IV. La metafísica del racionalismo (Descartes, Spinoza, Leibniz)
Descartes y la duda metódica
Descartes, padre del racionalismo y de la filosofía moderna, trató de hallar una verdad indudable para combatir el resurgir del escepticismo, doctrina que cree que hallar la verdad queda fuera de las capacidades del conocimiento humano.
Para ello Descartes, por medio de una duda metódica e hiperbólica, puso en duda:
- a) La veracidad de los sentidos.
- b) La capacidad de distinguir si estamos despiertos o soñando.
- c) La verdad de las matemáticas.
Puesto en duda todo lo anterior, ¿queda algo indudable? Sí, cogito ergo sum: si piensa (tiene algún tipo de actividad mental), tiene que existir, y nadie puede hacerle dudar de ello. Es una “cosa pensante”. Esto hace que, a diferencia de la filosofía clásica de Platón y Aristóteles, el sujeto, el yo, sea fundamental como presupuesto de la filosofía.
La sustancia en el Racionalismo
El Racionalismo es una filosofía creada por Descartes que afirma que la única garantía de lograr la verdad es la razón, entendida en un sentido matemático. Para Descartes, sustancia es “aquello que no necesita de otra cosa para existir”. Por tanto, la única auténtica sustancia sería Dios, caracterizado por la infinitud; pero por analogía, nuestro autor distingue otras dos sustancias:
- a) La res cogitans (cosa pensante o mente).
- b) La res extensa (objetos físicos, incluyendo el cuerpo).
El problema de esta filosofía es cómo se relacionan la res cogitans y la res extensa.
Los discípulos de Descartes, sin embargo, consideraban, en el caso de Spinoza, que existía una sola sustancia (monismo panteísta), y en el caso de Leibniz, que existían infinitas sustancias (las mónadas).
V. La crítica a la metafísica de Hume y Kant
Hume, autor empirista, pone en duda el concepto de sustancia y lo considera un simple supuesto mental. Así, en la frase “la manzana es roja y muy dulce”, percibimos el color rojo y la dulzura por los sentidos, pero que exista una manzana como sustancia que soporte estos accidentes solo lo podemos suponer; no lo percibimos como tal sustancia.
Kant, en su Crítica de la Razón Pura, considera que la metafísica es imposible como ciencia, pues toda ciencia (menos la matemática y la lógica) necesita utilizar la experiencia, y la metafísica, por definición, prescinde de ella. Ello no significa para Kant que la metafísica no sea muy importante y tenga validez en el campo de la Razón Práctica o ética.
Ontología: La Pregunta por el Ser
La filosofía se interroga globalmente acerca de todo cuanto existe y de lo que tienen en común. ¿Existe algo que tengan en común todas las cosas y sobre lo cual podamos preguntar en general? Para Aristóteles, eso que tienen en común todas las cosas es el hecho de que sean, de que existan, y por eso dice que la principal cuestión filosófica es la pregunta por el ser.
Para Aristóteles, la primera y principal tarea de la metafísica consistirá en aclarar el significado de ‘ser’ en cualquier oración posible. To onta significa en griego ‘todo cuanto es’, mientras que To on corresponde a ‘lo que es’. De ahí la expresión “ontología”. Los latinos utilizaban el verbo esse para ‘ser’, y de ahí viene la palabra ente, “algo que es”, igual que del verbo ‘dormir’ surge la palabra ‘durmiente’ y del verbo ‘andar’, ‘andante’. Por tanto, la ontología es la parte de la metafísica que estudia en qué consisten las cosas que verdaderamente son.