La Revolución del 68 y el Sexenio Democrático en España: Causas, Desarrollo y Consecuencias

La Revolución del 68

1. Introducción

Durante los últimos días del reinado de Isabel II en España, se produjo un malestar social debido a la crisis financiera y de subsistencia, a lo que se unió la política de represión y ausencia de libertades públicas llevadas a cabo por Narváez. Este descontento fue aglutinado por Prim en el Pacto de Ostende con el fin de acabar con la monarquía y crear un nuevo orden. Esta oposición lograría el triunfo tras la Revolución del 68. Así, entre el 68 y el 74, se dio en España un movimiento revolucionario que provocó la caída de Isabel II y que intentó establecer una democracia basada en el sufragio universal masculino. En este periodo se abordaron novedosas formas políticas y sociales (democracia, república, federalismo). Su fracaso daría lugar a la restauración de la dinastía de los Borbones en la persona del hijo de Isabel II, Alfonso XII.

2. El Triunfo de la Gloriosa

2.1 El Gobierno Provisional

El origen del Sexenio Democrático fue la revolución de septiembre de 1868, conocida como la Gloriosa. Aunque fue preparado en el exilio, se inició con un pronunciamiento naval en Cádiz donde el almirante Topete sublevó la armada con el grito de “Viva España con Honra”. Dicha conspiración, dirigida por Prim y Serrano, líderes progresista y unionista, tuvo un extraordinario apoyo popular que tuvo su máxima expresión en la creación de Juntas revolucionarias. Por su parte, las tropas leales a la Reina fueron derrotadas en Alcolea (Córdoba) por el General Serrano.

Una vez en Madrid, los militares sublevados (Prim, Serrano y Topete) formaron el primer gobierno provisional. Estaba integrado por progresistas y unionistas, y su primer objetivo fue el de eliminar la dualidad de poderes existente, provocada por la creación de las Juntas Revolucionarias Locales a las que tuvo que conceder el sufragio universal masculino.

2.2 Las Cortes Constituyentes y la Constitución del 69

Una vez resuelto el problema de las Juntas Locales, el segundo objetivo era el de convocar elecciones a Cortes Constituyentes. En febrero de 1869, se celebraron las primeras elecciones con sufragio universal masculino. Las fuerzas políticas que tuvieron presencia en las nuevas cortes fueron:

  • Los Carlistas: eran partidarios de la monarquía absoluta.
  • Los Moderados: apoyaban el regreso de los Borbones en la persona de Alfonso XII.
  • Los partidos del gobierno (unionistas, progresistas y demócratas): eran partidarios de la monarquía parlamentaria.
  • El Partido Republicano: colocó a sus principales líderes (Figueras, Pi y Margall, Salmerón y Castelar) en la asamblea legislativa.

La primera tarea de estas Cortes fue la de elaborar una Constitución, y este objetivo se plasmó en la Constitución de 1869, que apenas tuvo efectividad en los cinco años en los que estuvo vigente. Era la más liberal de todas las aprobadas hasta la fecha y constaba de 11 títulos y 112 artículos. Sus características más sobresalientes son:

  • Soberanía nacional.
  • La monarquía como forma de gobierno.
  • Cortes bicamerales (congreso y senado).
  • Separación de poderes.
  • Sufragio universal masculino.
  • Libertad religiosa.

Tras la aprobación de la constitución, se nombró como regente, mientras se buscaba un rey para el trono español, al General Serrano, que tuvo que soportar las insurrecciones republicanas.

3. La Monarquía de Amadeo de Saboya (1871-1873)

Una vez aprobada la Constitución del 69, se inició la búsqueda de un rey para ocupar el trono español, quedando claro que no sería de la dinastía de los Borbones. De todos los posibles candidatos fue elegido Amadeo de Saboya, hijo del rey de Italia Víctor Manuel II.

Su reinado no empezó de la mejor manera posible ya que, cuando llegó a España, recibió la noticia de que su principal valedor, el General Prim, había sido asesinado. También se encontró con un país sumido en una serie de problemas como la Guerra de Cuba y la Guerra Carlista. Todos estos problemas hicieron que su reinado fuese un rotundo fracaso. A todo esto, hay que añadir que su recibimiento en España fue muy frío ya que tanto carlistas como isabelinos le consideraban extranjero y los republicanos no le aceptaban. Su reinado fue breve, tan solo dos años (1871-1873), en los que hubo una gran inestabilidad política debido a la desintegración del partido progresista de Prim y a la ilegalización de la Primera Internacional.

En 1873, la grave crisis del país hizo que Amadeo I abdicase. A partir de aquí sólo quedaba un camino posible: la República.

4. La Primera República (1873-1874)

Aunque los republicanos eran minoría, la asamblea compuesta por congreso y senado juntos, proclamaron como forma de gobierno la República. Ésta tuvo un origen ilegal pues no era constitucional la fusión de las dos cámaras para alterar la forma de gobierno.

4.1 La República Federal

El primer presidente fue Estanislao Figueras y ya desde el principio se pudo ver una división dentro del republicanismo entre los partidarios de una República Unitaria (los radicales) y los partidarios de una República Federal. Se pensó que tal decisión la debía tomar unas Cortes Constituyentes elegidas para tal fin. Dichas cortes dieron como resultado una abrumadora mayoría de republicanos federales.

Tras estas elecciones se formó un gobierno presidido por Pi y Margall. Este tuvo que enfrentarse a problemas como la guerra de Cuba, a las aspiraciones alfonsinas y a los republicanos más intransigentes que ya habían iniciado el movimiento cantonalista.

Se redactó un proyecto de Constitución según el ideario federalista:

  • Separación Iglesia–Estado.
  • Matrimonio civil.
  • Legislativo separado en dos cámaras (congreso y senado).
  • Una estructura de España de tipo federal con 17 Estados.

Esta Constitución de 1873 no llegó a aprobarse por el estallido del Movimiento Cantonalista, la Guerra de Cuba y el desarrollo de la Guerra Carlista.

4.2 El Movimiento Cantonal

Los republicanos intransigentes promovieron un movimiento federalista espontáneo denominado cantonalismo. En él, se formaron cantones federalistas en el Levante, Murcia y Andalucía, destacando entre todos ellos el de Málaga y Cartagena.

Ante esta situación, Pi y Margall dimitió y fue sustituido por el presidente Nicolás Salmerón. Éste recurrió al ejército para sofocar la insurrección cantonal, siendo aplastada en todas partes excepto en Cartagena que duró hasta el 74. La utilización del ejército le hizo perder el apoyo de las Cortes. Ante esta situación dimitió.

Las Cortes, tras la dimisión de Salmerón, nombró al cuarto presidente: Emilio Castelar. La República se hizo conservadora. Ésta sin el respaldo de los republicanos federalistas y desprestigiada tenía los días contados. Su final llegó de manos del ejército cuando el General Pavía dio un golpe de Estado y disolvió la asamblea.

4.3 La República Autoritaria (1874)

El periodo entre la República Autoritaria y la restauración de los Borbones fue un periodo de transición, durante el cual el poder estuvo en manos del General Serrano.

Serrano siguió con la línea autoritaria de Castelar y acabó con el movimiento cantonalista de Cartagena.

Finalmente, otro pronunciamiento militar, que tuvo lugar en Sagunto en septiembre del 74 protagonizado por Martínez Campos, acabó con el sexenio revolucionario e impuso la restauración monárquica en la persona de Alfonso XII, hijo de Isabel II.

4. Conclusión

A finales del 74, España había alcanzado su máximo grado de cansancio político. Después de una Restauración, un régimen provisional, una monarquía democrática y una república que había atravesado en su corta duración por dos fases diferentes, el régimen del General Serrano se mostraba falto de perspectivas y con escaso futuro. Ante esta situación, la monarquía borbónica aparecía como la única salida posible a tantos intentos frustrados por encontrar una solución política para el país.

Con la Restauración se inicia un periodo en el que podemos distinguir dos fases: la primera se desarrolla desde el pronunciamiento hasta la temprana muerte de Alfonso XII en 1885, que podemos denominar de consolidación del sistema canovista, un sistema que buscaba el control del poder por parte de la burguesía y la estabilidad política. La segunda abarca la regencia y el reinado de Alfonso XIII, que supone la crisis de este sistema y termina con la Dictadura de Primo de Rivera en pleno siglo XX.