La Casa Batlló de Gaudí
La Casa Batlló de Gaudí: Arquitectura modernista del siglo XX. Construcción civil de ondulada superficie recubierta de círculos policromos de cerámica vidriada y fragmentos de cristales rotos de distintos colores. La luz se gradúa en la vertical mediante distintas aberturas, desde los grandes huecos bajos cartilaginosos hasta los balcones antifaz. El doble desván tiene a la vez carácter animalístico y legendario. La fachada del piso principal, sostenida por delgadas columnas de motivos vegetales, cuenta además con la elegancia de la carpintería de los ventanales y las vidrieras. Es la obra de Gaudí, la Casa Batlló.
La Maja Desnuda de Goya
La Maja Desnuda de Goya: Pintura de Goya, siglos XVIII y XIX. La maja desnuda es la primera figura femenina de la historia de la pintura que muestra el vello púbico. Además, es una mujer de carne y hueso, una imagen de la sociedad de la época. Los tonos verdosos y blancos empleados por el pintor corresponden a los utilizados por Goya en los últimos 40 años del siglo XVIII. Es la maja desnuda de Goya. En 1800 aparece ya citada en el gabinete de Godoy, y todo apunta a que ambas majas, la vestida y la desnuda, fueron encargadas por Godoy. Es una pintura en la que Goya utiliza una pincelada más corta para ganar en minuciosidad. Es la obra de Goya, la maja desnuda.
Saturno Devorando a su Hijo de Goya
Saturno, el Dios del Tiempo de Goya: Pintura negra del siglo XIX. Tema mitológico en el que Goya ha elegido el momento en que Saturno, el dios del tiempo, desgarra el cuerpo de su hijo. Un espacio totalmente oscuro rodea la figura del dios, en la que destaca su deformidad y su rostro monstruoso. Es Saturno devorando a sus hijos. Estaba situada en el salón principal de la planta baja de la Quinta del Sordo. Es una representación de cómo el tiempo lo devora todo. Es la obra de Goya, Saturno, el dios del tiempo.
La Plaza Mayor de Salamanca de la Familia Churriguera
Familia Churriguera, la Plaza Mayor de Salamanca: Arquitectura barroca española del siglo XVIII. La Plaza Mayor de Salamanca fue diseñada por Alberto de Churriguera y fue construida en dos fases: en la primera mitad del siglo, dirigida por el propio arquitecto, y en la segunda mitad del siglo XVIII, dirigida por su sobrino. Está enmarcada por cuatro fachadas con pórticos formados de medio punto que descansan sobre pilares, llevando en las enjutas medallones con bustos. En el lado más importante se alza el Ayuntamiento, obra de José Churriguera. Presenta un pórtico de cinco grandes arcadas y está ornamentado con columnas adosadas, estípites (ese elemento tan barroco formado por la superposición de troncos invertidos, frontones curvos, recuadros y placas). Coronando el edificio se encuentran las estatuas de la agricultura, la industria, la música y la poesía. Es la obra de la familia Churriguera, la Plaza Mayor de Salamanca.
Cristo Yacente de Gregorio Fernández
Cristo Yacente de Gregorio Fernández: Escultura barroca del siglo XVII. El escultor muestra el naturalismo barroco a través del dominio del cuerpo humano en la imagen de Cristo muerto, matizando la dureza de los huesos, la blandura de la carne o la suavidad de la piel. Dispone de cabellos y barbas en mechones y rizos apuntados que parecen húmedos. Los ropajes son pesados y acantonados, dispuestos en pliegues rígidos y angulosos que producen fuertes contrastes de luces y sombras. Dominan los colores lisos. Para aumentar el realismo, recurre a los postizos: dientes de marfil, heridas de concha, ojos de cristal, uñas de asta. Dispone a Cristo sobre un sudarium. Es la obra de Gregorio Fernández, el Cristo yacente.
La Fragua de Vulcano de Velázquez
La Fragua de Vulcano de Velázquez (Herreros): Pintura barroca española del siglo XVII. Velázquez abandonó el tenebrismo de su primera época y sustituyó sus pinceladas por otras más sueltas y pastosas. Es una escena de interior, y esa pincelada suelta puede apreciarse en el esbozo de paisaje a través de la ventana. Destaca también la vida cotidiana de cualquiera de las herrerías que funcionaban en la corte, destacando la tonalidad encendida del manto de Mercurio y del trozo de metal incandescente sobre el yunque. Esta es una característica barroca. Es tratada como escena costumbrista. Este lienzo desarrolla la matización de la luz buscando la sensación de espacio, lo que se llama perspectiva aérea. Es la obra de Velázquez, la fragua de Vulcano.
La Rendición de Breda de Velázquez
La Rendición de Breda de Velázquez (Carlines): Pintura barroca española del siglo XVII. Lienzo de grandes dimensiones para conmemorar el décimo aniversario de la rendición de Breda al ejército español. La composición divide el cuadro en dos partes: de un lado, los vencedores, y del otro, los vencidos, quedando la llave justo en medio. La batalla tan solo está presente en el fondo humeante. Velázquez centra la atención en el primer plano, en el que se desarrolla no tanto el final de la guerra como el principio de la paz. El lienzo insiste en el concepto de clemencia. La habilidad del autor para introducir la atmósfera, la luz, el paisaje, la maestría en el retrato… Se cree que aparece su autorretrato. Es la obra, la rendición de Breda de Velázquez.
Martirio de San Felipe de Ribera
Martirio de San Felipe de Ribera (Crucificado): Pintura barroca española, escuela valenciana del siglo XVII. Tema religioso en el que se representa el martirio del apóstol San Felipe. El santo fue atado a una cruz con cuerdas y después crucificado. Está ordenada en una serie de líneas perpendiculares a la vista del espectador. El centro de la escena lo ocupa el santo con un espléndido desnudo que contrasta con su cabeza. A ambos lados del personaje central, dos grupos: en primer lugar, el sayón que interviene en el martirio; detrás, personajes que observan la escena. El colorido es rico, con zonas de abundante sombra y un amplio y luminoso celaje. Es la pintura de Ribera, el martirio de San Felipe.
San Hugo en el Refectorio de los Cartujos de Zurbarán
San Hugo en el Refectorio de los Cartujos de Zurbarán (Comiendo): Pintura barroca española, escuela andaluza del siglo XVII. Escena religiosa de las series monásticas de vidas de santos. Pinta una escena con el milagro acontecido a San Bruno, fundador de los cartujos, quienes comían gracias a la generosidad de San Hugo, obispo. Zurbarán realiza aquí una muestra de sus famosos hábitos blancos y muestra elementos como las cerámicas o distintos materiales y el aspecto de sus texturas: el pan, las telas. En una época del barroco, el pintor dispone la escena con planos de profundidad. Notamos que la mesa tiene unos personajes delante y otros detrás, creando así profundidad. Además, el interior se abre al exterior en la parte derecha del cuadro. Es la obra de Zurbarán, San Hugo en el refectorio de los cartujos.
La Inmaculada de Soult de Murillo
La Inmaculada de Soult de Murillo: Pintura barroca española, escuela andaluza del siglo XVII. Pintura de tema religioso. Representa a la Virgen como Inmaculada. La Virgen es representada como una mujer joven de gran belleza, vestida con túnica blanca y manto azul, y rodeada de ángeles y nubes. Apoya sus pies en un pedestal de nubes, pisando una media luna. María viste túnica blanca, símbolo de pureza, y manto azul, símbolo de eternidad. Lleva sus manos al pecho y eleva la mirada al cielo. El estatismo de la figura contrasta con el movimiento. La composición se inscribe en un triángulo cuyo vértice superior es la cabeza de la Virgen. La luz dorada que ilumina la escena provoca un efecto atmosférico que diluye los contornos, creando un fuerte claroscuro. Es la obra de Murillo, la Inmaculada de Soult.
Los Borrachos de Velázquez
Los Borrachos de Velázquez: Pintura barroca española del siglo XVII. La obra es tratada en un ambiente burlesco y distendido. La acción tiene lugar al aire libre. El personaje más iluminado es el dios Baco, cubierto a medias con telas de color blanco y rosado, sentado sobre un tonel, con la cabeza ceñida de pámpanos y hiedra. El dios procede a coronar a un hombre arrodillado ante él. En el colorido predominan los tonos cálidos, destacando la iluminación del dios del vino. Los personajes que se apiñan a su izquierda reflejan en sus rústicos semblantes los efectos del vino. Dos de ellos dirigen su mirada al espectador. El personaje embozado se corresponde con el personaje en sombra. Velázquez aún conserva el gusto por el tenebrismo. Es la obra de Velázquez, Los Borrachos.