Características de la Monarquía Autoritaria
La monarquía autoritaria es un sistema centralista en el que los reyes van acaparando todos los poderes del Estado, como un paso previo al establecimiento posterior de la monarquía absoluta. En el caso de la monarquía hispánica, los Reyes Católicos sometieron al poder real a la nobleza, a los municipios o concejos (creando la figura del corregidor), a la Iglesia (consiguiendo el Real Patronato) y a las Cortes estamentales (disminuyendo sus poderes, sobre todo en Castilla), establecieron una burocracia centralizada (en la que destacaron los Consejos), reorganizaron la Hacienda, crearon un ejército permanente y tomaron en sus manos la administración de justicia (establecimiento de Chancillerías y Audiencias).
Expansión Territorial Durante el Reinado de los Reyes Católicos
La expansión territorial de la monarquía hispánica tuvo tres grandes objetivos: la Península, el Mediterráneo y el Atlántico. En la Península, fueron incorporadas a Castilla tanto el reino nazarí de Granada (1492) como el reino de Navarra (1512). En el Mediterráneo se conquistan enclaves en el norte de África como Melilla (1497) y se ocupa definitivamente el reino de Nápoles, que se incorpora a la Corona aragonesa (1504). En el Atlántico se culmina la conquista de Canarias en 1496 con la conquista de Tenerife y se inicia la expansión en América a partir del primer viaje de Colón en 1492.
Política Exterior de los Reyes Católicos
La política exterior de los Reyes Católicos estuvo marcada por su expansión territorial, tanto en la Península como en el exterior, y por su enfrentamiento con Francia por el dominio de Italia y la hegemonía europea. En cuanto a los enfrentamientos con Francia, el escenario de los mismos fue Italia, enfrentándose ambas coronas por el dominio del reino de Nápoles, que acabó incorporándose a la Corona de Aragón en 1504. El enfrentamiento con Francia fue básico en la futura evolución de la Monarquía Hispánica, ya que esta pasó a ocupar la hegemonía en el continente y, para asegurarla, los Reyes Católicos realizaron una política matrimonial con sus hijos cuyo objetivo era aislar a Francia.
Política de Unidad Religiosa de los Reyes Católicos y los Austrias
Las monarquías autoritarias, y posteriormente las absolutas, tuvieron entre sus justificaciones ideológicas el origen divino del poder real. Esto provocó que se diera por sentado que un súbdito, para ser leal a su rey, debía compartir su misma religión. En el caso de las monarquías de la península ibérica, su confesionalización fue mucho más intensa debido al enfrentamiento secular con los musulmanes en el proceso de «Reconquista». Por tanto, dentro de su política autoritaria, los Reyes Católicos decretaron en 1492 la conversión obligatoria o su expulsión de todos sus reinos de los judíos y en 1502 hicieron lo propio con los mudéjares del reino de Castilla. Ambos decretos dieron origen a los judeoconversos y a los moriscos, dos grupos que, pese a ser oficialmente cristianos, siguieron en su mayoría practicando en secreto su antigua religión.
Conflictos Políticos Relevantes de los Austrias Mayores (Siglo XVI)
Fueron las sublevaciones de las Comunidades y las Germanías, al principio del reinado de Carlos I, y la rebelión de los moriscos del reino de Granada, en el reinado de Felipe II. La revuelta de las Comunidades es una sublevación de las ciudades castellanas frente a la llegada de un rey al que consideraban extranjero, a su política imperial en el norte de Europa y a su reforzamiento del poder real. La revuelta de las Germanías tuvo un carácter más social que político, enfrentándose en el reino de Valencia los nobles y sus vasallos moriscos contra las oligarquías de las ciudades.
Política Exterior Europea de Carlos I
La política exterior de Carlos I estuvo basada en la defensa de la “Universitas Christiana”, es decir, la defensa de la unidad de la cristiandad bajo la autoridad política del emperador y la religiosa del papa. De esta defensa surgieron los enfrentamientos con Francia por la hegemonía política en el continente, con el Imperio Otomano por su expansión en Europa Oriental y con los príncipes alemanes protestantes. El fracaso o estancamiento en estos enfrentamientos, le llevó a abdicar en 1556, dividiendo su Imperio: la Corona Imperial y Austria para Fernando y el resto para Felipe.
Política Exterior de la Monarquía Hispánica en el Reinado de Felipe II
Su política exterior sigue basada en la defensa del catolicismo frente a los hugonotes franceses (tras derrotar a Francia en la Batalla de San Quintín en 1557, intervino en sus guerras de religión del lado de los católicos), Inglaterra (fracasando su intento de invasión, la Armada Invencible, en 1588), los otomanos (a los que derrotó en Lepanto en 1571, frenando su expansión mediterránea) y la Holanda protestante (cuya rebelión independentista no logró sofocar). Sin embargo, la monarquía se ve impotente para mantener todos estos enfrentamientos, viéndose obligado el rey a decretar varias bancarrotas durante su reinado y esquilmando los recursos económicos de Castilla con una fortísima presión fiscal.
Diferencias en la Política Internacional de Felipe II y Carlos I
La política exterior de Carlos I estuvo basada en la defensa de la “Universitas Christiana”, es decir, la defensa de la unidad de la cristiandad bajo la autoridad política del emperador y la religiosa del papa. Sin embargo, esta política fracasó por la consolidación de la reforma protestante en gran parte de Alemania, Flandes e Inglaterra. El fracaso de la política imperial de Carlos I explica que el objetivo prioritario de su hijo sea el mantenimiento de la hegemonía de la Monarquía en Europa y la defensa del catolicismo frente a las tendencias protestantes, ya consolidadas.
Características de la Hegemonía Española en el Mundo
Durante el siglo XVI la Monarquía Hispánica se convierte en la potencia hegemónica mundial gracias a su gran extensión territorial, producto de la gran herencia patrimonial de Carlos I, y a su gran capacidad financiera debido a los metales preciosos procedentes de las colonias americanas. La política imperial de ambos reyes estuvo unida a la defensa del catolicismo como principio ideológico, concretado en la época de Carlos I en la idea de “Universitas Christiana” y en el de Felipe II en los preceptos de la Contrarreforma. Esto les hizo enfrentarse a los países protestantes, especialmente los príncipes alemanes, Inglaterra y Holanda, y con la gran potencia musulmana, el Imperio Otomano. El otro gran enemigo de la monarquía fue Francia. Finalmente, la Monarquía no pudo soportar este enorme esfuerzo, provocando la bancarrota de la monarquía y su entrada en crisis en el siglo XVII.
La Figura del Valido en el Siglo XVII
Los validos fueron unos ministros que suplantaron, de hecho, al rey en las tareas de gobierno. Sin embargo, los validos ejercieron sus funciones en función de sus intereses particulares, por lo que predominó el nepotismo y la corrupción. De hecho, se considera que sus actuaciones son unas de las causas de la crisis de la Monarquía Hispánica en ese siglo.
Hechos Relevantes (1640-1659) que Evidenciaron la Decadencia de la Monarquía Hispánica
En este periodo se produjeron dos hechos relevantes: las sublevaciones de Cataluña y Portugal y la gran epidemia de peste negra de 1647. En cuanto a las primeras, frente al intento por parte del Conde-Duque de Olivares de hacer que todos los reinos contribuyeran a sufragar los gastos militares de la Monarquía (Unión de Armas), se produjeron sublevaciones en Cataluña y Portugal en 1640, intentando separarse de ella. Estas acabaron en el caso de Cataluña con su derrota en 1652 y en el caso de Portugal con la consolidación de su independencia de 1668. En cuanto a la epidemia de peste negra de 1647, afectó con dureza al levante y sur peninsular, contribuyendo al descenso de población que registra España a lo largo del siglo XVII.
El Siglo XVIII como Siglo de las Luces
El término «Siglo de las Luces» hace referencia al siglo XVIII, cuando se expandió por Europa el movimiento ideológico y cultural de la Ilustración, que declaraba como objetivo iluminar la vida del ser humano a través del empleo de la razón. La Ilustración es un movimiento ideológico y cultural que, con precedentes en Inglaterra y Holanda en el siglo XVII, se consolida en Francia en el siglo XVIII, extendiéndose desde allí al resto de Europa y América. Sus principios básicos el predominio de la razón frente a la tradición y la religión, el pensamiento crítico, la defensa de la idea de progreso material e intelectual, la tolerancia religiosa, la importancia transformadora de la educación y la valoración de las ciencias experimentales. La aplicación de estos principios puso en duda los fundamentos político, económicos y sociales del Antiguo Régimen, poniendo las bases del movimiento político del Liberalismo.
Causas de la Guerra de Sucesión Española
En 1700 muere sin descendencia Carlos II, último rey de la dinastía de los Austrias, dejando como heredero al nieto del rey Luis XIV de Francia, Felipe de Anjou. A ello se opone Carlos, archiduque de Austria, que es apoyado por Inglaterra. Se inicia así la Guerra de Sucesión entre ambos candidatos, que es a la vez una guerra civil (Castilla frente a la Corona de Aragón) e internacional (Francia y España frente a Austria, Inglaterra, Holanda y Portugal).
Consecuencias de la Guerra de Sucesión Española
Como consecuencia de la guerra, se reconoció a Felipe de Anjou como rey de España (Felipe V), asentándose definitivamente la nueva dinastía de los Borbones. A cambio, España deja de ser una primera potencia en el continente europeo al perder gran parte de sus posesiones: los Países Bajos, Milán, Nápoles y Cerdeña los cede al Imperio Austriaco, Sicilia al reino de Saboya) y Menorca y Gibraltar a Gran Bretaña. La nueva dinastía aplicó una política reformista basada en la centralización del poder político, dentro de la cual destacaron los Decretos de Nueva Planta, que supusieron el establecimiento de un estado unitario y centralista.
Consecuencias del Tratado de Utrecht
En el tratado se reconoció a Felipe de Anjou como rey de España (Felipe V), asentándose definitivamente la nueva dinastía de los Borbones. A cambio, España deja de ser una primera potencia en el continente europeo al perder gran parte de sus posesiones: los Países Bajos, Milán, Nápoles y Cerdeña los cede al Imperio Austriaco, Sicilia al reino de Saboya) y Menorca y Gibraltar a Gran Bretaña.
Los Decretos de Nueva Planta
Los Decretos de Nueva Planta, aprobados en 1707 para los reinos de Aragón y Valencia y en 1716 para Cataluña y Mallorca, supusieron la supresión de los fueros de esos territorios, es decir, de sus leyes e instituciones propias, siendo sustituidas por las castellanas. Supusieron, por tanto, el fin de la monarquía confederal establecida por los Reyes Católicos y el nacimiento de un estado unificado y centralista, tanto en lo político-administrativo como en lo económico.
Medidas Reformistas Durante el Reinado de Carlos III (Despotismo Ilustrado)
Durante el reinado de Carlos III (1759-1788), siguiendo las tesis del Despotismo Ilustrado, se desarrolló un amplio programa reformista con la ayuda de un equipo de ministros y colaboradores ilustrados. Entre las medidas, centradas en los aspectos socioeconómicos, destacaron la modernización en la vestimenta de los españoles decretada por Esquilache en 1766 y que provocó el famoso motín y la expulsión de los jesuitas en 1767; el fomento de la enseñanza a través de la creación de Escuelas de Artes y Oficios; la creación de Sociedades Económicas de Amigos del País para que propusieran medidas de fomento económico; la creación de las Nuevas Poblaciones de Andalucía y Sierra Morena; el Decreto de Libre Comercio con las colonias americanas (1778) y el establecimiento de nuevas fábricas reales, como la de Cristales de la Granja.
Medidas Relevantes de los Monarcas Ilustrados para el Desarrollo de la Agricultura
Las dos medidas más relevantes de reformas en la agricultura fueron los proyectos de reforma agraria y las nuevas poblaciones de Sierra Morena y Andalucía. En cuanto a los proyectos de reforma agraria, basándose en los principios de la fisiocracia, se pretendía limitar el precio de los cereales, modificar la estructura de la propiedad en favor de los medianos propietarios y crear redes de transporte y de comercialización modernas. Su principal impulsor fue el ilustrado Jovellanos. En cuanto a las Nuevas Poblaciones de Andalucía y Sierra Morena, fueron establecidas en 1767. Su objetivo era colonizar zonas hasta entonces despobladas como Despeñaperros y establecer unas comunidades modelo que introdujeran las innovaciones agrarias ya existentes en el norte de Europa.
Reformas en la Administración Emprendidas Bajo la Dinastía Borbónica (Siglo XVIII)
En primer lugar, se centraron en la unificación política siguiendo el modelo castellano a través de los Decretos de Nueva Planta que, entre 1707 y 1716, derogando los fueros de la Corona de Aragón. Además, estos decretos supusieron la extensión del sistema de audiencias, intendentes y corregidores a los antiguos reinos de la Corona de Aragón. En la administración central se produjo la pérdida de poder de los Consejos frente a los ministros o secretarios. Por último, en la administración colonial se excluyó a los criollos de los cargos político-administrativos.