La Evolución del Teatro Español Tras la Guerra Civil
La evolución del teatro español estuvo profundamente determinada por la Guerra Civil. A partir de 1939, el panorama quedó marcado por el exilio de autores fundamentales como Rafael Alberti o Pedro Salinas, y por la trágica desaparición de Federico García Lorca, Ramón María del Valle-Inclán y Miguel Hernández.
En la posguerra, la escena española estuvo dominada por un teatro de corte “nacional”. Triunfaban principalmente la comedia burguesa y el teatro de humor, géneros que ofrecían una vía de evasión frente a la dura realidad de la época. Mientras tanto, los dramaturgos exiliados continuaron su producción fuera de España, manteniendo viva otra vertiente de la creación teatral.
A finales de los años 40, irrumpió con fuerza el teatro realista. Un hito clave fue la representación en 1949 de Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo. Poco después, en 1952, se puso en escena Escuadra hacia la muerte de Alfonso Sastre, consolidando esta tendencia realista y crítica.
En los años cincuenta, surgió también el teatro de vanguardia, representado por figuras como Fernando Arrabal y Francisco Nieva. Ya en los años sesenta, se desarrolló el teatro simbolista, influido notablemente por corrientes europeas, sobre todo por el teatro del absurdo de Samuel Beckett.
Durante los sesenta, convivió el éxito del teatro evasivo (heredero de la comedia burguesa) con la aparición, hacia finales de la década, de los influyentes grupos de teatro independiente. A partir de 1975, con la llegada de la democracia, el teatro se inclinó progresivamente hacia temas contemporáneos, aunque enfrentando numerosos impedimentos heredados del periodo anterior.
El Teatro de Posguerra: Censura y Continuidad
Al terminar la contienda, el panorama teatral era desolador: muchos dramaturgos relevantes habían muerto (Valle-Inclán, Lorca, Miguel Hernández…) y otros se encontraban en el exilio (como Alejandro Casona o Rafael Alberti). Además, el CINE comenzaba a ganar terreno como principal instrumento de diversión popular, restando público al teatro.
El Estado franquista y la Iglesia ejercieron una fuerte represión ideológica, y los autores se vieron sometidos a una estricta censura o ejercían sobre sí mismos la autocensura para poder estrenar.
En la producción de los autores españoles de los años 40 y principios de los 50, cabe señalar varias tendencias:
Alta Comedia o Comedia Burguesa
Representada por herederos de Jacinto Benavente, se trataba de un teatro de continuidad, sin grandes rupturas formales o temáticas. Los temas más empleados eran:
- El amor
- La familia
- El matrimonio
Siempre con un fin moralizador y conservador. Destacan los nombres de José María Pemán y Juan Ignacio Luca de Tena, con un teatro caracterizado por el predominio de las comedias de salón o los dramas de tesis.
Teatro Cómico
Esta vertiente va desde Enrique Jardiel Poncela hasta Miguel Mihura.
- Enrique Jardiel Poncela: Se había propuesto renovar la comedia introduciendo lo inverosímil y el humor intelectual; sin embargo, se encontró con la oposición de un público acostumbrado a un humor más tradicional, lo que mermó en parte su ingenio y audacia. Obras destacadas: Eloísa está debajo de un almendro, Cuatro corazones con freno y marcha atrás (originalmente “Dos corazones…”), Los ladrones somos gente honrada.
- Miguel Mihura: En sus obras triunfa la bondad, la ternura y un humor más cercano al absurdo poético. Obras destacadas: Tres sombreros de copa (escrita antes de la guerra pero estrenada tardíamente), Maribel y la extraña familia o Ninette y un señor de Murcia.
Teatro en el Exilio
Los dramaturgos exiliados desarrollaron varias estéticas:
- Rafael Alberti: Cultivó un teatro político (Noche de guerra en el Museo del Prado) y también obras de carácter poético y simbólico (El adefesio).
- Max Aub: Autor de vasta obra, destaca su drama San Juan, que aborda la tragedia de un grupo de judíos que huyen de los nazis en un barco sin que ningún puerto les permita atracar.
El Surgimiento del Teatro Grave y Existencial
Paralelamente a las corrientes dominantes, empezó a gestarse un teatro más grave, preocupado, inconformista, que se inserta en una corriente existencialista. Este teatro marcó un punto de inflexión en 1949 con el estreno de Historia de una escalera de Buero Vallejo, y se consolidó en 1953 cuando Alfonso Sastre presentó Escuadra hacia la muerte en un teatro universitario.
El Teatro Realista de Protesta y Denuncia (Teatro Social)
Hacia 1955, se consolida el llamado teatro social. Un nuevo público, más joven y universitario, demandaba otro tipo de teatro que reflejara los problemas reales del país. Además, la censura se relajó levemente, tolerando algunos enfoques críticos que antes hubieran sido impensables.
Los pioneros de este teatro de testimonio social fueron Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre.
La temática del teatro social abordaba cuestiones como:
- La burocracia deshumanizada y la esclavitud del trabajador (El tintero de Carlos Muñiz).
- Las angustias y frustraciones de los jóvenes opositores (Los inocentes de la Moncloa de Rodríguez Méndez).
- La dura situación de los obreros que se veían obligados a emigrar (La camisa de Lauro Olmo).
Antonio Buero Vallejo (1916-2000)
Considerado el creador de la moderna tragedia española. Sus personajes, a menudo antihéroes marcados por sus limitaciones físicas o morales, despiertan compasión en el espectador, a diferencia de la admiración que producían los héroes de las tragedias griegas. Sus obras son una síntesis de realismo y simbolismo, utilizando elementos simbólicos para trascender la mera anécdota realista. Obras clave:
- Historia de una escalera
- En la ardiente oscuridad
- El tragaluz
- El concierto de San Ovidio
- La Fundación
Alfonso Sastre (1926-2021)
Participó activamente en el teatro universitario y realizó grandes intentos por renovar la escena española, a menudo con obras en un solo acto de gran tensión dramática. Su obra más emblemática es Escuadra hacia la muerte, una dura alegoría sobre la condición humana y la autoridad arbitraria, que fue prohibida por la censura tras pocas representaciones.
La Búsqueda de Nuevas Formas: Hacia la Vanguardia
Hacia 1970, otros dramaturgos se lanzaron a una profunda renovación de la expresión dramática. Se buscaba superar las limitaciones del realismo social y asimilar las corrientes experimentales del teatro extranjero (Brecht, Artaud, Grotowski, el Absurdo). Surge así una nueva vanguardia teatral española.
Entre sus representantes destacan:
- José María Bellido
- Francisco Nieva (1924-2016): Creador de un “teatro furioso” y un “teatro de farsa y calamidad”, de gran riqueza verbal y escénica.
- Fernando Arrabal (n. 1932): Vinculado inicialmente al teatro del absurdo y posteriormente al “teatro pánico” (junto a Jodorowsky y Topor), influido por el teatro de la crueldad de Artaud. Obras como Pic-nic, El cementerio de automóviles o El arquitecto y el emperador de Asiria.
El Papel de los Grupos de Teatro Independiente
Fue fundamental el papel de los grupos de teatro independiente, que surgieron al margen de los circuitos comerciales y buscaron nuevas formas de creación y relación con el público. Algunos de los más importantes fueron Los Goliardos, Tábano, el TEU (Teatro Español Universitario) de Murcia, o Els Joglars. Estos grupos a menudo suplieron la falta de textos innovadores con puestas en escena arriesgadas y creaciones colectivas.
Mientras tanto, el teatro más comercial seguía representado por herederos de la comedia burguesa, como Alfonso Paso o Juan José Alonso Millán, que gozaron de gran éxito de público en los años sesenta.
El Teatro desde 1975 hasta Nuestros Días
La llegada de la democracia en 1975 hizo concebir grandes esperanzas para un resurgir teatral en España, libre ya de la censura política. Se produjo una eclosión de autores, propuestas y estéticas.
Destacan autores que comenzaron su andadura en las décadas anteriores pero que se consolidaron en democracia, y nuevas voces:
- José Sanchis Sinisterra (n. 1940): Con obras como ¡Ay, Carmela! o El lector por horas.
- José Luis Alonso de Santos (n. 1942): Autor de grandes éxitos como Bajarse al moro, La estanquera de Vallecas o Yonkis y yankis.
- Otros autores relevantes: Fermín Cabal, Ignacio Amestoy, Paloma Pedrero, Ernesto Caballero, Juan Mayorga, Angélica Liddell, etc.
En este periodo se inscribe asimismo la importante labor teatral de ciertos grupos de teatro independiente o teatro de calle que alcanzaron gran proyección nacional e internacional:
- Els Comediants
- La Cubana
- La Fura dels Baus
Estos grupos, junto con la labor de los autores y directores mencionados, configuran la rica y diversa escena teatral española contemporánea.