España bajo Alfonso XIII: Crisis de la Restauración y Dictadura de Primo de Rivera (1902-1931)

El Reinado de Alfonso XIII y la Crisis de la Restauración (1902-1923)

Al comenzar el reinado de Alfonso XIII (1902-1931), el sistema de la Restauración presentaba una serie de problemas fundamentales que requerían solución para asegurar su continuidad:

  • La regeneración del sistema político: Era necesario incorporar a las clases medias del país en la vida política para contrarrestar el peso de las oligarquías dominantes y superar el caciquismo.
  • La necesidad de prestar atención a las demandas de las clases populares y mejorar sus condiciones de vida y trabajo.
  • Lograr la integración de las nuevas fuerzas políticas en ascenso: el PSOE, las fuerzas nacionalistas (principalmente en Cataluña y el País Vasco) y las distintas tendencias del republicanismo.

Antonio Maura, como líder del Partido Conservador, y José Canalejas, como líder del Partido Liberal, intentaron llevar a cabo importantes reformas para la modernización política y social del país desde dentro del sistema.

El Gobierno de Maura (1907-1909)

El gobierno conservador de Antonio Maura (1907-1909) intentó configurar un Estado fuerte, capaz de gobernar de forma eficaz (“la revolución desde arriba”), modernizar la administración (Ley de Administración Local) y debilitar el caciquismo, aunque sin eliminar completamente el poder de la oligarquía. Buscaba también integrar a las clases populares de forma controlada. Sin embargo, su dura respuesta a la Semana Trágica de Barcelona en 1909 (protestas antimilitaristas y anticlericales reprimidas violentamente) provocó una fuerte oposición y supuso su caída y fracaso político.

Tras el Desastre del 98 y la pérdida de las últimas colonias (Cuba, Puerto Rico, Filipinas), la política exterior española se reorientó hacia el norte de África, participando en el reparto colonial del Sultanato de Marruecos junto a Francia, lo que daría lugar a la costosa e impopular Guerra de Marruecos.

El Gobierno de Canalejas (1910-1912)

El gobierno liberal de José Canalejas (1910-1912) representó el intento más serio de profundizar en la democratización desde el interior del sistema político de la Restauración, sin cuestionar los fundamentos de la monarquía constitucional. Sus principales reformas incluyeron:

  • Reformas laborales: Introducción de medidas como la Ley de la jornada máxima de 9 horas en la minería, la regulación del trabajo nocturno femenino, y propuestas sobre contrato de trabajo y negociación colectiva. Muchas quedaron en trámite tras su asesinato en 1912.
  • Descentralización administrativa: Aprobación de la Ley de Mancomunidades Provinciales (1912), un gesto hacia las demandas regionalistas, especialmente catalanas, que permitió la creación de la Mancomunidad de Cataluña en 1914.
  • Separación Iglesia-Estado: Promulgación de la “Ley del Candado” (1910), que prohibía temporalmente (durante dos años) el establecimiento de nuevas órdenes religiosas en España, buscando limitar la influencia de la Iglesia.
  • Leyes sociales: Supresión de los impuestos de consumos (sustituidos por un impuesto progresivo sobre la renta que fracasó) y la reforma del servicio militar obligatorio (Ley de Reclutamiento y Reemplazo), estableciendo el servicio militar obligatorio en tiempos de guerra y suprimiendo la redención en metálico (pago para evitar el servicio), aunque con matices.

La Crisis de 1917 y la Descomposición del Sistema (1917-1923)

Dos hechos agudizaron la crisis política y social del sistema de la Restauración: el impacto de la Primera Guerra Mundial y la Crisis de 1917.

  • Impacto de la Gran Guerra (1914-1918): La neutralidad de España generó un importante boom económico debido al aumento de las exportaciones a los países beligerantes. Sin embargo, este crecimiento benefició solo a unos pocos (burguesía industrial y financiera), provocando un fuerte aumento de la inflación y un empeoramiento de las condiciones de vida de las clases trabajadoras, lo que incrementó la conflictividad social.
  • La Crisis de 1917: En el verano de 1917 coincidieron tres graves desafíos al sistema, aunque no llegaron a unirse de forma coordinada:
    • Crisis militar: Creación de las Juntas de Defensa (junio), asociaciones de oficiales que protestaban por los bajos salarios, la escasez de presupuestos y el sistema de ascensos (que primaba los méritos de guerra, beneficiando a los africanistas). Presionaron al gobierno y evidenciaron la debilidad del poder civil. Esto condujo a la Ley del Ejército de 1918.
    • Crisis política: Reunión de la Asamblea de Parlamentarios en Barcelona (19 de julio), convocada por la Lliga Regionalista y a la que asistieron unos 70 diputados y senadores de la oposición (republicanos, reformistas, socialistas y catalanistas). Exigieron una reforma profunda de la vida política, un cambio de gobierno y la convocatoria de Cortes Constituyentes. Fue disuelta por el gobierno.
    • Crisis social: La Huelga General Revolucionaria (13 de agosto), convocada por UGT y PSOE, con apoyo inicial de la CNT (previamente, CNT y UGT habían firmado un manifiesto conjunto pidiendo al Gobierno que contuviera la subida de precios). La huelga, motivada por el deterioro de las condiciones de vida y con objetivos políticos de cambio de régimen, tuvo un seguimiento desigual pero importante en zonas industriales (Cataluña, Asturias, País Vasco, Madrid). La respuesta del gobierno fue una durísima represión: se declaró la Ley Marcial y se utilizó al ejército, saldándose con cerca de 100 muertos, cientos de heridos y unos 2000 detenidos (incluido el comité de huelga socialista).

Antecedentes de la Dictadura (1918-1923)

El periodo de 1918 a 1923 se caracterizó por una profunda inestabilidad política y social, marcando la agonía del sistema de la Restauración.

  • Inestabilidad gubernamental: Se sucedieron numerosos gobiernos, incluyendo gobiernos de concentración (integrados por políticos de ambos partidos dinásticos e incluso catalanistas) que fracasaron en estabilizar la situación.
  • Aumento de la conflictividad obrera y la lucha sindical: El movimiento obrero organizado experimentó un significativo aumento de militantes (especialmente la CNT y, en menor medida, la UGT). Se vivió un auge de las huelgas y protestas (destacando la huelga de La Canadiense en Barcelona en 1919). Este periodo es conocido como el Trienio Bolchevique (1918-1920) en el campo andaluz.
  • El Pistolerismo: Especialmente en Barcelona, se desató una espiral de violencia. Grupos de acción anarquistas atentaron contra autoridades, patronos y fuerzas del orden. A su vez, empresarios y patronos, agrupados en organizaciones como la Federación Patronal, contrataron a pistoleros a sueldo para asesinar a líderes obreros y sindicalistas, a menudo con la connivencia de las autoridades y amparados en la aplicación de la “Ley de Fugas” (1921).
  • Fortalecimiento de la oposición:
    • Republicanismo: Se consolidó como la principal fuerza de oposición política al régimen monárquico.
    • Socialismo: El PSOE y la UGT aumentaron su influencia, aunque sufrieron la escisión del Partido Comunista de España (PCE) en 1921. Mantuvieron una estrategia de colaboración con otras fuerzas de izquierda, estableciendo coaliciones electorales con los republicanos.
    • Nacionalismo catalán: La Lliga Regionalista, de corte conservador, liderada por Prat de la Riba y Cambó, defendía la lucha contra el sistema corrupto de la Restauración y la consecución de la autonomía para Cataluña. Impulsó la creación de la Mancomunidad de Cataluña (1914), primera institución de autogobierno desde 1714. Surgieron también fuerzas nacionalistas de izquierda, como Acció Catalana o Estat Català.
    • Nacionalismo vasco: El Partido Nacionalista Vasco (PNV) también se desarrolló y consolidó, adoptando posturas más moderadas (sector autonomista) frente al independentismo original de su fundador, Sabino Arana.
  • La cuestión de Marruecos: El costoso e impopular conflicto en el Protectorado español de Marruecos se agravó dramáticamente con el Desastre de Annual (1921), una grave derrota militar frente a las tropas rifeñas de Abd el-Krim que causó miles de muertos y conmocionó al país. El posterior debate sobre las responsabilidades (Expediente Picasso) salpicó a altos mandos militares y al propio rey Alfonso XIII, generando un profundo malestar militar y social que sería el detonante final del golpe de Estado.

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

El 13 de septiembre de 1923, el Capitán General de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, dio un golpe de Estado en Barcelona. El rey Alfonso XIII aceptó el golpe y encargó a Primo de Rivera formar gobierno, suspendiendo la Constitución de 1876 y disolviendo las Cortes. Se iniciaba así una dictadura militar.

El Directorio Militar (1923-1925)

En esta primera fase, el gobierno estuvo formado exclusivamente por militares. Sus principales medidas fueron:

  • Declaración del estado de guerra.
  • Suspensión de la Constitución y disolución de las Cortes.
  • Ilegalización de partidos políticos y sindicatos (excepto la UGT, que mostró cierta tolerancia inicial).
  • Represión del movimiento obrero más radical (CNT) y de los nacionalismos periféricos (prohibición del uso de lenguas cooficiales en actos públicos).
  • Creación de la Unión Patriótica como partido único de apoyo al régimen.
  • Resolución de la Guerra de Marruecos: Con la decisiva colaboración francesa, se organizó el Desembarco de Alhucemas (1925), que supuso una gran victoria militar y la derrota de Abd el-Krim, poniendo fin a la guerra en 1927.

El Directorio Civil (1925-1930)

Resuelto aparentemente el problema de orden público y solucionada con éxito la cuestión marroquí, Primo de Rivera sustituyó el Directorio Militar por un gobierno civil, aunque él siguió concentrando todos los poderes. Esta etapa mostró la voluntad de construir un régimen inspirado en las dictaduras autoritarias y de corte corporativo que emergían en la Europa de entreguerras, especialmente la dictadura fascista de Mussolini en Italia.

En 1925, Primo de Rivera recuperó la figura del Consejo de Ministros, incorporando a civiles como José Calvo Sotelo (Hacienda), Eduardo Aunós (Trabajo) o Martínez Anido (Gobernación). En 1927, convocó una Asamblea Nacional Consultiva, designada por el dictador y de carácter corporativo, encargada de elaborar un anteproyecto de Constitución, que nunca llegó a aprobarse.

Política Económica y Social de la Dictadura

Economía

La dictadura coincidió con una coyuntura económica internacional favorable (los “felices años veinte”). La política económica se caracterizó por:

  • Un fuerte intervencionismo estatal y nacionalismo económico, mediante elevados aranceles proteccionistas, la concesión de ayudas a las grandes empresas nacionales y un notable aumento del gasto público.
  • Creación de grandes monopolios estatales en sectores estratégicos, como la Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos S.A. (CAMPSA) (1927) y la concesión del servicio telefónico a la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE).
  • Fomento de las obras públicas: Se crearon las Confederaciones Hidrográficas para aprovechar los recursos hidráulicos (regadío, electricidad), se extendió la electrificación al mundo rural, se modernizó parte de la red de ferrocarriles y se construyeron miles de kilómetros de carreteras y caminos.
  • Este aumento del gasto público, no acompañado de una reforma fiscal, provocó un considerable incremento del déficit presupuestario y de la deuda pública.

Escasa conflictividad social

Durante la dictadura hubo una relativa paz social, debida a:

  • La represión ejercida sobre los sectores más radicales del movimiento obrero, en particular los anarquistas de la CNT.
  • La implantación de un sistema corporativo, un nuevo modelo de relaciones laborales basado en la intervención del Estado y la integración de las organizaciones obreras moderadas y reformistas. Se creó la Organización Corporativa Nacional (OCN), estructurada en comités paritarios (formados por igual número de patronos y obreros) de cada oficio, encargados de la reglamentación salarial y de las condiciones de trabajo, la negociación colectiva y la mediación y arbitraje en conflictos laborales, bajo control estatal.
  • La decisiva colaboración de un sector de los socialistas (la UGT, liderada por Largo Caballero) con la OCN, lo que les permitió aumentar su influencia. Sin embargo, un sector minoritario del PSOE (liderado por Indalecio Prieto) criticó esta colaboración por considerar que dañaba el prestigio del partido y legitimaba la dictadura.

Etapa Final y Caída de la Dictadura (1926-1930)

A partir de 1926, la dictadura empezó a perder apoyos y arreciaron las críticas y la oposición, implicando también al rey Alfonso XIII por su respaldo al régimen.

Oposición y Conflictos

  • Conflictos militares: Dirigentes de los antiguos partidos dinásticos y republicanos, con el apoyo de algunos militares descontentos, optaron por la vía de la conspiración y el pronunciamiento militar. En junio de 1926 se produjo un intento fallido conocido como la ‘Sanjuanada‘. El descontento en el ejército creció, especialmente en el Cuerpo de Artillería, por normativas que primaban los méritos de guerra sobre la antigüedad en los ascensos.

Oposición Intelectual y Estudiantil

  • Intelectuales y periodistas como Miguel de Unamuno (desterrado a Fuerteventura), José Ortega y Gasset, Vicente Blasco Ibáñez o Fernando de los Ríos se enfrentaron al dictador y a la censura. El mundo universitario también se opuso al régimen, creándose la Federación Universitaria Escolar (FUE), que organizó huelgas y manifestaciones contra la dictadura.

Oposición Política Organizada

  • Los partidos republicanos se reorganizaron y en 1926 formaron la Alianza Republicana, que agrupaba a diversas facciones (liderada por figuras como Manuel Azaña, Alejandro Lerroux, Marcelino Domingo, etc.) y se convirtió en la principal alternativa política.
  • Los nacionalistas catalanes y vascos, reprimidos por la dictadura, también incrementaron su oposición.
  • Incluso los socialistas, a partir de 1929, retiraron su apoyo y se sumaron al bloque opositor.

El creciente aislamiento, la pérdida de apoyos (incluido el del rey), el aumento de la oposición y problemas de salud llevaron a Primo de Rivera a presentar su dimisión en enero de 1930. Alfonso XIII intentó retornar al régimen constitucional anterior con los gobiernos del general Berenguer (“dictablanda”) y del almirante Aznar, pero el desprestigio de la monarquía era ya irreversible. La convocatoria de elecciones municipales en abril de 1931 dio la victoria a las candidaturas republicano-socialistas en las grandes ciudades, lo que provocó la abdicación de facto de Alfonso XIII y la proclamación de la Segunda República Española el 14 de abril de 1931.