El Régimen de Primo de Rivera: Contexto, Desarrollo y Fin (1923-1930)

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

El Golpe de Estado

En la noche del 12 al 13 de septiembre de 1923, el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, dio un golpe de Estado y suspendió el régimen constitucional de 1876. Alfonso XIII apoyó el golpe, hecho que le pasaría factura posteriormente. De nuevo, el ejército irrumpía en la vida política siguiendo el modelo de los pronunciamientos del siglo XIX.

Causas del Golpe de Estado

  • Alta conflictividad social.
  • Atentados y crímenes en toda España.
  • Fin de la euforia económica de la Primera Guerra Mundial; mientras otros países empezaban los “felices años 20”, España iniciaba un periodo de recesión económica.
  • Incapacidad de los partidos dinásticos para mejorar la situación.
  • Crecimiento del catalanismo, considerado por muchos como separatista.
  • Desastre militar de Annual; el monarca estaba desprestigiado, acusado de ser el causante de la derrota militar.

La Actuación Política de Miguel Primo de Rivera

Los efectos inmediatos del golpe fueron:

  • Supresión de las Cortes, de la Constitución de 1876 y de los partidos políticos.
  • Declaración del Estado de Guerra en todo el territorio nacional.
  • Disolución de ayuntamientos y diputaciones.
  • Sustitución de los gobernadores civiles por militares.
  • Censura en la prensa.
  • Aparición de los “alcaldes digitales”.
  • Los militares ocuparon el gobierno de las provincias.

La Política Anticatala

La burguesía catalana vio en la subida de Primo de Rivera la posibilidad de conseguir sus aspiraciones; el general había estado apoyado por la burguesía en su política de “mano dura”. El mejor ejemplo lo encontramos en Cambó, que justificaba una salida excepcional a la situación de inestabilidad. Sin embargo, Primo de Rivera no respondió a las expectativas de la burguesía y practicó medidas centralizadoras:

  • Suprimió la Mancomunidad de Cataluña.
  • Prohibió el uso del catalán, incluso en actos religiosos.
  • Clausuró multitud de asociaciones catalanistas.
  • Prohibió el uso de la senyera.
  • Cambió los nombres de las calles.
  • Prohibió los Jocs Florals.

La Oposición y el Fin de la Dictadura

Se produjeron varias sublevaciones y conspiraciones, todas ellas abortadas.

El Nacionalismo Radical

Como la Lliga había colaborado con el sistema de la Restauración, surgieron tendencias radicales dentro del catalanismo. Las juventudes catalanistas convocaron una Conferencia Nacional Catalana y crearon un partido nuevo llamado Acció Catalana. Por su parte, Francesc Macià creó Estat Català y se tuvo que exiliar. Macià se alió con todas las fuerzas contrarias a la dictadura y a la monarquía, e incluso pidió ayuda a los comunistas para preparar una incursión armada en Cataluña, donde un grupo de Estat Català intentó atentar contra Primo de Rivera. En noviembre de 1926, en la zona de Prats de Molló, un grupo armado intentó entrar en España, pero fueron detenidos por los franceses y Macià fue desterrado a Bélgica. Este hecho tuvo una gran repercusión internacional, y Macià se dedicó a recaudar ayuda para su causa entre los inmigrantes catalanes.

Los Intelectuales contra la Dictadura

Muchos intelectuales, como Unamuno o Blasco Ibáñez, criticaron abiertamente el régimen. En marzo de 1924, en Madrid, 118 escritores castellanos firmaron un manifiesto a favor del catalán y pedían el cese de la persecución. La dictadura no hizo caso.

La Caída de Primo de Rivera

Las causas del fin de la dictadura fueron las siguientes: diversos factores condujeron a la dimisión del dictador el 28 de enero de 1930. Tras pacificar Marruecos y restablecer el orden público, la tarea del directorio tenía cada vez menos sentido, situación que se agravó con una serie de elementos:

  • Fracturación dentro del ejército, especialmente del cuerpo de artillería, que había sido atacado duramente por Primo de Rivera, llegando a disolverlo.
  • Tensiones políticas y económicas. En política, se creó un gobierno provisional, encargando al general Berenguer el gobierno del mismo, que recibió el nombre de la “dictablanda”. A través de esta, el rey quería volver al sistema constitucional como si los siete años de dictadura no hubieran existido.

La Monarquía en Crisis

Conseguir que la dictadura hubiera sido solo un paréntesis histórico era ridículo. La “dictablanda” de Berenguer convocó elecciones generales a Cortes para 1931 como si no hubiera sucedido nada, pero la situación era completamente distinta a la de los años 20. Eran necesarias amplias transformaciones sociales, y el movimiento obrero y los campesinos exigían cambios que no se podían demorar y que la Restauración no podía llevar a cabo. Alfonso XIII había perdido el escaso prestigio que le quedaba al dar apoyo a la dictadura. En febrero de 1931, se constituyó el que sería el último gobierno de la monarquía, presidido por el almirante Aznar, quien convocó elecciones municipales. Tras años sin elecciones, estas se plantearon en forma de plebiscito.

Para evitar conflictos entre los españoles, Alfonso XIII abandonó el trono el 14 de abril de 1931, proclamándose así la Segunda República.