El Trienio Liberal (1820-1823)
Durante el reinado de Fernando VII, España experimentó un breve periodo de gobierno liberal conocido como el Trienio Liberal. Este periodo estuvo marcado por la lucha entre las fuerzas liberales y absolutistas, y tuvo un impacto significativo en la historia de España y sus colonias americanas.
Antecedentes: La Independencia de las Colonias Americanas
Las colonias americanas habían seguido los mismos avatares políticos que la metrópoli tras la invasión de las tropas francesas. Se formaron juntas de gobierno que, siguiendo el ejemplo de Estados Unidos, evolucionaron hacia posturas emancipadoras. Este proceso culminó con el inicio de la guerra de independencia de las colonias americanas.
El Pronunciamiento de Riego y la Restauración de la Constitución de 1812
El 1 de enero de 1820, el teniente coronel Rafael Riego, al mando de un cuerpo de ejército destinado a sofocar la sublevación de las colonias americanas, proclamó la Constitución de Cádiz en Cabezas de San Juan (Sevilla). Aunque inicialmente encontró escasa adhesión en Andalucía, el pronunciamiento se extendió a ciudades como La Coruña, Oviedo, Murcia, Zaragoza, Barcelona y, finalmente, Madrid. En estas ciudades, se formaron Juntas liberales que tomaron el control de los Ayuntamientos. El ejército enviado por el gobierno para combatir a Riego no ofreció resistencia, y Fernando VII se vio obligado a jurar la Constitución el 7 de marzo de 1820, convirtiéndose en un monarca constitucional.
La Formación de la Junta Provisional de Gobierno y la División del Liberalismo
En Madrid se formó una Junta Provisional de Gobierno, compuesta por miembros de la alta jerarquía eclesiástica, la nobleza y el ejército. Esta Junta reconoció la autoridad de las Juntas formadas en el resto de España y preparó la vuelta al régimen liberal. Se formó un gobierno provisional integrado por diputados de las Cortes de Cádiz que habían participado en la elaboración de la Constitución de 1812 y que habían sido encarcelados por Fernando VII.
La asunción del poder por parte de los liberales y la discusión sobre las reformas provocó la ruptura del bloque liberal en dos grupos:
- Doceañistas o moderados: Antiguos liberales influidos por el sistema inglés, que abogaban por un sistema bicameral, con una cámara alta restrictiva para atraer a las clases privilegiadas, y una cámara baja elegida por sufragio censitario. También defendían un recorte de libertades y derechos al pueblo.
- Exaltados: Más radicales, seguidores de Riego, que defendían la aplicación íntegra de la Constitución de 1812, con una sola cámara y sufragio universal masculino.
Medidas Liberales y Oposición
A pesar de los obstáculos por parte de los absolutistas y del propio rey, se aprobaron una serie de medidas dentro del liberalismo moderado:
- Desamortización de bienes de la Iglesia, la Inquisición y órdenes religiosas, con la reducción del número de monasterios.
- Expulsión de los jesuitas.
- Reducción a la mitad del diezmo que pagaban los campesinos.
- Abolición del fuero eclesiástico.
- Supresión de la Inquisición.
- Supresión de la propiedad amortizada o vinculada, y su sustitución por propiedad privada.
- Libertad de contratación en el campo.
- Reformas en Hacienda hacia la centralización y racionalización.
- Nueva organización del ejército, con tropas de servicio continuo y Milicia Nacional.
- Libertad de imprenta.
- Carácter representativo de los ayuntamientos.
- Libertad de comercio e industria.
Estas medidas generaron la oposición de las clases privilegiadas (aristocracia e Iglesia) y de parte de la población española que se vio perjudicada. La introducción de prácticas capitalistas en el campo dificultó la subsistencia de la población campesina, y la libertad de contratación llevó al desalojo de muchas familias de tierras que habían cultivado durante generaciones. Además, el establecimiento de contribuciones en metálico, sin la completa desaparición de los diezmos, asfixiaba la economía campesina.
La Reacción Absolutista y la Intervención Extranjera
Los gobiernos moderados apenas pudieron gobernar debido a la constante reacción absolutista y contrarrevolucionaria. El rey, que tenía la prerrogativa de nombrar y destituir al gobierno, elegía a personalidades conservadoras. Aunque el gobierno disolvió las Juntas y desarmó al ejército revolucionario, el rey boicoteaba cualquier reforma y buscaba restaurar su poder absoluto. Se produjeron proclamas absolutistas en Valencia, Navarra, País Vasco y Cataluña. Un grupo de sublevados llegó a dominar la localidad de Seo de Urgel, donde se estableció una regencia para restaurar el poder del rey.
Las tensiones se agravaron entre el rey y las Cortes, entre radicales y moderados, y por el distanciamiento del pueblo, la oposición de la Iglesia y el descontento de las clases privilegiadas.
A finales de 1822, las potencias extranjeras anunciaron su intención de enviar un ejército a España para derrocar el régimen liberal. Ya habían sido reprimidos los levantamientos de Nápoles y Piamonte, y solo en Portugal y España pervivían regímenes liberales. Francia envió un ejército de más de cien mil soldados, los llamados Cien Mil Hijos de San Luis, al mando del duque de Angulema.
El Fin del Trienio Liberal
La invasión comenzó en abril de 1823. El gobierno, el rey y las Cortes se trasladaron a Sevilla y luego a Cádiz. Las tropas francesas no encontraron resistencia, y la mayoría de los generales españoles se rindieron sin combatir. Prácticamente nadie defendió un régimen liberal que, en 1823, tampoco contaba con apoyos populares. Fernando VII fue liberado tras firmar un documento en el que concedía el perdón a los liberales. Sin embargo, una vez libre, se retractó y comenzó la persecución y ejecución sumaria de los liberales capturados, entre ellos, Rafael Riego.
Conclusión
El Trienio Liberal fue un periodo crucial en la historia de España, que puso de manifiesto la profunda división entre liberales y absolutistas. La intervención extranjera y la falta de apoyo popular determinaron el fin del experimento liberal y el regreso al absolutismo bajo Fernando VII, marcando el inicio de una década de represión conocida como la Década Ominosa.