La Novela Española en los Años Cincuenta
La novela de los años cincuenta continuó la tradición del Realismo de los cuarenta, y sus características se mantuvieron hasta principios de la década de los sesenta. Técnicamente, esta narrativa nació bajo la influencia de La colmena y de la lectura de autores norteamericanos y franceses.
En esta novela no interesaba el protagonista individual y sus problemas personales, sino que se tendió al protagonismo colectivo. Para centrar la historia, se redujo el argumento y se limitaron el tiempo y el espacio. La narración mantuvo los rasgos formales de la línea iniciada por La colmena, aunque no siempre se eligió la simultaneidad de escenas. Los personajes se aproximaron a tipos y, para conseguir que el Realismo se observara en el lenguaje, en los diálogos se imitó la forma de hablar que correspondía a cada personaje.
Tendencias Narrativas de los Cincuenta
Tendencia Social
El tema de la emigración a la ciudad aparece en distintas obras. En La piqueta, de Antonio Ferres, el relato se centra en la chabola, único bien de unos emigrantes andaluces, que va a ser demolida. El trabajo y las nuevas injusticias son el tema de otros relatos, como los mineros de La mina, de López Salinas.
Tendencia Neorrealista
Los escritores neorrealistas consideraban que la realidad implicaba también las vivencias personales del individuo, lo que les permitió mostrar otro aspecto del mundo a través de temas como la soledad, la frustración o la decepción.
La narrativa de muchas de estas novelas se encaminó por las sendas del conductismo norteamericano, con técnicas basadas en el diálogo y en el punto de vista de la cámara cinematográfica, que permite un mayor distanciamiento del narrador respecto de la historia narrada. Un autor de esta tendencia es Rafael Sánchez Ferlosio y su obra más destacada es El Jarama.
La Novela Española en los Años Sesenta
En la década de los sesenta, tres obras muestran con claridad los nuevos rumbos de la narrativa española: Tiempo de silencio, de Luis Martín Santos; Señas de identidad, de Juan Goytisolo; y Cinco horas con Mario, de Miguel Delibes.
Las características de estas novelas son:
- Ruptura de la linealidad temporal.
- Monólogo interior y desestructuración de la sintaxis. Como el discurrir de la conciencia del individuo no sigue la organización gramatical de la lengua, el lenguaje se presenta en estas novelas tal y como suceden los pensamientos.
Los aires de renovación se manifestaron también en autores pertenecientes a la generación de posguerra, como Miguel Delibes o Gonzalo Torrente Ballester (La saga/fuga de J.B.), y en otros de la tendencia realista de los cincuenta, con novelas como Últimas tardes con Teresa, de Juan Marsé.
Influencias Extranjeras
En esta novela influyeron narradores como Joyce y Proust. También resultó determinante el acercamiento a la literatura hispanoamericana. Mario Vargas Llosa ganó el premio Biblioteca Breve, concedido por la editorial Seix Barral, por La ciudad y los perros. Con esta novela, los lectores españoles volvieron los ojos hacia los logros de los autores hispanoamericanos, sobre todo en lo referente al lenguaje y a la creación de mundos fantásticos, evidente en Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez.
Autores y Obras Destacadas de los Sesenta
Luis Martín Santos y Tiempo de Silencio
Esta obra de Luis Martín Santos sirve para realizar una radiografía de los diferentes grupos sociales del Madrid de los años cuarenta: la alta burguesía (la familia de Matías, amigo de Pedro), los intelectuales de clase media (el protagonista), la pequeña burguesía (la dueña de la pensión) y los grupos marginales (la familia del Muecas, que vive en un barrio de chabolas y que provee de ratas a Pedro para su investigación). Pero el planteamiento crítico no es solo social, sino que abarca cuestiones de carácter individual. Los personajes ya no se presentan como tipos representativos de una clase, sino que se enriquecen con sus propios conflictos.
Juan Goytisolo
Las primeras novelas de Juan Goytisolo, Juegos de manos y Duelo en el paraíso, encuadradas en el Realismo social, ofrecen ya una constante búsqueda formal. En Señas de identidad, Goytisolo introduce cambios fundamentales: la realidad se aborda desde distintos puntos de vista.
Gonzalo Torrente Ballester
Con La saga/fuga de J.B., Torrente crea una novela de carácter intelectual basada en el monólogo interior, en la que se mezclan pasado, presente y futuro. El relato se localiza en un pueblo imaginario de Galicia, en el que ocurre un suceso que sirve de excusa para historiar el lugar, sus instituciones, sus habitantes y sus visitantes.
Miguel Delibes
Cinco Horas con Mario
Cinco horas con Mario constituye uno de los mayores logros novelísticos del escritor. En ella, Carmen recuerda su vida anterior en una especie de diálogo/monólogo con su marido, Mario, que acaba de morir y al que está velando. Durante el relato, Carmen realiza constantes reproches que reflejan no sólo sus frustraciones, sino también su pensamiento, que contrasta con el de Mario.
Los Santos Inocentes
En Los santos inocentes, Delibes vuelve al ámbito rural en el que había localizado otros relatos, como El camino o Las ratas.
La Novela Española desde los Años Setenta
Desde finales de los años setenta, se produjo una corriente conocida como experimentalismo, cultivada por una nueva generación de escritores que manifestaban un rechazo total por la anécdota. A esta tendencia pertenecen José María Guelbenzu, Félix de Azúa, Juan Cruz y Juan Eslava Galán. Mención especial merece Juan Benet; entre sus obras destaca Volverás a Región.
A partir de los años setenta, la novela española se caracteriza por la coexistencia de distintas tendencias y estilos anteriores. A pesar de esto, pueden detectarse ciertos rasgos comunes:
- Variedad de temas. Los temas abarcan un espectro que va desde el Realismo hasta el compromiso ético, la reconstrucción histórica o la pura fantasía. Atienden tanto a las circunstancias sociales y los acontecimientos históricos o políticos como a la vida cotidiana y los conflictos individuales.
La presencia del pueblo como referente afectivo y social está presente en la narrativa de Julio Llamazares. En las novelas de Luis Mateo Díez, aparece un mundo provinciano que condiciona a los personajes. La Guerra Civil y la posguerra siguen actuando como trasfondo, aun para las generaciones que no la vivieron. Destaca El lápiz del carpintero, de Manuel Rivas.
Novela Policíaca
En España, este modelo nació con La verdad sobre el caso Savolta, de Eduardo Mendoza, que recrea la Barcelona de principios de siglo y los conflictos obreros de la Semana Trágica.
Mendoza ha continuado este camino en El misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas y La aventura del tocador de señoras, en las que un enfermo mental investiga casos policiales.
Otro autor importante es Manuel Vázquez Montalbán, creador de la saga del detective Carvalho, ex comunista y ex agente de la CIA. En varias de sus novelas, el contexto corresponde a la realidad española contemporánea: Asesinato en el Comité Central o El hombre de mi vida.
Novela Histórica
Influida por El nombre de la rosa, de Umberto Eco, una tendencia importante de las últimas décadas es la recreación de hechos históricos.
En los últimos años destacan Javier Marías y Antonio Muñoz Molina.
Poesía Española en los Años 40
En los años cuarenta se registran en España distintas líneas poéticas. Por un lado, surge una poesía neoclásica cuyos núcleos temáticos son el amor, la religiosidad y el imperio. Por otro lado, aparece una línea existencialista, centrada en la angustia humana. Finalmente, surge una corriente vanguardista que conecta con los hallazgos de la generación del 27.
Poesía Neoclásica
Las revistas fundamentales de la corriente poética neoclásica fueron Escorial y Garcilaso.
Poesía Existencialista
El año 1944 fue fundamental en la evolución de la poesía de posguerra, ya que se publicaron dos obras fundamentales: Hijos de la ira, de Dámaso Alonso, y Sombra del paraíso, de Vicente Aleixandre, que marcan una línea de poesía existencial.
Hijos de la Ira
Dámaso Alonso introdujo en este libro importantes cambios formales: uso del versículo, vocabulario “no poético” e imágenes relacionadas con lo monstruoso y la podredumbre; y novedades temáticas: la realidad irrumpe en los textos cargados de protesta frente a la injusticia y desilusión de ser hombre.
La angustia histórica por la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial, junto con la angustia existencial, determinan los temas: el hombre y Dios, la muerte como único destino cierto, la soledad y la injusticia.
Sombra del Paraíso
En sus versos teñidos de nostalgia, soledad y pesimismo, Aleixandre refleja el cansancio del hombre y contrasta el dolor del presente frente a la armonía del pasado. Su tema clave es el paraíso perdido, evocado a través de los recuerdos infantiles y materializado en la naturaleza, perfecta en oposición a una sociedad impregnada de sufrimientos. El uso del verso libre y la sucesión de imágenes ideológicas supusieron el resurgimiento del surrealismo de preguerra.
Poesía Vanguardista
En la segunda mitad de la década de los cuarenta, dos movimientos plantearon un cambio a las poesías neoclásica y existencialista, reivindicando la poética vanguardista: el postismo y el grupo Cántico.
La poesía postista se caracteriza por la búsqueda de la sorpresa, por medio de la ruptura de la lógica, el humor, un lenguaje lúdico e imágenes irracionales.
El grupo Cántico adoptó una postura estetizante, caracterizada por el barroquismo lingüístico, el refinamiento formal, el culturalismo y el vitalismo del tema amoroso.