La Segunda República y la Guerra Civil Española: De la Proclamación al Conflicto (1931-1939)

La Proclamación de la Segunda República y la Constitución de 1931

La proclamación de la Segunda República en España el 14 de abril de 1931 fue el resultado del deterioro de la imagen de Alfonso XIII tras la dictadura de Primo de Rivera y del éxito de la coalición republicano-socialista en las elecciones municipales del 12 de abril. El rey, ante la evidente falta de apoyo, decidió abandonar el país sin recurrir a la fuerza, permitiendo la instauración de un nuevo régimen en un contexto internacional marcado por la crisis económica de 1929 y el ascenso de los totalitarismos.

El Gobierno Provisional

Tras la proclamación de la República, se estableció un Gobierno Provisional presidido por Niceto Alcalá Zamora e integrado por republicanos, socialistas y nacionalistas catalanes. Este gobierno tenía la misión de dirigir el país hasta la redacción de una nueva Constitución. En este periodo, se adoptaron medidas como la amnistía para presos políticos, la libertad de partidos y sindicatos, la reducción del número de oficiales del ejército y las negociaciones con Cataluña y el País Vasco para establecer un sistema autonómico. Sin embargo, también surgieron conflictos, como la quema de conventos en mayo de 1931, que generó gran oposición entre los sectores católicos y conservadores.

La Constitución de 1931

La Constitución de 1931, aprobada en diciembre de ese año, estableció una república democrática y progresista basada en la soberanía popular. Se implantó la separación de poderes, otorgando el poder legislativo a unas Cortes unicamerales y el ejecutivo al presidente del Gobierno, quien debía contar con el respaldo del presidente de la República. Este último no podía ser militar, clérigo ni miembro de la familia real, y su función era actuar como moderador del sistema. Además, la Constitución estableció el sufragio universal, incluyendo por primera vez el voto femenino, y definió a España como un Estado laico, separando la Iglesia del Estado y limitando su influencia en la educación y la economía. En el ámbito socioeconómico, se impulsó la reforma agraria, permitiendo la expropiación de tierras y empresas privadas para favorecer el interés nacional, y se garantizó el acceso universal a la educación y la cultura.

El Sufragio Femenino

Uno de los debates más intensos en el proceso constituyente fue el relacionado con el sufragio femenino. Mientras que Clara Campoamor, del Partido Radical, defendió la igualdad política de las mujeres, Victoria Kent, del Partido Radical Socialista, argumentó que la falta de formación política de las mujeres y su influencia por la Iglesia podían perjudicar la República, proponiendo un aplazamiento del derecho al voto. Finalmente, se aprobó el sufragio femenino y las mujeres participaron por primera vez en unas elecciones generales en 1933, dando inicio al Bienio Radical-Cedista (1933-1936). No obstante, este derecho se perdió durante la dictadura franquista y no se recuperó hasta las elecciones de 1977 en el marco de la Transición democrática.

La Segunda República representó un intento de modernización y democratización del país, pero también generó fuertes divisiones políticas y sociales. La polarización entre las distintas ideologías, sumada a las tensiones económicas y religiosas, desembocó finalmente en la Guerra Civil en 1936.

El Bienio Reformista (1931-1933): Reformas y Reacciones

Contexto del Bienio Reformista

La primera etapa de la Segunda República, conocida como Bienio Reformista (1931-1933), tuvo una clara orientación de izquierdas, con un gobierno de coalición republicano-socialista liderado por Niceto Alcalá Zamora como presidente de la República y Manuel Azaña como presidente del Gobierno. Aprobada la Constitución en diciembre de 1931, el gobierno emprendió reformas que buscaban transformar la realidad española, generando apoyos y oposición.

Reformas Estructurales

  • La reforma agraria pretendía expropiar latifundios y repartirlos entre campesinos, pero la falta de recursos ralentizó el proceso, generando descontento entre jornaleros y terratenientes.
  • La reforma del ejército, impulsada por Azaña, redujo el número de oficiales y creó la Guardia de Asalto para el orden público, pero no consiguió apoyo militar, evidenciado en la fallida “Sanjurjada” (1932).
  • En el ámbito laboral, se aprobaron la jornada de ocho horas, el seguro de enfermedad y las vacaciones pagadas. No obstante, la CNT se radicalizó y la FAI promovió insurrecciones.
  • La reforma religiosa incluyó la disolución de la Compañía de Jesús.

Reformas Sociales, Culturales y Territoriales

  • Se emprendió una reforma educativa para erradicar el analfabetismo, con la construcción de 13.000 escuelas y la formación de maestros.
  • Se promovieron las Misiones Pedagógicas, con bibliotecas ambulantes y el grupo teatral “La Barraca“, dirigido por García Lorca.
  • En la reforma territorial, en 1932 se aprobó el Estatuto de Autonomía de Cataluña, con Lluís Companys como presidente de la Generalitat. El Estatuto vasco se aprobó en 1936 y el gallego quedó paralizado por la Guerra Civil.

Oposición y Fin del Bienio

Las reformas generaron oposición. La derecha, encabezada por la CEDA de Gil Robles y la Falange Española de Primo de Rivera, rechazó las medidas contra la Iglesia y la descentralización. La Iglesia también mostró su rechazo y el cardenal Segura fue expulsado de España.

La izquierda, representada por la FAI y la CNT, promovió huelgas y ocupaciones de tierras. La represión de la masacre de Casas Viejas (1933), donde campesinos fueron asesinados por la Guardia de Asalto, debilitó al gobierno. Finalmente, la maniobra del Partido Radical de Lerroux para apartar a los socialistas culminó con la dimisión de Azaña en septiembre de 1933. La disolución de las Cortes y las elecciones de noviembre marcaron el fin del Bienio Reformista.

El Bienio Conservador y el Frente Popular (1933-1936)

El Gobierno Radical-Cedista (1933-1934)

En las elecciones de noviembre de 1933, los partidos de centro-derecha (CEDA de Gil Robles y el Partido Radical de Lerroux) obtuvieron la mayoría. El PSOE, aunque aún era el principal partido de la izquierda, vio su representación reducida a la mitad. Lerroux asumió el gobierno con apoyo de la CEDA, aunque esta última esperó hasta 1934 para ocupar cargos ministeriales. El gobierno adoptó políticas que revertían las reformas del Bienio republicano-socialista, como la paralización de la reforma agraria, la reincorporación del clero a los presupuestos y la amnistía para los implicados en la sublevación de 1932.

La Revolución de Asturias (1934)

Ante la inclusión de ministros de la CEDA en el gobierno, se desató una insurrección. La UGT convocó una huelga general el 5 de octubre de 1934, pero solo en Asturias tuvo éxito, donde los trabajadores socialistas, anarquistas y comunistas proclamaron la Revolución Socialista de los Consejos Obreros. El gobierno, con la dirección militar de Franco, sofocó la rebelión con miles de muertos y encarcelados, y la política se hizo más conservadora.

Continuación del Giro Conservador (1934-1935)

La insurrección de octubre de 1934 reforzó el giro conservador del gobierno. Se suspendió el Estatuto de Cataluña y se aprobó una nueva Ley de Reforma Agraria, que detuvo el reparto de tierras. El gobierno enfrentaba crisis internas entre el Partido Radical y la CEDA, y surgió un nuevo grupo, el Bloque Nacional, que buscaba una monarquía autoritaria.

El escándalo del estraperlo en 1935 aceleró la crisis política, provocando la dimisión de Lerroux y la disolución de las Cortes, lo que llevó a nuevas elecciones en febrero de 1936.

El Frente Popular y el Camino a la Guerra (1936)

En febrero de 1936, los partidos de izquierda y nacionalistas se unieron en el Frente Popular, con un programa reformista y una amnistía para los represaliados de la Revolución de Octubre. La CEDA, dividida, no logró vencer al Frente Popular, que ganó las elecciones por mayoría absoluta en escaños. Alcalá Zamora fue destituido como presidente y Manuel Azaña asumió la presidencia en mayo de 1936. El nuevo gobierno de Azaña, liderado por Santiago Casares Quiroga, retomó las reformas del primer Bienio, como la Ley de Amnistía, la autonomía para Cataluña y el Estatuto Vasco. Sin embargo, los últimos meses de la II República fueron marcados por un clima de violencia, con enfrentamientos entre la derecha y la izquierda, que derivaron en la preparación del golpe de estado que daría origen a la Guerra Civil, tras el asesinato de José del Castillo y José Calvo Sotelo en julio de 1936.

La Guerra Civil Española (1936-1939): Causas, Desarrollo y Consecuencias

Interpretaciones Historiográficas

La Guerra Civil Española (1936-1939) fue el resultado de múltiples factores internos y externos. Historiográficamente, se han interpretado sus causas desde diversas perspectivas. La corriente liberal y marxista la vincula con el auge del fascismo en Europa, mientras que la visión conservadora la considera una reacción contra el comunismo. Autores como Payne y Tusell adoptan una postura intermedia, destacando la polarización política en un contexto de crisis global de las democracias. Sin embargo, más allá de estas interpretaciones, la guerra fue consecuencia de profundas desigualdades económicas, la radicalización ideológica y la incapacidad del gobierno para contener el intento golpista.

Desarrollo del Conflicto

El conflicto estalló tras el golpe de Estado de julio de 1936, que, al no triunfar completamente, derivó en guerra civil. España quedó dividida en dos bandos: los sublevados (o nacionales), con dominio en zonas rurales y el apoyo del ejército, y los republicanos, con el respaldo de las ciudades industriales y milicias populares. La guerra se desarrolló en tres fases principales:

  1. Intento fallido de tomar Madrid (1936-1937): La resistencia republicana evitó la caída de la capital.
  2. Campaña del Norte (1937): Los franquistas, con apoyo nazi y fascista, tomaron Bilbao y Santander tras el bombardeo de Guernica.
  3. Ofensiva del Mediterráneo (1938-1939): Dividió en dos la zona republicana y culminó con la derrota definitiva tras la batalla del Ebro y la toma de Cataluña. Madrid cayó en marzo de 1939 sin apenas resistencia, y el 1 de abril Franco proclamó el final de la guerra.

Consecuencias de la Guerra

Las consecuencias fueron devastadoras:

  • Demográficas: Más de 600.000 personas murieron, entre víctimas directas del conflicto, la represión posterior y el exilio.
  • Políticas: La victoria franquista impuso una dictadura de casi 40 años, aislando a España del mundo democrático.
  • Económicas: La destrucción fue enorme, con una caída del 30% en la producción industrial y agraria, racionamiento y estancamiento económico hasta los años 50.
  • Sociales y Culturales: El país sufrió una gran represión y el exilio de miles de intelectuales, lo que supuso un retroceso cultural significativo.

En definitiva, la guerra dejó una España profundamente dividida y sometida a un régimen autoritario que condicionaría su historia durante décadas.

Evolución Política, Económica e Internacional durante la Guerra Civil

La Zona Republicana: Política y Economía

La República contaba con el control de las principales zonas industriales y regiones agrícolas de exportación. Sin embargo, la carencia de zonas cerealísticas, en manos de los sublevados, dificultó el abastecimiento de alimentos. Se produjeron colectivizaciones en la industria catalana y algunas zonas rurales, lo que generó desconfianza en parte de la población. El principal problema político de la República fue la falta de unidad. Desde el inicio del conflicto, emergieron tensiones dentro del Frente Popular: los anarquistas (CNT y FAI) y el POUM impulsaban una revolución social paralela a la guerra, lo que debilitó la cohesión frente a los sublevados.

Gobierno de José Giral (julio – septiembre 1936)

Se vio superado por la situación, con el poder real en manos de los comités obreros, quienes llevaron a cabo ejecuciones y expropiaciones. Esto alejó a sectores moderados hacia los sublevados.

Gobierno de Largo Caballero (septiembre 1936 – mayo 1937)

Incorporó a comunistas y anarquistas, logrando cierta disciplina. Sin embargo, los sucesos de mayo de 1937 en Barcelona, con el enfrentamiento entre republicanos y anarquistas/POUM, provocaron su dimisión.

Gobierno de Juan Negrín (mayo 1937 – abril 1939)

Buscó una salida negociada a la guerra con el “Programa de los Trece Puntos“, rechazado por Franco. Se apoyó en los comunistas y la ayuda soviética con la esperanza de que el estallido de la Segunda Guerra Mundial beneficiara a la República. Sin embargo, la guerra terminó en su derrota antes de que esto ocurriera.

La Zona Sublevada (Nacional): Consolidación del Poder Franquista

El bando sublevado estableció una estructura política centralizada con el ejército como eje del nuevo régimen. Inicialmente, no hubo un líder claro debido a la muerte del general Sanjurjo. En octubre de 1936, un decreto nombró a Francisco Franco como Jefe del Estado y Generalísimo de los Ejércitos.

  • Consolidación del liderazgo de Franco: Optó por una estrategia de guerra prolongada para afianzar su poder.
  • Unificación política (abril 1937): Creó el partido único Falange Española Tradicionalista y de las JONS, inspirándose en el modelo fascista italiano.
  • Formación del primer gobierno (enero 1938): Franco asumió la Jefatura del Estado y la Presidencia del Gobierno, siendo proclamado “Caudillo de España“. Se estableció un régimen autoritario basado en valores tradicionales y en el catolicismo.
  • Represión sistemática: La violencia contra los republicanos y sus simpatizantes fue planificada y ejecutada por el Ejército, la Falange y las autoridades locales.

Dimensión Internacional del Conflicto

La Guerra Civil se convirtió en un conflicto con amplia participación internacional:

Apoyo a los Sublevados

  • Alemania nazi: Envió la Legión Cóndor, responsable del bombardeo de Guernica, y proporcionó armamento y soldados. Aprovechó el conflicto para probar su “guerra relámpago” (Blitzkrieg).
  • Italia fascista: Envió más de 100.000 hombres (Corpo Truppe Volontarie) y apoyo aéreo clave en el cruce del Estrecho.
  • Portugal: El Estado Novo de Salazar proporcionó ayuda diplomática, logística y voluntarios (Viriatos).
  • Vaticano: Reconoció al régimen franquista en 1937, debido a su enfrentamiento con la República laica.

Apoyo a la República

  • Francia y Reino Unido: Adoptaron una “política de no intervención” que, en la práctica, perjudicó a la República al impedirle comprar armas legalmente.
  • Unión Soviética: Fue el principal apoyo, enviando armas, tanques, aviones y asesores militares, pagados con las reservas de oro del Banco de España (el llamado “Oro de Moscú“).
  • México: Proporcionó apoyo diplomático y material bélico.
  • Brigadas Internacionales: Voluntarios antifascistas (unos 60.000 de más de 60 nacionalidades) combatieron en defensa de la República.

La evolución de la Guerra Civil Española estuvo marcada por la organización interna de cada bando y por la ayuda internacional recibida. Mientras la República sufrió divisiones internas y un insuficiente apoyo exterior efectivo, los sublevados lograron cohesión política bajo Franco y un sustancial respaldo militar de los regímenes fascistas, factores clave que contribuyeron a su victoria final en 1939.