Nietzsche: Vida, Pensamiento y Crítica a la Cultura Occidental

Biografía de Friedrich Nietzsche

Friedrich Nietzsche (1844-1900) nació en Röcken, Alemania, en el seno de una familia religiosa. Estudió filología clásica y teología, disciplinas en las que también ejerció como profesor. Su primera obra importante, El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música, generó gran controversia. A pesar de las críticas y la disminución de sus alumnos, continuó escribiendo obras como Consideraciones intempestivas y Sobre verdad y mentira en sentido extramoral. Debido a una enfermedad, abandonó la docencia y viajó por diversas ciudades, periodo en el que publicó un gran número de obras centradas en la crítica de la religión, la metafísica y la moral. En sus últimos años, antes de sufrir un colapso en Turín en 1889 del que nunca se recuperó, publicó materiales más elaborados sobre su pensamiento de madurez. Algunas de sus obras más destacadas son: El nacimiento de la tragedia, Verdad y mentira en sentido extramoral, La genealogía de la moral, Crepúsculo de los ídolos y Ecce Homo.

Fundamentación del Pensamiento de Nietzsche

La principal preocupación de Nietzsche fue determinar las condiciones necesarias para reformar la situación social y cultural de su época. Percibía a la sociedad como un conjunto impregnado de resentimiento y miedo. Su objetivo era transformar el sistema de valores de la cultura occidental, es decir, su moral. Su reflexión se orientó hacia un cambio radical de la cultura occidental.

El punto de partida de Nietzsche es la “muerte de Dios“, que interpreta como la pérdida de la fe en la religión cristiana (representante del bien y el mal) y la disminución de la influencia social de la Iglesia. Con la “muerte” del Dios cristiano, desaparece la autoridad divina sobre la verdad y el bien. La vida deja de tener metas trascendentes, y los valores morales y las verdades del saber ya no son algo eternamente establecido, sino creaciones humanas. Para Nietzsche, esto representa la “irrupción del nihilismo”.

Hasta entonces, los seres humanos consideraban que lo bueno y lo malo eran así porque Dios lo había establecido. De igual modo, creían que lo verdadero o falso dependía de si se refería o no al modo de ser de las cosas tal como Dios las había creado. Con la “muerte de Dios”, se produce una sobrevaloración de los grandes valores tradicionales.

Esta irrupción del nihilismo se basa en tres aspectos:

  • Aspecto negativo: La pérdida de los valores tradicionales.
  • Aspecto positivo: La oportunidad de crear nuevos valores.
  • Aspecto intermedio: La transición entre ambos.

La Ética de Nietzsche: Una Nueva Valoración

Nietzsche propone una renovación cultural en la que el criterio para distinguir lo verdadero de lo falso, o lo bueno de lo malo, es la vida misma. Utiliza el método genealógico como un instrumento para analizar el origen de los valores morales, revelando que estos han servido para la domesticación y desnaturalización del cuerpo. Las ideas morales han promovido la anulación de los impulsos corporales, en lugar de aprovecharlos como fuente de salud y creatividad.

Al aplicar el método genealógico a las creencias religiosas, los valores morales y la cultura occidental en general, Nietzsche descubre que estas creaciones han surgido del miedo a la vida. Las creaciones culturales del hombre occidental son, en su opinión, creaciones nihilistas que reflejan una contradicción interna: la separación entre el mundo sensible y el mundo inteligible, y el dualismo moral entre un ideal y un ser imperfecto. Para Nietzsche, el mundo trascendente, siempre inalcanzable, es valorado por encima del mundo sensible, que es considerado falso y sin valor.

El ser humano que depende de la fe en Dios es, para Nietzsche, un ser sin la fuerza suficiente para crear por sí mismo el mundo que desea. A esta figura la denomina nihilista pasivo, alguien que se limita a creer en la realidad que otros inventan. Esta actitud se debe a la incapacidad de aceptar la vida tal como es, con sus aspectos positivos y negativos. Nietzsche considera que el occidental contemporáneo es infantil y nihilista como consecuencia de una educación “domesticadora”.

En La genealogía de la moral, Nietzsche explica la diferencia entre “bueno” y “malo”. Originalmente, estos términos designaban la diferencia de cualidades entre nobles y esclavos. Los esclavos eran considerados “malos” por los nobles. Sin embargo, los esclavos, a su vez, calificaron a los nobles de “malos” en un sentido moral.

La Crítica a la Moral Tradicional y la Propuesta del Superhombre

En la primera parte de La genealogía de la moral, Nietzsche describe al individuo noble, sano y creativo como alguien con instintos fuertes y una voluntad creadora, en contraste con el nihilista. La historia de Occidente es, para él, la historia de la victoria del resentimiento y el deseo de venganza de los débiles, quienes imponen verdades y valores establecidos por Dios como únicos y absolutos.

Nietzsche presenta la cultura griega como un ejemplo de aceptación de la condición humana y afirmación de la vida. Considera que la cultura griega es superior a todo lo que vino después, desmintiendo la ideología del progreso. Con Sócrates y Platón, se perdió el equilibrio natural del ser humano, caracterizado por la seguridad del comportamiento instintivo y la armonía entre los impulsos corporales y la idea de la vida. Estas formas naturales fueron sustituidas por el predominio de la razón. El ideal de vida que se propagó fue el culto a la racionalidad, que culminó en el racionalismo moderno. Para Nietzsche, esta evolución es una enfermedad, una decadencia en la que el ser humano se convierte en un ser abstracto y genérico.

Antropología de Nietzsche: La Pluralidad del “Yo”

Nietzsche niega la existencia del “yo” trascendental de Kant, que proporciona las categorías para la conceptualización del mundo. También rechaza la idea de un conocimiento objetivo y universal. Se opone a los principios de Descartes, argumentando que el “yo pienso” no es el origen de los pensamientos, sino que las órdenes se ejecutan por ordenación del inconsciente. El cuerpo es el que piensa, y el pensamiento consciente depende del inconsciente. También se opone a Kant, negando la existencia de un sujeto trascendental.

Frente a la tesis de la unidad del “yo” empírico de Descartes y del “yo” trascendental de Kant, Nietzsche defiende una doble pluralidad:

  1. Pluralidad interindividual: Solo existen individuos distintos entre sí, diferentes en valor y perspectiva. No hay un sujeto trascendental.
  2. Pluralidad intraindividual: El sujeto individual no es una sustancia, sino una pluralidad de fuerzas.

Para Nietzsche, el sujeto es una multiplicidad que ha creado una unidad imaginaria. La unidad del “yo” es una unidad superficial bajo la cual operan una gran cantidad de motivos inconscientes. La personalidad de cada individuo es una máscara que muestra los múltiples personajes que somos virtualmente. La mayoría de nuestros comportamientos no proceden de un núcleo racional, sino de nuestra superficie vital, resultado de esquemas sociales anónimos asimilados durante la socialización.

Nietzsche defiende que cada individuo existe y se constituye a través de sus roles. Un rol es un conjunto de esquemas sociales interiorizados. Todo individuo debe reconocerse como un actor con la posibilidad de vivir muchas vidas diferentes, generando nuevos roles. Este creador de nuevos roles es el ser humano activo y afirmativo, que representa un “más allá” del hombre occidental. Nietzsche se refiere a él con la expresión Übermensch (Superhombre).

Teoría del Conocimiento de Nietzsche: Perspectivismo y Voluntad de Poder

Para explicar la función de la razón, el alcance del conocimiento y el significado de la verdad, Nietzsche critica la tradición y propone una renovación de la cultura occidental. Cuestiona la creencia de que, a través de la razón, podemos conocer la realidad del mundo y los principios de la moral, considerándola un optimismo infundado. Se creía que la razón correspondía con la realidad, afirmando que “lo racional es real”.

Ante el fracaso del racionalismo, Nietzsche critica el optimismo racionalista:

  1. Los optimistas creen que podemos conocer la verdad, pero esto ha perdido su razón de ser con la crítica de Kant.
  2. Nietzsche considera que la creencia en la técnica científica como remedio universal de los males humanos radica en la debilidad de los seres humanos, incapaces de soportar los aspectos duros de la vida.

Con esta crítica, Nietzsche pretende desenmascarar las ilusiones generadas por la excesiva confianza en la razón, mostrando que son creaciones humanas que no reflejan la realidad en sí, sino que solo tienen un valor estético.

Nietzsche utiliza la crítica kantiana del conocimiento de manera positiva, para demostrar que todo conocimiento es producto de las facultades humanas. Propone desarrollar el planteamiento de Kant, pero rebasando el plano de la razón pura para abrirse a los motivos del conocimiento, es decir, a la voluntad de poder, que es la que motiva el conocimiento. El espíritu humano produce interpretaciones, pero no descubre una verdad en sí.

El perspectivismo es la doctrina que defiende que cada individuo se abre a su perspectiva desde su voluntad de poder. De este modo, surge un conflicto de interpretaciones equivalente al conjunto de reacciones entre la pluralidad de individuos que actúan defendiendo sus deseos. El impulso es lo que empuja a todos hacia el poder.

La “voluntad de poder” designa el juego del conjunto de la actividad de los seres humanos. Esta es la única realidad. El mundo no es más que un conjunto de acciones y reacciones; no existe un “mundo verdadero”.