Novela Española del Siglo XX: Autores y Obras Clave

Novela Española de la Primera Mitad del Siglo XX: Pío Baroja y Miguel de Unamuno

Introducción

Los primeros años del siglo XX vienen marcados por el realismo y el naturalismo del siglo anterior. En esta época hay una firme voluntad de innovar en los temas y en las formas narrativas. En esto participan varios autores modernistas, de la Generación del 98 y los novecentistas. La Guerra Civil provocó el exilio de varios narradores. Los que quedaron mantuvieron una actitud distante con la dictadura. Hay que destacar dos apartados: la novela del exilio y la de posguerra.

La Novela en la Generación del 98

Varias novelas son reveladoras de una nueva sensibilidad, en ellas se aprecia la irrupción del subjetivismo y se manifiesta una clara preocupación artística: La voluntad de Azorín, Amor y pedagogía de Unamuno, entre otras.

Ramón del Valle-Inclán es uno de los más innovadores, escribe las Sonatas, que recogen las aventuras y amores del Marqués de Bradomín. Por su estilo, supone para la prosa española lo que significó Rubén Darío para la poesía. La evolución estilística se acentúa con la trilogía de novelas La guerra carlista. En ellas, el heroísmo y la brutalidad de la guerra se contrastan. También contrasta el estilo en el que aparece un lenguaje desgarrado y bronco. En su última obra, El ruedo ibérico, reaparece la sátira.

Azorín pretende que sus novelas sean un reflejo delicado y lírico de lo esencial de la realidad. Su novela principal es La voluntad, primera parte de una trilogía. A través del protagonista de esta presenta el tema de la formación del intelectual y de la lucha contra el medio. La mayor parte de sus libros son recopilaciones de artículos de la prensa, intentando captar la realidad española a través de los pequeños detalles. Uno de ellos es La ruta de don Quijote y Castilla.

Ramiro de Maeztu evolucionó desde un socialismo reformista a un pensamiento fascista. Murió fusilado por los republicanos. De sus obras destacan: La crisis del humanismo, donde comienza a exponer sus nuevos principios autoritarios; y Defensa de la hispanidad, donde expone sus ideas acerca de la misión del imperio católico español.

Pío Baroja. Sus novelas son de construcción muy libre, donde se yuxtaponen episodios, anécdotas, digresiones, y en donde aparecen y desaparecen muy variados personajes. Quería reflejar la vida en toda su espontaneidad. Sus personajes son frecuentemente seres al margen de la sociedad o enfrentados a ella. Estilo: se le acusó de descuidado por su tendencia antirretórica. Su postura es espontánea y vivísima con absoluto predominio de la frase corta y el párrafo breve. Las descripciones, escuetas y vivas. El diálogo destaca por su autenticidad conversacional. Obras: gran parte de su obra son trilogías, Tierra vasca, La raza; destacan también las 22 novelas que componen Memorias de un hombre de acción. Significación: es el novelista más importante de la literatura contemporánea, por sus dotes de narrador y creador. Fue modelo de muchos novelistas de posguerra.

Miguel de Unamuno. Cultivó el ensayo, la novela, la poesía y el teatro. Sus ensayos tienen dos grandes ideas: el problema de España (Vida de Don Quijote y Sancho) y el sentido de la vida humana (Del sentimiento trágico de la vida). Fue uno de los más decididos a la renovación de la novela. Comenzó por una novela histórica sobre la última guerra carlista (Paz en la guerra, duró 12 años en ella), más tarde escribió Amor y pedagogía. Las novedades formales de esta obra no gustaron a ciertos críticos, que no la consideraron novela. Por esto subtitulo “nivola” a su siguiente obra, Niebla, su obra maestra en el género. Desde entonces los protagonistas unamunianos son “agonistas”. Escribió también cuentos y novelas cortas (Tres novelas ejemplares). En cuanto a las novedades técnicas destaca la soltura descriptiva y la importancia de los diálogos y monólogos.

La Novela en el Novecentismo

Novecentismo, autores nacidos a finales del siglo XIX, que suceden a los del 98. Ortega y Gasset, Eugenio D’Ors, Gregorio Marañón, Ramón Pérez de Ayala, Gabriel Miró y Ramón Gómez de la Serna. Estos rechazan la visión dramática y subjetiva adoptando una postura más equilibrada e intelectual. Dos tendencias en sus novelas:

  1. Los que continúan modos narrativos de etapas anteriores.
  2. Diversos intentos de renovación.

La novela de Ramón Pérez de Ayala es reconocida por la presencia abundante del elemento intelectual. Tigre Juan (critica las costumbres españolas).

Gabriel Miró se sirve de la novela para crear un mundo lleno de percepciones sensoriales.

Ramón Gómez de la Serna. Nos da su visión de las cosas de un modo breve, a modo de refrán. Escribió varias novelas libres.

La Novela del Exilio

La prosa narrativa de los exiliados españoles alcanza una dimensión enorme. A Ramón J. Sender se le puede considerar heredero de Pío Baroja por su habilidad para narrar, la variedad de temas y el estilo sobrio y eficaz en narraciones realistas (Imán). Rosa Chacel inicia una línea de introspección psicológica con Memorias de Leticia Valle y la sigue con La sinrazón. Francisco Ayala escribió dos obras en el exilio: Muertes de perro y El fondo del vaso. Max Aub, El laberinto mágico. Arturo Barea es reconocido por su trilogía La forja de un rebelde.

La Novela de Posguerra

La década de los 40 será una etapa de búsqueda, un ensayo de fórmulas narrativas que permitan reanudar el camino interrumpido; solo la obra de Baroja parece servir de ejemplo. Se distinguen dos nuevas orientaciones:

  1. El acercamiento a la Guerra Civil desde la parte vencedora: La infantería, de R. García Serrano; Javier Mariño, de Ballester.
  2. Una nueva perspectiva, viene marcada por las novelas centradas en un personaje antiheroico enfrentado a una sociedad indiferente y hostil. Esta tendencia (realismo existencial) irrumpe con: La familia de Pascual Duarte (Camilo José Cela) y Nada (Carmen Laforet).

En 1951 se publica La colmena, novela de Cela que abrirá una nueva corriente, la novela realista y social.