El Giro Antropológico en la Filosofía
Fue el predominio de la razón práctica sobre la cosmología y el tránsito de una filosofía de la physis a una filosofía de la polis.
La Filosofía como Racionalidad Práctica
Aristóteles dice que dentro de los seres humanos se distinguen tres tipos de actividad: la teorética, la productiva y la práctica. Todas las funciones son importantes, pero todos los seres humanos, se dediquen a lo que se dediquen, están implicados en la tarea de vivir. La filosofía como razón práctica sigue reflexionando sobre la ética, la economía, la tecnología y la política en busca de la felicidad posible para todos y de una justicia compartida con todos los habitantes actuales y futuros de este planeta.
Intelectualismo Moral Socrático
Uno de los planteamientos de Sócrates fue pensar que si el ser humano conoce el bien y lo que debe hacer, se comportará bien de modo inevitable. Esa concepción de la ética fue denominada intelectualismo moral, porque Sócrates derivaba de modo inmediato la acción moral de una definición correcta de lo que se debe hacer. Los sofistas no necesariamente buscaban llevar la contraria a Sócrates. El problema es más serio: lo que está en juego es si la ética es una ciencia como la geometría o más bien es un conjunto de enunciados y de argumentos basados en principios difícilmente demostrables.
Pensar Mejor y Vivir Mejor: La Inteligencia Ética
Russell señala que un experto no tiene por qué ser sabio, sobre todo ser sabio y bueno en su vida y conducta. Conocer bien determinada profesión y tener incluso mucho éxito económico en la sociedad no es ninguna garantía de ser persona honrada, solidaria y justa. Entra en juego lo que últimamente se ha venido a denominar inteligencia ética, es decir, la introducción de valores morales a la hora de pensar y de actuar.
Aplicación de la Racionalidad Práctica
La racionalidad práctica que ejerce la filosofía moral, social y política es la que puede ayudar a pensar mejor y, en la medida de lo posible, a orientar mejor los objetivos y las metas vitales.
Política y Vida Buena: Una Cuestión Individual y Colectiva
La vida buena es una cuestión individual y colectiva, es un asunto personal y social; por tanto, todo ser humano está implicado en la vida moral y en la vida política, aunque no se dedique profesionalmente a ella. En cualquier caso, la ética laica basada en el respeto a las personas y en la tolerancia activa es el punto de partida de una vida moral y de una propuesta política fundada en la búsqueda de una vida mejor para cada uno y de un mundo mejor para todos.
Utilitarismo: La Búsqueda del Mayor Bien
Bentham es el iniciador del utilitarismo. Para él, el criterio de moralidad se basa en la utilidad: lo bueno es lo útil (aquello que produce placer o felicidad) y lo malo es lo perjudicial (aquello que produce dolor). Es una ética consecuencialista. La diferencia con el epicureísmo es que el utilitarismo es una ética social (busca el mayor bien para el mayor número) y no primordialmente individualista como la epicúrea. Los placeres se valoran considerando características como su intensidad, duración, certeza, proximidad, fecundidad y pureza. Stuart Mill, siguiendo esta línea, se basa en el principio de utilidad: conseguir el mayor bien para el mayor número de personas, a menudo llamado el principio de la mayor felicidad o cálculo de la felicidad.
Felicidad, Placer y Dolor: Perspectivas Religiosas y Filosóficas
Desde hace varios milenios, las religiones han prometido a los seres humanos la felicidad si estos cumplían una serie de mandatos y reglas de conducta que los sacerdotes y las autoridades religiosas proclamaban solemnemente. Son muchos los creyentes que siguen viendo en los códigos morales de sus respectivas religiones una esperanza de felicidad y de gozo, aunque sea en otra vida. Comte en el siglo XIX y los ‘filósofos de la sospecha’ (como Marx, Nietzsche, Freud), desde sus perspectivas críticas, vaticinaron el declive o fin de las religiones monoteístas en los siglos venideros; sin embargo, todavía hay millones de seres humanos que buscan en la religión un camino hacia la felicidad o la salvación eterna. No obstante, hay muchísimas personas que no aceptan esa promesa de felicidad eterna cuando se ven condenados a sufrir horribles dolores y enormes frustraciones en su vida diaria.
Aristóteles: La Felicidad como Actividad Racional
Otros filósofos posteriores pensaron que para ser feliz hay que satisfacer además otras necesidades psíquicas, sociales y culturales. Para el filósofo de Estagira (Aristóteles), el ser humano es un animal racional y por ello la racionalidad es lo más específicamente humano y algo que debe desarrollar al máximo. El modelo último de felicidad sería entonces el sabio, el filósofo, porque es quien mejor puede desarrollar la plenitud de la racionalidad humana: la búsqueda de la verdad y la ciencia. Ser feliz no puede consistir en satisfacer únicamente las necesidades biológicas, sino también, y sobre todo, realizarse en la vida intelectual.
Rousseau: Democracia, Igualdad y el Contrato Social
Rousseau se limitó a considerar que la democracia, la igualdad de derechos y libertades formales serviría como remedio legal frente a la desigualdad de origen; la soberanía del pueblo le pareció a Rousseau un medio legal y legítimo para igualar a todos los ciudadanos en derechos y libertades políticas. Pero se olvidó de incluir en su ciudadanía a las mujeres, a los obreros y a los que no eran europeos. Además, su concepto de democracia no anticipó completamente los grandes problemas que el capitalismo industrial iba a provocar en los siglos XIX y XX. En El Contrato Social, propone reformar el pacto social de tal modo que se constituya una sociedad democrática.