Identificación de la Obra
La obra objeto de comentario es la cúpula de la Catedral de Florencia, conocida como Santa María de las Flores. El proyecto se presentó para su construcción en 1418, comenzándose en 1420 y terminándose en 1436. La linterna que la corona se construyó posteriormente, entre 1446 y 1461.
El edificio es de planta y estructura eminentemente gótica, pero la majestuosa cúpula es de estilo renacentista; en concreto, pertenece a la arquitectura italiana del Quattrocento.
La función de la cúpula es la cubrición del crucero del edificio de Santa María de las Flores. Este edificio es, por tanto, de función eminentemente religiosa, ya que en ella se realiza el culto y la liturgia cristiana.
Su autor fue Filippo Brunelleschi, considerado el primer gran arquitecto y tratadista del Renacimiento italiano.
Análisis Formal
Brunelleschi se enfrentó al desafío de diseñar la primera gran cúpula construida en Europa desde el fin del Imperio Romano. Para ello, ideó un sistema de doble cúpula: una exterior, apuntada, y otra interior, semiesférica. Sobre el tambor octogonal situado en el tramo del crucero de la catedral gótica de Santa María de las Flores, Brunelleschi diseñó una cúpula de 45.6 metros de altura, recorrida por ocho nervios de mármol que convergen en una linterna, dándole a la cúpula una forma apuntada característica.
La cúpula está revestida en su cara exterior por ladrillos rojizos, imitando el modelo romano del opus spicatum. Sin embargo, es novedoso el hecho de que en el interior Brunelleschi idease una segunda cúpula semiesférica, frente a la apuntada exterior. Esta segunda cúpula interior también se reforzaba con 24 nervios cruzados por anillos horizontales. Es el sistema conocido como “sistema de espina de pez”. Este sistema permitía que el espacio hueco entre ambas cúpulas aliviase el empuje de la bóveda semiesférica interior, mucho más pesada.
Además, la cúpula se remata con una linterna de base igualmente octogonal y con el mismo número de arbotantes exteriores. Se remata con un tejado cónico y, sobre él, con una bola de cobre y una cruz.
Para terminar, diremos que la cúpula interna aparece decorada con pinturas al fresco de Vasari, que representan la visión de la Gloria.
Significado, Estilo y Contexto
Para entender bien esta magna obra, hay que enclavarla en el espíritu intelectual que se respiraba en las principales ciudades de la Península italiana a finales de la Edad Media. En este momento, se da un desarrollo de las ideas humanistas que permitió en el arte el abandono de las fórmulas medievales para reimplantar las ideas estéticas clásicas griegas y romanas. Este proceso va acorde con el espíritu científico y antropocentrista del periodo.
Gran importancia tuvo en este momento la labor de patrocinio de las artes, personificándose en las figuras de los denominados mecenas. Destacó el papel de la familia Médici. En este caso, el principal impulsor fue el cabildo de la catedral, ayudado por la propia señoría.
Esta situación fue determinante para la revalorización del papel del artista en la sociedad. De artesano medieval, valorado por su capacidad técnica, pasó a ser una figura anónima y llegó a adquirir un importante estatus social. Este es el caso de Brunelleschi, quien contó con un renombre importantísimo dentro de la sociedad florentina.
Es precisamente en el Quattrocento cuando se empiezan a operar estos cambios: la recuperación de los modelos clásicos, el alejamiento de la temática únicamente religiosa y el estudio matemático de las proporciones. En este camino fueron fundamentales las aportaciones de los tratadistas de arte, entre los que destacó León Battista Alberti.
El levantamiento de la cúpula de la Catedral de Florencia se da en este ambiente descrito y se realiza por iniciativa del cabildo de la propia catedral. Se convocó un concurso en 1420 para realizarla. Los dos competidores más importantes eran Lorenzo Ghiberti (famoso por su labor en las «Puertas del Paraíso», en el baptisterio) y Filippo Brunelleschi.
Un desconocido arquitecto de la época llegó incluso a proponer que se llenara la catedral con tierra antes de levantar la cúpula, a fin de construirla encima de la tierra moldeada (aún no se sabía de qué forma construir una cúpula con tanto peso y magnitud). Cuando se le preguntó cómo sacaría la tierra, se sugirió que la ciudad podría mezclar monedas con la tierra y los pobres, incidentalmente, vaciarían la cúpula.
Como es sabido, Filippo Brunelleschi fue el vencedor del mismo (aunque por poco) con su ingeniosa idea inspirada en la más majestuosa de las cúpulas de la Antigüedad Clásica: la del Panteón de Agripa en Roma.
Con la ayuda de Donatello y Nanni di Banco, construyó un modelo de madera y ladrillo (exhibido en el Museo de la Opera del Duomo). Su modelo sirvió como guía para los artistas, pero intencionadamente lo presentó incompleto con la finalidad de asegurar su control sobre la construcción.
Las soluciones del artista eran ingeniosas y sin precedentes. El peculiar diseño octogonal de doble pared (la cúpula se eleva sobre un tambor octogonal) permitía que la cúpula entera fuera construida desde la superficie, sin necesidad de andamios, que suponían un elevado costo. Todo lo comentado envuelve de gran importancia la realización de esta obra, que podemos calificar como la obra arquitectónica que da el paso definitivo para que se abandonen las soluciones medievales.