Los Grandes Conflictos del Sexenio Democrático (1868-1874) y sus Consecuencias Políticas
Todo el periodo del Sexenio Democrático fue conflictivo, pero hubo algunos problemas que persistieron a lo largo del período y generaron una gran inestabilidad política y social.
La Monarquía de Amadeo I (1871-1873)
La Constitución de 1869 optó por la monarquía parlamentaria como forma de Gobierno, y fue el Gobierno provisional quien se encargó de la búsqueda de un nuevo rey. Al final, se eligió a un miembro de la casa de Saboya, que tenía prestigio dinástico: Amadeo de Saboya.
Amadeo aceptó y se convirtió en rey de España, pero se encontró con numerosos problemas y conflictos:
- El asesinato de su principal valedor, el general Prim, poco antes de su llegada a España.
- La división de la coalición gobernante: de los progresistas surgieron los radicales (más a la izquierda) y los constitucionales (más conservadores).
- La fuerte oposición al régimen por parte de la nobleza tradicional, el clero y las élites de la burguesía.
- La oposición de los republicanos.
- La oposición del movimiento obrero, que se venía desarrollando.
- La Tercera Guerra Carlista (1872-1876): Debido al clima de libertad del Sexenio, el carlismo se reorganizó como fuerza política. Animados por la inestabilidad, iniciaron una nueva guerra, defendiendo la monarquía tradicionalista y la organización foral de Navarra y el País Vasco. La guerra se desarrolló principalmente en el País Vasco, Navarra y zonas de Cataluña. Su derrota supuso el fin de los fueros vascos y navarros (aunque se mantuvo el concierto económico para estas provincias).
- La Guerra de los Diez Años en Cuba (1868-1878): El conflicto se inició como una sublevación de la minoría independentista de la isla, influida por la revolución liberal en España. Se desarrolló en la parte oriental de la isla y consistió en el hostigamiento mediante guerrillas a las tropas españolas. La política de los gobiernos del Sexenio respecto a Cuba no dio resultados efectivos. La Paz de Zanjón en 1878 puso fin a esta guerra, de momento.
Estos problemas llevaron a Amadeo I a dimitir y abandonar la corona.
La Primera República (1873-1874)
Tras la abdicación de Amadeo, las Cortes votaron mayoritariamente por la proclamación de la República, pero esta nació con escasos apoyos reales y se enfrentó a una enorme inestabilidad. Tuvo cuatro presidentes en menos de un año: Figueras, Pi i Margall, Salmerón y Castelar.
Evolucionó en sus planteamientos iniciales:
República Unitaria
Aceptaba el modelo republicano de Estado, pero con una organización estatal centralizada. Representada inicialmente por Figueras.
República Federal
También aceptaba la República como modelo de Estado, pero defendía que los territorios con personalidad histórica (antiguos reinos) se constituyeran en Estados propios dentro de la federación. La representa Pi i Margall.
La República tuvo numerosos conflictos:
- La división entre los propios republicanos (unitarios, federales moderados, federales intransigentes).
- La continuación de las guerras carlista y de Cuba.
- El desarrollo del movimiento obrero, con huelgas y ocupaciones.
- El Cantonalismo: Consistió en la proclamación de cantones (estados regionales) independientes por diversas ciudades y regiones (Cartagena, Alcoy, Sevilla, etc.), especialmente durante el verano de 1873, desafiando al gobierno central. Fue duramente reprimido por el ejército.
El golpe del general Pavía (enero de 1874) disolvió las Cortes republicanas, dando paso a una dictadura militar bajo el mando del general Serrano. Finalmente, el pronunciamiento de Martínez Campos en Sagunto (diciembre de 1874) restauró la monarquía borbónica en la persona de Alfonso XII, poniendo fin a la experiencia republicana.
Etapas de la Revolución Política del Reinado de Isabel II y el Papel de los Militares
El establecimiento del Estado liberal en España coincide en gran medida con el reinado de Isabel II (1833-1868, mayoría de edad desde 1843). Este nuevo sistema político se fue introduciendo en distintas etapas, en un contexto donde la burguesía española era relativamente escasa y débil.
El sistema liberal español se basó en un equilibrio inestable entre la Monarquía, el Ejército y los grupos políticos liberales (principalmente moderados y progresistas), articulado a través de una ley suprema: la Constitución.
El Papel de los Militares
El prestigio adquirido por los militares (los llamados ‘espadones’) durante la Primera Guerra Carlista les otorgó un papel político preponderante. Moderados y progresistas recurrieron frecuentemente al pronunciamiento militar (una forma de golpe de Estado) para derrocar gobiernos.
El mecanismo del pronunciamiento solía ser el siguiente: ante el descontento con un gobierno, un general leía un manifiesto a las tropas; si conseguía suficientes apoyos, los sublevados realizaban detenciones y sustituían a las autoridades locales; si encontraban resistencia y el pronunciamiento fallaba, sus líderes podían terminar exiliados o fusilados.
Los militares actuaban a menudo como líderes o representantes de un partido concreto (Narváez con los moderados, Espartero u O’Donnell con los progresistas o la Unión Liberal), adquiriendo un enorme protagonismo político y dirigiendo los gobiernos durante gran parte del reinado.
1. Época de las Regencias (1833-1843)
Tras la muerte de Fernando VII, mientras se desmantelaba la sociedad del Antiguo Régimen, la futura reina Isabel II era menor de edad, abarcando este período las regencias de su madre María Cristina (1833-1840) y del general Espartero (1840-1843). Durante esta etapa:
- Se desarrolló la Primera Guerra Carlista (1833-1840).
- Se formaron los principales partidos políticos liberales (Moderado y Progresista).
- Se promulgó el Estatuto Real de 1834 (una carta otorgada) y la Constitución progresista de 1837.
- Se tomaron importantes medidas de liberalización económica, como la desamortización de Mendizábal.
La regencia de María Cristina acabó con su dimisión tras revueltas progresistas. Le sucedió el general Espartero, quien estableció una regencia personalista y autoritaria. Dimitió en 1843 tras un pronunciamiento moderado, adelantándose la mayoría de edad de Isabel II.
2. La Década Moderada (1844-1854)
La caída de Espartero supuso la llegada de los liberales moderados al poder, con el general Narváez como figura principal. Se iniciaron unas reformas que dieron forma al Estado liberal bajo principios conservadores:
- Nueva Constitución, la de 1845: De carácter moderado, reforzaba el poder de la Corona y establecía un sufragio censitario muy restringido.
- Concordato con la Santa Sede (1851): Se restablecieron las relaciones con la Iglesia, se suspendió la venta de bienes desamortizados y se devolvieron los no vendidos. El Estado se comprometió a financiar el culto y el clero, y se reconoció la obligatoriedad de la religión católica.
- Reformas en la administración, que perseguían tres objetivos: un orden jurídico unitario, una administración centralizada y una Hacienda con unos únicos impuestos.
- Para el primer objetivo, se elaboró un proyecto de Código Civil (aunque no se aprobó hasta mucho después) que sancionaba la propiedad privada.
- Para el segundo, se reorganizó la administración territorial partiendo de la división provincial de 1833, concentrando la autoridad en los gobernadores civiles y las diputaciones provinciales. Se centralizó la instrucción pública (el Estado asumió la planificación educativa) y se estableció un único sistema de pesos y medidas (el sistema métrico decimal).
- Para el tercer objetivo, se realizó una reforma fiscal (Reforma Mon-Santillán) que centralizó los impuestos en el Estado.
- Creación de la Guardia Civil (1844): Cuerpo armado encargado de mantener el orden público y la vigilancia de la propiedad privada, sobre todo en el medio rural.
3. El Bienio Progresista (1854-1856)
Se inició mediante un pronunciamiento militar (la ‘Vicalvarada’) encabezado por O’Donnell, al que se unió el general Serrano. Publicaron el Manifiesto de Manzanares con demandas progresistas para sumar apoyos civiles.
La reina Isabel II llamó a Espartero para formar gobierno, poniendo fin a la Década Moderada. En estos dos años se tomaron medidas como:
- Se intentó liberalizar el mecanismo electoral, ensanchando algo la base de votantes.
- Salieron a la luz pública opciones políticas más radicales, como el Partido Demócrata y los primeros núcleos republicanos.
- Se elaboró una nueva Constitución (la ‘non nata’ de 1856) que no llegó a promulgarse.
- Se impulsó la construcción de infraestructuras con la Ley General de Ferrocarriles (1855), buscando atraer capitales extranjeros.
- Se produjo un auge del movimiento obrero, con las primeras huelgas generales en Cataluña.
- Nueva desamortización, la de Madoz (1855), que afectó a bienes de la Iglesia y, sobre todo, a bienes municipales.
4. Gobiernos de la Unión Liberal y vuelta de los Moderados (1856-1868)
Tras el Bienio, Espartero fue apartado del poder y se alternaron gobiernos moderados (Narváez) y de la Unión Liberal (partido de centro creado por O’Donnell).
Fueron años de relativa estabilidad inicial (‘gobierno largo’ de O’Donnell, 1858-1863) y de una activa y agresiva política exterior (ej. intervenciones en Indochina, México y, sobre todo, la Guerra de Marruecos de 1859-1860) utilizada para exaltar el patriotismo y distraer de los problemas internos. Sin embargo, en los últimos años del reinado, la inestabilidad política, el autoritarismo, el descrédito de la reina y el recurso continuo a los pronunciamientos se acentuaron, llevando finalmente a la Revolución Gloriosa de 1868 que destronó a Isabel II.