Exploración del Teatro Español Previo a la Guerra Civil: Benavente, Lorca y Valle-Inclán

El Teatro Español Anterior a la Guerra Civil: Benavente, Lorca y Valle-Inclán

El género teatral, como espectáculo, se ve afectado por condicionamientos comerciales. Así, el teatro español del primer tercio del siglo XX se divide en dos grandes líneas:

  1. El teatro que triunfa.
  2. El teatro que pretende innovar.

El Teatro que Triunfa

Es un teatro comercial pensado para satisfacer los gustos de la burguesía, deseosa de evasión. Este público solo mostraba interés en el teatro comercial, de poca calidad, y se oponía a las tendencias experimentales y minoritarias que se daban en el contexto europeo. No rompe con lo que se hacía en el siglo XIX, y así, en esta línea se estrenaron obras continuadoras del teatro anterior, por lo que a comienzos del siglo XX, predomina la tendencia teatral realista y naturalista. También se estrenan piezas en verso que incorporaban elementos propios del Modernismo. En una línea también tradicional y de corte más popular, gozaron de éxito los sainetes, que eran piezas cortas de carácter costumbrista y cómico.

Pero, sin duda, el género más destacado y representativo de este teatro que triunfa en las salas comerciales es la comedia burguesa, que elude plantear conflictos ideológicos. Su mejor representante fue el dramaturgo Jacinto Benavente, que plantea un teatro de lenguaje sencillo (con diálogos fluidos) y ambientación cotidiana; aunque hay pequeñas dosis de crítica, en general, el tono es amable, suave e irónico.

El Teatro que Pretende Innovar

Es un teatro que plantea un nuevo tipo de obras, mucho más interesante, pues es innovador tanto por su carga crítica e ideológica como por sus aportaciones técnicas. Esta tendencia fue, en su mayoría, un fracaso comercial. En este grupo se incluyen las experiencias teatrales del 98, en especial, las llevadas a cabo por Valle-Inclán; y los impulsos renovadores de las vanguardias y del grupo del 27, en especial, García Lorca.

El Teatro de Valle-Inclán

El teatro de Valle-Inclán constituye, sin duda, una de las aportaciones más interesantes al teatro anterior a la guerra civil. En su trayectoria dramática muestra una constante preocupación por la renovación formal y temática y por alejarse del teatro que se hacía en su época. Comienza escribiendo un teatro de corte modernista, pero poco a poco va adoptando un tono más crítico y agresivo, y un lenguaje más duro.

Su obra teatral suele agruparse en tres ciclos:

  1. El mito: La acción transcurre en una Galicia mítica, intemporal. Se representa una sociedad arcaica, a través de ella ofrece una visión del mundo regido por instintos; pertenecen a esta etapa “Comedias bárbaras” y Divinas palabras.
  2. Las farsas: Ambienta sus obras en espacios anacrónicos y palaciegos (jardines, estanques, cisnes, flores…). Utiliza elementos que buscan el distanciamiento y la ruptura con la realidad como, por ejemplo, el uso de disfraces y el teatro dentro del teatro. Entre sus farsas destacan: La marquesa Rosalinda, y Farsa y licencia de la reina castiza (en esta última satiriza a Isabel II).
  3. El esperpento: Con los esperpentos Valle inicia un nuevo lenguaje teatral basado en la deformación de determinados aspectos del personaje y de las situaciones dramáticas, produciendo una visión caricaturizada que resulta cómica y macabra al mismo tiempo. El esperpento consiste en abordar asuntos graves desde una perspectiva burlesca; al combinar la seriedad de los asuntos con la risa, se llega a lo grotesco. Es un intento de presentar la realidad española, pero deformándola:
    • Cosifica y animaliza a los personajes que aparecen degradados y pierden con ello su condición de humanos. Predominio de personajes fracasados (bohemios, borrachos, mendigos, prostitutas…)
    • Personifica animales y objetos
    • Empleo de contrastes, especialmente entre lo doloroso y lo grotesco. Por ejemplo, selecciona los aspectos más indignos y los mezcla con los más delicados, une el lenguaje lírico y elevado con las expresiones vulgares, etc.
    • El uso de un lenguaje coloquial lleno de casticismo, vulgarismos y de juegos de palabras.
    • Utilización de la ironía y la sátira

    Toda esta distorsión y exageración le permiten realizar una profunda crítica a una realidad falsa que está presente en la sociedad de su época y que se manifiesta en la defensa de unos valores que ya no tienen sentido que conectan a Valle con la de los miembros de la generación del 98.

    Representativas de este ciclo son:

    • La trilogía “Martes de carnaval” (Los cuernos de don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán)
    • Luces de bohemia (1920) con la que inicia la estética del esperpento. Esta obra sigue en su última noche el recorrido de un poeta ciego, Max Estrella, y de su amigo y desleal lazarillo don Latino de Hispalis, por diferentes escenarios de Madrid, donde se encuentran personajes de distinta condición, lo que sirve a Valle para hacer una crítica sobre la realidad española.

    En la obra se critica la historia pasada, la contemporánea, la represión policial, la religiosidad tradicional y vacía, las instituciones literarias y políticas.

    Nos muestra una España deforme, injusta, opresiva, violenta y absurda, en la que no faltan la miseria y el hambre. Valle hace una crítica colectiva de la que no se libran ni la monarquía, ni las clases bajas.

El Teatro de Federico García Lorca

El teatro de Federico García Lorca también es un teatro que pretende innovar y para ello se va a volcar en tres facetas:

  1. Una regeneración del «teatro poético».
  2. La incorporación de las formas de vanguardia.
  3. El propósito de acercar el teatro al pueblo.

Su afición al teatro le llevó a recorrer los pueblos de España al frente de la compañía universitaria “La Barraca”. Veía una función educativa en el teatro que reside en su capacidad para elevar el nivel cultural y espiritual de los ciudadanos. Su producción dramática reúne todo tipo de géneros y podemos agruparla de la siguiente manera:

  1. Primeras piezas teatrales: Su primer estreno, El maleficio de la mariposa, resultó un estrepitoso fracaso, pero pronto cosecharía su primer éxito con Mariana Pineda. Escrita en verso, es un drama histórico basado en la heroína granadina ajusticiada en tiempos de Fernando VII por haber bordado una bandera liberal. También escribió farsas, para guiñol (teatro de títeres) o para personas, dentro de estas últimas se incluye: La zapatera prodigiosa.
  2. Teatro vanguardista: Las comedias imposibles. Lorca dio este nombre a las comedias creadas bajo el influjo surrealista. La técnica surrealista le vale para explorar en los instintos ocultos del hombre: en El público defiende el amor como un instinto ajeno a la voluntad que se manifiesta de formas muy diversas, entre ellas, la homosexual, y critica a una sociedad que condena a todo el que es diferente. También pertenece a este ciclo Así que pasen cinco años.
  3. La etapa de plenitud: Durante los años treinta, escribe obras teatrales que sí alcanzan el éxito comercial. Todas ellas tienen en común el protagonismo de las mujeres: Bodas de sangre (una novia huye con su antiguo novio el día de su boda) aparecen temas conocidos de Lorca como el amor, la violencia, la muerte, las normas sociales que reprimen los instintos. Una terrible historia de amor basada en hechos reales que recogieron los periódicos, es una tragedia en la que finalmente los dos personajes masculinos acaban muriendo. Yerma es otra tragedia, que dramatiza el tema de la esterilidad femenina, y sirve a Lorca para tratar temas muy frecuentes en su obra: la opresión de la mujer, el anhelo de realización que choca con la moral tradicional… En estas dos tragedias utiliza tanto la prosa como el verso. Entre sus dramas destaca La casa de Bernarda Alba que suele señalarse como la cumbre de su teatro. De ambientación rural e inspirada en un suceso real, desarrolla la lucha entre el principio de autoridad, encarnado en Bernarda, y el principio de libertad, representado por sus hijas y especialmente por la menor de ellas, Adela. Los amores secretos y prohibidos entre Adela y Pepe el Romano, prometido de su hermana Angustias, llevarán al desenlace trágico. La obra se desarrolla en un ambiente claustrofóbico en donde los muros de la casa representan la privación de libertades que imponen las estrictas normas sociales.