-Moral material o Moral heterónoma:
Es el imperativo categórico; el objeto de la felicidad está fuera de la voluntad.
-Moral autónoma o Moral formal:
Es el imperativo categórico; obra de tal manera que tu comportamiento sea válido para todos los hombres. Para Kant nunca habría bien o mal en las cosas, sino que está dentro de nosotros, en nuestras acciones.
1.3. Enunciados Clave de Kant
– “Los objetos tienen que regirse por nuestro conocimiento”.
Expresa así Kant el giro copernicano que quiere dar con su doctrina del conocimiento. Hasta ahora, dice, se admitía que todo nuestro conocimiento tenía que regirse por los objetos, es decir, los objetos llevaban la iniciativa y nuestro conocimiento se tenía que adecuar a ellos. Pero viendo que así no se solucionan las cosas, ensayemos, como Copérnico hizo, si no se explica mejor haciéndolo al revés: nuestro conocimiento es el que lleva la iniciativa, él es el que estructura el objeto, él es el que pone algo a priori en el objeto. El sujeto, antes de la experiencia, antes de tener una experiencia sensible, ya pone algo de su parte para conocer ese objeto propio de la experiencia sensible.
– “No podemos salir jamás de los límites de una experiencia posible”.
Nuestra facultad de conocer a priori, la sensibilidad, no puede ir más allá de la experiencia. Las formas a priori se aplican a los datos sensibles y las categorías no se pueden aplicar más allá de los fenómenos. Por tanto, con la facultad de conocer no podemos traspasar el límite de la experiencia. Para conocer el noúmeno tenemos que acudir a otro uso de la razón: el uso práctico.
-“Para la ilustración sólo se exige libertad.”
Lo exige la ley moral. Es la razón de ser de la moralidad.
Es la propiedad del ser humano que le permite elegir o autodeterminarse en cuanto a los medios aptos para alcanzar un fin.
Lo exige la ley moral. Es la razón de ser de la moralidad.
Es la propiedad del ser humano que le permite elegir o autodeterminarse en cuanto a los medios aptos para alcanzar un fin.
– “Todo ser racional existe como fin en sí mismo”.
El hombre, como ser racional, es fin en sí mismo. Por lo tanto, el imperativo categórico es obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como un medio. Hay que tener en cuenta que Kant dice “al mismo tiempo” y “solamente” porque es imposible no hacer uso de otros seres humanos como medios. P. e. Cuando se va al peluquero o a comprar a un comercio… se utiliza a las personas como medios para unos fines que no son ellos mismos. La ley kantiana dice que en esos casos hay que evitar tratar al ser racional “solamente” como medio, como si no tuviera más valor que el medio para mi finalidad subjetiva.
-“No conocemos a priori de las cosas más de lo que nosotros ponemos en ellas.”
Es cierto que los juicios a priori son los juicios que dependen de la razón independientes de la experiencia Sensible, y son universales y necesarios; proporciona un conocimiento racional puro, es decir, trascendental. Son los juicios propios de la ciencia. Se opone “a posteriori”. Es todo aquello que es previo a la experiencia. El espacio y el tiempo, las categorías, son previas a toda experiencia; es más, son necesarias para que pueda darse la experiencia. Los juicios universales y necesarios son previos a la experiencia. Como dice este enunciado, sólo conocemos lo que es interesante para la persona.
((-“Hay un uso práctico de la razón pura”))
Crítica de la Razón Práctica
Una vez que Kant ha despojado a la Metafísica de su falsa pretensión de ser considerada ciencia, se da cuenta de que al mismo tiempo ha separado el fenómeno y el noúmeno. Y de la misma manera que existe un principio que relaciona los fenómenos en orden al conocimiento, deberá existir otro principio de al menos el mismo rango que el de la Causalidad para el ámbito nouménico.
El ámbito nouménico es el de lo incondicionado. Por tanto, dicho principio será el de la Libertad. Dicho principio se encuentra en el conocimiento práctico, es decir, aquel que regula mi comportamiento en base a los imperativos de mi voluntad.
El ámbito de la moralidad es aquel en el cual yo construyo de modo autónomo y libre las máximas y principios que rijan mis actos en base a mi voluntad y en orden al bien y al mal.
Por tanto, la libertad fundamentará la moralidad. Tal principio se concretiza en el imperativo categórico, que se formula así:
“Obra de tal manera que la máxima de tu conducta sea válida para todos los hombres de todos los tiempos”.
Es decir, la humanidad en general habrá de ser un fin por sí mismo y no un medio.
De esta manera, rompe con los imperativos hipotéticos, es decir, con aquellos que te indican la manera de actuar en momentos dados.
La moral de Kant es una moral formal autónoma, es decir, no te indica lo que tienes que hacer, sino cómo lo tienes que hacer.
Y dado que no siempre seremos felices cumpliendo dicho imperativo categórico, por lo que entonces es forzoso deducir tres postulados:
- La libertad, como base de la moralidad.
- La inmortalidad del alma. Es necesaria la vida tras la muerte para que el alma reciba su premio o castigo por los actos cometidos en vida.
- La existencia de Dios, como responsable de que el alma reciba su premio o castigo.
De esta manera, Kant se ve obligado a desplazar la razón para dejar sitio a la Fe.