le quitó credibilidad.

Fue un proceso donde Falange Española quedó definitivamente marginada, dado su rechazo a la instauración de la monarquía y a ser una fuerza molesta para las distintas familias establecidas en el poder. Los más tradicionalistas irían formando el sector más reaccionario, conocido como el Búnker. Frente a ellos, los aperturistas, presididos por Carrero Blanco, defendían la vía tecnócrata y la liberación económica; querían conseguir una solución intermedia entre las democracias occidentales y los sistemas totalitarios de partido único.

Tendencias de los Aperturistas

  • La representada por Fraga, Solís y Castiella, que defendían la necesidad de que el Movimiento Nacional controlara las asociaciones y dirigiera la vida política del país, hubiera una mayor apertura y no eran muy partidarios de vincular nuestra política a la de EEUU.
  • La defendida por Carrero Blanco, López Rodó y Fernández Miranda, en la que el gobierno sería quien controlara la vida política. En el interior querían un endurecimiento, recortando la influencia de los sindicatos verticales, anular la apertura informativa de Fraga y neutralizar la influencia del Movimiento.

En 1969, el gobierno se encontraba en una situación de bloqueo debido a sus propias contradicciones, a la ancianidad del Caudillo y a la presión de la oposición externa a la dictadura que pretendía democratizarla o derribarla. Esta situación había originado la aparición de camarillas o grupos de presión (familiar, religiosa, económica, etc.), siendo el más influyente el que se agrupó en torno al binomio Carrero Blanco-López Rodó, y serían estas las características de los dos últimos gobiernos de la dictadura.

Política Exterior

Fue nombrado ministro José María Castiella, perteneciente a la familia católica, e impulsó principalmente tres líneas de actuación:

  • Acercamiento a la Europa comunitaria, era una imposición de los tecnócratas que veían una posibilidad de mejorar nuestra economía. En 1962, se solicitó el comienzo de las negociaciones. Había en contra el atraso económico y el régimen político, por lo que solo se podía negociar un acuerdo económico preferencial que se firmó en 1970.

EL GOBIERNO MONOCOLOR (OCTUBRE DE 1969 A DICIEMBRE DE 1973)

En julio de 1969, se descubrió el caso MATESA (empresa de maquinaria que había recibido varios miles de millones de pesetas, maquillando las cifras de sus exportaciones), en el que estaban implicados altos cargos vinculados al Opus Dei y ministros aperturistas; para salir de esta situación, intervino Franco, nombrando a Carrero Blanco vicepresidente del gobierno. Éste formó un gabinete con mayoría de tecnócratas, sin Fraga, Solís o Castiella y muy pocos falangistas. Nombró a Torcuato Fernández Miranda secretario general del Movimiento, lo que supuso el aplazamiento de la institucionalización del asociacionismo político.

El gobierno impulsó un fuerte desarrollo económico y de la política exterior, así como la publicación de la Ley de Educación del ministro Villar Palasí, pero también impuso el inmovilismo político y un freno a los avances aperturistas. El modelo sindical casi no varió y hubo una aplicación restrictiva de la Ley de Prensa e Imprenta.

Las consecuencias de esta política fueron el surgimiento de una oposición de extrema derecha con Blas Piñar, Girón de Velasco y Fernández Cuesta, que, junto a otros grupos, formarían el Búnker. Por otro lado, aparecieron los llamados Azules, grupo de jóvenes dentro del Movimiento que estaban convencidos de la imposibilidad de llevar a cabo las reformas necesarias dentro de la dictadura.

Política Exterior

Fue nombrado ministro López Bravo, que firmó un acuerdo con EEUU de Amistad y Cooperación, con validez para cinco años, intentó quitar relevancia al tema de Gibraltar y prosiguió las negociaciones con la CEE. El 14 de noviembre de 1975 se firmó un acuerdo para repartir el Sahara Occidental entre Marruecos y Mauritania, mientras Hassan II había iniciado la ocupación de Marruecos con la Marcha Verde.

CARRERO BLANCO: PRESIDENTE DEL GOBIERNO

En junio de 1973, Franco decidió cambiar el gobierno y nombró a Carrero Blanco presidente del gobierno, quien formó un gobierno con representantes de todas las familias, intentando frenar la división interna que se había producido y asegurar la continuidad del franquismo después de la muerte de Franco. El 20 de diciembre de 1973, Carrero Blanco moría víctima de un atentado de ETA.

GOBIERNO DE CARLOS ARIAS NAVARRO

El 4 de enero de 1974, Carlos Arias Navarro, hasta ese momento ministro de gobernación y responsable de la seguridad de Carrero Blanco, fue nombrado presidente del gobierno. Era un hombre que no tenía vinculaciones con las principales familias ni proyecto político alguno y que formó gabinete con personalidades de distintas tendencias del franquismo, pero sin tecnócratas. En su discurso ante las Cortes el 12 de febrero de 1974, prometió un gobierno aperturista que daba algunas esperanzas y se conoció como el espíritu del 12 de febrero. Prometió un nuevo sistema de elección de alcaldes, incompatibilidades para los procuradores, más posibilidad de autogobierno para los sindicatos oficiales, independencia total en las relaciones Iglesia-Estado e impulsar la creación de las Asociaciones políticas. Sin embargo, su actuación fue cada vez más inmovilista; el Búnker cobraba más importancia, como se demostró en el caso de Monseñor Añoveros, el gironazo, el cambio del Jefe del Estado Mayor, la dimisión de Pío Cabanillas o la aprobación del Estatuto del Derecho de Asociaciones Políticas, que apareció con tantas limitaciones que, de hecho, solo se inscribieron asociaciones franquistas.

Al mismo tiempo, la salud de Franco empeoraba de forma irreversible y así, en el verano de 1974, hubo una cesión temporal de la Jefatura del Estado al Príncipe Juan Carlos. En este clima, se incrementó la oposición con el crecimiento de las protestas ciudadanas y las huelgas en las universidades y las empresas importantes. Los estados de excepción fueron numerosos, así como la intervención de la Brigada Social y del Tribunal de Orden Público; se publicó la Ley de Bandidaje y Terrorismo. Como represión a los últimos atentados, se produjo el juicio y fusilamiento de dos terroristas de ETA y de tres del FRAP el 27 de febrero de 1975, a pesar de las peticiones de clemencia y/o protesta de las principales potencias e incluso del Vaticano. La respuesta a la presión exterior fue una manifestación de adhesión a Franco el 1 de octubre de 1975, organizada en Madrid y que fue la última aparición pública del caudillo, que moriría el día 20 de noviembre de 1975.

LA OPOSICIÓN

Interior empieza a adquirir importancia, aunque seguía estando dividida y sin ser una alternativa al franquismo. Se articuló en torno a organizaciones como:

  • Democristianos, divididos en dos grupos encabezados por Gil Robles y por Manuel Giménez Fernández.
  • Socialdemócratas, liderados por Dionisio Ridruejo.
  • Liberales, liderados por Satrústegui.
  • Republicanos.

Todos estos grupos participaron en el IV Congreso del Movimiento Europeo, que se celebró en Múnich en 1962, donde llegaron a un acuerdo sobre la necesidad de reformas en España, que se resumían en:

  • Instituciones representativas y democráticas.
  • Garantizar los derechos humanos.
  • Reconocimiento de las diferencias culturales e históricas entre las distintas regiones españolas.
  • Libertad de sindicatos y de partidos políticos, pero sin pronunciarse sobre la futura forma de gobierno, república o monarquía.

A este congreso no fue invitado el PCE, a pesar de ser el partido con más implantación y mejor estructurado del interior de España. En España se la conoció con el nombre de Contubernio de Múnich.

Aumentó la protesta estudiantil, la conflictividad laboral; CCOO se introdujo en los sindicatos verticales mediante las elecciones a enlaces sindicales y en las principales ciudades surgieron asambleas de vecinos. La Iglesia presentó una progresiva oposición y el distanciamiento se aceleró después de la celebración del Concilio Vaticano II (1962-1965) y con el nombramiento en el -71 de Monseñor Enrique y Tarancón como presidente de la Conferencia Episcopal Española; ese mismo año, la Asamblea Conjunta de Obispos y Sacerdotes aprobaba la separación Iglesia-Estado, rechazaba la participación de los obispos en las instituciones franquistas y se comprometía a favor de la democratización del país; dos años más tarde pidieron la revisión del concordato y respeto al pluralismo ideológico y político.

Nacionalismos

  • Cataluña tuvo una trayectoria unitaria; en el -69 se formó la Comisión Coordinadora de Fuerzas Políticas de Cataluña, donde había comunistas, socialistas democristianos y nacionalistas. En el -71 nació la Asamblea de Cataluña, que englobaba a toda la oposición política y social.
  • País Vasco: una escisión del PNV creó en el -59 ETA, que celebraría su primera asamblea en el -62 y dos años más tarde estableció el principio de guerra revolucionaria. En el -68, tras el asesinato del jefe de policía de San Sebastián, se restableció la Ley de Represión del Bandidaje y Terrorismo, pasando a jurisdicción militar cualquier delito socio-político.

Exterior

El 24 de julio se creó en París la Junta Democrática, en la que se agrupaban diversos partidos, sindicatos, asociaciones y personas independientes, siendo el más importante el PCE. En junio del -75 se constituyó la Plataforma de Convergencia Democrática, en la que la organización más destacada era el PSOE. Ninguna de las dos organizaciones aceptó colaborar con el gobierno de Arias.

ECONOMÍA

Con el modelo de economía autárquica en crisis, el país estaba al borde de la bancarrota; se habían agotado las reservas de divisas y la deuda exterior nos llevaba a la quiebra. Por todo ello, entre 1956 y 1958 hubo fuertes desajustes económicos ante el incremento de la inflación. El gobierno del -57 tomó medidas preestabilizadoras:

  • Supresión del sistema de cambios múltiples y nueva paridad de la peseta con el dólar (1$=49 ptas).
  • Bloqueo del sueldo de los funcionarios públicos y reforma tributaria.
  • Ley para la reorganización del mercado de crédito a largo y medio plazo del -58.

Estas medidas facilitaron la entrada de España en la OECE y en el FMI en el -58; un año después, España presentó un proyecto de Estabilización que recibió el apoyo financiero de las dos organizaciones citadas y de EEUU. Se quería iniciar un desarrollo económico equilibrado. Con este plan se eliminaron las barreras a la libre circulación de capitales y el control de precios; sin embargo, el desarrollo fue desequilibrado y, aunque el nivel de vida aumentó, no hubo una verdadera redistribución de la renta. Las claves del plan fueron:

  • Apertura de la economía como consecuencia de la llegada de capital extranjero, atraído por abundancia de mano de obra barata, facilidades fiscales, nulo control en temas de contaminación o seguridad laboral.
  • Abundancia de mano de obra barata, debida al éxodo rural.
  • El turismo promovió la expansión del sector servicios y, a su vez, supuso la entrada de divisas.
  • La entrada de divisas procedentes del dinero que enviaban los dos millones de emigrantes que tuvimos en Europa.

En el -62, el Banco Mundial nos recomendó un modelo a seguir, apostando por:

  • Planificación económica que se concretaría en los Planes de Desarrollo de 1964-1967, 1968-1971 y 1972-1975.
  • Abandono de las prácticas intervencionistas y aumento de la producción agrícola con mecanización y capitalización del campo.
  • Reforma de la Administración Pública.

El desarrollo implicó un aumento del consumo y el surgimiento de una auténtica clase media, pero no fue un proceso lineal. Por sectores tenemos:

Agricultura

Las transformaciones fueron radicales, con el éxodo masivo del campo a la ciudad o al extranjero. El Estado apoyó al Servicio Nacional de Concentración Parcelaria (creado en el -52), que pretendía la concentración de pequeñas parcelas para lograr que fueran económicamente rentables. También hubo un gran aumento de la instalación de sistemas de riego, a veces combinado con proyectos hidroeléctricos. En 1950 se había iniciado el Plan Badajoz; sus objetivos fueron lograr nuevas instalaciones de riego, electrificación y reforestación, asentamientos de familias sin tierras y desarrollo de industrias de transformación de la producción agrícola. Sin embargo, el éxito fue limitado. En el conjunto del país, en la década de los años sesenta, la población rural activa bajó de 4.9 millones a 3.7 millones. El atractivo que ejercía la ciudad sobre el campo hizo que hubiera un cambio de mentalidad que llevó al abandono de la tierra, incluso explotaciones de larga tradición familiar y que eran rentables.

En el punto opuesto estaba Almería, que se especializó en productos exportables con sistemas, en aquel momento, revolucionarios (los plásticos). En general, podemos decir que los avances más característicos fueron: la mecanización, la selección de cultivos y razas ganaderas, las redes de distribución y la incorporación de las S.A. a la economía agraria.

Industria

Intenso crecimiento con fuerte presencia del INI, invirtiendo fondos públicos en zonas donde la empresa privada no se arriesgaba, en sectores en crisis o de nueva creación; al final se convirtió en una pesada carga para el Estado. Hubo un aumento espectacular del sector energético hasta 1973, cuando la crisis del petróleo hará que se potencie el sector eléctrico. Se produjo un espectacular auge de la industria petroquímica, la de construcción naval y la del automóvil.

Los Planes de desarrollo se iniciaron siguiendo el modelo francés; fueron tres y se correspondían con los años 64 a 67, 68 a 72 y 72 a 75, pero este último se abandonó en 1973. Se trataba de iniciar un desarrollo acelerado basado en la coincidencia de objetivos entre el Estado y las empresas privadas; a éstas, si aceptaban las condiciones del Plan, se les concedían ventajas fiscales, financieras y laborales. Las empresas públicas debían aceptarlo de forma obligatoria. Una consecuencia de los Planes fue la creación de Polos de Desarrollo. Para alcanzar un desarrollo equilibrado, se eligieron ciertas zonas atrasadas pero con posibilidades económicas, y se concedieron ayudas y ventajas importantes a las empresas que se establecieran en ellas. De 1964 a 1972 surgieron doce polos de desarrollo: La Coruña, Vigo, Villagarcía de Arosa, Oviedo, Logroño, Zaragoza, Burgos, Valladolid, Huelva, Córdoba, Sevilla y Granada.

El milagro económico (1960-1973) fue evidente a través de los indicadores macroeconómicos:

  • La renta per cápita aumentó en más del doble.
  • Se modernizaron todos los sectores económicos con nuevas tecnologías.
  • En el sector terciario, el subsector turístico tuvo un crecimiento espectacular.

Tuvo unos aspectos negativos que se pueden resumir en:

  • Grandes desequilibrios regionales; territorios que habían quedado al margen de los polos de desarrollo y no formaban parte de los focos tradicionales quedaron despoblados.
  • El modelo de crecimiento que se adoptó daba preferencia a la inversión de capital que aumentaba la productividad a corto plazo, pero no generaba un aumento proporcional del empleo, lo que obligó a emigrar a un gran colectivo.
  • La balanza comercial seguía siendo muy deficitaria, porque más de la mitad del valor de las importaciones eran productos caros e imprescindibles.

El déficit comercial se pudo compensar gracias a: la inversión de capitales extranjeros, las divisas que enviaban los emigrantes y la entrada masiva de divisas procedente del turismo extranjero.

SOCIEDAD

Movimientos Migratorios

Los interiores fueron muy importantes en la década de los sesenta; más de 3 millones de españoles emigraron de las zonas rurales a las industriales, los nuevos polos de desarrollo y a las zonas turísticas. La consecuencia fue el crecimiento incontrolado de las grandes ciudades, que vieron aparecer en su área metropolitana las “ciudades dormitorio”, carentes de infraestructuras adecuadas y de servicios básicos. En general, la expansión de las ciudades españolas se caracterizó por la falta de planificación, lo que supuso la degradación de los centros históricos y un crecimiento desordenado y, a menudo, de mala calidad de la periferia. Otro fenómeno fue la aparición de las chabolas, presentes en la mayoría de las ciudades importantes.

Los exteriores se centraron, sobre todo, en Europa; Francia, Alemania y Suiza fueron los principales destinos de los más de 2 millones de españoles. Esta emigración evitó que se formara una masa de parados que hubiera podido ser conflictiva. Pero Europa también significó el surgimiento de una nueva mentalidad, con un gran afán de libertad moral, cultural y política.

Cambio de Estructura de las Clases Sociales y de la Mentalidad

El predominio de la sociedad urbana, junto con el retroceso del colectivo de los jornaleros y la expansión de una clase de agricultores medios orientados al mercado, supuso unos de los cambios sociales más importantes de la historia contemporánea de España: la disolución del bloque de poder formado por la coalición de intereses financieros, agrarios y burocráticos que había formado la oligarquía. En el mundo rural descendió el número de jornaleros de forma muy significativa; muchos arrendatarios se convirtieron en dueños de las tierras y los terratenientes perdieron prestigio y peso, lo que eliminó la tensión generalizada en el campo.

En la ciudad aumentó el número de trabajadores de la industria y del sector servicios; el movimiento obrero cambió de mentalidad y, para la etapa final de la dictadura, se organizó alrededor de las clandestinas CCOO, que se caracterizó por la demanda de mejoras salariales y la reivindicación de los derechos sindicales y democráticos. Con ello, la clase media dejó de ver con recelo al proletariado; además, la construcción de viviendas sociales o la Ley de Bases de la Seguridad Social de 1963, que extendía las prestaciones sanitarias y pensiones, difundían la sensación de bienestar social para la clase trabajadora. Por primera vez, la población activa, tanto del sector secundario como del terciario, superó a la del primario.

La clase media tuvo un cambio cualitativo y cuantitativo, mientras que los componentes de la vieja y pequeña burguesía disminuyeron. La nueva clase media tenía una mentalidad más abierta y dinámica. Al mismo tiempo, el aumento de la renta per cápita y de los salarios trajeron cambios de importancia en las pautas de consumo:

  • Mejoró la alimentación, con el consumo de carne, leche, frutas y verduras.
  • Aumentó la construcción de viviendas en las ciudades, aunque con un ritmo insuficiente ante el volumen de inmigrantes del campo.
  • Mejoró la dotación de los hogares, con la creciente adquisición de frigoríficos, lavadoras, televisores, teléfonos, etc.
  • Espectacular aumento de la demanda de automóviles; el Seat 600 se convirtió en el símbolo de la prosperidad.

Pero el cambio hacia una sociedad consumista se produjo de forma brusca y en un contexto de falta de libertades políticas y de democracia, que el régimen intentó aprovechar para despolitizar a los españoles y fomentar expresiones de cultura popular poco peligrosas, patrioteras y folklóricas, mediante el control de la radio y de la televisión. Por otra parte, el consumismo ponía en auge los valores materiales y cuestionaba los valores tradicionales (familia, religión, patria), socavando algunos de los principios del régimen.

La Mujer Durante el Franquismo

Para la mujer, el franquismo supuso la pérdida de todos los derechos y avances conseguidos durante la II República. La mujer tenía que estar sometida al hombre y su función principal era la maternidad y el cuidado de la casa. Desde el punto de vista legal, se derogó el divorcio y se prohibió el uso de anticonceptivos. La mujer casada era representada por el marido, a quien debía obedecer y de quien necesitaba un permiso escrito para trabajar fuera de casa o realizar operaciones comerciales y financieras. Se volvió a castigar el delito de adulterio, pero solo en la persona de la mujer. En cuanto a enseñanzas, se prohibió la coeducación y se impuso para las niñas la asignatura en todos los niveles de primaria y secundaria de labores del hogar y el cumplimiento del Servicio Social. La legislación laboral dificultaba el acceso de las mujeres al mundo del trabajo; tenían un sueldo muy inferior y podían ser despedidas si se casaban. En 1970 hubo algunas modificaciones en la legislación que afectaban a las mujeres solteras y se volvió a permitir la coeducación.