La Novela Española en las Tres Décadas Posteriores a la Guerra Civil
Años 40: La Novela Existencial
Muchos autores publican novelas que exaltan los ideales del régimen franquista, pero otros reflejan los problemas e incertidumbres del ser humano a través de la vida de un personaje antiheroico, enfrentado a una sociedad indiferente u hostil. Los temas recurrentes son la amargura de la vida cotidiana, la soledad, la frustración, la inadaptación y la muerte.
Se distinguen dos grandes tendencias:
- La novela existencial: El protagonista es un individuo con un destino incierto. Dentro de este grupo destacan novelas como Nada (Carmen Laforet) y La sombra del ciprés es alargada (Miguel Delibes).
- La novela tremendista: Se caracteriza por la presencia de la violencia, lo macabro, lo escatológico y lo exagerado, con un lenguaje desgarrado. El ejemplo paradigmático es La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela.
Años 50: El Realismo Social
Esta corriente ofrece un testimonio crítico de la sociedad española de la época. Sus rasgos característicos incluyen:
- La temática social como eje central.
- El realismo en la descripción de ambientes y personajes.
- La reducción del argumento y la limitación del tiempo y espacio narrativos.
- Un diálogo que ocupa un lugar preeminente: directo, vivo, “desnudo” y verosímil.
Dentro del realismo social, se observan dos corrientes principales:
- Realismo objetivo: Busca narrar los hechos con afán testimonial, casi documental. Destaca Sánchez Ferlosio con El Jarama.
- Realismo crítico: Adopta una visión crítica y comprometida con la realidad, buscando concienciar al lector. Miguel Delibes es un claro exponente con obras como Las ratas o El camino.
Años 60: La Novela Experimental
Se imponen tendencias estéticas renovadoras, con influencias de la literatura europea y de los autores hispanoamericanos del “boom”. Dos novelas marcan este cambio de rumbo: Tiempo de silencio (Luis Martín-Santos) y Cinco horas con Mario (Miguel Delibes).
Son novelas llamadas “abiertas”, obras donde el lector asume un papel activo, construyendo su propia interpretación. Sus rasgos distintivos son:
- El multiperspectivismo (diferentes puntos de vista narrativos).
- Las alteraciones cronológicas (ruptura de la linealidad temporal).
- El uso frecuente del monólogo interior y del estilo indirecto libre.
Autores Principales de la Novela de Posguerra
Camilo José Cela
Con La familia de Pascual Duarte (1942), inicia la tendencia tremendista en la literatura, que consiste en ahondar en los aspectos más duros y desagradables de la realidad. Utiliza la técnica del manuscrito encontrado y presenta características de la novela picaresca.
La colmena (1951) retrata el Madrid amedrentado y corrupto de la posguerra. Mediante el objetivismo y la técnica del contrapunto (múltiples historias y personajes que se entrelazan), Cela realiza una denuncia social que supondrá el inicio de la novela social. Presenta un protagonista colectivo. La acción transcurre en poco más de dos días y los espacios son los centros típicos de las reuniones sociales. Otra obra destacable es su libro de viajes Viaje a la Alcarria.
Miguel Delibes
Su primera novela es La sombra del ciprés es alargada (1948), adscrita al realismo existencial de los años 40. En los años 50 escribe El camino (1950) y Las ratas (1962), obras representativas del realismo crítico. En los 60, publica Cinco horas con Mario (1966), de estilo vanguardista y experimental. Esta obra es una crítica a la clase burguesa de provincias e introduce el monólogo interior como técnica principal, la ruptura de la linealidad narrativa, la constante reiteración de sucesos que revelan las obsesiones de la protagonista y un uso magistral de la ironía.
Carmen Laforet
Nada (1945) es su aclamada primera novela. Relata la historia de Andrea, una joven que va a estudiar a Barcelona y se aloja en la opresiva casa de su abuela. Allí descubre un mundo familiar mezquino y sórdido. Este medio asfixiante revela una realidad social exterior también degradada y miserable, tanto en lo material como en lo moral. Se considera una novela de aprendizaje (Bildungsroman).
Luis Martín-Santos
Tiempo de silencio (1962) es la obra cumbre de la novela experimental de los años 60 en España. Su protagonista, Pedro, representa el fracaso intelectual y vital en un país anquilosado, la resignación a vivir en un “tiempo de silencio” marcado por la pobreza, el subdesarrollo y la hipocresía. Supone una ruptura radical y definitiva con el realismo convencional mediante el uso del monólogo interior, el constante cambio de narrador, las digresiones culturales y filosóficas, y un léxico inusual y complejo.
Narrativa Hispanoamericana del Siglo XX
Durante el siglo XX, la narrativa hispanoamericana, que hasta entonces había ocupado un lugar secundario, adquiere un perfil propio y comienza a destacar internacionalmente. Se pueden distinguir varias etapas:
Años 40 y 50: Antecedentes del Boom
Las primeras novelas importantes del siglo XX muestran rasgos de realismo. Sus características principales son:
- La importancia de la naturaleza, a menudo indómita, que se resiste a ser dominada por la civilización.
- La voluntad de reflejar los conflictos políticos y sociales de los países hispanoamericanos.
Los factores que explican el posterior despegue de la literatura hispanoamericana incluyen: la llegada de escritores españoles exiliados que huyen del franquismo, la creación de escuelas de escritores y la asimilación de las tendencias de vanguardia que predominaban en Europa. Autores clave de este periodo son Miguel Ángel Asturias (El señor presidente) y Jorge Luis Borges (Ficciones, El Aleph). Borges no escribió ninguna novela, pero destacó magistralmente en el relato breve, creando universos propios basados en juegos imaginativos, la erudición y la filosofía.
Años 50-60: El Boom de la Literatura Hispanoamericana
Se produce una profunda renovación de la novelística hispanoamericana con un fenómeno editorial y creativo que la crítica ha denominado el “boom”. En un corto espacio de tiempo, surge una sucesión de novelas y novelistas de gran impacto internacional, entre las que destaca Cien años de soledad (1967) de Gabriel García Márquez.
Los temas abordados son variados: la crisis existencial del individuo, la figura del dictador, la exploración de los mitos y la historia latinoamericana. Aumenta la ambientación urbana. Técnicamente, se caracteriza por:
- El uso del realismo mágico (fusión de elementos realistas y fantásticos).
- La adopción de técnicas narrativas de la novela experimental europea y estadounidense: alteraciones cronológicas, juegos con la perspectiva narrativa (múltiples narradores), monólogo interior.
- Una narrativa a menudo intelectual que reflexiona sobre el propio lenguaje y la escritura.
Autores Destacados del Boom
- Julio Cortázar: Maestro del cuento y autor de la innovadora novela Rayuela (1963), concebida como un “collage” que rompe la secuencia lógica, con capítulos intercambiables y múltiples lecturas. Otras obras: Las armas secretas.
- Gabriel García Márquez: Premio Nobel de Literatura. Obras cumbre: Cien años de soledad, Crónica de una muerte anunciada, El amor en los tiempos del cólera.
- Mario Vargas Llosa: Premio Nobel de Literatura. Aunque parte de su obra más conocida es posterior, se le asocia al Boom. Obras (incluyendo posteriores): La ciudad y los perros, La casa verde, Conversación en La Catedral, La fiesta del chivo, El sueño del celta.
Años 70-90: La Narrativa Posterior al Boom
Tras el impacto del Boom, surgen diversas tendencias y se consolidan nuevos autores. Algunas corrientes son: la novela intimista, la novela policíaca o la novela de contenido político y social. Entre los narradores de esta etapa (y posteriores) destacaremos a Mario Benedetti, Leonardo Padura, Ricardo Piglia, Isabel Allende, Laura Esquivel, Ángeles Mastretta, Roberto Bolaño, además de la continuidad de figuras como Vargas Llosa y García Márquez, y un largo etcétera.
La Narrativa Peninsular desde 1975
Desde la década de los setenta, coincidiendo con el final de la dictadura franquista y la transición a la democracia, se produce una sensación de fracaso de los grandes ideales del siglo XX y un fuerte cuestionamiento de la tradición estética y cultural. Comienza a hablarse de la posmodernidad, una nueva forma de pensar y de vivir cuyos rasgos en literatura incluyen:
- Rechazo de los “grandes relatos” o visiones totalizadoras del mundo.
- Renuncia a la originalidad absoluta, prefiriendo la utilización de técnicas como el pastiche (imitación de estilos anteriores) y la intertextualidad (diálogo con otras obras literarias).
La muerte de Franco (1975) y la posterior transición trajeron consigo importantes cambios que afectaron a la literatura. Con la desaparición de la censura, se empiezan a publicar en España las obras de autores europeos y las de los españoles exiliados. A medida que el nivel de instrucción de los españoles fue creciendo, aumentó también su interés por los productos culturales. Los políticos de los primeros tiempos de la democracia comprendieron la importancia de fomentar la creación literaria a través de diferentes premios y subvenciones.
En la novela, se produce una reacción contra la experimentación radical de la década de los sesenta. Se busca recuperar el placer de la narración y la comunicación con un público más amplio, de manera que se pueda disfrutar de la lectura sin realizar un esfuerzo intelectual desmesurado, pero sin renunciar necesariamente a la calidad literaria. La novela de autores como Eduardo Mendoza, Antonio Muñoz Molina o Manuel Vázquez Montalbán son buenos ejemplos de este deseo de equilibrar calidad y entretenimiento. También hay que tener en cuenta el creciente interés de las editoriales por vender novelas a gran escala.
Características de la Narrativa Española desde 1975
Se produce un acusado descenso de los experimentos técnicos más radicales. Los autores pretendían que el público volviese a disfrutar de una lectura entretenida sin renunciar por ello a la calidad literaria de las obras, en las que seguía habiendo espacio para técnicas narrativas innovadoras. La novela de Eduardo Mendoza La verdad sobre el caso Savolta (1975) es un claro ejemplo de esta evolución, pues combina una primera parte llena de innovaciones narrativas con una segunda parte mucho más accesible.
En este periodo se produce cierto acercamiento a géneros considerados anteriormente “subliteratura” (como la novela policíaca o de aventuras), revitalizándolos con mayor ambición literaria.
Por otra parte, los novelistas que publican sus obras a partir de 1975 tienen edades muy diferentes y sus trayectorias son variadísimas: algunos llevan escribiendo desde los años cuarenta, como Delibes o Cela. Otros comenzaron a escribir en la época de la novela social, como Carmen Martín Gaite o Ana María Matute. Otros regresaron del exilio. Y a estos se añaden los más jóvenes, nacidos a partir de los años cuarenta, como los mencionados Mendoza, Muñoz Molina, Arturo Pérez-Reverte y muchos otros.
Finalmente, es innegable la importancia del mercado editorial: la novela se ha convertido en un objeto de consumo, cuyo valor a menudo se juzga (al menos mediáticamente) a partir del número de ejemplares vendidos.
Principales Subgéneros Novelísticos
Después de 1975, los subgéneros más cultivados por los narradores son:
- a) La novela negra: Ambientada frecuentemente en los bajos fondos urbanos, adapta el modelo del relato policíaco clásico. Sus argumentos están llenos de violencia y es frecuente que los crímenes se sitúen en un trasfondo de corrupción política y sordidez moral. Los investigadores suelen ser personajes fracasados, desengañados y cínicos que, a pesar de todo, detestan que se haga daño a los débiles y luchan por encontrar la verdad. Eduardo Mendoza utiliza moldes de la novela negra en La verdad sobre el caso Savolta y, en clave paródica, en la saga de su detective sin nombre: El misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas, La aventura del tocador de señoras y El enredo de la bolsa y la vida. Antonio Muñoz Molina también cultiva el género; sus novelas son de estructura compleja, reinventan el género negro y denotan un profundo conocimiento de los modelos narrativos tradicionales. Dota de gran importancia a la trama y a los personajes. En sus historias, Muñoz Molina demuestra un gran interés y conocimiento de la historia, que le sirve para indagar en el pasado colectivo a partir de las vivencias de sus personajes. Obras: El invierno en Lisboa, Beltenebros, El jinete polaco o Plenilunio.
- b) La novela realista: Continúa una línea de observación y crítica de la sociedad contemporánea, que recuerda en ocasiones a Galdós y a los grandes novelistas del siglo XIX.
- c) La metaficción: O metaliteratura, es decir, la literatura que elige como tema la propia literatura o el proceso de escritura. El narrador a menudo hace partícipe al lector de la construcción de la novela. En ocasiones, la obra está protagonizada por escritores reales o ficticios, como ocurre en La noche que llegué al café Gijón (1977), de Francisco Umbral.
- d) La novela lírica: Se caracteriza por la importancia de la subjetividad del autor y un especial cuidado del estilo, que se acerca al lenguaje de la poesía. Ejemplos: La lluvia amarilla de Julio Llamazares o Mañana en la batalla piensa en mí de Javier Marías.
- e) La novela histórica: Su auge probablemente se relaciona con el éxito internacional de El nombre de la rosa de Umberto Eco, y con la libertad de expresión que conllevó el fin de la censura, permitiendo abordar periodos conflictivos del pasado español. Las épocas recreadas son muy variadas: la Edad Media, los Siglos de Oro (por ejemplo, en la saga de El capitán Alatriste de Arturo Pérez-Reverte), y el final del siglo XIX y comienzo del XX (reflejados en La ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza). También son frecuentes las novelas históricas ambientadas en la Guerra Civil, como Soldados de Salamina de Javier Cercas.
- f) La novela sentimental y erótica: Novelas centradas en relaciones amorosas, a menudo con un importante contenido erótico, como Las edades de Lulú de Almudena Grandes.
El Cuento y el Microrrelato
El cuento literario está viviendo en las últimas décadas una llamativa recuperación. Es frecuente que los narradores de este periodo, antes de publicar una novela, se den a conocer primero con un libro de cuentos, pero también es habitual que autores ya consagrados como novelistas publiquen colecciones de relatos breves, como Antonio Muñoz Molina con Nada del otro mundo.
El microrrelato es un género literario independiente de la novela y del cuento, que se desarrolla con fuerza en España durante los siglos XX y XXI, en parte por influencia de los escritores hispanoamericanos. Son narraciones muy breves (a veces de unas pocas líneas) en las que la extrema condensación hace que sea tan importante el contenido explícito como el que se sugiere o se elide.
Autoras Destacadas
- Almudena Grandes: En sus novelas aborda fundamentalmente tres temas: el amor, la soledad y la búsqueda de la propia personalidad. En obras como Te llamaré Viernes o Malena es un nombre de tango, aporta la mirada emocional y reivindicativa de la realidad femenina. Realiza un análisis crítico y comprometido de la realidad mediante diversos temas: la adolescencia en Estaciones de paso; las relaciones personales en Los aires difíciles; o la memoria histórica a través de su ambiciosa serie de novelas Episodios de una guerra interminable.
- Rosa Montero: Novelista y periodista, combina a menudo lo testimonial con la novela de tesis. Su obra aúna la denuncia social y el análisis emocional de los personajes. Trabaja subgéneros muy diversos: la novela de corte existencial, en La hija del caníbal; la novela sentimental e introspectiva, en La ridícula idea de no volver a verte; o incluso la novela de ciencia ficción, en la serie protagonizada por la detective replicante Bruna Husky (Lágrimas en la lluvia).
Apuntes de Gramática Española
Perífrasis Verbales
Estructura: Verbo auxiliar conjugado + (nexo) + Verbo principal en forma no personal (Infinitivo, Gerundio o Participio).
Significado Modal (expresan la actitud del hablante):
- Obligación:
tener que + Infinitivo
,haber que + Infinitivo
(impersonal),deber + Infinitivo
,haber de + Infinitivo
. - Probabilidad/Suposición:
deber de + Infinitivo
,venir a + Infinitivo
,poder + Infinitivo
(también capacidad). - Capacidad/Posibilidad:
poder + Infinitivo
.
Significado Aspectual (informan sobre el desarrollo de la acción verbal):
- Ingresivas (acción a punto de comenzar):
ir a + Infinitivo
,estar a punto de + Infinitivo
,estar por + Infinitivo
. - Incoativas (acción en el momento de comenzar):
echar(se) a + Infinitivo
,ponerse a + Infinitivo
,empezar a + Infinitivo
,romper a + Infinitivo
. - Reiterativas (acción que se repite):
volver a + Infinitivo
. - Terminativas/Resultativas (acción acabada o resultado):
dejar de + Infinitivo
,acabar de + Infinitivo
,terminar de + Infinitivo
,llegar a + Infinitivo
;traer + Participio
,dejar + Participio
,quedar + Participio
,llevar + Participio
,tener + Participio
. - Frecuentativas (acción habitual):
soler + Infinitivo
. - Durativas (acción en desarrollo):
estar + Gerundio
,seguir + Gerundio
,andar + Gerundio
,llevar + Gerundio
,ir + Gerundio
,venir + Gerundio
.
Valores de ‘QUE’
- Pronombre Relativo: Introduce oraciones subordinadas adjetivas o de relativo. Puede sustituirse por “el cual”, “la cual”, “los cuales”, “las cuales” (con o sin preposición). Tiene antecedente expreso u omitido. Ejemplo: El libro que leí me gustó.
- Conjunción Subordinante: Introduce oraciones subordinadas sustantivas (completivas) o adverbiales (finales, consecutivas, causales, comparativas, etc.). No tiene antecedente y no puede sustituirse por “el cual” y sus variantes. Ejemplos: Quiero que vengas (sustantiva). Lo hice para que aprendieras (final). Es tan alto que no cabe (consecutiva).
Valores de ‘SE’
- Variante de ‘le’/’les’ (CI): Aparece cuando los pronombres de Complemento Indirecto ‘le’ o ‘les’ preceden a los pronombres de Complemento Directo ‘lo’, ‘la’, ‘los’, ‘las’. Ejemplo: Se lo dije (a él/ella/usted). Se los compré (a ellos/ellas/ustedes).
- Reflexivo (CD o CI): El sujeto realiza y recibe la acción verbal. Admite el refuerzo “a sí mismo/a/os/as”. Ejemplo: Ella se peina (CD). Él se puso el sombrero (CI).
- Recíproco (CD, CI o C.Rég): La acción es intercambiada mutuamente por los miembros de un sujeto plural o múltiple. Admite el refuerzo “mutuamente”, “el uno al otro”, etc. Ejemplo: Los amigos se saludaron (CD). Los novios se escriben cartas (CI).
- Dativo Ético (o de interés): Es un ‘se’ enfático, no es CD ni CI y puede eliminarse sin que la oración pierda su sentido fundamental, aunque sí pierde expresividad. Ejemplo: Mi hijo se comió toda la sopa.
- Marca de Verbo Pronominal: El pronombre ‘se’ forma parte del verbo y es indispensable para su conjugación en determinadas acepciones (quejarse, arrepentirse, atreverse, jactarse…). No desempeña función sintáctica independiente. Ejemplo: Ella se queja constantemente.
- Marca de Pasiva Refleja: La oración tiene un sujeto paciente (que recibe la acción). El verbo está en 3ª persona (singular o plural, concordando con el sujeto paciente). Ejemplo: Se venden pisos. Se necesita personal.
- Marca de Impersonalidad: La oración carece de sujeto gramatical. El verbo siempre está en 3ª persona del singular. Ejemplo: Aquí se vive bien. Se trata bien a los clientes.
Pronombres Personales
Son palabras que sustituyen al nombre o sintagma nominal en la oración; nunca lo acompañan (a diferencia de los determinantes posesivos o demostrativos).
- Tónicos: Pueden funcionar como sujeto, atributo o término de preposición. Tienen acento propio: yo, mí, conmigo; tú, ti, contigo; usted; él, ella, ello, sí, consigo; nosotros, nosotras; vosotros, vosotras; ustedes; ellos, ellas, sí, consigo.
- Átonos: No tienen acento propio y siempre acompañan al verbo (delante o detrás, formando una sola palabra). Funcionan como Complemento Directo (CD) o Complemento Indirecto (CI): me, nos; te, os; lo, la, los, las (CD); le, les (CI); se (puede ser CD, CI o variante de le/les).