Historia de España: Restauración, Dictadura y Guerra Civil

La Restauración Borbónica

Orígenes

La inestabilidad política que caracterizó al Sexenio Democrático, junto con la pérdida de apoyo de las clases medias y del incipiente movimiento obrero a la república, facilitaron el retorno a la monarquía. Aunque Cánovas preparaba una restauración pacífica y confirmada por las Cortes, el pronunciamiento de Martínez Campos en diciembre de 1874 precipitó los acontecimientos. Ni el gobierno ni la población opusieron resistencia y Cánovas asumió la regencia hasta la llegada de Alfonso XII en enero.

Fundamentos Políticos

Los principios esenciales del régimen canovista, así llamado porque el pensamiento político del líder conservador se convirtió en el fundamento ideológico de la Restauración, se expusieron ya en el Manifiesto de Sandhurst. En él se defendía un régimen liberal conservador, basado en la soberanía compartida por las Cortes con el Rey, apelando a la tradición española, de la que también formaba parte el catolicismo.

El nuevo gobierno, presidido por Cánovas, afrontó la búsqueda de soluciones para los problemas inmediatos:

  • Integrar en el régimen monárquico a las dos grandes corrientes del liberalismo (doctrinario y progresista).
  • Alejar de la vida política a los militares (acabar con los pronunciamientos como vía de acceso al poder).

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

La dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) fue el intento de salvar el orden social de la Restauración saltándose las formas políticas. La oligarquía había construido desde 1876 un régimen moldeado para retener el poder a través del sistema caciquil y el turnismo. Pero el sistema estaba muy debilitado por los errores cometidos, la decadencia de los partidos dinásticos, la injerencia del monarca en los asuntos políticos, y por la fuerza creciente de la oposición. El último error, el de Annual (1921), había puesto en peligro la monarquía. Esto, la presión obrera, el pistolerismo en Cataluña y la fuerza del nacionalismo, impulsaron al capitán general de Cataluña a dar un golpe de Estado para restablecer el orden social amenazado.

Etapas de la Dictadura

  • El Directorio Militar: Desde una postura de dureza, trató de combatir los “males” de España (guerra en Marruecos, represión contra el movimiento obrero y el nacionalismo).
  • El Directorio Civil: Intentó institucionalizar la dictadura.

Justificación y Contexto

  • Política social reformista: Trató el problema obrero desde una perspectiva paternalista.
  • Mejora económica: Se potenció a través de una política de intervencionismo económico estatal.

El régimen debe encuadrarse en un contexto internacional difícil para el sistema democrático. La dictadura se inspiró en algunos aspectos del régimen de Mussolini, pero el sistema de Primo de Rivera estaba lejos del fascismo, aunque adoptara algunas de sus fórmulas.

Fin de la Dictadura

El creciente consenso social en contra de la dictadura provocó que el rey forzara la dimisión de Primo de Rivera para salvar la monarquía (1930). Sin embargo, las fuerzas políticas y populares no olvidaron el apoyo prestado por Alfonso XIII al dictador, lo que acabaría por provocar la caída de la monarquía un año después.

La Guerra Civil Española (1936-1939)

El 19 de julio de 1936 comienza la Guerra Civil.

Los Bandos Enfrentados

Bando Republicano

  • No tenía un ejército regular consolidado inicialmente, ya que se disolvió, y batallaba mediante las Milicias Populares.
  • No obtuvo apoyo ni de Francia ni de Inglaterra, con el fin de no favorecer una guerra que haría peligrar la paz en Europa. Su política de No Intervención perjudicó profundamente al Gobierno legítimo y ayudó a los facciosos (o a los rebeldes).
  • Finalmente, la URSS de Stalin apoyó al Gobierno Republicano.
  • Se crearon las Brigadas Internacionales para ayudar al Gobierno Republicano.

Bando Sublevado

  • Franco fue elegido Generalísimo.
  • La Iglesia apoyó a los sublevados, lo que confirió a la guerra un carácter de cruzada religiosa.
  • Recibieron ayuda militar de Mussolini (con hombres) y de Hitler (con 100 aviones y 40.000 hombres de la Legión Cóndor).

El propósito de Franco no era solo ganar la guerra, sino eliminar a todo aquel que fuera considerado enemigo de España, con el fin de hacer una “limpia” ideológica del país.

La Represión Durante la Guerra

Represión en el Bando Sublevado

La represión de los golpistas se mantuvo a lo largo de toda la contienda, en los primeros meses por medio de los llamados bandos de guerra, y después en unos juicios simulados en los que los detenidos no tenían ningún tipo de garantías jurídicas. Un ejemplo sería el fusilamiento de Federico García Lorca.

Esta represión fue llevada a cabo directamente por las autoridades facciosas y existen gran cantidad de documentos en los que se alienta esta represión para “sembrar el terror y paralizar al adversario”.

Represión en el Bando Republicano

Al Gobierno republicano le llevó tiempo volver a reconstruir el Estado (ejército, policía, Guardias de Asalto, etc.) y durante los primeros meses no pudo impedir que elementos exaltados o delincuentes cometieran asesinatos o robos a personas por el solo hecho de ser de derechas o religiosos.

La diferencia es que esto se hizo en contra de la voluntad del Gobierno Republicano, que jamás alentó estas prácticas, sino que, cuando pudo, detuvo y entregó a la Justicia a los que las realizaron. Tampoco ningún dirigente republicano ni sindical incitó a esta violencia.

Fin de la Guerra Civil

Debido principalmente a la superioridad militar y armamentística del bando sublevado, este ganó la guerra el 27 de marzo de 1939, imponiendo un régimen dictatorial, siendo Franco el Caudillo.

La guerra acabó de la peor manera posible: el 5 de marzo, un golpe militar, esta vez desde las propias filas republicanas, acabó con el Gobierno presidido por el Doctor Negrín. Un Consejo Nacional de Defensa, dirigido por el General Casado y personalidades como Besteiro del Partido Socialista o el anarquista Cipriano Mera, anunció por radio que estaban en contacto con Franco para llegar a “una paz honrosa” en la que “todo aquel que no tuviera las manos manchadas de sangre” no tenía nada que temer y que debían confiar en la “magnanimidad del Caudillo”.

Franco no reconoció ningún acuerdo y la represión duró hasta la muerte del dictador.