Fascismos, Distensión y Virajes Hacia la Guerra: Europa en el Periodo de Entreguerras

Características de los Fascismos

Los fascismos, movimientos políticos que marcaron el periodo de entreguerras, compartieron una serie de características distintivas:

  1. Antiparlamentarismo y Antiliberalismo

    Crítica a la democracia parlamentaria, acusándola de dividir a la sociedad y debilitar al Estado. Se promovía la creación de un partido único y la neutralización de la oposición política.

  2. Antimarxismo

    Oposición radical a las ideologías socialistas y comunistas, con persecución de sus organizaciones. Contaron con el apoyo de sectores sociales temerosos de una revolución.

  3. Autoritarismo y Militarismo

    Concepción de la sociedad como una organización militar jerarquizada, donde la obediencia y la disciplina eran fundamentales. Se recurría a la violencia para reprimir cualquier forma de disidencia.

  4. Nacionalismo y Expansionismo

    Exaltación de la nación y búsqueda de la expansión territorial. Ejemplos de esto son el proyecto de Mussolini de revivir el Imperio Romano y el sueño de Hitler de un nuevo Reich ario.

  5. Líder Carismático

    Concentración del poder en la figura de un líder (Duce, Führer, Caudillo) con autoridad absoluta sobre el partido, el Estado y la sociedad. Se fomentaba el culto a la personalidad a través de la propaganda.

  6. Movimiento de Masas

    Búsqueda del apoyo popular a través de la movilización y la integración de los individuos en un proyecto colectivo que les diera un sentido de pertenencia.

  7. Propaganda y Terror

    Control de los medios de comunicación para difundir la ideología fascista y reprimir cualquier forma de oposición. Se suprimió la libertad de expresión y se persiguió a los disidentes.

  8. Racismo

    Especialmente en el caso del nazismo, se promovió la idea de la superioridad de ciertas razas sobre otras. El antisemitismo (odio a los judíos) fue un componente central de esta ideología.

El fascismo atrajo a diversos grupos sociales, incluyendo:

  • Militares y excombatientes descontentos con la situación de posguerra.
  • Jóvenes desencantados con la democracia.
  • Clases medias afectadas por la crisis económica.
  • Trabajadores desempleados.
  • Grandes industriales y miembros de las clases altas que buscaban la estabilidad económica.

De la Distensión a la Prosperidad (1924-1929)

A partir de 1924, las relaciones internacionales experimentaron una fase de distensión conocida como el “Espíritu de Locarno“, caracterizada por la regulación de las reparaciones alemanas y la estabilización de las monedas.

Los Acuerdos de Locarno (1925) fueron un hito clave en este proceso:

  • Garantizaron las fronteras europeas occidentales, manteniendo el status quo.
  • Reconocieron a Alemania como una potencia europea, permitiendo su ingreso en la Sociedad de Naciones.

El Pacto de Briand-Kellogg (1928), que buscaba abolir la guerra como instrumento de resolución de conflictos, fue otro símbolo de este clima de entendimiento.

Sin embargo, persistieron tensiones que eventualmente socavarían este periodo de paz.

Los Virajes Hacia la Guerra (1929-1939)

En 1933, Japón y Alemania abandonaron la Sociedad de Naciones, renunciando a la cooperación internacional.

Entre 1934 y 1936, se produjo un acercamiento entre Francia y la URSS, rompiendo esta última sus relaciones con Alemania. Se formó el “Frente de Stresa” entre Francia, Italia y Gran Bretaña para contener las ambiciones expansionistas de Hitler, quien buscaba la anexión de Austria (Anschluss). Sin embargo, la invasión italiana de Abisinia (Etiopía) debilitó este frente.

Entre 1936 y 1939, la situación se deterioró rápidamente:

  • Italia se alió con Alemania (Pacto de Acero / “Potencias del Eje” Roma-Berlín).
  • Se concretó el Anschluss (1938).
  • Se celebró la Conferencia de Múnich.
  • Hitler y Stalin firmaron el Pacto germano-soviético (Pacto de No Agresión), dividiéndose Polonia.

El 1 de septiembre de 1939, Alemania invadió Polonia, desencadenando la Segunda Guerra Mundial.