El Franquismo: Fundamentos Ideológicos y Contexto Histórico Europeo
El debate sobre el Franquismo se ha centrado en determinar si fue un sistema político totalitario o autoritario. Las similitudes con otros regímenes políticos europeos totalitarios de la década de 1930 han provocado que se identifique al franquismo con el fascismo o el nazismo, pero existen diferencias entre ellos. Para empezar, un régimen totalitario es un sistema ideológico revolucionario que propone un cambio radical de la sociedad en su totalidad y se basa en la existencia de un líder carismático incuestionable, mientras que el autoritarismo no tiene una ideología clara de transformación social y cualquiera puede ejercer el poder dentro de unos límites establecidos. En el totalitarismo hay un partido único que se funde con el propio Estado, controla todos los ámbitos de actividad en todos los niveles y moviliza a las masas. El Estado monopoliza todas las instituciones (seguridad, religión, educación, medios de comunicación…), dirige la economía y controla totalmente a la sociedad. Además, los estados totalitarios ejercen una represión que elimina cualquier oposición. En el autoritarismo hay un partido único que permite la existencia dentro de él de distintas facciones políticas en ocasiones enfrentadas entre sí y la movilización política y social es limitada. También cede cierta autonomía en algunos ámbitos (económicos, culturales o religiosos) y se permite alguna disidencia dentro de los límites de respeto a los fundamentos del régimen.
Tras la crisis económica de 1929, los sistemas políticos democráticos no son capaces de afrontar con éxito los problemas sociales que surgen y entran en crisis. La democracia se mantiene únicamente en Estados Unidos, Reino Unido, Francia y otros países, mientras que en la URSS, Italia y Alemania se adoptarán regímenes totalitarios. El comunismo aparece en Rusia en 1917 en la revolución bolchevique cuyo líder era Lenin y eliminó la propiedad privada. El estado se hizo con el control de los medios de producción para acabar con las desigualdades sociales y en 1924 Stalin implantó un régimen basado en el terror y la propaganda, eliminando cualquier tipo de oposición a su persona. El fascismo surgió en Italia en 1920 con Benito Mussolini. Se basó en el nacionalismo frente al socialismo y liberalismo, generando un estado fuerte y centralizado controlado por un partido único y el nazismo (liderado por Adolf Hitler en Alemania) establecía la sumisión de los individuos al Estado y a su líder, que lo controlaba todo a través del partido nazi (NSDAP), cuya ideología dividía la humanidad en naciones raciales y consideraba a la nación de la raza aria superior a todas las demás.
Según la Real Academia de la Historia, se define el régimen del general Franco como un “régimen totalitario y filo-fascista”. Historiadores como Paul Preston consideran que el régimen de Franco fue totalitario y argumentan que el Estado controlaba todos los ámbitos de la vida de los españoles (educación, religión, cultura) reprimiendo duramente cualquier tipo de oposición. En cambio, otros historiadores como Stanley G. Paine defiende que el Franquismo fue un régimen autoritario porque no tuvo una ideología definida y en su etapa final permitió cierta pluralidad política y cultural. En realidad, el Franquismo es una Dictadura Personal (autoritarismo ejercido por la voluntad de una persona, no de un grupo o partido) de tipo nacionalista, tradicionalista y católica (Nacional-Catolicismo). El General Franco concentra todos los poderes (legislativo, ejecutivo y judicial): Soberanía nacional, jefe del estado, jefe del gobierno, jefe de las fuerzas armadas y jefe del único partido legal, la FET de la JONS (que pasará a llamarse Movimiento Nacional).
El franquismo se basaba en varios fundamentos ideológicos:
- Nacionalismo: Defensa de la unidad territorial y política de España desde una perspectiva centralista basada en Madrid.
- Catolicismo: Se considera a la religión católica como la base histórica de la nación española, esta organiza la sociedad y la cultura española.
- Tradicionalismo: Se consideran históricos los valores de la defensa de la religión católica, la familia como unidad básica de la sociedad, la defensa del orden establecido y la defensa de la propiedad privada.
- Anticomunismo: El régimen de Franco considera comunista cualquier ideología o persona que defienda algo diferente a estos valores por lo que no se les consideran españoles y deben ser reprimidos, expulsados o aniquilados.
Además, el franquismo contaba con numerosos apoyos institucionales y sociales, entre ellos: el ejército (institución más fiel al dictador, los militares tenían una lealtad personal a Franco y el más influyente fue el Almirante Carrero Blanco), la Iglesia católica (el Vaticano fue el primer estado en formalizar las relaciones con el régimen de Franco, el concordato de 1953 estableció que el catolicismo era la religión oficial del estado y que debía controlar la educación), la FET de las JONS (a pesar de las reticencias de falangistas y carlistas y de sus diferencias ideológicas, este partido y sindicato único era el que organizaba los actos de apoyo al dictador, se ocupó de la propaganda y la protección social estatal y siempre controló el Ministerio del Trabajo, fue perdiendo protagonismo frente a otros grupos como los tecnócratas del Opus Dei), la oligarquía agraria propietaria de tierras y los pequeños propietarios (recuperaron las tierras expropiadas por la República) y la burguesía financiera e industrial de Madrid, Cataluña y el País Vasco (se beneficiaban de la política proteccionista). Los grupos que apoyaban al Franquismo fueron conocidos durante la época como “familias” y ejercieron influencia sobre el dictador a través de los medios de comunicación, las cortes o los ministerios. Franco intentó evitar enfrentamientos entre las familias y mantuvo el equilibrio para evitar que alguna tuviera más poder sobre las demás. A lo largo del tiempo las familias carlista (tradicionalista) y Borbón (monárquica) fueron perdiendo importancia frente a católicos y tecnócratas (Opus Dei).
La Guerra Civil Española: Aproximación Historiográfica, Desarrollo y Consecuencias
La Guerra Civil Española (1936-1939) es el acontecimiento más estudiado de la Historia de España y actualmente sigue generando estudios condicionados por la diversidad ideológica. El historiador Joaquín Arrarás muestra su visión en “Historia de la cruzada española” presentando el conflicto como una “cruzada de liberación nacional”, justificando el golpe de Estado y ensalzando al General Franco ante la incapacidad de los políticos republicanos. Por otro lado, los republicanos publicaron su visión justificando sus actos y culpando a socialistas, comunistas, anarquistas y nacionalistas en obras como las de Azaña y Zugazagoitia. El interés de los anglosajones por la Historia de España se manifestó mediante historiadores (Raymond Carr, Hugh Thomas o Gabriel Jackson) que defienden que la Guerra Civil fue el fracaso de la II República y desmitifican la figura de Franco. Tras la apertura del Régimen (1960) aparecen en España defensores de la versión franquista (Ricardo de la Cierva) y otros que estudiaron el bando republicano influidos por la historiografía extranjera (Tuñón de Lara). Con la muerte de Franco (1975), volvió la democracia, se facilitó el acceso a los archivos y aumentaron los estudios predominando la interpretación de Paul Preston. Se recogen testimonios orales de participantes de la guerra, surgen estudios a nivel regional o local y se amplían los temas a investigar (intervención extranjera, represión o economía de ambos bandos) destacando Ramón Salas Larrazábal y Ángel Viñas. En los últimos años, historiadores que no vivieron el conflicto continúan el estudio centrados en temas sociales o de Memoria Histórica (recuerdo a las víctimas). Aparecen neofranquistas (César Vidal o Pío Moa) y académicos como Javier Tussell y Santos Juliá.
El conflicto comenzó con la preparación del golpe de Estado de 1936, dirigido por Emilio Mola, con el que Sanjurjo se haría cargo del gobierno. Para ello, Mola buscó apoyos entre militares de graduación media, civiles monárquicos, miembros radicales de la CEDA, carlistas y falangistas y estableció que el golpe debía ejecutarse con gran rapidez y violencia para paralizar al gobierno. El gobierno trasladó a los militares sospechosos (Mola, Franco, Goded) a destinos secundarios para controlar a las unidades militares más importantes mientras que los altos mandos del ejército, la Guardia Civil y la Guardia de Asalto permanecieron fieles a la República. Las organizaciones obreras se mantenían preparadas para una revolución social si fuera necesario. Tras el asesinato de José Calvo Sotelo el 14 de julio, Mola fija la sublevación para el 18 de julio pero mandos intermedios del Ejército de África aprovecharon el final de unas maniobras para sublevarse la tarde del 17. El día 18 se sublevan las principales guarniciones militares de la península, pero la acción de los militares leales a la República y la huelga general de los sindicatos hace que el golpe fracase en las principales ciudades españolas. Mientras, en el gobierno se suceden tres presidentes: Casares Quiroga dimite, Martínez Barrio intenta negociar con los golpistas y finalmente, José Giral entrega armas a los sindicatos. A pesar del fracaso, los golpistas no se rinden y marchan hacia Madrid desde Pamplona, Burgos y Valladolid y España se divide en dos zonas. La zona republicana comprende las grandes ciudades (Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao), la mayoría de la población, la marina de guerra, la Guardia de Asalto y los milicianos obreros, con los que se crea el Ejército Popular disolviendo el Ejército. La zona rebelde comprende las zonas rurales y es apoyada por el Ejército de África (legionarios y marroquíes) al mando del General Franco. También cuentan con el apoyo de oficiales medios del ejército en la península, mitad de la Guardia Civil y milicianos carlistas y falangistas. Además de crear el Ejército Nacional destacó el golpe de mano dado por el General Queipo de Llano en Sevilla a favor de los sublevados.
Fases de la Guerra Civil
La Guerra Civil se divide en tres grandes fases:
- Primera fase (julio 1936- marzo 1937): Tuvo como objetivo Madrid. Mola avanza hacia la capital desde el norte pero es frenado por los milicianos republicanos. Mientras, Franco consiguió pasar el Ejército de África a Sevilla con la ayuda de aviones de transporte proporcionados por Hitler. Desde Sevilla avanza sin resistencia hacia Madrid a través de Extremadura donde se produce la matanza de Badajoz, pero decide conquistar Toledo antes de tomar Madrid, lo que supondrá una pérdida de tiempo decisiva, pues hará posible la llegada de las Brigadas Internacionales (voluntarios antifascistas de todo el mundo) a Madrid. Por último, Franco lanzará un ataque sobre Madrid desde el suroeste fracasando y provocando las batallas por cercar Madrid (carretera de la Coruña, El Jarama y Guadalajara), sin conseguir su objetivo.
- Segunda etapa (abril-octubre 1937): La campaña del norte, Franco renuncia a la capital y decide ocupar territorios estratégicos como las cuencas mineras asturianas y la zona industrial vasca. Dicha zona republicana del norte está aislada del resto y con militares débiles, por eso, Franco lanza una ofensiva desde País Vasco hacia el oeste, con la ayuda del CTV italiano. Se produce el bombardeo de Guernica, un ataque aéreo por parte de la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italiana. El Ejército de Guardia Vasco pierde Bilbao y se rinde en Santoña (Santander) a los italianos. Ante el avance de las tropas franquistas, el general republicano Vicente Rojo lanza una ofensiva desde Madrid hacia el oeste (Batalla de Brunete) mientras que los franquistas ocupan Asturias y de esta manera la República pierde las cuencas mineras asturianas y la zona industrial vasca.
- Tercera etapa (noviembre 1937-febrero 1939): La República contó con un ejército regular tras la militarización de las milicias en 1938. El general Rojo planeó dos grandes ofensivas: la Batalla de Teruel (única ciudad que conquistaron los republicanos) y la Batalla del Ebro (avance cruzado para frenar la caída de Valencia). Esta batalla se convirtió en una batalla de desgaste, la más dura de la guerra y en ella la aviación jugó un papel decisivo. Mientras, Franco se centró en la reconquista de Teruel y en su avance hacia el Mediterráneo logrando dividir el territorio republicano en dos. En enero de 1939 Franco lanza una ofensiva sobre Aragón y Cataluña provocando un gran éxodo de republicanos. La derrota republicana era inevitable pero el Presidente del gobierno, Juan Negrín, decide resistir ante la inminencia de un enfrentamiento de Alemania contra Francia y Gran Bretaña (invasión de Polonia). En marzo de 1939 la República sólo resiste en Valencia y en el Ejército de Centro (Madrid). Muchos republicanos no encuentran sentido a la continuación de la guerra y buscan negociar la paz con Franco. El 5 de marzo, el Coronel Casado apoyado por el PSOE (Julián Besteiro) da un golpe de Estado contra el gobierno de Negrín. Tras la dureza en la negociación con Franco, el ejército del Centro firmó una rendición incondicional y el 1 de abril de 1939 el cuartel del General Franco emite su último comunicado poniendo fin a la guerra.
Consecuencias de la Guerra Civil
La Guerra Civil tuvo consecuencias demográficas (500000 muertos y 500000 exiliados hacia Francia, México y Argentina, descenso de la natalidad y aumento de la mortalidad por hambre y expansión de epidemias), económicas (descenso de la producción agrícola e industrial, destrucción de infraestructuras y fuentes de recursos energéticos, empobrecimiento y racionamiento en productos básicos), políticas (destrucción de la cultura democrática, implantación de un régimen autoritario, violento, represivo y aislado internacionalmente) y sociales (política de venganza y represión contra los vencidos, expansión de la cultura de odio, imposible reconciliación, gran retroceso cultural y científico, asesinatos, encarcelamientos o exilio de intelectuales y científicos, control social de la Iglesia Católica). Además, el bando republicano envió las reservas de oro del Banco de España a Moscú y el Bando Nacional tuvo endeudamientos con varios países y empresas como TEXACO.