La necesidad de cerrar todo el espacio para la celebración de espectáculos sangrientos dio lugar al anfiteatro. Destaca el Coliseo de Roma; en estos anfiteatros la scena y la cávea eran circulares y no existía pulpitum. Se celebraban luchas de gladiadores, de fieras, de atletas con animales… Algunos tenían un toldo para proteger a los espectadores de las inclemencias del tiempo. A veces estaban preparados para contener agua y celebrar naumaquias, es decir, contiendas de barcos. Las plazas de toros vienen a ser una imitación de los anfiteatros. El Coliseo de Roma fue edificado por Vespasiano en el año 80 a.C. Cabían 50,000 espectadores. Levantado sobre un lago artificial, tenía multitud de dependencias subterráneas. En su construcción se alternó el ladrillo y el hormigón. Se empleó la bóveda de arista y fue el prototipo para coliseos posteriores.
Circo Máximo de Roma (Reconstrucción)
En los circos se celebraban carreras de carros, caballos y ejercicios atléticos. Se corresponde con el estadio griego. Tenía forma alargada, terminaba en forma semicircular en uno de sus extremos y en el otro estaban las entradas y las celdas para los caballos que iban a participar en la carrera. El público se situaba alrededor en gradas y en uno de los lados mayores se ponía el palco presidencial. Había carreras de bigas y de cuadrigas. En el centro de la pista estaba la spina, que era una especie de seto o muro de poca altura decorada con estatuas y pequeños monumentos; tenía una pequeña desviación respecto al eje del circo para evitar el choque de carros en las vueltas y dar mayor emoción a la carrera. El Circo Máximo fue el más importante de la Antigüedad pero hoy apenas queda nada de él. Otros restos de circo se encuentran en Toledo y Mérida.
Construcciones Conmemorativas
Los romanos fueron muy aficionados a conmemorar los acontecimientos principales de su historia con grandes monumentos. Su idea era premiar a la persona en vida, emular al héroe o al emperador triunfante, cultivar el orgullo personal, pues ello conducía a la superación. Las columnas conmemorativas fueron invención romana, pero no los arcos de triunfo, que fueron imitados de la Grecia helenística; los griegos iniciaron la costumbre de erigir puertas conmemorativas en las murallas de las ciudades, los romanos desplazaron las puertas a los lugares donde creían más adecuada la conmemoración. De esta manera, el arco de triunfo viene a ser un trozo de muro dedicado al vencedor para que éste pase triunfante y glorioso bajo él. Estos arcos tienen uno o tres vanos abovedados. En el ático se disponía la inscripción conmemorativa y en la cima se erigía la estatua o el carro triunfal en bronce de aquél a quien se dedicaba el monumento. Hay varios tipos de arcos:
- De planta rectangular o cuadrada, con un solo vano (Trajano y Tito en Roma)
- Con tres vanos (Orange, Septimio Severo, Medinaceli, Constantino)
- De planta cuadrada con cuatro fachadas, el de Caparra (Cáceres)
- Decorado con pilastras, el de Bará situado en la Vía Augusta de Barcelona a Tarragona
El arco de Trajano en Benevento. Tiene un solo vano, probablemente es obra de Apolodoro de Damasco. Fue construido en el año 114 para conmemorar la nueva calzada que unía Brindis a la metrópoli (Roma). Los relieves que lo adornan resumen la historia de Trajano: en la cara orientada a Roma, las escenas aluden a su política interior; en la orientada a Brindis, sus empresas fronterizas. En el ático (a la izquierda) la Tríada capitolina: Júpiter, Juno y Minerva contemplan los generosos actos de Trajano. El resto de las escenas representan concesión de tierras a los veteranos, promulgación de privilegios para las provincias, recepción de mercaderes, etc. Los más importantes son los relieves que decoran el arco: en uno de ellos, el emperador efectúa un sacrificio para inaugurar una época de paz y en el otro el pueblo lo aclama por sus múltiples beneficios.
El arco de triunfo de Tito es uno de los más famosos. Tiene también un solo vano. Fue erigido en el año 81 en el Foro romano para conmemorar el triunfo de Tito sobre los judíos. Desde el punto de vista de la decoración, supone una de las obras cumbres del relieve histórico romano. Exteriormente el arco tiene poca decoración, sólo unos relieves en el ático y en las enjutas de la entrada (dos victorias), pero en el paso de la puerta hay dos relieves históricos:
- En uno aparece el cortejo triunfal con la cuadriga y el carro del emperador precedido de dos figuras.
- En el otro relieve aparece otra parte del cortejo triunfal: un grupo de sirvientes que llevan los utensilios del templo de Jerusalén como trofeos de guerra.
Desde el punto de vista técnico destaca la combinación de figuras casi de bulto completo en primer término con las figuras del fondo únicamente dibujadas; entre ambas formas de figuras queda una capa de aire que produce una ilusión de perspectiva, a la que también contribuye la policromía que sin duda debieron tener las figuras.
La columna como monumento conmemorativo es de invención romana con el fin de conmemorar hechos históricos o personas. Su grosor es variable, se levantan sobre un pedestal, a veces tienen una escalera de caracol para subir a la estatua que corona el monumento. Solían estar decoradas con relieves como es el caso de la columna Trajana en Roma. Data del 113 y mide 40 metros. Reúne las características anteriormente citadas. La estatua que hay en la actualidad no es la de Trajano, ya que fue sustituida por la de San Pedro. Los relieves de esta columna ocupan el fuste, es una decoración espiral ascendente que narra episodios de las guerras contra los dacios. Aquí el relieve es más plástico que pictórico, la técnica es menos precisa, pues parece tener un extraño matiz impresionista, es realista y popular y su alcance narrativo es inmenso. Es otra de las grandes obras del relieve histórico romano. Su composición parece una “cinta-cine”. También destaca la Columna de Marco Aurelio en Roma. Data de la segunda mitad del siglo II.
También existían los Trofeos, que eran monumentos dedicados a conmemorar una batalla erigiéndolos habitualmente donde tuvo lugar esa batalla.
Esquema de una casa romana
En cuanto a la vivienda romana, debe sus principales elementos a los griegos y etruscos. Las casas de las clases altas solían ser de planta sencilla, rectangular y de origen etrusco. Las principales partes son: un vestíbulo que se comunica con el atrio, que es un espacio central de forma cuadrangular y parcialmente cubierto, ya que el hueco de esta cubierta constituye el compluvium que servía para que entrara la luz y las aguas de lluvia, que eran recogidas en el impluvium o estanque preparado a tal efecto. A ambos lados del atrio estaban los dormitorios (cubícula); en las alas y al fondo del atrio se encontraban la sala de estar (tablinum) y el comedor (triclinium), aunque a veces ambos compartían una sola pieza. A partir del siglo II, la influencia griega se dejó sentir en la casa romana, a la que se añadió un patio porticado (peristilum) con jardines, surtidores y esculturas, al fondo del cual se encontraba la sala para conversar (exedra) y la salida exterior. Los palacios presentaban idéntica estructura, pero más lujosos y de mayores dimensiones, como por ejemplo el Palacio de Diocleciano en Spalato de fines del siglo III. Las clases menos acomodadas alquilaban sus viviendas en edificios de cinco o seis pisos (insulae). Son famosas las que se conservan en Ostia. Estas insulae presentaban numerosos balcones y ventanas a la calle y estaban cubiertas con terrazas. El piso bajo generalmente se dedicaba a almacenes y tiendas (tabernae). Estas casas carecen de los principales elementos mencionados anteriormente. Los señores que explotaban el campo procuraban fabricarse casas rodeadas de mayores comodidades (villas); disponían de baños en todas sus modalidades e incluso calefacción, sobre todo en España.
Los enterramientos romanos también poseen importancia arquitectónica. En Roma, las tumbas se disponen a lo largo de las vías principales. Las sepulturas individuales modestas carecen de interés artístico. Los enterramientos individuales de personas importantes eran los mausoleos, que servían al mismo tiempo de templo y tumba. Podían tener planta cuadrada, rectangular o circular. Destacan el Mausoleo de Adriano (actual castillo de Sant’Angelo) y en Hispania el Sepulcro cilíndrico de Tarragona, atribuido a los Escipiones. En las ciudades eran frecuentes los columbarios, que no ocupaban mucho sitio debido a la práctica de incineración de cadáveres, ya que las reducidas cenizas se podían enterrar en pequeños nichos abiertos en la pared. A tal fin existían en los cementerios hornos crematorios (ustrinum).
En oposición al gran desarrollo de la arquitectura civil, la religiosa es menos importante, además en ella es donde los romanos más imitaron tanto a los griegos como a los etruscos. La disposición del templo era generalmente siguiendo el plan etrusco: alto pódium, única escalinata en la fachada principal, pseudoperíptero y varias cellas para las diversas divinidades. Los había de planta rectangular y redonda, ésta de origen griego. El orden más usado fue el corintio y el tímpoano carecía de esculturas. Destacan:
- El templo de la Fortuna Viril en Roma (s. I a.C) de orden jónico.
- La Maison Carrée de Nîmes, templo levantado en honor a Augusto. Bien conservado. Ofrece todas las particularidades que diferencian los templos griegos de los romanos: Elevado pódium con escalinata sólo en la fachada principal, amplio pórtico con columnas corintias libres y embutidas en la cella maciza. Carencia de opistodomos. Tímpano sin esculturas.
- Templo de Vesta en Roma, planta circular. Recuerda a los tesoros (tholos) griegos. Capiteles corintios. Su tejado se apoya directamente sobre la columnata. El pódium sólo es un amago.
- El Panteón de Agripa en Roma. Como en este caso, los emperadores hacían construirse para ellos y para sus familias panteones formados generalmente por muros circulares concéntricos. Posee grandes dimensiones, pronaos octástila y cubierto por una gran cúpula de media naranja realizada con materiales ligeros y decorada interiormente. Una claraboya central proporciona luz al interior. La cúpula se cree que fue reconstruida por Adriano a mediados del siglo I.
- Hay otros templos al aire libre que presentan cierta proximidad con los santuarios abiertos helenísticos. Entre ellos el Ara Pacis Augustae (año 13 a.C) en Roma. Es de planta cuadrada y pequeñas dimensiones. El ara era una pequeña construcción para encerrar un altar y se colocaba en el exterior del templo. Está alzado sobre un pódium y tiene dos puertas: una al Este y otra al Oeste. Hay una abundante decoración en sus paredes que le convierten en una obra cumbre del relieve histórico romano. En el Ara Pacis de Augusto se representa la procesión de la familia imperial para hacer una ofrenda por la paz creada por el emperador. Este desfile alargado recuerda el Friso de las Panateneas del Partenón ateniense, pero en el Ara Pacis las figuras son más realistas y con formas más firmes. La solemnidad que en Grecia venía dada por el carácter divino, en Roma la proporciona la consciencia de su grandeza humana e histórica. Otra novedad del Ara Pacis es la introducción de retratos; en el Partenón no se reconoce a los personajes, pero aquí están retratados y se reconoce a Augusto, sus parientes, las mujeres de la familia… También se representa el Océano y el Aire, turbulentos dioses que están allí sentados en reposo como si también el Cielo y el Mar se serenasen con la paz creada por Augusto.