Explorando la Generación del 27: Poetas, Características y Legado

Poesía de la Generación del 27

El nombre Generación del 27 alude al año en que se celebró el homenaje a Góngora, con la participación de casi todos los poetas del grupo.

Forman una generación porque, desde el principio, mostraron inquietudes y gustos comunes que les diferenciaban de los otros escritores del momento. Los rasgos que les cohesionan afectan tanto a lo biográfico como a las ideas y a la estética:

  • Tienen una gran cultura literaria y curiosidad intelectual, y su origen familiar acomodado les permite su dedicación a la poesía.
  • En conjunto, mantuvieron actitudes liberales en política y durante la Guerra Civil apoyaron a la República.
  • Trabaron amistad entre ellos, sobre todo en Madrid, en la Residencia de Estudiantes de la Institución Libre de Enseñanza krausista.
  • Participaron en acontecimientos culturales, como la celebración del tercer centenario de Góngora. También colaboraron en las mismas revistas (La Gaceta Literaria, Revista de Occidente…)
  • Todos comparten su afán de modernizar la poesía. Además, reconocen como maestros a Juan Ramón Jiménez y a Ortega.
  • Crearon un lenguaje generacional, a pesar de las variantes personales. Así, todos conceden importancia al estilo, cultivan la metáfora y consideran la poesía en su vertiente estética.
  • Comparten su admiración por lo clásico y lo moderno. Ese equilibrio entre lo nuevo y lo antiguo es la característica más original del grupo y la que le confiere un tono compacto. En la métrica, quedan definitivamente incorporados el verso libre y el versículo, cuyo precedente en solitario había sido Juan Ramón Jiménez. También combinan las estrofas tradicionales con un lenguaje moderno.

Pedro Salinas

Salinas escribe una poesía intelectual, concebida como un diálogo que el poeta entabla con el mundo o con la amada. Su estilo es antirretórico; el lenguaje es familiar, moderno y cotidiano; las imágenes, sencillas, y el ritmo, ligero, con versos cortos, sin rima o asonantados.

Destaca su obra La voz a ti debida, en la que predomina el tema amoroso como una fuerza prodigiosa que ordena y da sentido al mundo.

Jorge Guillén

En su primera etapa, con Cántico, es el máximo representante de la poesía pura; es una obra optimista que expresa el gozo de la existencia. A partir de Clamor, escrita en el exilio, su poesía cambia profundamente: refleja el mundo moderno con pesimismo, con un estilo más sencillo.

La poesía de Cántico es deshumanizada e intelectual, que supedita lo emocional a lo artístico. Refleja una actitud vital y optimista, el placer de observar el mundo y de sentirse vivo.

Con Clamor supone un cambio intenso porque aparece la protesta contra el caos y la destrucción: la guerra, el dolor, la amenaza atómica, etc., con un lenguaje más coloquial.

Gerardo Diego

Lo que caracteriza a Gerardo Diego es la maestría con que combina estilos muy variados: lo vanguardista y lo clásico, lo culto y lo popular, las formas tradicionales (sonetos, romance) junto al verso libre. La obra tradicional es muy variada en temas y formas. Destaca Versos humanos y Alondra de verdad, considerada su obra maestra, donde el soneto alcanza una extraordinaria perfección.

Federico García Lorca

Lorca es un excelente poeta y dramaturgo. Su obra presenta unos temas constantes: el amor, la frustración y el destino trágico, y abundan los seres marginados, abocados al dolor, a la soledad y a la muerte. Su estilo es personal y brillante, con imágenes plásticas y sugerentes.

En la trayectoria poética de Lorca se distinguen dos etapas:

  • La primera etapa se caracteriza porque funde lo popular y lo culto, la tradición y la modernidad. Destacan Poema del cante jondo y el Romancero gitano.
  • La segunda etapa recoge la influencia surrealista, que se manifiesta en las audaces imágenes irracionales, en la actitud de rebeldía y protesta, así como en el predominio del verso libre y el versículo. A esta época pertenece Poeta en Nueva York.

De sus últimos años son Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, una excelente elegía, y Sonetos del amor oscuro.

Rafael Alberti

Alberti se caracteriza por la variedad de temas y estilos, por el dominio de la técnica y por su fecundidad, rasgos que comparte con Gerardo Diego. Al mismo tiempo, se le relaciona con Lorca porque aúna lo tradicional y lo vanguardista.

De sus obras destacan Marinero en tierra en poesía neopopular y Sobre los ángeles en poesía vanguardista.

Luis Cernuda

La poesía de Cernuda es siempre intimista y de tono romántico. Plantea la imposibilidad de conciliar los anhelos personales, el deseo con la realidad. Ése es el tema que da el título a toda su poesía, La realidad y el deseo. También destaca Donde habite el olvido.

Vicente Aleixandre

Para Aleixandre, la poesía es el medio de conectarse con el universo y con los seres humanos. Prevalece, así, la voluntad de comunicar por encima del anhelo de belleza. Su estilo se caracteriza por la riqueza de imágenes surrealistas y por el uso del verso libre.

Destaca de sus obras La destrucción del amor y Sombra del paraíso, que es un canto a la naturaleza y al amor.

Dámaso Alonso

La poesía de Dámaso Alonso parte de la estética de la Generación del 27, pero evoluciona hacia una poesía existencial que culmina en la posguerra, con Hijos de la ira. Esta obra le convertirá en el poeta más representativo del momento.

Miguel Hernández

La poesía de Miguel Hernández se caracteriza por la riqueza metafórica y el tono apasionado, emotivo y cálido. Combina lo popular con lo culto, y su trayectoria refleja la evolución de la lírica de aquellos años, de la deshumanización al compromiso social.

En su obra se distinguen períodos claramente diferenciados:

  • La primera etapa refleja la admiración por Góngora en Perito en lunas.
  • La etapa de madurez se inicia con El rayo que no cesa, donde aparecen sus temas constantes: amor, vida y muerte o la Elegía a Ramón Sijé.
  • La etapa de poesía social abarca la obra escrita durante la Guerra Civil. De esta época destaca Viento del pueblo.
  • La poesía última, escrita casi toda en la cárcel, está recogida en Cancionero y romancero de ausencias. El poeta lamenta la ausencia de la mujer y así como la falta de libertad, en poemas que recuerdan la lírica tradicional. El estilo es sencillo y concentrado, y la temática amor-vida-muerte se repite obsesivamente.