Explorando la Felicidad y la Ética: Materiales, Formales y Universales

Preguntas a Contestar del Tema 4

1. ¿Qué es la Felicidad?

La felicidad es un estado interior (no un estado de ánimo) por el cual la persona se siente autorrealizada, plena, satisfecha y en paz consigo misma.

2. ¿Qué Integra la Historia de la Ética?

La historia de la ética integra las distintas maneras de razonar sobre cuál es la mejor manera de vivir y de comportarse. Sus respuestas se denominan teorías o sistemas éticos.

3. ¿Qué Tipos de Teorías Éticas Hay?

Dos: éticas materiales o de fines y éticas formales o del deber.

4. ¿Qué son las Éticas Materiales?

A este grupo pertenecen todas las explicaciones éticas que afirman que hay un bien supremo que guía nuestro comportamiento moral y establecen una serie de normas o pautas morales para alcanzarlo. Es decir, una ética material nos deja claro “lo que está bien y lo que está mal”.

5. ¿En qué se Diferencian de las Materialistas?

Se diferencian en que las materialistas son aquellas éticas que establecen como bien supremo algo material, como tener riquezas. Hay éticas materiales materialistas, como el utilitarismo, y éticas materiales espiritualistas, como la ética cristiana.

6. ¿En qué Consisten las Éticas Formales? Distinguirlas de las Materiales

Las éticas formales, llamadas también del deber o deontológicas, afirman que lo que debe mover al ser humano es obrar desinteresadamente, guiado tan solo por lo que dicta la conciencia racional como deber de conducta. Estas éticas formales afirman que el único motivo que debe guiar la conducta moral es el cumplimiento del deber porque el comportamiento correcto se impone a la propia conciencia.

Se diferencian entre ellas en cuanto al fin que establecen como moralmente bueno. Cada una argumenta y razona dicho fin de forma distinta. Las éticas materiales afirman que hay un bien supremo que guía nuestro comportamiento moral y establecen una serie de normas o pautas morales para alcanzarlo. Es decir, una ética material nos deja claro “lo que está bien y lo que está mal” y cómo debemos alcanzarlo. La ética formal (hacemos lo que debemos, lo que nos dice la conciencia), la material nos dice lo que está bien y mal y cómo debemos alcanzarlo.

7. ¿Qué Implica la Revolución Copernicana en Ética?

Según Kant, la conciencia es la que nos dice si hemos obrado bien o mal. Si tenemos mala conciencia es porque hemos actuado mal moralmente, independientemente de la acción que se haya llevado a cabo. Para Kant no existen acciones buenas o malas, sino que una buena o mala conciencia es la que convierte en mala o buena una acción. Esto supone dar un ‘giro radical’ a la ética tal y como se había entendido hasta entonces, tan radical como el cambio científico que supuso el heliocentrismo de Copérnico.

Líneas Principales de las Teorías que Integran las Éticas Materiales

Hedonismo

Esta teoría se llama hedonismo (hedoné es “placer”, en griego) o epicureísmo, por el nombre de su autor, Epicuro (341-270 a. C.), un famoso filósofo griego. Dijo que el bien no era el placer sin freno o sin medida, sino “un placer guiado por la razón”. Afirmó que es sabio el que sabe obrar bien y “realiza un cálculo prudente” para averiguar qué placeres son más intensos y duraderos, y cuáles tienen menos consecuencias dolorosas.

Utilitarismo

Lo bueno es lo más útil para el mayor número de personas”. En eso consiste la felicidad según el utilitarismo. Los utilitaristas entienden por felicidad “el placer y la ausencia de dolor”. La diferencia básica que introduce el utilitarismo, frente al hedonismo de Epicuro, es su carácter social: el placer para el mayor número de personas posible. Una acción moral será mejor y más deseable en la medida en que pueda beneficiar o repercutir en un mayor número de personas. Los principales defensores de esta teoría son los filósofos ingleses Jeremy Bentham (1748-1832) y John Stuart Mill (1806-1873). Esta corriente ha ejercido una gran influencia en la época contemporánea, sobre todo en las llamadas “economías del bienestar”, en las democracias modernas.

Soluciones Aristotélicas

Lo bueno es actuar para conseguir la perfección de nuestra naturaleza”. Todos queremos ser felices e intentamos dirigir nuestra conducta para conseguirlo. El problema surge cuando intentamos explicar qué entendemos por felicidad. Uno de los principales filósofos griegos, Aristóteles, encuentra la felicidad en su concepción teleológica de la naturaleza, según la cual todos los seres tienen una meta o finalidad que les es propia: las plantas, vivir una vida vegetativa; los animales, una vida instintiva y sensitiva… y las personas, una vida racional. Actuar bien es actuar conforme a la meta o finalidad que es propia de cada ser. La peculiaridad propia y específica del ser humano es la razón; por tanto, las acciones buenas y que, por lo mismo, han de conducirnos a la auténtica felicidad, son las que están de acuerdo con su naturaleza racional.

Solución Tomista

Lo bueno es seguir la ley divina (natural)”. La filosofía cristiana y, en especial, Santo Tomás de Aquino, uno de sus pensadores más importantes, defiende que lo bueno es seguir lo que establece la ley natural (que coincide, como decimos, con la divina, ya que la naturaleza ha sido creada por Dios). El criterio de lo bueno no se basa en que haya sido justificado por la razón, sino en que haya sido ordenado por Dios. Para Santo Tomás, muy influido por Aristóteles, lo natural en la vida humana no es solo la vida racional (que también), sino que esta culmina en la contemplación de Dios, al descubrirse como el origen y supremo hacedor de todo lo existente. La auténtica felicidad está en la unión con Dios, y la conducta buena es la que nos lleva a ese encuentro.

Éticas Helenistas

Lo bueno es ser libre”. La felicidad también puede entenderse como autosuficiencia o no necesitar nada, ser libre de las necesidades, ser feliz con lo que se tiene, sin aspirar a más, sin desear nada más. Podría interpretarse como una postura conformista, pero en realidad supone un ejercicio de autodominio y voluntad. Las dos corrientes históricas más representativas fueron, en la Antigüedad:

  • Los cínicos, del griego kynikós, que significa “perruno”, tomaron este nombre por destacar que la mejor manera de vivir es en armonía con la naturaleza, ajenos a necesidades superfluas propias de la vida en sociedad. Según ellos, el ideal de la persona sabia y buena es el de quien sabe encontrar la felicidad en la vida sencilla, austera, al margen de placeres y convenciones sociales.
  • Los estoicos partieron también de la íntima relación entre las leyes de la naturaleza y las del ser humano. Para ellos, vivir bien consiste en vivir en conformidad con la naturaleza. La naturaleza marca el orden universal y rige sabiamente tanto el destino de las cosas como el de las personas. La felicidad se alcanza cuando el ser humano entiende y acepta este orden universal, admitiendo el destino marcado por la naturaleza. La persona virtuosa es la que sabe dominarse y aguanta, manteniendo la paz de su espíritu. Se trata de crear un estado de imperturbabilidad tal que nada de lo que ocurra a nuestro alrededor llegue a afectarnos. Los filósofos estoicos más conocidos han sido los griegos Zenón de Citio (su fundador) y Epícteto, así como los romanos Séneca y Marco Aurelio.

Éticas Formales

Ética Kantiana

El criterio moral no ha de buscarse externamente al ser humano sino en su interior, en su conciencia moral. Kant llegó a esta conclusión porque quería superar el relativismo moral propio de las éticas materiales, en las que cada uno puede entender por bueno y justo conductas diferentes. Era preciso sentar las bases de una ética universal. Si la ciencia puede establecer leyes universales de la naturaleza, con mayor motivo habrá de esforzarse por encontrarlas para ordenar la convivencia. El instrumento con el que contamos es el mismo: la razón. La razón debe esforzarse por encontrar un criterio o ley moral universal. Un imperativo o precepto moral que pueda tener validez universal, que sea categórico, es decir, que no esté sujeto a condiciones o decisiones individuales. Hay que seguir, pues, la propia conciencia. Pero hay quien opina que no podemos prescindir de las normas concretas y objetivas, y que la ausencia de normas externas puede dar lugar a conductas criminales: un terrorista puede ser muy auténtico y seguir las indicaciones de su conciencia al poner una bomba.

Ética del Diálogo

En las llamadas éticas del diálogo, se trata de decidir lo que se considera bueno en un diálogo en el que participen todas las partes afectadas; lo importante es ponerse de acuerdo en el procedimiento para decidir qué es lo bueno. Para esta teoría ética, el diálogo entre seres racionales afectados por un asunto es el procedimiento para alcanzar la verdad. Estas ideas las han defendido filósofos como el alemán Jürgen Habermas y, en España, la filósofa Adela Cortina.

10. ¿Se Podrá Llegar a un Acuerdo para Establecer una Ética Universal? ¿Cuáles son los Pasos que se están Dando en este Sentido?

Algunas personas dicen que nunca nos pondremos de acuerdo para elaborar una ética, pero, de hecho, lo estamos logrando. La Declaración Universal de los Derechos Humanos es un primer esbozo de lo que puede llegar a ser. Necesita, sin duda, perfeccionarse y, sobre todo, ponerse en práctica, pero cumple las normas para evaluar lo bueno. Todas las personas que los juzguen objetivamente desearían estar protegidas por ellos. Es la mejor solución descubierta para resolver los conflictos. Además, como teoría ética, aprovecha la mayor parte de los descubrimientos de las teorías anteriores. Trata de facilitar la búsqueda individual de la felicidad. Pero como debe buscarla en sociedad, tiene que ser una felicidad compatible y cooperadora con la felicidad de los demás.