Los Estados Generales
En los años ochenta del siglo XVIII había en Francia un malestar generalizado. En 1788, el rey Luis XVI convocó una reunión de los representantes de los tres estamentos: nobleza, clero y estado llano, o tercer estado, en lo que se dio en llamar los Estados Generales. El propósito del rey era solicitar una ayuda económica extraordinaria que aliviase la deteriorada situación de las finanzas. Los representantes de cada estamento acudieron a la convocatoria llevando unos cuadernos de quejas en los que formulaban peticiones al rey. Según la costumbre, cada estamento se reunía por separado y cada uno tenía un voto. Los representantes del estado llano, que eran tantos como los de la nobleza y el clero juntos, reclamaron que la votación no fuera por estamentos sino por cabezas: cada diputado, un voto. Este fue el motivo que hizo estallar el conflicto.
La Asamblea Nacional
Ante la negativa del rey a aceptar el voto individual, los diputados del tercer estado, que representaban al 96 % de la población, abandonaron los Estados Generales y se constituyeron, por separado, en Asamblea Nacional. Dieron a su asamblea el apelativo derivado de la palabra más revolucionaria, nación, que consideraban como el “conjunto de los ciudadanos con voluntad propia”. Algunos miembros del clero y de la nobleza también se unieron a la nueva asamblea. Al conocer estos sucesos, el pueblo de París salió a la calle y el 14 de julio de 1789 atacó la fortaleza de la Bastilla, hasta entonces símbolo de la autoridad real. Con la toma de este edificio comenzaba la revolución popular. Los diputados de la Asamblea Nacional tomaron en muy pocos días una serie de decisiones que acabarían con el Antiguo Régimen. Estas fueron algunas de las decisiones:
- Redactar la Constitución civil del clero, que reducía a los clérigos a la condición civil de ciudadanos.
- Proclamar la abolición de la sociedad estamental e instituir el principio de igualdad de todos los hombres ante la ley.
- Aprobar la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, que recogía los derechos naturales e inalienables de las personas.
- Adoptar el lema “Libertad, igualdad, fraternidad”.
La Asamblea se transformó en Asamblea Constituyente, pues su objetivo era elaborar una constitución; esta se terminó en 1791 y fue la primera de la historia de Europa. Luis XVI, al jurarla, dejó de ser monarca absoluto, pues tenía que someterse a la voluntad de la nación y aceptar la división de poderes.
La Convención y el Terror
Los sucesos que tenían lugar en Francia aterrorizaron a los monarcas europeos, que vieron peligrar sus tronos, por lo que decidieron organizar lo que sería la primera coalición contra los revolucionarios franceses. Luis XVI, a pesar de haber jurado la constitución forzado por los acontecimientos, intentó huir para reunirse con las tropas prusianas que invadían Francia, pero fue descubierto y acusado de traición. En agosto de 1792, el pueblo atacó el palacio de las Tullerías y la familia real fue apresada. Con la caída del rey, empezó la Primera República Francesa, gobernada por una asamblea llamada Convención en la que se formaron dos grupos:
- Girondinos. Eran llamados de este modo porque procedían del departamento francés de la Gironda, representaban a la alta burguesía y habían colaborado con la monarquía constitucional de Luis XVI.
- Jacobinos. Apoyados por la burguesía media y baja, estaban muy identificados con las clases populares revolucionarias, compuestas por los denominados sans-culottes (‘sin calzones’). Sus líderes eran Danton, Robespierre y Marat.
El gobierno de Napoleón
Napoleón puso final a la revolución propiamente dicha y, también, la institucionalizó. Algunas características de su gobierno fueron:
- Creación del Código de Napoleón. Suponía un nuevo orden institucional que sustituía la legislación del Antiguo Régimen y en el que recopiló leyes que serían iguales para todos los ciudadanos.
- Principio de las carreras abiertas al talento. Esta nueva medida permitía a los burgueses asumir altos cargos, e incluso creó una nueva nobleza a la que se accedía por méritos, no por nacimiento.
- Restablecimiento del orden. Organizó la acción policial para evitar desórdenes públicos, saneó las finanzas y centralizó la Administración. Además, reanudó las relaciones con la Iglesia católica.
Napoleón y Europa
Durante muchos años, Napoleón controló Europa de modo directo o indirecto. Obtuvo victorias frente a los enemigos de Francia, y diseñó un nuevo mapa de Europa cambiando las fronteras. Pero fue derrotado en la batalla naval de Trafalgar por Gran Bretaña, a la que luego quiso asfixiar comercialmente impidiendo que los puertos del continente comerciaran con ella en el llamado bloqueo continental. En 1812, Napoleón invadió Rusia, pero la operación fue un desastre: el ejército francés sufrió numerosas bajas y, derrotado, tuvo que retirarse. Después perdió la batalla de Leipzig, abdicó y fue desterrado a la isla de Elba, en el Mediterráneo, en 1814. Un año después, en 1815, consiguió volver y gobernar de nuevo en el período que se conoce como el Imperio de los Cien Días. Finalmente, fue derrotado definitivamente en la batalla de Waterloo, y desterrado a la isla de Santa Elena, en el Atlántico.