Situación Política Inicial en el País Vasco (1931)
En 1931, la situación general en el País Vasco carecía de unidad política clara. Existían principalmente dos partidos nacionalistas con visiones distintas:
- Partido Nacionalista Vasco (PNV): Planteaba un autogobierno, la soberanía plena y la recuperación de los fueros históricos. Proponía una estructura confederal y defendía un orden social y religioso tradicional.
- Acción Nacionalista Vasca (ANV): Abogaba por la creación de un gobierno provisional vasco y una nación vasca constituida como un estado unido, no necesariamente basado en la estructura foral.
La fuerza de los sindicatos variaba según el partido dominante en cada región. El grado de afiliación era alto, especialmente en Vizcaya y Guipúzcoa. La UGT (Unión General de Trabajadores) predominaba en Vizcaya, STV (Solidaridad de Trabajadores Vascos, afín al PNV) en Guipúzcoa, y los sindicatos católicos tenían mayor presencia en Álava y Navarra.
El Camino hacia la Autonomía durante la Segunda República
El deseo de poseer un estatuto de autonomía en el País Vasco se remonta a la abolición de los fueros en 1876. Durante la Segunda República, hubo varios momentos clave en el proceso para su consecución:
H3: El Estatuto de Estella
Inicialmente, se trabajó en un proyecto de Estatuto de Autonomía conocido como el Estatuto de Estella. Aunque contó con figuras republicanas y socialistas en sus inicios (como Fernando Sasiain e Indalecio Prieto), su impulso final provino del nacionalismo. El PNV, aunque apoyaba la República, se sentía obligado a defender los derechos de la Iglesia Católica. Los alcaldes vascos, liderados por José Antonio Aguirre, gestionaron la aprobación de un estatuto a través de una asamblea de municipios, buscando arrebatar a la izquierda el protagonismo en la política local.
Los nacionalistas lanzaron una campaña que culminó en el Estatuto de Estella, aprobado por nacionalistas y carlistas. Su redacción se atribuye a la Sociedad de Estudios Vascos. Sin embargo, un artículo generó gran controversia: aquel que reconocía al poder autonómico la facultad de negociar acuerdos directamente con la Santa Sede.
Este estatuto planteaba una división de competencias entre el gobierno central y las instituciones vascas. Finalmente, quedó suspendido porque se elaboró y aprobó antes de que las Cortes Constituyentes republicanas aprobaran la Constitución de 1931, la cual definiría el marco para las autonomías.
H3: El Segundo Proceso Autonómico (1931 en adelante)
Tras el fracaso del Estatuto de Estella, se inició un nuevo proceso autonómico en 1931. Esta vez, unas comisiones gestoras elaboraron un anteproyecto siguiendo estos pasos:
- Las comisiones gestoras elaboran un anteproyecto.
- El anteproyecto es llevado a los ayuntamientos para su debate y aprobación.
- Las Cortes Generales y el pueblo vasco (mediante referéndum) lo aprueban definitivamente.
Este nuevo estatuto concebía al País Vasco como una región autónoma dentro del Estado español, manteniendo las instituciones provinciales. Las elecciones al parlamento vasco se realizarían por sufragio universal. Sin embargo, el proceso sufrió un parón significativo cuando la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) ganó las elecciones generales de 1933 y frenó los procesos estatutarios en curso.
H3: Aprobación Final y Gobierno Vasco
Finalmente, con el triunfo del Frente Popular en 1936 y el inicio de la Guerra Civil, se aprobó el Estatuto Vasco de Autonomía en octubre de 1936. Se estableció un Gobierno Vasco, presidido por José Antonio Aguirre como lehendakari. Este gobierno de concentración incluía a representantes del PNV, republicanos de izquierdas, socialistas, comunistas y ANV.
Este gobierno ejerció su poder efectivo casi exclusivamente en Vizcaya, ya que Álava y Navarra estaban en manos de los sublevados y Guipúzcoa cayó tempranamente. El sistema no supuso cambios revolucionarios, intentando mantener un orden y sin modificar sustancialmente las estructuras económicas y sociales preexistentes. La vigencia de este estatuto fue muy breve, ya que quedó suspendido de facto con la caída de Vizcaya ante el ejército franquista en junio de 1937.
La Guerra Civil Española en el País Vasco
El estallido de la Guerra Civil en julio de 1936 dividió a España y también al País Vasco:
- Álava y Navarra: Se unieron mayoritariamente al bando sublevado (los “golpistas”). El fuerte apoyo de los carlistas y la menor implantación del nacionalismo vasco en estas provincias facilitaron el triunfo del golpe. Destacó la formación de los requetés, milicias carlistas que se integraron en el ejército sublevado.
- Guipúzcoa y Vizcaya: Permanecieron leales a la República. El golpe fracasó en estas provincias, aunque hubo intentos de insurrección apoyados por militares, como los del cuartel de Loyola en San Sebastián.
H3: Fases de la Guerra en Euskadi
H4: Primera Fase: La Campaña de Guipúzcoa (Verano 1936)
La guerra comenzó en Guipúzcoa, donde se formó una Junta de Defensa para organizar la resistencia y controlar el territorio. Sin embargo, las disputas internas sobre estrategia y la limitada capacidad ofensiva de las milicias republicanas y nacionalistas frente a las tropas sublevadas, mejor organizadas y equipadas, provocaron la rápida caída del frente. El General Mola, al mando del Ejército del Norte sublevado, desplegó ocho columnas que conquistaron la provincia. San Sebastián cayó en septiembre de 1936.
Entre noviembre y diciembre de 1936 tuvo lugar la Batalla de Villarreal (Legutiano, Álava). Aguirre, ya como lehendakari, asumió el control militar y ordenó una ofensiva para intentar aliviar la presión sobre Madrid y recuperar terreno. El ataque, que comenzó el 30 de noviembre, terminó en una costosa derrota para el ejército vasco el 24 de diciembre, con victoria de las tropas de Franco.
H4: Segunda Fase: La Campaña de Vizcaya (Primavera 1937)
Tras la caída de Guipúzcoa, el frente se estabilizó en torno a Vizcaya. Para defender Bilbao y el territorio restante, el Gobierno Vasco construyó el llamado Cinturón de Hierro, un sistema de fortificaciones defensivas. Irónicamente, su diseñador, el ingeniero Alejandro Goicoechea, desertó meses más tarde al bando nacional, facilitando los planos a Franco, lo que comprometió gravemente su eficacia.
Durante el invierno de 1936-1937 y la primavera de 1937, se sucedieron diversas batallas:
- Batalla del Cabo Matxitxako (Marzo 1937): Un enfrentamiento naval entre la pequeña Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi y el crucero sublevado “Canarias”, que supuso una derrota republicana pero demostró el valor de los marinos vascos.
- Bombardeo de Guernica (26 de Abril de 1937): Uno de los episodios más trágicos y conocidos de la guerra. Fue un ataque aéreo devastador realizado por la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italiana, aliadas de Franco, sobre la villa simbólica de Guernica. Ocasionó enormes pérdidas humanas e infraestructurales y tuvo un gran impacto internacional.
Tras los bombardeos y el avance terrestre, las defensas del Cinturón de Hierro fueron superadas. La marcha de las tropas franquistas continuó y Bilbao cayó el 19 de junio de 1937.
Fin de la Guerra en el Norte y Consecuencias
La caída de Bilbao marcó prácticamente el fin de la resistencia organizada en el País Vasco. Parte del ejército vasco se retiró hacia Santander. En agosto de 1937, se produjo el llamado Pacto de Santoña, un intento de rendición negociada de algunas unidades del ejército vasco (principalmente batallones del PNV) a las fuerzas italianas, buscando evitar represalias y conseguir la evacuación. Sin embargo, Franco exigió una rendición incondicional y no reconoció los términos pactados con los italianos, por lo que los soldados vascos fueron hechos prisioneros.
Tras la guerra, como represalia por su lealtad a la República, Franco abolió los conciertos económicos para Guipúzcoa y Vizcaya, calificándolas de “provincias traidoras”. Sin embargo, Álava y Navarra, que habían apoyado el golpe, mantuvieron sus regímenes forales y económicos diferenciados.