Literatura Española: Del Modernismo a la Generación del 98 y el Teatro hasta la Guerra Civil

Modernismo y Generación del 98: Contexto Histórico y Características

El Modernismo y la Generación del 98 surgen en una época de graves crisis políticas y enfrentamientos ideológicos. España sigue siendo un país fundamentalmente rural, sumido en el analfabetismo y la miseria. A principios del siglo XX se produce la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Ambos grupos tenían en común su actitud rebelde frente a la sociedad burguesa y capitalista. Los modernistas se refugiaban en el esteticismo para huir del mundo, siendo su maestro Rubén Darío. Intentan evadirse en el espacio y el tiempo, y les fascinan los ambientes refinados y exóticos. Son cosmopolitas y sienten atracción por lo marginal. Su rasgo más característico es el culto a la belleza. Tienen una poesía con métrica variada, llena de ritmo y musicalidad. La Generación del 98 la formaban aquellos que se mostraban críticos y adoptaban un compromiso social y político explícito. Criticaban el gobierno, el atraso español y la miseria de los más desfavorecidos. Su intención era modernizar y transmitir mensajes claros y sencillos.

Géneros y Autores

Poesía

  • Juan Ramón Jiménez: Jardines lejanos, Arias tristes
  • Manuel Machado: Cante hondo
  • Valle-Inclán: Aromas de leyenda
  • Antonio Machado: Reunió todas sus obras en Poesías completas. Se distinguen tres etapas:
    1. Primera etapa: Soledades, que posteriormente se edita como Soledades. Galerías. Otros poemas. Se incluye en el modernismo simbolista, con poemas de tono melancólico e intimista.
    2. Segunda etapa: En 1912 escribe Campos de Castilla, donde critica la España conservadora y religiosa.
    3. Tercera etapa: Nuevas Canciones (1924), El Cancionero Apócrifo, Las Canciones de Guiomar. En prosa solo escribió Juan de Mairena, y en colaboración con su hermano, la obra La Lola se va a los puertos.
  • Rubén Darío (1876-1916): Prosas Profanas, Cantos de vida y esperanza

Prosa

Se desarrollan el ensayo y la novela. En el ensayo sobresalen los regeneracionistas Joaquín Costa y Ángel Ganivet. También destaca el “Manifiesto de los tres” (Baroja, Azorín y Maeztu), donde proponen reformas sociales y políticas. La novela está caracterizada por la sugerencia y la imprecisión. Lo importante son las experiencias subjetivas y los problemas de conciencia.

  • José Martínez Ruiz, Azorín: La voluntad, Castilla
  • Miguel de Unamuno:
    • Ensayo: En torno al casticismo, Del sentimiento trágico de la vida, La agonía del cristianismo
    • Relatos (nivolas): La tía Tula, Niebla
    • Poesía: Romancero del destierro
    • Teatro: Fedra, El otro
  • Pío Baroja (1872-1956):
    • Novelas con personajes inadaptados: Camino de perfección
    • Trilogía La lucha por la vida: La busca, Mala hierba, Aurora roja
    • El árbol de la ciencia
    • Novelas de aventuras: Zalacaín el aventurero, Las inquietudes de Shanti Andía

Teatro

Se representa la alta comedia o comedia burguesa.

  • Jacinto Benavente: Los intereses creados, Señora ama, La malquerida
  • Ramón de Valle-Inclán (1866-1936): Su obra es extensa y en ella podemos distinguir cuatro períodos:
    • Etapa modernista: Las Sonatas
    • Etapa del primitivismo: Teatro (Comedias bárbaras) y Novelas (trilogía La guerra carlista)
    • Etapa de las farsas: Voces de gesta
    • Etapa de los esperpentos: Luces de bohemia. Con ella se inicia el esperpento (mezcla de lo sublime y lo vulgar, concepción de los personajes como títeres, unión de lo cómico y lo serio, deformación de la realidad, la caricatura, el gusto por lo grotesco, y la intención satírica, burlesca y paródica). Destacan también Tirano Banderas y La hija del capitán.

El Teatro Español Anterior a 1939

En las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX asistimos a una situación de graves crisis políticas. En España, hay que señalar los sucesos del 98, las dos guerras mundiales, el fracaso de la II República y el estallido de la Guerra Civil (1936-1939). Se da una multiplicidad de corrientes artísticas y de pensamiento.

Teatro Convencional Entre Dos Siglos

El teatro está dominado por la rutina: atrae a un público de clase media alta que busca la distracción en obras intrascendentes, que no ponen en duda los valores sociales y morales de la burguesía de la Restauración. Como consecuencia de este teatro decadente aparecen autores como José de Echegaray (Mancha que limpia), Benito Pérez Galdós (El abuelo) y Joaquín Dicenta (Juan José).

El teatro de Jacinto Benavente es denominado alta comedia o comedia de salón por representar con frecuencia a familias burguesas con problemas que se desarrollan en el salón de su casa. Benavente escribió su obra maestra, Los intereses creados (1907), una farsa que recurre a los personajes habituales de la comedia tradicional italiana sobre el poder del dinero. En La malquerida (1913) destaca el sentido de la honra, propio de los dramas rurales.

En el teatro en verso, de estilo modernista, destacan Francisco Villaespesa, Eduardo Marquina y los hermanos Manuel y Antonio Machado (La Lola se va a los puertos, Juan de Mañara).

El teatro cómico costumbrista fue hecho para divertimento y evasión de los problemas cotidianos, donde a veces subyace una visión crítica en la llamada “tragedia grotesca”. Las obras son alegres y desenfadadas. Los autores más representativos son Serafín y Joaquín Álvarez Quintero (Mariquilla Terremoto), Pedro Muñoz Seca y, sobre todo, Carlos Arniches (Los caciques).

Teatro Innovador y Vanguardista

Frente al teatro de entretenimiento, algunos autores trataron de innovar el género. Destacan Miguel de Unamuno (1864-1936), con su teatro intelectual (Fedra, Soledad, Raquel); Azorín (1873-1967), que ensaya un teatro experimental (Lo invisible) y Valle-Inclán, quien la experimentación le lleva a la estética del Modernismo, a los dramas de la Galicia rural (Comedias bárbaras) y al esperpento (Luces de bohemia). Desafió todo tipo de limitaciones creando “un teatro en libertad”, que se anticipó considerablemente a las nuevas tendencias del teatro mundial. Ramón Gómez de la Serna escribía teatro para “el que no quiere ir al teatro” (Los medios seres). Jacinto Grau destaca con (El hijo pródigo).

El Teatro en los Años 30

Un teatro de humor basado en lo absurdo y lo inverosímil fue iniciado en esta década por Enrique Jardiel Poncela (Usted tiene ojos de mujer fatal) y Miguel Mihura (Tres sombreros de copa). Destacan Pedro Salinas (La isla del tesoro); Rafael Alberti, con un teatro de compromiso político; Miguel Hernández; y Federico García Lorca, quien recoge la tradición del teatro poético o de los dramas rurales, con un tratamiento poético de la realidad, mezcla de lenguaje popular y de imágenes atrevidas e irracionales, conflicto entre los deseos de liberación de los personajes -sobre todo, mujeres- y una sociedad autoritaria y represiva, amor y deseo sexual que desemboca en la frustración y la muerte (Bodas de sangre, Yerma, La casa de Bernarda Alba).

El Teatro Durante la Guerra Civil

En los años anteriores a la guerra y durante ésta, había aparecido un teatro de izquierdas. Las compañías de teatro como Las Misiones Pedagógicas y los teatros universitarios como La Barraca, dirigido por Federico García Lorca, El Búho por Max Aub, representaron teatro de guerra en el frente y lo popularizaron. Durante la guerra, había surgido un teatro conservador que acusaba al gobierno de la República y al liberalismo de todos los males del país. El autor fundamental es José María Pemán. Tras el asesinato de Lorca, la muerte en 1936 de Valle-Inclán y Unamuno, el exilio de Max Aub, Rafael Alberti, Pedro Salinas… el teatro se convierte en instrumento de propaganda al servicio de los vencedores.