Historia de España: Desde la Prehistoria hasta el Siglo XVIII
1. Prehistoria y Edad Antigua
1.1 Paleolítico (1.2 millones – 5000 a. C.)
Sociedades cazadoras recolectoras, lo que implica nomadismo. Se divide en tres etapas:
- Paleolítico Inferior: Homo Antecessor (800.000 años) y H. Heidelbergensis (350.000). Realizan útiles toscos de piedra.
- Paleolítico Medio: H. Neanderthal (350.000 – 35.000). Asociado a la cultura Musteriense (piedra tallada, puntas de flecha, dominio del fuego y primeros ritos funerarios).
- Paleolítico Superior: H. Sapiens (desde 40.000), con útiles más especializados y empleo también del hueso.
1.2 Neolítico (5000 a. C. – 2500 a. C.)
Agricultores y ganaderos, lo que implica sedentarismo: aparición de poblados, jerarquización social, producción textil y cerámica, y construcciones megalíticas. Hacia el 3200 a.C. comienza la Edad de los Metales con el Calcolítico (Los Millares) y la Edad del Bronce 2200 a.C. – 1000 a.C. (El Argar). Expansión de los vasos campaniformes.
1.3 Celtas y Colonizadores (I milenio a. C.)
Introducción del uso del hierro. La península se divide en dos zonas culturales:
- Norte-Atlántica Celtíbera: Incineración, campos de urnas, poblados fortificados llamados castros, y economía agrícola de subsistencia. Pueblos: Galaicos, astures, cántabros, vacceos, carpetanos,…
- Sur-Mediterránea Ibérica:
- Tartessos: S. IX al VI a. C. en la desembocadura del Guadalquivir, explotación minera y comercio con los fenicios, influencia cultural oriental y mayor desarrollo organizativo y cultural. Decadencia por caída de la producción minera y retirada de los fenicios ante la presión persa.
- Pueblos Iberos: S. VI al III a. C. (Turdetanos, bastetanos, layetanos,…), con escritura no descifrada, jerarquización social con élite guerrera y reyezuelos, poblados fortificados, influencia cultural (Damas de Baza y Elche) y religiosa fenicia y griega. Comercio de productos agrícolas y mineros a cambio de cerámicas y productos elaborados.
Los primeros colonizadores son fenicios (S. IX a.C), griegos (S. VI a.C.) y cartagineses que vienen para establecer bases (Gadir, Emporion, Cartago Nova) para el intercambio comercial de minerales y productos agrícolas por productos manufacturados (cerámica), produciendo un mayor desarrollo cultural y económico de los pueblos con las que contactan.
1.4 Romanización (218 a. C. – Siglo V d. C.)
Los romanos ocuparon el sur y el levante peninsular durante la Segunda Guerra Púnica (218 -201 a.C.). Hasta el 133 a.C. consolidaron los territorios ya ocupados y sometieron a celtíberos y lusitanos conquistando el centro y el oeste. Hasta el 29 a.C. trasladan a la península las disputas entre los bandos de las guerras civiles republicanas. A partir del 19 a.C. el emperador Augusto conquistó a astures y cántabros. Hispania quedó dividida en 5 provincias: Gallaecia, Tarraconense, Lusitania, Cartaginense y Bética.
La economía se basó en la agricultura y la exportación de productos agrícolas desde los latifundios (aceite) y mineros (plomo, plata, oro, cobre, mercurio, cristal de yeso).
La romanización es la asimilación de la cultura y las formas de vida romanas por parte de los pueblos conquistados. Fue un proceso desigual, mediante el urbanismo, el asentamiento de ciudadanos romanos, la inclusión en el ejército de tropas peninsulares y la concesión de la ciudadanía romana a los indígenas. El latín desplazó a las lenguas vernáculas (aportaciones literarias hispanas son Séneca, Lucano, Quintiliano y Marcial); el derecho romano. Los romanos impusieron también sus cultos religiosos, que se simultanean con los indígenas; y las infraestructuras: sistema de calzadas, puentes (Alcántara), acueductos (Segovia), trazados urbanos, murallas (Lugo).
La crisis del S. III, con las incursiones bárbaras, fomentó el colonato entre los campesinos y la ruralización de la sociedad y la economía.
1.5 Visigodos (Siglo V – 711)
La llegada de los visigodos se produce por el Foedus (pacto) con Roma en el 418 para expulsar a suevos, vándalos y alanos, asentándose en el sur de la Galia y norte de Hispania con capital en Tolosa. Con la Batalla de Vouillé (507), son expulsados los visigodos de la Galia por los francos, estableciéndose en Hispania, con capital en Toledo.
Los visigodos son una minoría de unos 100.000 sobre 6 mill. de hispanorromanos, pero constituyen la élite militar y terrateniente junto con los terratenientes hispanorromanos. Continúa el proceso de ruralización, con una economía basada en la agricultura y ganadería y el proceso de servidumbre del campesinado. Hay una división entre visigodos (arrianos) e hispanorromanos (católicos), resuelta en el III Concilio de Toledo con la conversión de Recaredo. Los Concilios eran inicialmente asambleas de eclesiásticos que ganaron importancia y acabaron teniendo una función legislativa.
Tienen una monarquía electiva, débil por las luchas sucesorias y ante la nobleza, representada en el Aula Regia y el Officium Palatinum. Hay inicios de un prefeudalismo como forma de gobierno territorial que debilita más a la realeza. Destaca la publicación del Liber Iudiciorum de Recesvinto.
2. Al-Ándalus y la Reconquista
2.1 Al-Ándalus (711-1492)
En el 711 llegan los árabes a la Península. Realizan una rápida conquista por el descontento de la población hispanorromana y judía con los visigodos, la realización de pactos de ocupación (los hispanorromanos conservan las tierras a cambio de sometimiento) y el no proselitismo árabe, pues el musulmán paga solo el zaqat, frente a los dimmíes, obligada al doble tributo.
Las etapas de Al-Ándalus son:
- 711-756 Emirato dependiente: Conquista peninsular (salvo C. Cantábrica y Pirineos) y sur de Francia hasta derrota en Poitiers 732.
- 756-929 Emirato independiente: Llegada de la dinastía Omeya y separación del imperio de Bagdad. Retirada musulmana al Sistema Central. Se abre un proceso de arabización e islamización que provocó la revuelta de muladíes y mozárabes.
- 929-1031 Califato de Córdoba: Proclamado por Abd-al-Rahman III que somete las revueltas internas y obligan al pago de tributos a los reyes cristianos. El control del gobierno por el visir Almanzor provoca el debilitamiento del poder califal que propicia la caída del califato en 1031.
- 1031-1086 Reinos de Taifas: De gran esplendor cultural pero débiles militarmente, pagando parias a los reinos cristianos, que avanzaron rápidamente hacia el sur.
- 1086-1212 Invasiones norteafricanas: Almorávides y almohades, llamados por los andalusíes para detener el avance cristiano y que acaban conquistando lo que queda de Al-Ándalus.
- 1238-1492 Reino Nazarí de Granada: Que sobrevive por las luchas civiles cristianas y ser rico y de fácil defensa.
2.2 Economía y Sociedad de Al-Ándalus
La base económica es la agricultura con técnicas de regadío (noria) y nuevos cultivos (algodón, arroz y azafrán). Comercio: dentro del circuito comercial musulmán que llega hasta China y la India: sedas, oro, especias, esclavos, armas, libros, tejidos algodón…
La sociedad estaba dividida en dos grandes grupos:
- Musulmanes: Obligados a pagar el zaqat, integrada por:
- Árabes y sirios: grupo minoritario, son los gobernantes y terratenientes.
- Muladíes: hispanorromanos conversos, grupo mayoritario integrado por colonos rurales, artesanos y comerciantes.
- Beréberes que ocupan las peores tierras. Aumentan con las invasiones norteafricanas.
- Esclavones, esclavos conversos encargados de tareas serviles, la administración y el ejército.
- No musulmanes: Que pagan dos tributos, conservan sus leyes y religión y están divididos en:
- Mozárabes, cristianos hispanorromanos, en número descendente por las conversiones y migraciones a zonas cristianas.
- Judíos, sobre todo comerciantes.
Al-Ándalus es la puerta de entrada a Europa de los saberes clásicos y de oriente (numeración India, la brújula y pólvora de China), las matemáticas, la astronomía, la botánica, la medicina y filosofía (Averroes, Maimónides) la historia (Al Razi), la geografía y la poesía (Ibn Hazm).
El arte andalusí es una creación hispana a partir de modelos y técnicas romanas (sillería, arcos de piedra, columnas y capiteles) y visigodas (arco de herradura). Los principales monumentos son la Mezquita Córdoba, y los palacios de Medinat Al Zahara en Córdoba, la Alhambra de Granada y la Aljafería Zaragoza, y la Giralda de Sevilla. Con el avance cristiano la comunidad judía mantendrá su dedicación al comercio, los préstamos, los conocimientos de medicina andalusíes y traductores, conservándose algunas sinagogas desde el S. XIV (Córdoba y Toledo).
2.3 Avance Cristiano (Siglos VIII-XIII)
Desde el S. VIII al X, hay una superioridad militar musulmana, manteniéndose los cristianos en la Cornisa Cantábrica y el Pirineo, ocupando poco a poco zonas despobladas de Galicia y Valle del Duero. A partir del S. XI con los y reinos de Taifas se produjeron avances hasta el S. Central (1085 conquista de Toledo por el rey Alfonso VI) y valle medio del Ebro (1118 toma de Zaragoza) frenados por la invasión almorávide. Desde mediados del siglo XII, con la decadencia almorávide, conquistan el valle del Tajo (Lisboa) y el valle del Ebro (Tortosa). En la segunda mitad del siglo XII, los almohades frenaron el avance, que se limitó a las cabeceras del Turia, Júcar y Guadiana. Sin embargo, tras la batalla de las Navas de Tolosa (1212) conquistaron el valle del Guadalquivir (Fernando III El Santo), Valencia y Baleares (Jaime I), y Portugal el Algarve, quedando en manos musulmanas el reino nazarí de Granada.
Los reinos presentaban una estructura política parecida aunque con diferencias basadas en la monarquía, las cortes y los municipios. El origen de las cortes está en la Curia Regia donde los nobles y clérigos asesoraban al rey. El crecimiento de las ciudades, con sus propios fueros y órganos municipales, hizo ganar poder a los burgueses naciendo las cortes de tres brazos en 1188 en el Reino de León y desde el s. XIII en los otros reinos. En Castilla eran convocados por el rey para aprobar subsidios, declaraciones de guerra mientras que las de la Corona de Aragón eran órganos de carácter legislativo y votaban impuestos.
2.4 Repoblación y Sociedad en los Reinos Cristianos
Al norte del Duero y el Pirineo fue repoblado mediante el sistema de presura, ocupación de las tierras despobladas para su cultivo, dando lugar a pequeñas y medianas propiedades de hombres libres. A partir del S. XI entre el Duero y los Montes del Toledo, y el valle del Ebro la repoblación fue concejil, dividiéndose el territorio en concejos (ciudad o villa cabecera con fuero propio y representante del rey) subdivididos en alfoces, habitadas por hombres libres con obligación de armas (infanzones o hidalgos). En la primera mitad del S. XIII en el valle del Guadiana, Teruel y el norte de Castellón la repoblación se hizo mediante órdenes militares, en encomiendas, predominando los grandes latifundios de explotación ganadera. En el S. XIII, el valle del Guadalquivir y el litoral levantino fueron repartidos en función del rango social del conquistador, que con la crisis del S. XIV, dio lugar a grandes latifundios de la nobleza, la Iglesia y las órdenes militares.
Es una sociedad feudal, rural y con tres estamentos (nobleza, clero y estado llano) marcados por el nacimiento con lazos de vasallaje entre ellos. Los dos primeros estamentos eran privilegiados. Dentro de la nobleza había diversos grados. La alta nobleza terminó por controlar amplios dominios territoriales llamados señoríos jurisdiccionales donde además de controlar las rentas gozaban de poder jurisdiccional. Estos señoríos, gracias al mayorazgo, pasaban íntegros al heredero. En la baja nobleza, dominando las ciudades, destacan los hidalgos o infanzones, en origen, capaces de costearse armas y un caballo. El clero se divide en secular y regular. La iglesia también contaba con importantes señoríos. Socialmente se distinguía el alto clero, proveniente de la nobleza y el bajo clero, más próximo al pueblo. El estado llano era en su mayoría campesinado dependiente de los señores, aunque también había algunos campesinos propietarios. Con el crecimiento de las ciudades tuvieron más importancia los artesanos y los burgueses
2.5 Evolución Política de los Reinos Cristianos
En Castilla, el aumento de los ingresos económicos de la corona provocó un reforzamiento de la autoridad regia, lo que originó la oposición de la nobleza que aprovecha las minorías de edad de los reyes (Fernando IV, Alfonso XI), o la debilidad de estos (Enrique IV), para promover levantamientos. También apoyarán a otros candidatos reales (Enrique Trastámara, infante D. Alfonso), provocando guerras civiles (muerte del rey Pedro I el Cruel en 1369; sucesión de Isabel en 1474). También, el apoyo a la monarquía por las ciudades a las que, a cambio de la protección real frente a la nobleza y tener representación en Cortes, las irá controlando mediante representantes reales (regidores). Nacen nuevas instituciones como la Audiencia, órgano supremo de justicia, supeditado al rey; la Contaduría o Hacienda y el Condestable, que dirige el ejército regio. Se crea el Consejo Real, con legistas y nobles que asesoraban al rey en todo tipo de decisiones.
En Aragón hay una mayor debilidad de la autoridad monárquica por ser una confederación de los reinos de Aragón, Valencia, Mallorca y el Principado de Cataluña, cada uno con sus leyes e instituciones. El rey debe practicar una política de pactos, pues el expansionismo en el Mediterráneo (conquista de Sicilia, Nápoles y Ateneas y Neopatria) implica tener que recurrir a pedir susidios a las Cortes de los reinos, cosa que aprovecha la nobleza para aumentar sus privilegios y limitar el poder regio (Privilegio General de 1283, creación de la Diputación General y el Justicia Mayor de Aragón), mientras que las ciudades fueron cayendo bajo el control de las oligarquías urbanas (Consell del Cent en Barcelona).
Navarra está vinculada a la política interior francesa, muy empobrecida por la crisis del XIV, acaba cayendo bajo la órbita aragonesa en el S. XV y finalmente incorporada a Castilla
3. Edad Moderna: Reyes Católicos, Austrias y Borbones
3.1 Los Reyes Católicos (1474-1516)
La unión dinástica se produce por la guerra civil entre las facciones nobiliarias castellanas del S. XV, apoyando un sector al rey Enrique IV y el otro a su hermana Isabel, nombrada heredera frente a Juana “la Beltraneja” por el Acuerdo de Toro de 1468. El deseo de Isabel de escapar al control nobiliario y el interés de Aragón en la alianza castellana frente a Francia propició el matrimonio con Fernando de Aragón. A la muerte de Enrique IV en 1474 comienza una nueva guerra civil: Juana la Beltraneja, con apoyo de Alfonso V de Portugal frente a Isabel, jurada reina por las Cortes. Por la Concordia de Segovia, primero en Castilla y en 1481 en Aragón, Isabel y Fernando tienen el mismo poder. Tras la batalla de Toro, se firmó en 1479 el Tratado de Alcaçovas-Toledo por el que Alfonso de Portugal reconoce a Isabel como reina.
Se produjo una unión dinástica, no territorial ni legislativa, de ambos reinos, donde Castilla es el reino hegemónico económica, poblacional y militarmente. Quedó fortalecido el poder monárquico en Castilla, que permite obtener mayores impuestos, lo que lleva a Castilla a ser el sostén de la política real. Se crean los Consejos de Aragón y Órdenes militares, la Santa Hermandad, con función de policía y base de un ejército permanente, se somete al control regio a la nobleza (a cambio del mayorazgo), a las ciudades (regidores), a la Iglesia (nombramiento de obispos), a la Mesta y a las Órdenes militares. Se crearon las Audiencias de Valladolid y Granada.
La conquista de Granada se inicia tras el fin de la guerra de sucesión en Castilla. Pretendían la unidad política peninsular, eliminar una base de ataque musulmán y orientar el carácter belicista de la nobleza, participando también la Santa Hermandad. La guerra comenzó en 1482 con la toma de Zahara por los musulmanes. La victoria castellana se vio facilitada por las luchas internas en Granada. Finalmente, en enero de 1492, el emir Boabdil negoció en secreto la rendición y unas generosas capitulaciones, sólo respetadas al principio. Los musulmanes que no emigraron fueron finalmente obligados a convertirse al cristianismo, transformándose en los llamados moriscos.
3.2 Descubrimiento y Conquista de América
La búsqueda de nuevas rutas hacia las islas de las especias en Asia por el cierre turco del Mediterráneo y la idea de Colón de navegar hacia el oeste provocó el descubrimiento de América. Por las Capitulaciones de Sta. Fe el viaje será una empresa de la corona, Colón recibe títulos (virrey y almirante) y riquezas (1/10). El 12 de Octubre de 1492 llegó a las Antillas creyendo haber llegado a Indonesia. A su vuelta, se firma el Tratado de Tordesillas con Portugal en 1494, que obtendrá Brasil.
Hasta 1519 se conquistan las Antillas y se sigue explorando buscando un paso hacia la India (descubrimiento del Pacífico por Balboa y vuelta al mundo de Magallanes). De 1519 al 49 comienzan las grandes conquistas (imperios azteca por Cortés e Inca por Pizarro), creándose los virreinatos de Nueva España y Perú. Posteriormente seguirán las exploraciones interiores (Ponce de León Florida, Cabeza de Vaca sur de los EE.UU). Los primeros emigrantes buscan un rápido enriquecimiento (mito de El Dorado) o el ennoblecimiento y posesión de tierras siguiendo el modelo tardomedieval europeo. La corona se queda 1/5 de las riquezas, los indios serán forzados a trabajar en las tierras (encomiendas) y en las minas (mita). Los abusos darán lugar a las Leyes de Burgos (1512) y Leyes Nuevas de Indias (1542) que prohíben la esclavitud y maltrato. Creció el comercio, centralizado en la Casa de contratación de Sevilla, de productos elaborados europeos a cambio de de plata y oro mediante un sistema de flotas anules. Se importaron esclavos africanos y se produjo un gran mestizaje y evangelización.
3.3 Carlos I y Felipe II: El Imperio Español
A los Reyes Católicos les sucedió Carlos I de Habsburgo (1516-1556) que heredó Castilla y Aragón, sur de Italia y América de su madre, y de su padre los Países Bajos (Holanda y Bélgica), ducado de Austria y el derecho de candidatura al Imperio Germánico. Carlos I luchó y derrotó a Francia por el control del norte de Italia (Francia quiere romper el cerco de los territorios Habsburgo), y contra los príncipes alemanes protestantes para imponer su autoridad en el Imperio; y contra los turcos para evitar ataques en desde el N. de África (conquista de Túnez y fracaso en Argel), y frenar su avance en Austria. En el interior tendrá que someter la sublevación de los Comuneros y las Germanías, por el nombramiento de cargos a extranjeros, la exportación de lana y el empleo de los subsidios en la elección imperial. La consecuencia de esto fue la castellanización de Carlos I (matrimonio con Isabel de Portugal), la ruina del artesanado castellano y el apoyo de la nobleza a la nueva dinastía.
A Carlos V le sucedió su hijo Felipe II (1556-98) que heredará todo menos el Imperio germánico. Felipe II tendrá que luchar contra los turcos en el Mediterráneo (derrotados en Lepanto en 1571); contra los protestantes holandeses que quieren la independencia; contra Francia (victoria de S. Quintín en 1557) que quedará sumida en una guerra civil entre protestantes y católicos; y contra Inglaterra a la tratarán de invadir con el desastre de la Gran Armada de 1588. En el interior tuvo que someter la revuelta de las Alpujarras de la población morisca que rechaza la obligación de convertirse al cristianismo, y eliminar los fueros de Aragón por el caso Antonio Pérez; y la incorporación de la Corona Portuguesa en 1580, tras la muerte de su rey, conservando sus leyes y órganos de gobierno.
Los reyes gobiernan a través de Consejos (Castilla, Aragón, Indias, Italia, Hacienda) que pasan sus acuerdos al rey para que éste decida.
3.4 Los Austrias Menores: Crisis y Declive
Felipe III, Felipe IV (1621-1665) y Carlos II entregaron el poder a los validos (Duque de Lerma, el de Uceda, Conde-Duque de Olivares, D. Juan José de Austria para que sean obedecidos igual que el rey, por desinterés del rey en los asuntos de gobierno). En 1609 se decretó la expulsión de los moriscos por el peligro de ataques turcos a las costas. Con Felipe IV, Olivares propuso el Proyecto de Unión de Armas para que cada reino aportase dinero y soldados, lo que provocó las revueltas de Cataluña y Portugal en 1640, que llevó a la pérdida de Portugal para los Habsburgo.
Durante el reinado de Carlos II se aplicaron medidas para paliar la crisis económica pero se produjo un aumento del poder de los Grandes de España. El reinado de Felipe III es conocido como la Pax Hispaniae, por la firma de acuerdos de paz con Inglaterra y la Tregua de los Doce años con Holanda. Sin embargo, el reinado de Felipe IV supuso la entrada en la Guerra de los 30 años, comenzada en 1618. Los Austria no tiene ningún interés en continuar la tregua con Holanda, pues no están dispuestos a reconocer su independencia, y por el peligro que supone el crecimiento de su poder colonial. También se plantea ayudar a la rama germánica de los Habsburgo. El agotamiento económico castellano propició la firma de la Paz de Westfalia en 1648, con el reconocimiento de la independencia de los P. Bajos, pero continúa la guerra con Francia, hasta la Paz de los Pirineos (1659), que supuso la entrega a Francia del Rosellón y la Cerdaña. Con Carlos II hubo 4 guerras con Francia que terminan con la pérdida para los Habsburgo de parte de los Países Bajos y del Franco Condado entregados a Francia (Paz de Nimega).
3.5 Sociedad y Economía en los Siglos XVI y XVII
Es una sociedad estamental: privilegiados (nobleza y clero 20%), señores del 70% de las tierras y del poder municipal. Los no privilegiados (80%), bajo clero, artesanado y comerciantes urbanos y sobre todo, campesinos, pocos de ellos propietarios siendo la mayoría colonos, fuertemente gravados por las cargas señoriales. En la primera mitad del S. XVI, el aumento demográfico propició una expansión económica (mayor demanda, circulación monetaria y roturación de nuevas tierras). Creció la exportación de lana, pero en detrimento de la artesanía nacional, favorecida sin embargo por el monopolio del comercio con América.
En la segunda mitad del siglo comenzó una crisis por la inflación monetaria (oro y plata americanos), y por la baja productividad del artesanado incapaz de abastecer el mercado nacional. Las inversiones privadas se dirigen hacia la deuda de la monarquía, pero las bancarrotas arruinaran a muchos inversores. Se hacen políticas de control de precios y se aumentaron los impuestos, incrementando la pobreza de las clases más bajas. En el S. XVII la baja de productividad agrícola y la pequeña Edad del hielo impide abastecer la demanda. Se produjo una crisis demográfica por las hambrunas, epidemias sobre cuerpos mal alimentados y las guerras que reducen la población hasta un 20%. Se suceden malas cosechas que generan hambrunas y debilidad ante las enfermedades. Se produjo una crisis en el sector artesanal por la bajada de la demanda interna y el aumento de la competencia del exterior. También, el descenso de la plata americana mientras que aumentó el gasto en guerras y cayó la exportación de lana. A nivel social empeoran las condiciones de vida del campesinado, aumentado las cargas señoriales pues la nobleza quiere mantener su nivel. También aumentó el número de religiosos, más por necesidades de encontrar un medio de vida que por vocación.
3.6 La Guerra de Sucesión y los Pactos de Familia
Al morir Carlos II sin descendencia (1700) se produce un enfrentamiento entre los dos herederos más próximos: el francés Felipe de Anjou y el austríaco Carlos de Habsburgo. El centralismo borbónico provoca la sublevación de la C. de Aragón en favor del pretendiente Carlos de Habsburgo. A nivel internacional el expansionismo francés de Luis XIV y la posibilidad de unir ambas coronas provoca el apoyo inglés y holandés a Carlos de Habsburgo, pero al heredar Carlos de Habsburgo el trono en Austria y ser elegido emperador de Alemania hace que Inglaterra fuerce el acuerdo con la Paz de Utrech (1713), por la que los Borbones ceden a los Habsburgo los Países Bajos y sus posesiones en Italia y Felipe renuncia a convertirse en rey de Francia, mientras Inglaterra obtiene las bases de Gibraltar y Menorca.
La política exterior del reinado de Felipe V está marcada por el deseo de conseguir tronos para los hijos de Isabel de Farnesio, segunda esposa del rey, proteger el Imperio colonial y recuperar Gibraltar y Menorca. Esto llevará a la firma de los Pactos de Familia con Francia frente al enemigo común, Inglaterra (1734, 1743 y 1761), con la que nos enfrentaremos en la Guerra de Sucesión de Polonia que supuso la conquista de Nápoles para el príncipe Carlos; la Guerra de Sucesión austriaca en la que Inglaterra fracasa en el ataque a Cartagena de Indias, y se consiguen los ducados de la Toscana para el príncipe Felipe. Con el rey Carlos III, la Guerra de los 7 años, en la que se pierde Florida y a cambio Francia nos cede Luisiana; y la Guerra de Independencia de EE.UU, por la que España recupera Florida y Menorca.
3.7 Reformas Borbónicas: Centralización y Regalismo
Los Decretos de Nueva Planta supusieron que la Corona de Aragón perdiera sus fueros por su oposición a al nuevo rey Borbón en la guerra. Se le impone las leyes de la corona de Castilla, con más poder para la monarquía. País Vasco y Navarra conservan sus fueros por el apoyo prestado a Felipe de Anjou. Además, fue Promulgada de la Ley Sálica, por la cual las mujeres no pueden reinar. Se impuso el absolutismo real a través de un centralismo administrativo, con la creación de los secretarios de Estado (antecedente de los ministerios: Patiño, Ensenada, Aranda, Campomanes, Floridablanca). En las provincias se crean las Audiencias, con poder judicial; las capitanías generales, encargadas de la organización militar y las intendencias, encargadas de la administración y hacienda. Mediante el Regalismo se controló a la Iglesia y se decretó la expulsión de los Jesuitas en 1757.
La Hacienda fue saneada, pues la pérdida de los territorios europeos redujo el gasto en guerras y permitió un mayor desarrollo económico. Aumentó la llegada de metales preciosos de América y se realizó una reforma fiscal que incrementó los ingresos de la corona. El ejército se reestructuró, dividido en dos armas: Tierra y Armada, convertido en un ejército permanente mediante un servicio militar por cuotas, y se creó una red de acuartelamientos por todo el país.
3.8 Reformas en América
Con el fin de controlar las colonias para obtener de ellas un mejor rendimiento económico se hicieron una serie de reformas administrativas, creándose:
- La Secretaría de Marina, máximo órgano para el gobierno de América desde la Península, perdiendo el Consejo de Indias competencias y la Casa de Contratación fue disuelta en 1790.
- Las Intendencias en las provincias con funciones políticas y de hacienda.
- Los Virreinatos de Nueva Granada y el Río de la Plata.
- Un ejército regular americano.
A nivel económico supuso el fin del monopolio de Cádiz, todos los puertos peninsulares pueden comerciar con las colonias, pasando del sistema de flotas al sistema de registros, en el que los particulares podían cargar sus mercancías en barcos autorizados y la creación de compañías comerciales monopolísticas (Guipuzcoana de Cacao). Aunque el comercio con América aumentó, el mercado era excesivo para la industria peninsular, por lo que la mayoría de las manufacturas enviadas a América eran extranjeras y el volumen de contrabando era superior al comercio legal. A nivel político se sometieron los primeros conatos independentistas de criollos e indios (sublevación Tupac Amaru en Perú), pero fue contraproducente el apoyo de Carlos III a la independencia de las 13 colonias inglesas.
3.9 El Despotismo Ilustrado
El despotismo ilustrado es una práctica política que, a través de reformas, destinadas a fortalecer el poder del estado mejorando la administración y la situación del pueblo, busca incrementar los recursos del Estado y su capacidad militar. Aumentó la población al desaparecer las grandes mortalidades, sobre todo en la periferia, despoblándose el centro.
Es una sociedad estamental: privilegiados (nobleza y clero 20%), señores del 70% de las tierras y del poder municipal. Los no privilegiados (80%), bajo clero, artesanado y comerciantes urbanos y sobre todo, campesinos, pocos de ellos propietarios siendo la mayoría colonos, fuertemente gravados por las cargas señoriales. Creció la burguesía gracias al desarrollo económico y comercial.
Económicamente, la desaparición de las aduanas interiores, el libre comercio con América, suprimiendo el monopolio de Cádiz, con el sistema de registros, la creación de compañías comerciales y las Reales fábricas de artículos de lujo, supusieron un estímulo para la industria y el comercio, aunque continúa el contrabando por la imposibilidad de la abastecer a la demanda americana. Las Sociedades económicas de amigos del país mejoraron las prácticas agrícolas. La mejora de los caminos y la creación de pósitos paliaron las carestías. Cataluña inició su despegue económico gracias a la posibilidad de comerciar con la América castellana, mediante la exportación de aguardiente y vino, estimulando su producción agrícola, y los inicios de una producción textil de algodón (indianas).
Se crean nuevos centros de estudios como Reales Academias (Historia
, Artes, Lengua), colegios, museos (Prado) y centros de investigación (Jardín Botánico, Observatorio Astronómico). Se publican tratados sobre todas las disciplinas. La Inquisición pierde influencia, aunque no desaparece y tras la Revolución Francesa se mira con sospecha todo lo ilustrado. Destacan reformadores como Jovellanos y Cabarrús, ensayistas como Cadalso, Olavide o Feijoo, dramaturgos como Fernández Moratín