Fundamentos del Conocimiento y Crítica a la Causalidad según Hume

Elementos del Conocimiento

Hume considera que las percepciones son los elementos del conocimiento. Distingue dos tipos de percepciones:

  • Impresiones: Conocimiento proporcionado por los sentidos en el presente.
  • Ideas: Huellas o representaciones mentales de impresiones pasadas.

Las ideas provienen de las impresiones, y a toda idea le corresponde una impresión de la que procede. El criterio para diferenciar impresiones e ideas es la vivacidad. Las impresiones son más vivas porque están relacionadas con cuestiones de hecho u observables perceptibles de la realidad. Por el contrario, las ideas son más débiles, confusas e imprecisas. Las ideas no se encuentran sueltas en nuestro entendimiento, sino asociadas unas a otras de forma racional.

Tipos de Conocimiento

Hume distingue dos tipos de conocimiento:

  1. Relaciones de ideas: Conocimiento que no se refiere a hechos, sino a la relación existente entre ideas. Aunque estas ideas procedan de la experiencia, la relación entre ellas es independiente de los hechos. A este tipo pertenecen la lógica y las matemáticas. Sus afirmaciones son ciertas de modo demostrativo, sin necesidad de referirse a hechos. En matemáticas, por ejemplo, decir que “4 + 3 = 7” no es en sí mismo decir nada acerca de cosas existentes; la verdad de la conclusión depende simplemente del significado de los términos y de si la relación entre ideas es adecuada.
  2. Conocimiento de hechos: Conocimiento referido a impresiones que proceden de la experiencia. Comprobamos su verdad recurriendo a la experiencia. Hume introduce un criterio para decidir acerca de la verdad de nuestras ideas: ¿Procede de alguna impresión? Si podemos señalar la impresión correspondiente, estaremos ante una idea verdadera; en caso contrario, ante una ficción. Nuestros conocimientos están limitados por las impresiones.

Crítica a la Idea de Causa

El Conocimiento de Hechos y la Idea de Causa

Aplicando el criterio anterior, nuestro conocimiento de hechos queda limitado a las impresiones actuales y a los recuerdos de impresiones pasadas. No puede haber conocimiento de hechos futuros, ya que no poseemos impresión alguna de lo que sucederá. Sin embargo, contamos con que en el futuro se producirán ciertos hechos. Por ejemplo, si ponemos un recipiente de agua al fuego, contamos con que se calentará. Según Hume, estamos seguros de que el agua se va a calentar porque el fuego es la causa de que el agua se caliente (efecto). Todos nuestros conocimientos sobre cuestiones de hechos se basan en la relación causa-efecto.

Causalidad y “Conexión Necesaria”

La relación causa-efecto se concibe normalmente como una conexión necesaria. Esto quiere decir que la relación entre causa y efecto no puede ser ocasional sino necesaria. Cuando afirmamos que A es la causa de B, pensamos que siempre será y ha sido así. Creemos saber cómo serán los acontecimientos futuros porque entre causa y efecto existe una conexión necesaria. Pero si aplicamos el criterio de verdad de Hume, no hay ninguna impresión de esta idea de conexión necesaria. De los fenómenos sucesivos, solo percibimos la sucesión de ambos, pero no la conexión necesaria. Por ejemplo, percibimos el fuego y que los objetos junto al fuego se calientan, pero nunca hemos observado una conexión necesaria entre estos dos hechos. La conexión entre ellos es algo que suponemos, pero que no podemos comprobar. La idea de conexión necesaria, al no provenir de una impresión, no es una idea verdadera. Del futuro no podemos tener certeza, sino solo creencia y suposición. Sabemos que si ponemos algo sobre el fuego se calentará por el hábito o costumbre de observar repetidamente la sucesión de dos fenómenos, pero que entre ambos exista una conexión necesaria es una suposición incomprobable.