Las Vanguardias en España
El vanguardismo llega pronto a España, gracias a la labor difusora de Ramón Gómez de la Serna: en su revista Prometeo aparecen los primeros manifiestos vanguardistas; en 1910 lanza su Proclama futurista a los españoles. En La deshumanización del arte, Ortega analiza este arte nuevo, destacando su carácter minoritario: el arte que no apunta principalmente a la expresión de “lo humano”, sino que se propone metas formales (a veces, como un puro juego creador). Al principio, domina en el vanguardismo español el juego, el optimismo ante la modernidad; pero va evolucionando y a partir de 1925 (con el influjo decisivo del surrealismo) se ve un espíritu más grave, cierta angustia precisamente por los efectos “deshumanizantes” de la civilización moderna. En el vanguardismo español suelen distinguirse cinco etapas:
- 1908-1918: Primeras manifestaciones del vanguardismo. Destacará la figura de Ramón Gómez de la Serna.
- 1918-1925: Nace el ultraísmo con figuras como Cansinos Assens o Guillermo de Torre, y el creacionismo, con Huidobro y Gerardo Diego.
- 1925-1930: La gran tendencia artística es el surrealismo, que supone una vuelta a las preocupaciones humanas y, por tanto, el principio del fin de la vanguardia.
- 1930-1936: Los movimientos de vanguardia van desapareciendo. La literatura se politiza, se llena de contenidos sociales, de denuncia. El arte ya no se quiere minoritario, sino dirigido a la “inmensa mayoría”.
- Después de la Guerra Civil, algunos autores recuperarán algunos de los principios de la vanguardia: Carlos Edmundo de Ory y Gloria Fuertes.
El Ultraísmo
En el poema ultraísta desaparece la anécdota: el poema no tiene tema ni transmite un mensaje; es una creación libre que no debe ajustarse a la realidad ni a la lógica. El instrumento poético fundamental es la metáfora. Los poemas se componen en verso libre y su disposición tipográfica suele representar una imagen determinada, al modo de los caligramas cubistas. Las características que lo definen son:
- Integración de las artes.
- Sustitución de los signos de puntuación por signos matemáticos.
- Exaltación de la maquinaria y del mundo moderno.
- Ruptura de la disposición tipográfica tradicional.
- Renovación de la metáfora:
- La metáfora debe relacionar elementos nunca relacionados en la realidad.
El Creacionismo
Lo iniciaron en París el chileno Vicente Huidobro y el francés Pierre Reverdy. En 1918 llega a España y encuentra adeptos, como Juan Larrea y Gerardo Diego. El creacionismo aporta las siguientes novedades a la literatura: el arte no debe imitar ni la realidad ni la naturaleza, sino actuar como esta, es decir, creando: se propone alejar la poesía de la realidad para “crear”. El poema se explica por sí mismo, no por referencia al mundo exterior; el poema es bello en sí, no por comparación con otras realidades. En la forma, la poesía creacionista prescinde de los signos de puntuación y yuxtapone imágenes al azar, por asociaciones ilógicas.
Ramón Gómez de la Serna (1888-1963)
Este autor no puede incluirse dentro de ningún movimiento, sino que tomará rasgos del cubismo, futurismo, dadaísmo y surrealismo. Su labor en la revista Prometeo, fundada por su padre en 1908, supone una de las primeras manifestaciones de la vanguardia española. Durante los años de publicación de la revista irá decantando su estilo en busca de una forma personal, que hallará en la brevedad esencial de la greguería. En 1914 funda la famosa tertulia de Pombo, sede del vanguardismo nacional. De entre la inmensa producción ramoniana destacamos sus novelas libres, en las que el argumento es sustituido por digresiones diversas. Su carácter crítico y sarcástico se ve reflejado en las novelas y relatos breves, en especial en obras como El chalet de las rosas, análisis de la psicología criminal, y El caballero del hongo gris, descripción del mundo de la vana apariencia y la superficialidad. Destacables son también sus novelas eróticas, Senos, La viuda blanca y negra y La Nardo. Cultivó un teatro muy innovador, cercano a la estética surrealista, cuyo mejor exponente es Los medios seres, que llegó a representarse pero no fue entendida por el público madrileño, poco habituado a las extravagancias vanguardistas. Pero su creación más original y propia es la greguería: Greguerías completas, Total de greguerías, Flor de greguerías. La greguería consiste en una asociación ingeniosa de ideas. Es una visión de las cosas expresada de un modo breve, a modo de refrán o definición sentenciosa. Son ideas relacionadas de un modo irracional y arbitrario, originadas, casi siempre, por detalles irrelevantes. Pueden ser humorísticas, conceptuales, puros juegos verbales o de carácter lírico. Veamos algunos caracteres que definen el ramonismo:
- Comparte con los movimientos de vanguardia la antipatía por la interpretación tradicional de la realidad. Por tanto, en su obra adivinamos constantemente el deseo de romper con el arte anterior.
- Su literatura pretende preocuparse de la realidad observada desde puntos de vista no habituales. De esa forma provocará la sorpresa en el lector.
- Elimina de sus obras el sentimentalismo.
Ricardo Senabre ha clasificado las numerosas greguerías de Ramón Gómez de la Serna en cuatro grupos:
- Basadas en una falsa etimología.
- Basadas en una paranomasia.
- Basadas en la parodia de frases hechas.
- Basadas en una dilogía.
El Creacionismo
Lo iniciaron en París el chileno Vicente Huidobro y el francés Pierre Reverdy. En 1918 llega a España y encuentra adeptos, como Juan Larrea y Gerardo Diego. El creacionismo aporta las siguientes novedades a la literatura: el arte no debe imitar ni la realidad ni la naturaleza, sino actuar como esta, es decir, creando: se propone alejar la poesía de la realidad para “crear”. El poema se explica por sí mismo, no por referencia al mundo exterior; el poema es bello en sí, no por comparación con otras realidades. En la forma, la poesía creacionista prescinde de los signos de puntuación y yuxtapone imágenes al azar, por asociaciones ilógicas.
Ramón Gómez de la Serna (1888-1963)
Este autor no puede incluirse dentro de ningún movimiento, sino que tomará rasgos del cubismo, futurismo, dadaísmo y surrealismo. Su labor en la revista Prometeo, fundada por su padre en 1908, supone una de las primeras manifestaciones de la vanguardia española. Durante los años de publicación de la revista irá decantando su estilo en busca de una forma personal, que hallará en la brevedad esencial de la greguería. En 1914 funda la famosa tertulia de Pombo, sede del vanguardismo nacional. De entre la inmensa producción ramoniana destacamos sus novelas libres, en las que el argumento es sustituido por digresiones diversas. Su carácter crítico y sarcástico se ve reflejado en las novelas y relatos breves, en especial en obras como El chalet de las rosas, análisis de la psicología criminal, y El caballero del hongo gris, descripción del mundo de la vana apariencia y la superficialidad. Destacables son también sus novelas eróticas, Senos, La viuda blanca y negra y La Nardo. Cultivó un teatro muy innovador, cercano a la estética surrealista, cuyo mejor exponente es Los medios seres, que llegó a representarse pero no fue entendida por el público madrileño, poco habituado a las extravagancias vanguardistas. Pero su creación más original y propia es la greguería: Greguerías completas, Total de greguerías, Flor de greguerías. La greguería consiste en una asociación ingeniosa de ideas. Es una visión de las cosas expresada de un modo breve, a modo de refrán o definición sentenciosa. Son ideas relacionadas de un modo irracional y arbitrario, originadas, casi siempre, por detalles irrelevantes. Pueden ser humorísticas, conceptuales, puros juegos verbales o de carácter lírico. Veamos algunos caracteres que definen el ramonismo:
- Comparte con los movimientos de vanguardia la antipatía por la interpretación tradicional de la realidad. Por tanto, en su obra adivinamos constantemente el deseo de romper con el arte anterior.
- Su literatura pretende preocuparse de la realidad observada desde puntos de vista no habituales. De esa forma provocará la sorpresa en el lector.
- Elimina de sus obras el sentimentalismo.
Ricardo Senabre ha clasificado las numerosas greguerías de Ramón Gómez de la Serna en cuatro grupos:
- Basadas en una falsa etimología.
- Basadas en una paranomasia.
- Basadas en la parodia de frases hechas.
- Basadas en una dilogía.