Teatro Español de Vanguardia y Tradición hasta 1936: Benavente, Valle-Inclán y Lorca

El Teatro Español hasta 1936: Tradición y Vanguardia

Hasta el inicio de la Guerra Civil en 1936, se pueden identificar las siguientes corrientes teatrales:

  • Un teatro continuador de la tradición inmediata:
  • La comedia burguesa con cierta intención social: **Jacinto Benavente**.
  • El teatro en verso, de influjo modernista: Marquina, Villaespesa.
  • El teatro cómico y paródico: Arniches.
  • Un teatro innovador en los temas, las formas y lenguaje dramático: **Valle-Inclán**.
  • El teatro del 27, sobre todo en Alberti y Lorca.
  • Un inicial teatro del absurdo: Jardiel Poncela.

Jacinto Benavente: La Comedia Burguesa

**Jacinto Benavente** es el mejor representante de la llamada “comedia de salón” o “comedia burguesa”, un tipo de obra dramática que critica las actitudes e intereses de las clases acomodadas. Sus temas y personajes se corresponden con las clases medias y altas y con el sector tradicionalista. Fue galardonado con el Premio Nobel en 1922.

En el teatro de Benavente dominan la pulcritud, la discreción y una cuidada presentación de ambientes. Obras representativas suyas son las denominadas comedias de salón (*Lo cursi*, *Rosa de otoño*) y el drama rural (*Señora Ama* y *La malquerida*).

El Teatro Tradicional en Verso y el Teatro Cómico de Arniches

Basado en modelos tradicionales, este teatro se caracteriza por exponer, junto a un lenguaje tradicional, una ideología conservadora ante la crisis de la época. Representantes de esta tendencia son Eduardo Marquina (*Las hijas del Cid*) y Villaespesa.

Junto a este teatro, existe otro con valores de entretenimiento. Se trata de un tipo de teatro popular, de mucho éxito al basarse en el ingenio y la comicidad. En este tipo de teatro de humor destaca Carlos Arniches, que llega a tratar en clave cómica temas de preocupación social, como en *Los caciques* o *La señorita de Trevélez*. También hay que recordar a Muñoz Seca, creador de las astracanadas.

Ramón del Valle-Inclán: Renovación de la Escena Española

Este escritor gallego, adscrito a la Generación del 98, nació en 1866 y murió en 1936. Emigró a México, fue un bohemio y un polemista que estuvo presente en casi todas las disputas literarias y políticas de su época. Su inconfundible figura era la máscara de su propia personalidad extravagante y contradictoria. Pero, sobre todo, fue el gran renovador de la escena española.

Su obra puede clasificarse en tres ciclos:

Ciclo Mítico (hasta 1909 aproximadamente)

Ensalza en sus obras los viejos valores de su Galicia. En *Divinas palabras* predominan elementos de la crueldad y la superstición, encarnados en personajes violentos y tarados. Es la recreación épica de un mundo heroico en descomposición.

Ciclo de las Farsas

En *La cabeza del dragón*, Valle-Inclán recrea piezas procedentes del teatro de la marioneta y el guiñol.

Ciclo de los Esperpentos

Este ciclo está compuesto por *Luces de Bohemia* y *Martes de Carnaval*. En todos ellos se agitan figuras marginales o fantoches grotescos, presentados con una técnica espectacular y con un lenguaje que supera cualquier tentativa de encasillado fácil.

Su Estilo y su Intención
  1. Inclán se sirve de dos metáforas para explicar su propia estética: la de los espejos cóncavos y convexos, que deforman la realidad y la distorsionan violentamente, incluso hasta degradarla.

La otra metáfora: “Hay tres modos de ver el mundo artística o estéticamente: de rodillas -exaltando los personajes-, en pie -poniéndolos al nivel humano del lector, como hace Shakespeare- o levantado en el aire”. Él elegirá esta última.

Federico García Lorca: Poesía y Drama en el Teatro

Junto a Valle-Inclán, Lorca es el gran renovador del teatro español en los años veinte y treinta. La pasión de Lorca por el fenómeno teatral le llevó a fundar la compañía teatral “La Barraca”, que en los años treinta llevó por España versiones de obras clásicas. Su teatro es eminentemente poético, aunque no esté en verso.

Temas y Constantes en el Teatro Lorquiano

Lorca tiene una profunda unidad temática constituida por: “un enfrentamiento entre el principio de autoridad y el principio de libertad”. La resolución de ese conflicto es siempre una frustración, un fracaso encarnado casi siempre en sus personajes femeninos, anulados por la sociedad (*Bodas de sangre*, *La casa de Bernarda Alba*).

Tres rasgos constantes en el teatro de Lorca:

  • Es un teatro poético.
  • Es un teatro siempre experimental y de signo renovador.
  • Es un teatro de estructura global, integral.

Su teatro puede clasificarse en etapas que facilitan su seguimiento:

Etapa Inicial

A principios de los años veinte, el teatro de Lorca ya muestra el germen de sus conflictos dramáticos. Así, en su primera obra, *El maleficio de la mariposa* (1919), aparece ya el tema del amor imposible. En realidad, el éxito popular le llega a Lorca con *Mariana Pineda*.

Etapa de las Farsas

Teatro de guiñol, por el que Federico sentía predilección. A él pertenece *Retablillo de Don Cristóbal* (1931).

Etapa Vanguardista

Lorca se decide por un teatro de difícil interpretación simbólica, más allá de lo convencional. Ejemplos son *Así que pasen cinco años* y *El público*.

Etapa de Plenitud

En los años de la República, el escritor entrega sus obras más maduras y llenas de plenitud dramática: *Bodas de sangre*, *La casa de Bernarda Alba*.