Platón: Contexto, La República y la Teoría de las Ideas

Contexto del Pensamiento Platónico

Contexto Histórico

Tras la victoria en las Guerras Médicas, Atenas se encontraba en pleno auge político y cultural. Este poderío decayó con la derrota ante la ciudad-estado de Esparta en las Guerras del Peloponeso. Durante esta guerra se enfrentaron dos formas de ver el mundo (la liberal de Atenas y la militarista de Esparta), y parece que Platón participó en ella. Platón advirtió que la democracia carecía de un líder verdaderamente capaz. Su decisión de abstenerse de la política ateniense y su rechazo a la democracia están sin duda relacionados con la injusta condena de su maestro Sócrates. En Atenas, escribe La República. Intenta, sin éxito, poner en práctica su teoría política en Siracusa. Platón tiene que volver a Atenas, donde se dedica de nuevo al trabajo filosófico en la Academia.

Contexto Cultural

En el ámbito cultural, Atenas era un foco muy importante. Este siglo es heredero del esplendor del Siglo de Pericles. Atenas vivió una etapa de prosperidad, libertad y expansión.

El teatro tenía un gran protagonismo, ya que realizaba una crítica social y política de la sociedad y era la expresión de los ideales políticos y morales. Se representaban obras dramáticas y cómicas, destacando Las Nubes de Aristófanes, donde criticaba a los sofistas y ridiculizaba a Sócrates con gran éxito. Platón gustaba de la representación de estas obras.

En arquitectura, se embellece la Acrópolis (el Partenón, obra de Fidias), y en la escultura se establece el canon humano, pasando del idealismo al naturalismo. Praxíteles, Escopas y Lisipo introducen en la escultura el llamado ‘Estilo Bello’.

Contexto Filosófico

En relación con la filosofía, el contexto de Platón es también muy rico. Comparte con los presocráticos la pregunta sobre el origen (arché) del universo.

Autores presocráticos cuya influencia se percibe en el pensamiento de Platón son:

  • Anaxágoras: Su nous (mente o intelecto) es una especie de dios organizador que se prolonga en el Demiurgo platónico.
  • Pitagóricos: De ellos toma la creencia en la inmortalidad del alma y la importancia de las matemáticas.
  • Heráclito: El devenir constante que postulaba resuena en la concepción platónica del mundo sensible (doxa).
  • Parménides: La episteme (conocimiento profundo, conocimiento de las Ideas inmutables) supone una afinidad con Parménides, el filósofo más cercano a Platón en cuanto a la naturaleza del Ser verdadero.

Pero el ambiente filosófico inmediato en el que se mueve Platón es el de los sofistas. Los sofistas eran metecos (extranjeros residentes) llegados a Atenas por las necesidades de la democracia. Eran los profesionales de la palabra; no se interesaban por la verdad objetiva, siendo partidarios del relativismo (Protágoras) y del escepticismo (Gorgias). Solo les importaba la capacidad de persuadir. Sócrates y Platón se opusieron a su escepticismo y comenzaron a dar al término ‘sofista’ un sentido peyorativo: sofista es quien utiliza el sofisma (argumento falaz), acepción que ha llegado hasta nuestros días. No obstante, los sofistas comparten con Platón el interés por el ser humano y la importancia de la educación, aunque con fines distintos. Platón pretende formar un hombre íntegro, capaz de controlar sus impulsos, donde impere la verdad.

La mayor influencia sobre Platón fue la recibida de su maestro Sócrates. Platón pone por escrito la filosofía de Sócrates (quien no escribió nada) y lo convierte en el protagonista de sus diálogos. Platón tomó de Sócrates su método mayéutico, que conduce el diálogo hacia la verdad. También adoptó su intelectualismo moral, el antirrelativismo y el optimismo epistemológico (la creencia en que se puede conocer la realidad tal y como es).

La República y el Mito de la Caverna

La República es la más conocida e influyente obra de Platón, escrita durante su periodo de madurez. Escrita en forma de diálogo entre Sócrates y otros personajes, se compone de diez libros. El tema inicial de discusión es la naturaleza de la justicia. La discusión deriva hacia cuál sería la mejor filosofía y organización del Estado para que este fuera justo y perfecto, y cómo educar al individuo (especialmente al gobernante-filósofo) para lograrlo. Esta obra expone la práctica totalidad del pensamiento platónico e intenta demostrar que el Estado debe ser gobernado por los justos, es decir, los filósofos.

En el Libro VII, Platón narra el célebre Mito de la Caverna, con el que pretende mostrarnos que vivimos engañados por las apariencias y la ignorancia, pero que podemos escapar de esta condición mediante la educación y la filosofía. El tema principal es la ignorancia humana, representada por los prisioneros encadenados en la caverna. Están obligados a ver una realidad ilusoria (las sombras) debido a su ignorancia (simbolizada por las cadenas que les impiden liberarse) y a los objetos (figurillas) cuyas sombras toman por la verdadera realidad.

Para explicar la necesidad de la educación (paideia), Platón describe a unos hombres en una caverna subterránea, con una abertura hacia la luz en la parte superior. Estos hombres están encadenados desde niños, de modo que solo pueden ver las sombras proyectadas en la pared del fondo por un fuego situado detrás de ellos. Platón nos asemeja a estos prisioneros, y las cadenas que les impiden liberarse simbolizan la ignorancia y las ataduras del mundo sensible. Para Platón, la única forma de liberarnos de estas cadenas es a través de la educación del alma, es decir, la filosofía, que permite el ascenso hacia el conocimiento verdadero.

Fundamentos Filosóficos: La Teoría de las Ideas

La filosofía de Platón, especialmente lo expuesto en La República y el Mito de la Caverna, se fundamenta en su Teoría de las Ideas (o Teoría de las Formas).

Ontología: Dos Mundos

Desde el punto de vista ontológico (teoría de la realidad), esta teoría intenta conciliar la postura de Parménides (la realidad auténtica, el Ser, es eterna e inmutable) con la de Heráclito (el mundo sensible está en perpetuo fluir). Ofrece una alternativa al relativismo y escepticismo de los sofistas, postulando la existencia de verdades objetivas y universales. Tiene como trasfondo las certezas matemáticas de los pitagóricos.

Si observamos el mundo que nos rodea con los sentidos, percibimos el cambio continuo (Heráclito); si miramos con los ojos de la mente (la inteligencia), captamos las Ideas inmutables (Parménides). Para construir esta teoría, Platón toma como modelo las matemáticas: un cuadrado o un triángulo geométricos existen de forma inmutable e independiente del matemático que los piensa; de modo similar, Ideas como la Belleza en sí o la Justicia en sí deben existir independientemente de quien las piense y de las cosas bellas o justas particulares.

Platón afirma que a través de los sentidos percibimos las cosas concretas y particulares del mundo sensible, mientras que a través de la inteligencia captamos la esencia universal e inmutable de las cosas: las Ideas. Por tanto, esta dualidad ontológica divide la realidad en dos ámbitos:

  • El Mundo Sensible (o Mundo de las Cosas): Material, corruptible, sometido al cambio y al devenir, captable por los sentidos. Es el mundo de la apariencia, el interior de la caverna.
  • El Mundo Inteligible (o Mundo de las Ideas): Inmaterial, eterno, inmutable, trascendente (fuera del espacio y el tiempo), captable solo por la inteligencia. Es el mundo de la realidad auténtica, el exterior de la caverna.

Según Platón, las Ideas están jerarquizadas. En la cúspide se encuentran las Ideas de Bien, Belleza y Justicia. Sobre todas ellas, destaca la Idea de Bien, comparada en La República con el Sol: así como el Sol ilumina, da vida y hace visibles los objetos del mundo sensible, la Idea de Bien ilumina, da sentido y permite conocer las demás Ideas en el Mundo Inteligible. La posesión y comprensión de estas Ideas supremas (Bien, Belleza, Justicia) constituye la verdadera sabiduría y es la meta de la filosofía.

Epistemología: Grados de Conocimiento

Platón reconoce que no se accede a estos dos mundos de la misma manera, lo cual explica mediante el Símil de la Línea Dividida (también en La República, Libro VI). En él, establece distintos grados de conocimiento que se corresponden con los distintos niveles de realidad:

  • Doxa (Opinión): Conocimiento del Mundo Sensible. Es un conocimiento inferior, cambiante y poco fiable.
    • Eikasia (Imaginación o Conjetura): El nivel más bajo, el conocimiento de sombras e imágenes de las cosas sensibles (las sombras en la caverna).
    • Pistis (Creencia): Conocimiento directo de las cosas sensibles (los objetos dentro de la caverna).
  • Episteme (Ciencia o Conocimiento Verdadero): Conocimiento del Mundo Inteligible. Es el conocimiento superior, objetivo y universal.
    • Dianoia (Razón Discursiva): Conocimiento de las entidades matemáticas, que requiere partir de hipótesis y representaciones sensibles.
    • Noesis (Razón Intuitiva o Inteligencia Pura): El grado más alto, la captación directa e intuitiva de las Ideas y, en último término, de la Idea de Bien, sin recurrir a lo sensible.

La dialéctica es el método filosófico para ascender desde la doxa hasta la episteme, culminando en la noesis y la contemplación de la Idea de Bien. Representa el ascenso o salida de la caverna. Implica dos momentos metodológicos:

  1. Synagogé (Agrupación): Reunir la multiplicidad de cosas sensibles bajo una única Idea común mediante la intuición.
  2. Diáiresis (División): Analizar y definir una Idea dividiéndola en sus especies componentes para esclarecer la estructura del mundo inteligible y las relaciones jerárquicas entre las Ideas.

Antropología: Dualismo Alma-Cuerpo

Desde el punto de vista antropológico (concepción del ser humano), Platón defiende un marcado dualismo. El ser humano es un compuesto de dos realidades distintas y opuestas:

  • El alma (psyché): Considerada inmortal, inmaterial, inteligente y principio de vida y conocimiento. Preexiste en el Mundo de las Ideas, del cual cayó al mundo sensible. Está altamente valorada y su destino es purificarse para regresar a su origen.
  • El cuerpo (soma): Considerado material, mortal, fuente de apetitos y pasiones, y un obstáculo para el conocimiento verdadero. Es la “cárcel” del alma, perteneciente al Mundo Sensible, y se encuentra infravalorado.