Teatro de la Generación del 27
Rafael Alberti y Miguel Hernández cultivaron, al igual que García Lorca, un teatro comprometido que plantea problemas sociales y continúa la línea del teatro poético, pero la humanizan introduciendo problemas sociales y, además, acercando el teatro al pueblo. Entre sus obras destacamos Noche de guerra en el Museo del Prado, de Rafael Alberti, y Labrador de más aire, de Miguel Hernández. Las obras de Miguel Hernández estaban pensadas para ser representadas en el frente de guerra como teatro de propaganda.
Teatro Posterior a 1936
Tenemos que señalar el teatro comercial representado por la comedia burguesa, que continúa la línea de Jacinto Benavente. Mayor interés presenta el teatro de humor. Sus autores, Enrique Jardiel y Miguel Mihura, continuaron un tipo de humor diferente al humor clásico: el humor de lo absurdo y lo disparatado. Pero este tipo de humor no encontró suficiente eco en el público y tuvo que pasar un tiempo hasta que se reconociera su importancia. La obra de Miguel Mihura plantea el conflicto entre dos grupos sociales: los conservadores, que defienden los valores de las clases burguesas, y los progresistas, que defienden otro modelo de vida. El humor de Miguel Mihura es un humor de situaciones disparatadas en el uso ilógico de los objetos y en el humor verbal. Javier Poncela, que fue el gran renovador del teatro cómico español, rompe con el humor tradicional de las comedias costumbristas e introduce otro basado en lo inverosímil. En torno a 1950 empieza a aparecer, como en la novela y la poesía, el teatro realista. Este teatro refleja las preocupaciones del hombre moderno en un contexto social definido por la falta de justicia. Como representantes destacamos a A. Buero Vallejo y Alfonso Sastre.
Buero Vallejo
Buero Vallejo es el autor más importante del teatro posterior a 1936. Él defiende que el escritor debe ser una parte de la conciencia de la sociedad. Sus obras denuncian la injusticia y el sufrimiento. Cultiva la tragedia con el propósito de que el espectador tome conciencia de los problemas del hambre. Su producción se puede dividir en tres partes:
- 1ª Etapa existencialista: Se inicia con Historia de una escalera (1949). Esta obra refleja las ilusiones y fracasos de tres generaciones que suben y bajan por la misma escalera. Su mérito reside en que refleja la vida real y recupera el género de la tragedia.
- 2ª Etapa social: Recrea épocas pasadas en las que denuncia situaciones parecidas a las actuales.
- 3ª Etapa renovadora: En esta vuelven a aparecer los conflictos existenciales y sociales, pero desde una perspectiva nueva. Encontramos mezcla de lo real y lo imaginario, los recursos de luces y dramas, ya que obligan al espectador a ver la realidad desde el punto de vista del personaje. Este procedimiento se denomina de inversión. Entre las obras más destacadas están La fundación y La doble historia del doctor Valmy.
Alfonso Sastre
Alfonso Sastre es el teórico del teatro social. Pretende que el espectador tome conciencia de la realidad, pero con la diferencia de que en las novelas de Sastre se invita a la acción revolucionaria. De sus títulos destacan Escuadra hacia la muerte y La mordaza.
Teatro de los Años 1960
Durante los años 60 se produce un declive en el teatro social. Se evoluciona hacia formas neoexpresivistas, pero sin perder la expresión crítica del teatro de los 50. Se trata, por tanto, de un teatro comprometido, ya que trata los temas de la deshumanización burocrática, la miseria de la clase obrera, pero con un tratamiento técnico diferente. Su novedad reside en la influencia del espectador de Valle-Inclán y en que recupera, con intención crítica, el género cómico del sainete. Entre los autores que destacaron dentro de esta corriente realista hay que señalar a Lauro Olmo, a Rodríguez Méndez y a Martín Recuerda.
- Las obras de Lauro Olmo parten siempre de situaciones cotidianas que trata de forma tragicómica, como refleja en la obra La camisa.
- Rodríguez Méndez también dirigió un teatro dirigido a las clases populares. Utilizaba los géneros del entremés, el sainete y el esperpento, como en su obra Bodas que fueron famosas del Pingajo y la Fandanga.
- Martín Recuerda escribe dramas realistas que denuncian la intolerancia y la hipocresía en la sociedad española. Destaca su obra Los salvajes del puente San Gil.
Teatro de los Años 70
Hacia 1970 surge un movimiento de renovación del teatro. Se lee a los grandes dramaturgos extranjeros y se busca un nuevo lenguaje dramático basado en el espectáculo, la escenografía y las técnicas audiovisuales. Este movimiento cristaliza en el llamado teatro independiente. Supone un rechazo del teatro comercial y está constituido por los grupos de teatro Tábano de Madrid, La Cuadra de Sevilla, el TEI de Madrid. También se oponen al teatro comercial los autores incluidos dentro de la llamada corriente subterránea. Se denomina teatro subterráneo porque se colocan al margen de los gustos tradicionales del público y de la crítica, y porque representan fuera de los circuitos oficiales. Este nuevo teatro, tanto el teatro independiente como el teatro subterráneo, sigue siendo un teatro de protesta. Sus temas tratan sobre la dictadura, la explotación a los obreros, la guerra… Pero el enfoque es alegórico, es decir, se prefiere al drama realista de los años 50 la parábola con personajes simbólicos. Además, se entremezclan dentro de las obras diversos géneros como la farsa, el esperpento, la comedia musical, la revista de variedades, el circo. Con la llegada de la democracia, a mediados de los años 70, se inicia el retorno a la línea tradicional, sin duda con el propósito de ganarse al público que acude a los teatros. En estos años conviven este nuevo teatro neorrealista y el teatro independiente. Alfonso de Santos y Fermín Cabal son los representantes de la comedia neorrealista. Desarrollan temas de actualidad como la droga, el paro, los problemas de la juventud. La novedad radica en que rompen con la moral tradicional para romper estas situaciones y emplean el humor y la ironía. Nos ofrecen retratos costumbristas de personajes de actualidad. Entre las obras más destacadas de Alfonso de Santos encontramos Estanquera de Vallecas y Bajarse del moro.
Tendencias Teatrales a Comienzos del Siglo XX
Eran el teatro comercial, la comedia realista, el teatro poético, el teatro de humor, el teatro vanguardista y el teatro social.
Jacinto Benavente
Jacinto Benavente introduce en España la comedia realista, rompe con el melodrama romántico y plantea problemas de la clase burguesa. El teatro de Benavente critica el egoísmo, la hipocresía, la infidelidad de los burgueses, pero son perdonados al final de las obras.
El Teatro Poético
A finales del siglo XIX surge el teatro poético. Tiene influencia del estilo modernista y toma como modelos el teatro clásico del siglo XVII y el teatro romántico. Tratan siempre temas históricos y están escritos en verso. Sus autores más conocidos son Eduardo Marquina y Francisco Villaespesa.
El Teatro de Humor
Sus representantes, los hermanos Álvarez Quintero y Carlos Arniches, escribieron entremeses y sainetes. Los hermanos ambientaron sus obras en Andalucía, mientras que Arniches en Madrid. En todos ellos aparecen personajes populares. Carlos Arniches ensayó otra forma dramática cuando se dio cuenta de que el teatro de humor se había agotado: la tragedia grotesca. Otro género cómico es el astracán. Fue creado por Muñoz Seca. El astracán se basa en situaciones descabelladas cuyo único propósito es provocar la carcajada. Destaca La venganza de Don Mendo, que es una parodia de los dramas románticos.
El Teatro de Vanguardia
Chocó con la incomprensión del público. Unamuno, Azorín y Jacinto Grau son los representantes de este teatro de vanguardia. A Unamuno le atraía el teatro de ideas porque usaba el teatro como medio para presentar sus preocupaciones. Destacan sus dramas. Azorín mezclaba en sus obras lo poético y lo simbólico. Jacinto Grau escribió únicamente teatro, practicó distintos estilos teatrales y sobresale en aquellas obras en las que trata grandes mitos de la humanidad, como el mito del artista.
Federico García Lorca
García Lorca defiende la utilidad social y moral del teatro porque se denuncian aquellas ideas o instituciones que impiden el desarrollo integral de la persona. El tema central de su teatro es la frustración. Esa frustración se sitúa en un doble plano: en el plano metafísico, donde el tiempo y la muerte son los enemigos del hombre, y en el plano social, donde los prejuicios limitan la libertad de las personas. García Lorca representa siempre pasiones que están condenadas a la soledad o a la muerte. La trayectoria dramática de Lorca se divide en tres etapas:
- 1ª Etapa. Los comienzos en los años 20. Mariana Pineda.
- 2ª Etapa. La experiencia vanguardista de los años 30. Como consecuencia de su crisis personal y de su interés por el movimiento surrealista, escribirá las llamadas comedias imposibles.
- 3ª Etapa. La etapa de plenitud (1930-1936). En esta etapa escribirá dos tragedias y dos dramas que le darán fama universal: Bodas de sangre y Yerma. Y los dramas Doña Rosita y La casa de Bernarda Alba. En todas ellas la mujer actúa de protagonista.
En el teatro de Lorca, las mujeres son seres marginados que representan la inocencia y las pasiones elementales. Bodas de sangre es una tragedia de ambiente rural que nos muestra los odios y venganzas entre dos clanes familiares. Como en las tragedias del teatro griego, la pasión sin límites arrastra a los personajes a la muerte. Yerma, por el contrario, constituye un ejemplo de tragedia moderna, porque el conflicto, la obsesión por la maternidad, se desarrolla en el interior de la protagonista. Doña Rosita es un drama sobre el problema de la soltería en la España rural. La casa de Bernarda Alba es un drama rural, pero con rasgos de tragedia. El tema principal es el enfrentamiento entre la autoridad, que representa la madre, y las ansias de libertad que tiene una de sus hijas, Adela. El autoritarismo de Bernarda conduce a la rebeldía de Adela y, al ver imposible su fuga, al ahorcamiento.
Ramón María del Valle-Inclán
La obra dramática de Valle-Inclán se divide en tres etapas: la comedia, la farsa y el esperpento. La figura humana de la comedia se deforma en la marioneta de la farsa, y la marioneta de la farsa se deforma a su vez en el fantoche del esperpento. Valle-Inclán, además del teatro, cultivó la novela, el cuento y la poesía. En todos estos géneros se observa la misma evolución. Él empieza a escribir influido por el modernismo literario y, posteriormente, su literatura se va haciendo cada vez más crítica con la realidad del momento. Esa concienciación social trae consigo, en el terreno estético, la deformación grotesca de la realidad, porque la realidad española de la época es absurda. Las comedias bárbaras se sitúan en su Galicia natal y reflejan un mundo en descomposición. En el ciclo de la farsa pasamos a un mundo distinto, el mundo de la corte española de Isabel II. En la obra Farsailicencia de la reina castiza ridiculizará a los reyes, ministros, militares, convirtiéndolos en marionetas. En 1920 escribirá Luces de bohemia, su primer esperpento. El esperpento es un género dramático que combina lo trágico y lo grotesco. La escena XII resume las ideas fundamentales de este nuevo género. El autor afirma que había decidido proyectar sobre los espejos deformantes que había en el callejón del Gato madrileño los héroes de la sociedad. El resultado refleja el verdadero rostro absurdo de la sociedad española de principios del siglo XX. Después vendrán otros esperpentos y también trasladó a la novela la técnica esperpéntica.
Luces de Bohemia
El argumento nos muestra las últimas horas del poeta protagonista, Máximo Estrella. La acción se desarrolla en un breve periodo de tiempo. La obra se organiza con una sucesión de 15 escenas y todas ellas nos muestran el ambiente inmoral y mísero de la sociedad española. Max Estrella, como un superviviente de la bohemia. Los bohemios pretendían vivir la pasión del arte al margen de la sociedad burguesa. La obra trata del fracaso y muerte de un escritor, la obra se convierte en una parábola trágica de la España abocada a la Guerra Civil.