Política Exterior, Economía y Crisis del Franquismo: 1939-1975

Relaciones Internacionales del Franquismo

La política exterior del régimen franquista se vio inicialmente influenciada por el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial y la afinidad con las potencias del Eje. Ramón Serrano Súñer, como ministro de Asuntos Exteriores, promovió una política de acercamiento al Eje, especialmente tras la caída de Francia, con la esperanza de obtener beneficios territoriales en el norte de África. Sin embargo, Franco se mostró reacio a involucrarse plenamente en el conflicto. A pesar de esto, la simpatía del régimen hacia el Eje se evidenció con el envío de la División Azul para combatir al comunismo en la Unión Soviética.

Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, España enfrentó el aislamiento internacional debido a la naturaleza fascista del régimen. Los Aliados acordaron excluir a España de la comunidad internacional. El ministro de Asuntos Exteriores, Martín Artajo, no pudo evitar esta política de aislamiento. Este aislamiento, iniciado en 1946, se intensificó cuando Stalin presionó para impedir la entrada de España en las Naciones Unidas. Se retiraron las embajadas de Madrid y España fue excluida de los organismos internacionales. Solo contó con el apoyo de Portugal (bajo el régimen de Oliveira Salazar) y Argentina (gobernada por Juan Perón).

El inicio de la Guerra Fría cambió la situación. La estratégica posición geográfica de España y el anticomunismo del régimen atrajeron el interés de Estados Unidos. Se firmaron acuerdos bilaterales, y gracias al apoyo estadounidense y al Concordato con el Vaticano, España ingresó en la ONU en 1955, rompiendo así el aislamiento.

Política Económica del Franquismo

Autarquía y Racionamiento (1939-1959)

La política económica inicial del franquismo se basó en la autarquía, buscando la autosuficiencia económica. Se promovió el aislamiento del exterior y la intervención estatal en la economía, sustituyendo el libre mercado. Las medidas clave incluyeron:

  • Reglamentación del comercio exterior: El Estado controlaba el comercio, encareciendo las importaciones y generando escasez de bienes de consumo.
  • Fomento de la industria: Se buscaba la independencia militar y política mediante la creación de empresas públicas y la fundación del Instituto Nacional de Industria (INI).
  • Intervención en el sector agrario: Los bajos precios oficiales desincentivaron la producción.

El resultado fue el desabastecimiento, el racionamiento generalizado de alimentos y la aparición del mercado negro, donde los productores vendían sus productos a precios más altos.

Esta política autárquica condujo a un estancamiento económico y frenó la modernización de la economía española.

Aperturismo y Planes de Desarrollo (1959-1973)

Entre 1959 y 1973, la economía española experimentó un notable crecimiento. Este desarrollo se utilizó como propaganda del régimen, pero también generó conflictividad social debido a la falta de reformas políticas.

La integración en la economía internacional requería romper con la autarquía. Bajo la dirección de Laureano López Rodó, se implementaron los Planes de Desarrollo para estimular la economía. Factores clave de este crecimiento fueron:

  • El contexto internacional favorable de la “Década Prodigiosa”.
  • El auge del turismo, que generó divisas.
  • Las remesas de los emigrantes españoles.
  • Las inversiones extranjeras en la industria y la bolsa española.

El desarrollo económico provocó cambios sociales: crecimiento demográfico, urbanización, expansión del sector terciario y el surgimiento de las “nuevas clases medias”.

Crisis y Fin del Régimen

La falta de reformas políticas, a pesar del crecimiento económico, incrementó la conflictividad social y política. Surgieron sindicatos clandestinos como Comisiones Obreras (CC.OO.), mientras que los estudiantes demandaban cambios democráticos. Los nacionalismos resurgieron, con la aparición de ETA como organización terrorista. El “Contubernio de Múnich”, una reunión de políticos liberales moderados, fue un hito importante de la oposición. El régimen respondió con represión. La oposición al franquismo también se mantuvo activa en el extranjero.

Franco mantuvo el poder absoluto. En 1969, nombró a Juan Carlos de Borbón como su sucesor a título de Rey. En 1973, Luis Carrero Blanco fue nombrado presidente del gobierno, pero fue asesinado por ETA ese mismo año. Carlos Arias Navarro lo sucedió, iniciando una tímida apertura (“la primavera Arias”). En 1974, se formó la Junta Democrática (apoyada por el Partido Comunista) y, en 1975, la Plataforma de Convergencia Democrática (impulsada por el PSOE). La violencia política se intensificó en los últimos años, con un aumento de los atentados de ETA y una mayor represión por parte del régimen.

En cuanto al conflicto del Sáhara, España, tras la presión de los saharauis por la independencia, optó por la descolonización y aceptó la celebración de un referéndum de autodeterminación.