Evolución Histórica de la Península Ibérica
2.1 El Proceso de Hominización en la Península Ibérica: Nuevos Hallazgos
La hominización es el proceso en el que algunos primates evolucionaron a los primeros homínidos, y estos al hombre actual, por consecuencia de cambios físicos. Esta evolución se remonta a hace 6.000.000 de años.
Los hallazgos en la Sierra de Atapuerca encontraron restos humanos con 800.000 años. Estos restos eran de una especie desconocida a la que llamaron Homo Antecessor, anterior al Homo Sapiens. Estos restos son los más antiguos de Europa Occidental, ya que en Georgia estaba el Homo Ergaster.
En la Sima de los Huesos de Atapuerca se encontraron 32 individuos del Homo Heidelbergensis con 350.000 años. También se encontraron sus sucesores, el Homo Neanderthal, con un aspecto más robusto. Esta especie ya es más abundante, destacando el parental hallado en la Cova Negre de hace unos 45.000 años.
El Homo Sapiens moderno llegó a Europa hace 40.000 años y convivió con los últimos neandertales hasta hace 15.000 años, con su extinción.
En la Península hay varios yacimientos: Ambrona, del Paleolítico Inferior; el Castillo, del Paleolítico Medio; y las Caldas, del Paleolítico Superior.
2.2 Los Pueblos Prerromanos. Colonizaciones Históricas: Fenicios, Griegos y Cartagineses
En la primera mitad del primer milenio antes de Cristo entraron en la Península pueblos indoeuropeos y comerciantes mediterráneos. En las regiones meridionales apareció el reino de los tartesios, conocidos por escritos romanos y griegos. Su riqueza se basaba en la explotación de minas de oro, plata, cobre y en el control del estaño. Solo se han encontrado tesoros, ninguna ciudad.
Del s. XI al s. VI a.C., pueblos indoeuropeos entraron por los Pirineos, buscando nuevas tierras. Tenían un sustrato lingüístico común, el indoeuropeo. Se asentaron en Cataluña, la meseta, el norte y el oeste peninsular. Tenían hierro, pero no tenían ni política, ni economía, ni sociedad desarrollada.
En esta época llegaron pueblos colonizadores como los fenicios en Gadir y Malaca, y los griegos en Rhode, con intención comercial. En cambio, los cartagineses llegaron con intención militar, como en Cartago Nova.
Iberia queda dividida en dos áreas: la ibérica (sur y levante), que está más avanzada social y políticamente, y la celta, en la que hay pueblos celtíberos y no indoeuropeos como los vascones. Esta área es más aislada y con política y sociedad primitiva.
2.3 Conquista y Romanización: La Pervivencia del Legado Cultural Romano en la Cultura Hispana
La romanización es la asimilación de la política, sociedad, economía, religión y cultura romana. La sociedad hispana acabó integrándose durante la conquista, que se hizo por métodos represivos y vía pacífica.
En el sur y en el este peninsular hay mayor romanización que en zonas montañosas del norte, como el País Vasco y Navarra.
Los instrumentos de la romanización fueron: el latín, que desplazó a las lenguas autóctonas excepto el euskera; el derecho romano, que se implantó en Hispania y aún sigue vigente en parte; la religión, Hispania adoptó las formas religiosas romanas (mitología y finalmente cristianismo); y el arte y las obras públicas.
La romanización determinó el crecimiento de importantes ciudades como Corduba. En la incorporación de Hispania hay que destacar que algunos hispanos fueron importantes: Séneca (filósofo), Marcial (poeta) y los emperadores Marco Aurelio, Teodosio, Trajano y Adriano.
2.4 Las Invasiones Bárbaras. El Reino Visigodo: Instituciones y Cultura
En el año 409 d.C., pueblos bárbaros como los suevos, vándalos y alanos entraron en Hispania. Roma pactó con los visigodos para que controlaran Hispania. En el 476, los visigodos, extendidos de Loria al Tajo, se independizan. En el 507 se desplazaron a Hispania e impusieron su monarquía con capital en Toledo. Permaneció la separación entre hispanorromanos y visigodos en el terreno jurídico y religioso: los visigodos eran arrianos y los hispanorromanos católicos, hasta el III Concilio de Toledo (589). Recadero se convirtió y Recesvinto promulgó el primer código legal, el Fuero Juzgo (653), para ambos pueblos.
El Oficio Palatino y el Aula Regia, formados por nobles visigodos, asesoraban al rey. Los concilios, asambleas legislativas de obispos, reflejaban la importancia política de la iglesia, donde se corregían decisiones y se creaban leyes. La administración se realizaba mediante duques y condes, denominados Comites civitatum.
Se produjo un proceso de feudalización: nobles con más poder sobre los campesinos, cada vez más independientes, y la corona perdía autoridad, por ello había lucha de sucesión.
3.1 Evolución Política de Al-Ándalus: Conquista, Emirato y Califato de Córdoba
En el año 711 se inició la invasión árabe de la Península, dirigidos por Tariq y Muza. La expansión duró menos de 3 años por la débil defensa cristiana y los pactos con los nobles para mantener sus propiedades. Se instalaron en ciudades poderosas, con Córdoba como capital.
La conquista se inició con la derrota del rey Don Rodrigo en la batalla de Guadalete y conquistaron la mayor parte de la península, a la que denominaron Al-Ándalus.
Tras la derrota musulmana por Carlos Martel en la batalla de Poitiers en el 732, paró la conquista.
Al-Ándalus fue un emirato dependiente del imperio musulmán con capital en Córdoba. Con la caída de la dinastía de los Omeya (750), en el 756 se creó el Emirato de Córdoba, ya independiente, gobernado por Abderramán I.
Abderramán III superó la crisis y sometió a su control a todo Al-Ándalus. En el 929 se autoproclamó Califa y asumió todo el poder, proclamando el Califato de Córdoba.
Con su hijo fue la mayor época de esplendor y con Almanzor se estableció una dictadura militar y desarrolló una política de razzias con ataques como a Barcelona y Santiago.
3.2 Al-Ándalus: La Crisis del Siglo XI: Reinos de Taifas e Imperios Norteafricanos
La política conservadora de Almanzor mantenía la unidad del Califato, pero su hijo Abd-al-Malik no supo mantenerlo y Al-Ándalus se dividió en estados independientes: los reinos de Taifas.
Los reinos de Taifas tuvieron disputas entre ellas y, junto a ellas, tenían que pagar parias a los cristianos a cambio de protección y una labor cultural. Con la conquista de Toledo por Alfonso VI de Castilla en 1085, los reyes de Taifas pidieron ayuda a los almorávides, que vencieron a las tropas castellanas en Sagrajas.
La descomposición almorávide provocó las segundas Taifas en 1145. Al-Ándalus fue reunificada por los almohades.
El periodo almohade fue una época de libertad de pensamiento y desarrollo cultural-artístico. Tras su derrota contra los cristianos en la batalla de Navas de Tolosa (1212), empezó su declive y con la conquista de Sevilla (1248) se puso fin al imperio almohade.
El último territorio islámico fue el reino nazarí de Granada, que en 1492 los Reyes Católicos conquistaron.
3.3 Al-Ándalus: Organización Económica y Social
Al-Ándalus fue una sociedad urbana. Las ciudades fueron los centros de poder y actividad económica. Aquí creció la artesanía y la industria textil en talleres de seda, cuero, orfebrería, vidrio y cerámica. Se dedicaron al comercio por vía marítima.
El comercio se realizaba en los zocos de las ciudades. Al-Ándalus importaba esclavos, pieles y objetos de lujo, y exportaba tejidos. Había una circulación monetaria, el dinar de oro y el dírham de plata.
La agricultura, además de la trilogía mediterránea (cereal, olivo y vid), añadió el arroz, cítricos, algodón y la caña de azúcar.
La sociedad se dividía en grupos religiosos y étnicos. La división religiosa más importante era entre los musulmanes y los no musulmanes. Los no musulmanes tenían derechos limitados y más impuestos, pero tenían libre práctica de la religión. Se dividían en mozárabes (cristianos) y judíos, que estaban en las ciudades formando barrios separados (juderías). Los musulmanes se dividían por su origen étnico en sirios, beneficiados por botines y tierras; bereberes; y muladíes, que es el grupo más numeroso, formado por hispanos conversos.
3.4 Al-Ándalus: El Legado Cultural
El desarrollo cultural hizo del Corán y la lengua árabe una referencia y medio de relación.
Este desarrollo provocó una nueva poesía popular, las jarchas, poema árabe con estructura romance que hay en los estribillos de las moaxajas. En filosofía destacan judíos como Maimónedes y Averroes. Destacan el geógrafo Idrissi, el místico Ibn Arabí, el historiador Ibn Jaldum y el matemático Abulcasim Maslamara.
Córdoba se convirtió en el centro de irradiación islámica y en el foco cultural. La medicina, botánica y astronomía fueron temas muy desarrollados e investigados. El máximo intercambio cultural fue en la escuela de traductores de Toledo, potenciada por Alfonso X el Sabio.
3.5 La Mezquita y el Palacio en el Arte Hispano-Musulmán
El arte islámico está influenciado por Oriente y basado en el Corán (se prohíben las representaciones humanas, utilizándose la abstracción con caligrafía, dibujos geométricos…).
En arquitectura destacan el arco de herradura, el ataurique y la decoración cúfica, la vegetal y el alicatado…
La arquitectura religiosa son las mezquitas, como la de Córdoba, que se comenzó con Abderramán I y se acabó con Almanzor. Destaca la forma y la disposición de los arcos, la adaptación de la doble arquería y el arco de herradura con alfiz. La mezquita mayor se encontraba en la medina o parte noble de los barrios nobles.
La arquitectura civil son los palacios, formados por los baños, los jardines públicos y estancias reales. Eran de una riqueza interior, organizados en torno a un patio con un estanque. La mayor representación es la Alhambra de Granada.