El Pluralismo Vasco en la Restauración
A finales del siglo XIX, la industrialización y la llegada de inmigrantes cambiaron la sociedad vasca, acabando con la relación entre obreros y patronos propia de la época preindustrial. Esto también rompió la división entre liberales y carlistas, dando paso a nuevos movimientos políticos.
El socialismo, con líderes como Facundo Pérezagua e Indalecio Prieto, se basó en la clase obrera de Bizkaia y Gipuzkoa. El nacionalismo vasco, liderado por Sabino Arana, defendió la identidad vasca, los fueros y el catolicismo, y se opuso tanto al centralismo como a las ideologías obreras.
El carlismo perdió fuerza al no adaptarse a los cambios y vio cómo sus bases se desplazaban hacia el nacionalismo. Otros movimientos, como los republicanos y tradicionalistas, mantuvieron estructuras antiguas, recurriendo a prácticas como el falseamiento electoral.
La industrialización y el cambio social crearon un País Vasco con gran pluralidad política, que marcaría el siglo XX.
Bases del Nacionalismo Vasco
El nacionalismo vasco se basa en varios mitos creados para justificar la identidad política, social y económica del País Vasco. Por ejemplo, los mitos sobre batallas históricas como la de Arrigorriaga o figuras como Túbal y Aitor. A finales del siglo XIX, el romanticismo contribuyó a crear el mito de la paz y tranquilidad de la sociedad rural vasca, un aspecto clave de la economía vasca.
La Revolución Industrial en el País Vasco en el siglo XIX también influyó, pero el nacionalismo vasco no ignoró las tensiones sociales y económicas que surgieron en Europa y en la región. Las tradiciones vascas, junto con los derechos especiales y las creencias religiosas, hicieron que muchos vascos adoptaran ideas del tradicionalismo, representadas por el carlismo, que defendía la protección de la iglesia y la autonomía de los territorios vascos. Esto formó parte de la identidad del pueblo vasco.
Biografía de los Líderes Políticos
Facundo Pérezagua
Facundo Pérezagua (1854-1921) fue un líder socialista vasco nacido en Bilbao. En 1886 fundó la primera asociación socialista de la ciudad, formada por tipógrafos. Fue clave en los primeros pasos del socialismo en el País Vasco, apoyando huelgas mineras y el activismo obrero. Su radicalismo inicial ayudó al movimiento, aunque la huelga de 1892 fracasó por la falta de organización sindical. Con el tiempo, moderó su postura, pero sigue siendo una figura importante en la historia del socialismo vasco.
Indalecio Prieto
Indalecio Prieto (1883-1962) fue un líder socialista asturiano afincado en Bilbao. Conocido por su moderación, Prieto se centró en la política electoral, obteniendo victorias en las urnas y promoviendo alianzas con republicanos. Fue clave en la consolidación del socialismo en el País Vasco y se convirtió en una figura central del socialismo español durante la Segunda República.
Sabino Arana
Sabino Arana (1865-1903) fue el fundador del nacionalismo vasco. Creó el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y defendió la identidad cultural, política y social de los vascos. Arana propuso la autonomía e independencia de Euskadi y rechazó ideologías extranjeras como el socialismo, viéndolas como ajenas a los intereses de los trabajadores vascos. Su legado es fundamental en el nacionalismo vasco actual.
El Movimiento Obrero en el País Vasco
El movimiento obrero en el País Vasco nació a finales del siglo XIX debido a las malas condiciones laborales en minas y fábricas, sobre todo en Bizkaia. En 1886, Facundo Pérezagua fundó la primera asociación socialista en Bilbao. Las huelgas de los mineros de 1890 lograron algunos avances, pero la de 1892 fracasó por la falta de organización sindical. El socialismo creció en lugares como Eibar, influenciado por la industria y la tradición liberal.
El socialismo comenzó de forma radical con Pérezagua, pero más tarde, figuras como Indalecio Prieto adoptaron una postura más moderada, logrando apoyo electoral. En respuesta, los nacionalistas vascos crearon ELA, un sindicato católico que defendía a los obreros autóctonos frente a los socialistas, considerados extranjeros.
El fracaso de la huelga de 1917 llevó a Prieto a centrarse en la política. La Revolución Rusa y la crisis económica de 1921 favorecieron al comunismo, pero el socialismo siguió siendo fuerte. La dictadura de Primo de Rivera (1923) ilegalizó el anarquismo y fortaleció el sindicalismo católico, mientras que la UGT colaboró con el régimen, preparando al movimiento obrero para la Segunda República.
Conceptos Clave
Foralismo
El foralismo es una ideología que defiende la autonomía y los derechos tradicionales de los territorios del País Vasco y Navarra. Basado en los privilegios y las instituciones que existían antes de la centralización del Estado español, promueve el respeto por las leyes y costumbres locales. En el siglo XIX y principios del XX, el foralismo se unió al nacionalismo vasco, buscando más independencia para Euskadi, pero respetando las tradiciones y los fueros locales.
Tradicionalismo
El tradicionalismo es una ideología que valora la preservación de las costumbres y valores antiguos frente a los cambios de la modernidad. En el País Vasco, se asoció con el carlismo, un movimiento que defendía una monarquía tradicional y los fueros locales. El tradicionalismo vasco defendió una sociedad basada en la religión, la familia y la comunidad, y se opuso a las reformas liberales y republicanas.
Nacionalismo
El nacionalismo vasco surgió a finales del siglo XIX, impulsado por figuras como Sabino Arana, que defendía la creación de una identidad vasca autónoma y separada de España. Este movimiento sostiene que el País Vasco tiene una identidad cultural, lingüística e histórica propia que justifica su derecho a la autodeterminación. Con el tiempo, el nacionalismo vasco pasó de ser un movimiento cultural y foralista a uno más político y separatista, representado principalmente por el Partido Nacionalista Vasco (PNV). Ha sido un tema clave en la política vasca, especialmente en el siglo XX, frente a la centralización del Estado y las tensiones con otras ideologías como el socialismo.
Evolución del Pensamiento de Sabino Arana
Sabino Arana, líder del nacionalismo vasco, nació en una familia carlista. Su ideología defendía la diferencia del pueblo vasco (bizkaino) frente al español (maketo) en cultura, lengua y costumbres, y luchaba por recuperar los fueros y romper con España, como decía en su lema “Jaungoikoa eta Lege Zaharra“. En su folleto “Bizcaya por su independencia” (1892) y en su discurso en Larrazabal (1893) expresaba estas ideas.
Sin embargo, más tarde, en su “testamento vital”, adoptó una postura más moderada, pidiendo autonomía para Euskadi en lugar de independencia total, lo que generó una división entre los que querían independencia y los que preferían autonomía.
En 1895 se fundó el Partido Nacionalista Vasco, que se dividió en dos grupos: los “independentistas” (Sabino Arana y otros) que buscaban cortar la relación con España, y los “posibilistas” (Ramón de la Sota) que querían autonomía dentro de España.
El Nacionalismo Vasco Tras la Muerte de Sabino Arana
Tras la muerte de Sabino Arana en 1903, el nacionalismo vasco continuó, pero con cambios. El liderazgo del Partido Nacionalista Vasco (PNV) pasó a su hermano Luis Arana y otros miembros, quienes moderaron la idea de la independencia total, enfocándose más en la autonomía de Euskadi. A medida que la industrialización avanzaba y la clase trabajadora crecía, el PNV empezó a buscar apoyo en sectores más amplios, incluida la burguesía vasca.
Aunque el nacionalismo vasco comenzó a acercarse al socialismo, mantuvo su carácter conservador y católico, defendiendo los fueros y la identidad vasca. Así, el PNV se consolidó como una fuerza política clave, promoviendo una Euskadi autónoma dentro de España, aunque aún existían tensiones internas entre la visión radical de Sabino y la postura más moderada de los nuevos líderes.