Introducción al Régimen Franquista
Una dictadura larga, de casi 40 años, que es una de las causas del retraso español con respecto a Europa. Este régimen perduró hasta la muerte de Franco en 1975. Se caracterizó por la feroz represión de sus opositores. Más de 50.000 personas fueron fusiladas durante la dictadura y cientos de miles de presos políticos fueron encarcelados. Fue salvada por la Guerra Fría; EE. UU. implantó bases militares norteamericanas en España.
Los años 40 estuvieron caracterizados por el hambre y la miseria, los 50 supusieron la ruptura del aislamiento internacional y los años 60 supusieron el milagro económico español.
Características de un Régimen Dictatorial
Tras la victoria en la Guerra Civil, nació un régimen dictatorial en el que Franco poseía los poderes absolutos. Tenía un carácter antidemocrático y una fuerte represión hacia los opositores. Sus rasgos principales fueron:
- Totalitarismo: Dictadura inspirada en el modelo fascista italiano y alemán. Se suprimió la Constitución de 1931, se cerró el parlamento y solo se permitió la existencia de un Partido único (FET de las JONS) y un único Sindicato Oficial.
- Caudillismo: Franco, Caudillo de España, era el Jefe del Estado y presidente del gobierno, y jefe nacional del partido.
- Represión: Constante y planificada, contra todos los simpatizantes de la República.
- Control de los medios de comunicación: Con censura y propaganda franquista.
- Concepción unitaria y centralista del Estado: Se abolieron las autonomías y se fomentó la castellanización.
Pilares del Régimen Franquista
El Ejército
Apoyó a Franco, fue clave en la victoria de la guerra y estaba a favor de una dictadura fuerte y autoritaria. Su lema era: “Franco manda y los españoles obedecen”. Garantizaban la unidad nacional y el orden público. Ocupaban cargos políticos y de poder; un amplio porcentaje de los ministros fueron militares. Franco siempre contó con su fidelidad.
La Falange
Útil para el franquismo. Tras la muerte de Primo de Rivera, fusilado en la Guerra Civil, Franco se convirtió en su líder. Los falangistas se convirtieron en servidores del régimen. Ocupaban cargos políticos y administrativos. Tenían una ideología vacía, cuyas bases se inspiraban en el fascismo italiano. Tenía organizaciones paralelas en las que ejercía su adoctrinamiento, como la Sección Femenina, cuyo objetivo era formar a la mujer con sentido cristiano y nacional-sindicalista. Ocupaban los ministerios de Vivienda y los Sindicatos (Sindicato Falangista).
La Iglesia
Franco recibió su apoyo. Según la Iglesia, Franco fue elegido por Dios para salvar España. Eliminó a la República. La ideología católica impregnó toda la moral, costumbres y educación. Durante los años 60 destacó el papel del Opus Dei y de los ministros tecnócratas en el desarrollo económico. Garantizó la unidad Iglesia-Estado y le dio legitimidad moral al franquismo, y a su vez recibió el apoyo económico del Estado franquista.
Evolución del Régimen Franquista
La Etapa “Azul” (1939-1945)
Caracterizada por una fuerte represión (Ley de Responsabilidades Políticas de 1939 y Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo de 1940) que eliminó la oposición interna del régimen (partidos y sindicatos clandestinos). Se institucionalizó la “democracia orgánica” por el predominio de los falangistas a través de las Leyes Fundamentales: Fuero del Trabajo de 1938 (nacionalsindicalismo) y Ley Constitutiva de las Cortes de 1942. Tras la Segunda Guerra Mundial, con el triunfo de las democracias, se promulgó el Fuero de los Españoles, una declaración de derechos en la que se definía como un Estado católico, social y de derecho. Pero las libertades eran limitadas y condicionales.
Reacción y Evolución Política (1946-1957)
El aislamiento internacional provocó un fuerte sentimiento nacionalista que favoreció a Franco. Trató de ser aceptado por las democracias occidentales y se fue despojando de las consignas fascistas al tiempo que entraron en el gobierno Martín Artajo y otros católicos. Con la Ley de Sucesión, se dio un paso más. Se declaraba la monarquía, en la que no se daba entrada a Juan de Borbón, al reservarse Franco la jefatura del Estado vitalicia y la facultad de elegir sucesor. La posición de España propició el apoyo de los EE. UU., que instalaron bases militares a cambio de ayudas económicas fundamentales para el desarrollo económico del país. En 1955, España entró a formar parte de las Naciones Unidas, rompiéndose así el aislamiento internacional.
Entre el Aperturismo y el Inmovilismo Político (Años 60 y 70)
Los cambios socioeconómicos no trajeron transformaciones políticas. En los 70, el poder se repartió entre las dos familias políticas fundamentales (Opus Dei y los reformistas del Movimiento). Carrero Blanco se alineó con los tecnócratas, que proponían una liberación económica para modernizar el país manteniendo intactos los principios del régimen. Su objetivo era que la dictadura perdurara de mano de Juan Carlos de Borbón. Los reformistas, encabezados por el ministro de Exteriores Castiella, procuraron realizar reformas políticas para evolucionar.
El Plan de Estabilización de 1959 supuso el fin de la autarquía y la apertura económica, con medidas liberalizadoras que permitieron el crecimiento económico, haciendo que el régimen mantuviera la estabilidad. La dictadura se legitimó debido al buen nivel de vida, pero la oposición también se fortaleció. El Contubernio de Múnich fue el gesto más importante de la oposición; instaban al gobierno a tomar medidas democráticas y Franco reaccionó eliminando el artículo 14 del Fuero de los Españoles. Se creó el Tribunal de Orden Público y hasta el 67 no se intentó atenuar la imagen del régimen, cuando entró en vigor la Ley Orgánica del Estado, que contemplaba la existencia de un jefe de gobierno distinto al jefe de estado y aseguraba el carácter legislativo de las Cortes.
A finales de los 60, aumentó la oposición y Franco nombró a Carrero Blanco vicepresidente, y en 1973 pasó a ser presidente. En 1969, nombró al príncipe Juan Carlos de Borbón como sucesor a título de rey, ya que Franco padecía Parkinson. En los últimos años del régimen, se agudizó el terrorismo de ETA y se dictaron penas de muerte contra terroristas. En el 73 se abrió un proceso contra dirigentes de Comisiones Obreras y el 20 de diciembre, ETA asesinó a Carrero Blanco. Tras su muerte se nombró a Arias Navarro presidente del gobierno. Franco murió el 20 de noviembre de 1975.
Apoyos Sociales del Franquismo
Los grupos sociales que apoyaron al bando nacional durante la Guerra Civil fueron los que sostuvieron el régimen franquista. Ninguno de ellos tuvo suficiente fuerza para imponerse sobre los demás. Franco arbitró el juego político con habilidad, distribuyendo los cargos políticos entre las diversas “familias del régimen” (oligarquías agrarias, industriales y financieras, el Ejército, la Falange, los monárquicos y los católicos).
El predominio falangista en la “etapa azul”
La pena de muerte se restableció y el principal objetivo de la posguerra era eliminar a la oposición, resultando imposible organizar una oposición eficaz. Gran parte de los exiliados regresaron y fueron recluidos en campos de concentración, siendo investigados por su colaboración con la República. Las Juntas de Depuración fueron otro recurso clave. Los funcionarios sospechosos eran apartados y fueron sustituidos por excombatientes franquistas.
Durante los años 40, se adoptó la retórica y el nacionalsindicalismo inundó toda España con sus uniformes azules. Pero los falangistas tuvieron que combatir por la dirección del nuevo Estado con el Ejército, la Iglesia y otros subordinados.
Crisis y oposición en los 50, predominio del nacional-catolicismo
Los problemas económicos y el enfrentamiento entre las familias, el obrerismo y las protestas universitarias generaron tensión. La oposición obrera demostró su movilización en huelgas como la de tranvías de Barcelona o la de las fábricas del País Vasco. Esto fue el antecedente al sindicato de Comisiones Obreras, fundamental en la lucha antifranquista de los 70. La Ley de Convenios permitiría desde el 58 la negociación de salarios y condiciones entre empresarios y obreros.
Años 60 y fin del régimen, el dominio de los tecnócratas
La oposición se extendió rápidamente. La respuesta siguió siendo la represión, aumentando el rechazo internacional. Se introdujeron mejoras en las prestaciones sociales con la Ley de la Seguridad Social, multiplicando las instituciones sanitarias. El régimen autoritario fue incapaz de resolver las contradicciones de una sociedad en transformación. Surge así Comisiones Obreras, aumentando la conflictividad laboral y las huelgas. Los estudiantes querían cambios y los nacionalismos empezaron a despertar, apareciendo ETA. La Iglesia se distanció del régimen.
Se produjo la emigración interior y exterior de la población agraria, que se dirigió a ciudades y zonas costeras para trabajar en la industria y el turismo. El desarrollo económico trajo consecuencias como el aumento demográfico y el predominio urbano, el predominio de la clase obrera y la mejora del nivel de vida, haciendo que la sociedad española se modernizase. Se accedió a la propiedad de la vivienda, se dotaron las casas de electrodomésticos y el automóvil, y las vacaciones empezaron a estar al alcance de las familias. Subió el número de escuelas y maestros, disminuyó el analfabetismo y la mujer accedió a la Universidad, accediendo también al trabajo productivo y alcanzando derechos laborales. Sin embargo, el bienestar económico no fue general, formándose bolsas de pobreza, zonas de chabolas carentes de servicios sanitarios o educativos. La Crisis del petróleo de 1973 agravó las desigualdades sociales, disparándose la tasa de paro en la década de los 70.
Conclusión
El franquismo es un fenómeno político fruto de su momento: el enfrentamiento ideológico entre la extrema derecha y la extrema izquierda, identificado en España con la Guerra Civil. Triunfante en la guerra el bando nacional y contrario a la democracia de la II República, creó una política dictatorial basada en el poder personal de Franco, Caudillo y Generalísimo de los Ejércitos. Apoyado por las fuerzas vivas del pasado, arrasó todas las libertades, aliándose incluso con la Iglesia, la cual bendijo a este régimen dictatorial que duró en España casi 40 años.