La Novela Española de los Años 50: Entre el Realismo Social y el Neorrealismo
La década de 1950 marca un período crucial en la evolución de la novela española. Se suele señalar los años 1954 y 1961 como el comienzo y el fin de la llamada “novela social”. En 1954 aparecen las primeras novelas de autores como Ignacio Aldecoa, Jesús Fernández Santos y Juan Goytisolo. En los años siguientes, el género se consolida con la publicación de nuevos relatos. Sin embargo, el agotamiento de este tipo de novela llega pronto, a partir de la publicación en 1962 de Tiempo de silencio de Luis Martín Santos. A partir de este momento, la mayoría de los narradores españoles abandonan los moldes estéticos del realismo y se adentran en la senda del experimentalismo formal.
Corrientes Dentro de la Novela Social
Dentro de la novela social, se distinguen dos corrientes principales:
- El Objetivismo: Esta corriente se inspira lejanamente en la narrativa conductista norteamericana y, más directamente, en el contemporáneo “Nouveau Roman” francés. De este último, toma técnicas como el objetivismo en las descripciones, la narración de tiempos simultáneos y la importancia del entorno y los objetos. Otros rasgos característicos son:
- Desaparición del narrador, reduciendo al mínimo sus intervenciones. Se busca registrar los comportamientos de los personajes y reproducir sus conversaciones.
- Predominio del diálogo, que revela la conducta y el pensamiento de los personajes, evitando la intromisión del narrador. Esto exige un notable esfuerzo lingüístico para captar los rasgos idiomáticos de cada personaje o grupo social.
- Caracterización de los personajes a través de sus propias palabras, hechos y actitudes externas.
- Concentración espacial y temporal: las novelas suelen desarrollarse en un único lugar o en pocos espacios, y la trama argumental transcurre en breves períodos de tiempo, con la acción desarrollándose en presente.
- Protagonistas individuales que representan a una clase social y encarnan los problemas del mundo narrado.
- Linealidad narrativa: no hay saltos al pasado para explicar los hechos presentes ni anticipaciones del futuro. El argumento se construye a partir de un conjunto de anécdotas, sin grandes conflictos morales o existenciales. Se trata de una acumulación de pequeñas situaciones insignificantes.
- Estilo sencillo: descripciones escuetas y un lenguaje deliberadamente sencillo.
- El Realismo Crítico: Comparte algunos rasgos con el objetivismo, como la concentración espacial y temporal, la narración lineal y la desaparición del narrador. Sin embargo, en las novelas del realismo crítico, la intencionalidad de crítica social es más explícita.
Temas de la Novela Social
Los temas de las novelas sociales de esta época tienen un denominador común: la sociedad española contemporánea. Son frecuentes los libros de viajes que aspiran a reflejar la verdadera realidad del país, en contraste con la imagen triunfalista difundida por los medios de comunicación oficiales. En las novelas, se suele parcelar esta realidad en diversos ambientes, que se convierten en los temas centrales de las narraciones:
- El mundo rural, con sus duras condiciones de vida y su atraso tradicional.
- El mundo obrero urbano, en plena expansión debido a las oleadas de inmigrantes que llegan a las grandes ciudades en busca de trabajo.
- La miseria y la marginación de los barrios suburbanos.
- La vida de la burguesía ociosa e insustancial.
Precedentes y Autores Representativos
Se citan como precedentes de la novela social La colmena de Camilo José Cela y La noria de Luis Romero. No obstante, es discutible considerarlas como novelas sociales en sentido estricto, dada la ausencia de un compromiso político o social explícito. Esta intención es más clara en otros autores, aunque no siempre es fácil distinguir entre escritores objetivistas y novelistas del realismo crítico.
Como autores objetivistas, podemos considerar a Rafael Sánchez Ferlosio y Juan García Hortelano. Próximas al objetivismo estarían las novelas de Ignacio Aldecoa, López Salinas, Jesús López Pacheco y las primeras novelas de los hermanos Luis y Juan Goytisolo, y Juan Marsé, entre otros.
Autores y Obras Destacadas
Camilo José Cela
Camilo José Cela escribe en los años cincuenta La colmena y Mrs. Caldwell habla con su hijo. La colmena es, quizás, la mejor obra de Cela y considerada precursora de la novela social. En ella se observa una característica constante en toda su trayectoria novelística: su deseo de experimentación con nuevas fórmulas y moldes narrativos. Utiliza el personaje colectivo, pero no se trata de una novela psicológica centrada en un pequeño grupo de individuos, sino en la vida de más de trescientos personajes cuyas peripecias se desgranan en múltiples secuencias o viñetas, saltando de unos personajes a otros y de unos lugares a otros. Este ir y venir de personajes que se entrecruzan ofrece un panorama colectivo del Madrid de los primeros años de la posguerra.
Rafael Sánchez Ferlosio
Rafael Sánchez Ferlosio es el autor de la novela objetivista española por excelencia: El Jarama. Esta obra es una crónica de un día de ocio de un grupo de jóvenes junto al río Jarama, donde coinciden con otros excursionistas. Cerca de allí hay un merendero al que acuden personas de mayor edad. Casi desaparecido el narrador, la base de la novela la constituyen los insignificantes diálogos de los personajes. De estas conversaciones se desprende una visión crítica de la vida española, sin grandes metas ni esperanzas, que contrasta con los viejos del merendero, supervivientes de la Guerra Civil, que había sido especialmente sangrienta a orillas del río Jarama. Antes de El Jarama, Ferlosio había publicado Industrias y andanzas de Alfanhuí, cuyo protagonista es un niño de gran imaginación que, con ayuda de poderes mágicos, consigue las cosas más inverosímiles y hermosas. Después de El Jarama, Ferlosio abandonó la literatura de ficción.
Juan García Hortelano
Juan García Hortelano es autor de dos novelas objetivistas: Nuevas amistades y Tormenta de verano. La primera describe la vida pasiva de la juventud universitaria, y la segunda retrata la dejadez y rutina de un grupo de burgueses que veranean en la costa catalana.
Jesús Fernández Santos
Jesús Fernández Santos, con su novela Los bravos, utiliza la técnica objetivista para describir la vida difícil de un pequeño pueblo leonés donde reina el caciquismo, la incultura y la violencia. Objetivismo e intención social son rasgos que aparecen también en En la hoguera y en su volumen de relatos Cabeza rapada, en los que el tema predominante es la Guerra Civil.
Carmen Martín Gaite
Carmen Martín Gaite obtuvo el premio Nadal con Entre visillos, un retrato de la vida provinciana sin horizontes de una joven cuya única perspectiva de vida es el matrimonio o la soltería.
Jesús López Pacheco
Jesús López Pacheco es el autor de una de las novelas que puede considerarse más propiamente social: Central eléctrica. Esta obra relata la construcción colectiva de una presa hidroeléctrica y es, por un lado, un canto al esfuerzo y al trabajo humano y, por otro, una denuncia de la explotación laboral y de unas condiciones de vida miserables.
José Manuel Caballero Bonald
José Manuel Caballero Bonald escribió una importante novela social, *Dos días de septiembre*, sobre el trabajo en los viñedos andaluces y los conflictos entre trabajadores, bodegueros y terratenientes.
Alfonso Grosso
Alfonso Grosso es autor de numerosas novelas, muchas de las cuales presentan una intención social, como *La Zanja* y *Un cielo definitivamente azul*.
Ana María Matute
Ana María Matute es autora también de novelas realistas y de intención social en las que es muy característico el tono poético con el que se presentan el ambiente y los personajes. De ahí que se haya empleado para estas obras el término de “realismo lírico” (*Primera memoria*, *Fiesta al Noroeste*).