Durante el siglo XXI, el español seguirá considerándose una lengua en expansión. Las causas de este crecimiento serán, además de las sociohistóricas y políticas ya conocidas, otras como:
- El elevado índice de natalidad de los hablantes hispanoamericanos.
- El interés (casi siempre comercial en primer lugar y cultural en segundo) de otros estados no hispanohablantes por esta lengua.
- El mantenimiento como idioma oficial en instituciones internacionales clave.
Además de estas razones, podemos tener en cuenta otras como:
- Se trata de una lengua con una tradición literaria española e hispanoamericana muy importante.
- Es un idioma relativamente uniforme por su sistema vocálico simple y por tener un léxico básico compartido.
- Es una lengua geográficamente compacta: la mayor parte de los países hispanohablantes ocupa territorios contiguos.
- El esfuerzo de las distintas Academias de la Lengua por aunar criterios.
La difusión del español, además del Instituto Cervantes, se da en las universidades, a través de profesores internacionales de español como segunda lengua, TVE Internacional, RNE Internacional, internet, oficinas de turismo, congresos, exposiciones, literatura, cine, etc.
En la actualidad, se desarrollan numerosos programas de difusión de la cultura y la lengua española por el mundo. Con este fin, se creó en 1991 el Instituto Cervantes, una institución que cuenta con centros repartidos por todo el mundo, además de un centro virtual que imparte cursos interactivos de español y ofrece otros materiales didácticos.
Además de la gran labor de esta institución, debemos tener en cuenta que la difusión del español depende en gran medida de dos factores especialmente importantes: la enseñanza del español como lengua extranjera y la presencia de nuestro idioma en la red.
La enseñanza del español en el mundo
Según el último anuario del Instituto Cervantes, el español se estudia en más de noventa países, con un total de veintiún millones de estudiantes que lo aprenden como lengua extranjera. Obviamente, es el continente americano el que tiene mayor demanda. En Europa, estudian español casi tres millones y medio de estudiantes distribuidos en treinta y ocho países diferentes, sin incluir a un número considerable de estudiantes que nos visitan cada año para aprenderlo. La expansión del español en África vive un momento crucial. Más de medio millón de africanos estudian español como lengua extranjera a lo largo y ancho del continente en más de quince países. La situación del español en Oriente Próximo arroja resultados igualmente esperanzadores si tenemos en cuenta la inestabilidad política y, por tanto, económica que atenaza a la zona en los últimos años: más de 15.000 alumnos cursan estudios de español en toda el área. Asia y el Pacífico Sur suponen el mayor reto que afronta nuestra lengua en los albores del siglo XXI. Frente a cifras como los 60.000 universitarios japoneses que demandan cursos de español o los más de 20.000 estudiantes de español en Filipinas, llama poderosamente la atención el escaso número de estudiantes en China (unos 9.000 alumnos). Es claro el desafío que nuestra lengua tiene que afrontar en China, dada su importancia estratégica, pero también resulta evidente que las perspectivas son óptimas y que todo indica que en los próximos años se producirá un fortísimo aumento de la demanda.
De todas estas cifras, la conclusión principal que se extrae es que el español ocupa hoy el segundo lugar como lengua extranjera más estudiada del mundo, por detrás tan solo del inglés. La demanda de español es también la que más ha crecido en la última década, de nuevo a la par que la demanda de inglés.
El español en la red
La presencia del español en internet es una garantía de difusión de nuestro idioma al resto del mundo. Internet está considerado como “el medio de comunicación masiva más democrático inventado hasta la actualidad”. Es evidente que tales sistemas de comunicación necesitan de soportes lingüísticos. El importante desarrollo del uso del español en estas autopistas de la información en los últimos años ha magnificado su importancia en el mundo actual. Esta circunstancia conlleva, sin embargo, diversos requisitos, que han sido juzgados de manera muy desigual por los lingüistas. Es un hecho incuestionable que, para que una lengua viaje con éxito por las ondas, tiene que ser “comprensible” para todos, o, al menos, para la gran mayoría de quienes la conocen en el mundo. Lo que preocupa a muchos —aun a los que reconocen estos hechos fundamentales— es que la necesidad de homogeneizar al máximo nuestras variedades dialectales fuerce a crear un “español neutro”. Para muchos autores, la amenaza de ese “español neutro” llegaría con el uso de un lenguaje de “mínimos”. Además, las cifras de usuarios internautas hispanohablantes se sitúan en torno al 8%.
En cifras generales, según el propio Instituto Cervantes (datos del 2015), se calcula que hay unos 500 millones de internautas. De ellos, el 7,9% utilizan el español frente al 45% que usan el inglés. Este hecho nos hace reflexionar sobre la influencia, cada vez mayor, del idioma anglosajón en el español, algo que se va incrementando cada vez más en los países hispanoamericanos sobre todo. Debemos tener en cuenta que el desarrollo de las nuevas tecnologías no es tan avanzado en estos países hispanoamericanos que, sin embargo, cuentan con el español como lengua de uso, lo que ayudaría, por otro lado, a incrementar la presencia del español en la red.
Muchos autores consideran que, a pesar de las grandes diferencias entre el inglés y el español en cuanto al uso de la red, lo realmente importante es la presencia de nuestro idioma en internet, hecho que lo convierte en potencial de desarrollo y queda constancia en el mundo de las nuevas tecnologías, adaptándose a los nuevos escenarios de comunicación global y estando presente así en todo el mundo.
Se ha convertido en la segunda lengua más usada en las redes de Twitter y Facebook. Lo que sí queda claro es que la presencia del español en la red sirve en gran medida como fuente de difusión no solo de nuestro idioma, sino también de nuestras culturas, lo que lo convierte en un instrumento más, quizás el más importante, en la globalización de medios, junto a la televisión o la radio. Por último, no debemos olvidarnos de otros medios que ayudan a la difusión del español en el resto del planeta, como son la música, el cine, etc.