Fundamentos Ideológicos y Apoyos Sociales
El franquismo, régimen instaurado por el general Francisco Franco tras su victoria en la Guerra Civil, gobernó España con carácter dictatorial desde 1939 hasta 1975. Durante estos cuarenta años, el régimen evolucionó y se adaptó a los acontecimientos internacionales, aunque sin renunciar a sus principios ideológicos fundamentales.
La dictadura franquista se basó en una serie de principios ideológicos procedentes de la Falange, el carlismo, la Iglesia y la tradición conservadora española. Estos principios, recogidos por el partido único (FET de las JONS), eran:
- Nacionalismo Español
- Imperialismo
- Nacionalcatolicismo
- Anticomunismo
- Antiliberalismo
- Militarismo
Sin los apoyos institucionales y sociales, el régimen de Franco difícilmente hubiese podido resistir las presiones exteriores, la oposición política, las agitaciones estudiantiles o las protestas obreras y regionales. Los pilares más importantes del franquismo fueron la Falange, la Iglesia y el Ejército. Además, el régimen contó con el apoyo social de la antigua clase terrateniente y propietaria, los pequeños y medianos agricultores y las clases medias rurales, los empresarios industriales y la pequeña burguesía de las provincias.
Para lograr el apoyo social, FET de las JONS constituyó cuatro organizaciones de masas: el Frente de Juventudes, la Sección Femenina, el Sindicato Español Universitario y la Central Nacional Sindicalista. La represión, el miedo y el control policial, junto con el hambre y la miseria, condujeron a la mayor parte de las clases populares a la pasividad política. España se configuró como un Estado centralista, confesional y tradicionalista. El franquismo constituyó un régimen político no democrático y de carácter dictatorial que se institucionalizó a través de las Leyes Fundamentales del Reino, un conjunto de 7 leyes orgánicas:
- Fuero del Trabajo: Objetivos sociales y laborales.
- Ley Constitutiva de Cortes: Establecimiento de unas Cortes con función legislativa limitada.
- Fuero de los Españoles: Declaración básica de principios, derechos y deberes.
- Ley de Referéndum: Procedimiento de consulta popular por parte del Estado.
- Ley de la Sucesión en la Jefatura del Estado: El Estado Español se considera Monarquía. Franco elegirá a su sucesor.
Evolución Política y Coyuntura Exterior: Del Aislamiento al Reconocimiento Internacional
En la década de los años cuarenta y hasta 1953, la política exterior del franquismo estuvo condicionada por los acontecimientos internacionales. El 4 de septiembre de 1936, España proclamó su neutralidad. El 12 de junio de 1940, cambió su condición de neutral por la de no beligerante, un país próximo a intervenir en el conflicto. España ocupó Tánger, un enclave internacional frente al protectorado. En este giro destacó Ramón Serrano Suñer, ministro de Asuntos Exteriores y cuñado de Franco. El 23 de octubre de 1940, en Hendaya, Francia, se celebró una entrevista entre Hitler y Franco para negociar las condiciones de la entrada de España en el conflicto armado del lado de Alemania. No se alcanzó ningún acuerdo por las excesivas demandas españolas, que hubiesen puesto en contra de Hitler a sus aliados del Gobierno francés de Vichy.
Además, Hitler tampoco estaba muy interesado, dada la poca confianza que le inspiraba el Ejército español. Debido a esto, la entrada en la guerra de España se retrasó, pero tras la invasión de la Unión Soviética por las tropas de Hitler, España envió al frente oriental a la División Azul, formada por 18.000 voluntarios, con la excusa de luchar contra el comunismo. En octubre de 1943, la guerra empezó a ser desfavorable para las potencias fascistas.
En este momento, los gobiernos británico y americano presionaron al régimen de Franco para que se distanciase del bando fascista. Con la derrota de Alemania en 1945, el franquismo tuvo que distanciarse del fascismo. Franco cambió el discurso oficial para presentar a su régimen como un régimen católico, conservador y anticomunista, que podía evolucionar a una monarquía en el momento adecuado. Se abandonaron los símbolos fascistas y se marginó a los falangistas de los altos cargos del poder. La derrota de Alemania en 1945 y el fin de la Segunda Guerra Mundial supuso para el franquismo una etapa de aislamiento y rechazo internacional. Tras la guerra, se creó la ONU, que condenó al régimen de Franco, el cual había sido impuesto por la fuerza con el apoyo de las potencias fascistas derrotadas. Además, Francia cerró la frontera con España y la ONU recomendó a los países la retirada de sus embajadores de Madrid. Aun así, Franco y sus seguidores se mantuvieron con el objetivo de perpetuarse en el poder y denunciaron la condena internacional, presentada a la opinión pública como una maniobra extranjera para desprestigiar a España y llevar a los españoles a una nueva guerra civil.
La continuación del franquismo después de la Segunda Guerra Mundial provocó que España no se beneficiase de la ayuda norteamericana del Plan Marshall (1947) y fue excluida de la nueva alianza defensiva occidental, la OTAN, constituida en 1949. A partir de 1947, con el comienzo de la Guerra Fría, se configuraron dos bloques enfrentados (la URSS y EE.UU.). Esto modificó la situación internacional, ya que el anticomunismo de Franco permitió el acercamiento de España al bloque occidental. A finales de los cuarenta, la presión internacional disminuyó y se inició un acercamiento hacia Estados Unidos. Para ello, Franco decidió remodelar el gobierno.
En este momento, Luís Carrero Blanco fue nombrado subsecretario de la presidencia. Este acercamiento a Estados Unidos culminó en 1953 con la firma del acuerdo militar hispano-norteamericano, en donde los dos países se comprometían a la ayuda mutua en caso de conflicto. Los estadounidenses obtuvieron en España el derecho a establecer y utilizar una serie de bases militares en territorio español. A cambio, España recibió material bélico y ayuda económica. Además, el acuerdo con EE.UU. le sirvió a España para volver a establecer relaciones diplomáticas y comerciales con los países del bloque occidental. La ruptura del aislamiento exterior se completó con la firma de un Concordato con el Vaticano (1953), importante para el reconocimiento internacional del régimen de Franco, y poco después con la entrada en la ONU (1955) gracias al respaldo del Gobierno norteamericano. Por el contrario, todos los intentos del régimen franquista por acceder a las instituciones europeas más importantes (CEE y OTAN) fracasaron por la ausencia de libertades democráticas en España.
El Exilio
Tras la guerra, la mayoría de los exiliados huyeron a Francia y, más tarde, el estallido de la guerra europea les dispersó hacia América Latina. Otros se sumaron a la resistencia contra los nazis, y miles de ellos acabaron en campos de concentración o fueron entregados a las autoridades franquistas por los alemanes. Muchos comunistas emigraron a la URSS y lucharon en las filas del Ejército Rojo. En el exilio se desarrolló una parte muy importante de la oposición política al franquismo, ya que las instituciones políticas de la República y de los gobiernos catalán y vasco siguieron funcionando en el exilio. La organización republicana en el exilio se caracterizó por sus divisiones internas y por el progresivo alejamiento de la realidad social de España.