La Segunda República Española: Orígenes, Reformas y Polarización
La **Segunda República** se proclamó el **14 de abril de 1931** tras la victoria de las candidaturas republicano-socialistas en las elecciones municipales del 12 de abril, consecuencia del **Pacto de San Sebastián (1930)**, donde líderes republicanos como **Niceto Alcalá-Zamora**, **Miguel Maura**, **Alejandro Lerroux** y **Manuel Azaña** se unieron para acabar con la monarquía de **Alfonso XIII**. Tras la victoria republicana en las ciudades, el rey abdicó y el **Gobierno Provisional**, presidido por **Niceto Alcalá-Zamora**, asumió el poder, convocando elecciones a **Cortes Constituyentes** para el **28 de junio de 1931**. Las elecciones establecieron un sistema unicameral y mantuvieron el sufragio universal masculino, aunque algunas mujeres fueron elegidas diputadas, como **Clara Campoamor** (Partido Radical), **Victoria Kent** (Partido Radical-Socialista) y **Margarita Nelken** (PSOE). A pesar de la esperanza que generó la República, la situación económica era grave debido a la **Gran Depresión de 1929**, que provocó un aumento del desempleo de 400.000 en 1932 a 800.000 en 1936. Además, la República enfrentó oposición de la Iglesia y sectores monárquicos, con el cardenal Segura atacando públicamente al nuevo régimen. También hubo tensiones con los nacionalismos, como la proclamación de la República Catalana por Francesc Macià, que el Gobierno Provisional tuvo que desautorizar. A esto se sumaron conflictos violentos, como el asalto al periódico monárquico ABC y ataques anticlericales con quema de iglesias y conventos.
El **9 de diciembre de 1931**, se aprobó la **Constitución**, definiendo a España como una República democrática de trabajadores. Se estableció un Estado integral con posibilidad de autonomías, una clara división de poderes y una Cámara única con gran poder legislativo. El presidente de la República sería elegido cada seis años y no podría ser militar ni religioso. Se garantizaban derechos y libertades, destacando la introducción del sufragio femenino. Además, la República se declaró laica, estableciendo la separación Iglesia-Estado y prohibiendo a las órdenes religiosas ejercer la enseñanza o actividades económicas. El debate sobre el voto femenino fue intenso. **Clara Campoamor** defendió el derecho de la mujer a votar, mientras que **Victoria Kent** se opuso, argumentando que muchas mujeres estaban influenciadas por la Iglesia y favorecerían a la derecha antirrepublicana. Finalmente, el sufragio femenino fue aprobado, marcando un hito en la historia de España. Este período inicial de la Segunda República estuvo marcado por el intento de modernización del país y la creación de un Estado democrático, aunque con fuertes tensiones internas y una creciente polarización política que acabaría desembocando en la **Guerra Civil**.
El Bienio Reformista (1931-1933)
Tras la aprobación de la **Constitución de 1931**, el Gobierno Provisional cesó y se formó el primer gobierno constitucional de la Segunda República, presidido por **Manuel Azaña**. Este periodo, conocido como el **Bienio Reformista (1931-1933)**, tuvo como objetivo la modernización de España mediante una serie de reformas estructurales. Una de las primeras medidas fue la **reforma religiosa**, que estableció un Estado laico, suprimiendo el pago de sueldos a sacerdotes y prohibiendo a las órdenes religiosas impartir enseñanza. También se aprobó el matrimonio civil y el divorcio, y se disolvió la Compañía de Jesús. En paralelo, se impulsó la **reforma educativa** con el objetivo de erradicar el analfabetismo. Se crearon más de 10.000 escuelas y se contrataron 7.000 maestros, promoviendo una educación pública, laica, mixta y gratuita. Además, se desarrollaron las **Misiones Pedagógicas**, que llevaban cultura y educación a zonas rurales mediante teatro, cine y bibliotecas itinerantes.
La **reforma militar** tenía como fin reducir el poder del Ejército y asegurar su fidelidad a la República. Azaña, también ministro de Guerra, cerró la Academia Militar de Zaragoza y aprobó la **Ley de Retiro de la Oficialidad**, permitiendo a los oficiales retirarse con sueldo íntegro. Se creó la **Guardia de Asalto** como una fuerza policial fiel al régimen, pero en 1932, el general **Sanjurjo** intentó un golpe de Estado, que fracasó. La **reforma agraria** fue una de las más ambiciosas, ya que el 50% de la población activa era campesina y predominaban los latifundios en el sur. La **Ley de Reforma Agraria (1932)** permitió la expropiación de tierras con indemnización, gestionada por el **Instituto de Reforma Agraria (IRA)**. Sin embargo, su aplicación fue lenta e ineficaz, lo que generó frustración entre los campesinos. En el ámbito territorial, la República aprobó en 1932 el **Estatuto de Cataluña**, que otorgaba autonomía y creaba la **Generalitat**, con competencias limitadas en cultura, obras y orden públicos.
Las reformas encontraron fuerte oposición tanto de la derecha como de la izquierda. Entre los opositores destacaban los monárquicos, la **CEDA** de **Gil Robles**, que defendía un modelo conservador, y **Falange Española**, de **José Antonio Primo de Rivera**, con ideología fascista. También hubo intentos de sublevación, como el golpe de Sanjurjo en 1932. En la izquierda, los anarquistas de la **CNT-FAI** protagonizaron huelgas y ocupaciones de tierras. En enero de 1933, una revuelta campesina en **Casas Viejas (Cádiz)** fue brutalmente reprimida por la Guardia de Asalto, lo que desprestigió al gobierno. A esto se sumó la crisis económica y la creciente conflictividad social, que debilitó a Azaña. Finalmente, en septiembre de 1933, Azaña dimitió y el presidente de la República disolvió las Cortes, convocando nuevas elecciones en noviembre de 1933, lo que puso fin al Bienio Reformista.
El Bienio Radical-Cedista (1934-1936)
La disolución de las Cortes en 1933 llevó a la convocatoria de nuevas elecciones en noviembre. En estos comicios, la **CEDA**, liderada por **Gil Robles**, fue el partido más votado, seguido por el **Partido Radical**. A pesar de la victoria de la CEDA, el presidente **Alcalá-Zamora** encargó a **Alejandro Lerroux** la formación del gobierno para evitar polarizar más a la sociedad. Esta etapa, conocida como la **Radical-Cedista**, estuvo marcada por la política de “rectificación”, que implicaba la paralización de las reformas previas. Durante el gobierno de **Alejandro Lerroux** y la **CEDA (1934-1935)**, se tomaron medidas contra reformistas, como la paralización de la **Reforma Agraria** y la devolución de tierras a los antiguos propietarios. También se aprobó una ley de amnistía para los militares implicados en el golpe de Sanjurjo de 1932 y se propuso una reforma constitucional que recortaba los artículos más polémicos de la Constitución de 1931.
El clima político se intensificó con la **Revolución de Asturias en octubre de 1934**. Ante el cambio de gobierno que introdujo a la CEDA, las fuerzas de izquierda temieron un régimen totalitario y convocaron una huelga general, apoyada por UGT, PSOE, ERC y los anarquistas. Aunque la huelga fracasó en la mayoría del país, en Cataluña y Asturias fue más significativa. En Cataluña, **Lluís Companys** proclamó el Estado Catalán, pero la intervención del ejército lo desbarató. En Asturias, la insurrección fue liderada por socialistas, comunistas y anarquistas, quienes buscaron una Revolución Socialista de los Consejos Obreros. El gobierno respondió enviando al ejército de Marruecos, que sofocó la revuelta, resultando en más de mil muertos y 30,000 detenciones.
En la etapa final del **Bienio Radical-Cedista (1935-1936)**, tras la Revolución de Octubre, el gobierno endureció su política, suspendiendo el Estatuto de Cataluña y paralizando la Reforma Agraria. La coalición entre los Radicales y la CEDA se fue complicando debido a las tensiones internas. En el ámbito militar, Gil Robles promovió a mandos contrarios a la República, como los generales Fanjul, Franco y Mola, lo que aumentó la polarización política y militar. La vida política de España se radicalizó en ambos extremos, conduciendo a una creciente polarización. En la derecha, Falange se fusionó con las JONS, mientras que José Calvo Sotelo fundó el Bloque Nacional. En la izquierda, se consolidó el **Frente Popular**, que agrupaba a republicanos de izquierda, socialistas y comunistas. La coalición de centroderecha se desplomó debido a escándalos de corrupción, como el caso Strauss Pearl, lo que llevó a la dimisión de Lerroux en octubre de 1935. En febrero de 1936, tras la disolución de las Cortes, se convocaron nuevas elecciones.
El Frente Popular y el Inicio de la Guerra Civil
En las elecciones del **16 de febrero**, el **Frente Popular** obtuvo la mayoría absoluta, obteniendo el 59% de los escaños. El primer gobierno del Frente Popular, liderado nuevamente por **Manuel Azaña**, reinició la política de reformas. Se otorgó una amplia amnistía a los encarcelados por la revolución de octubre de 1934 y se tomaron varias medidas destacadas, como la restauración del Estatuto de Autonomía de Cataluña. El clima político se volvió cada vez más violento, con los socialistas aspirando a una revolución obrera y la derecha conspirando para frenar la revolución. La extrema derecha atacaba a locales y líderes de izquierda, mientras que militares como Franco y Mola pedían la declaración del estado de guerra. A partir de marzo de 1936, un grupo de generales, encabezados por Mola, comenzó a preparar un golpe militar contra el gobierno del Frente Popular. El 12 de julio, el teniente de la Guardia de Asalto José del Castillo fue asesinado, y en represalia, el 14 de julio, se asesinó al líder de derechas José Calvo Sotelo. La rebelión militar comenzó en la noche del 17 al 18 de julio, iniciando la **Guerra Civil Española**.