Dictadura de Primo de Rivera y la II República Española

Dictadura de Primo de Rivera y la II República Española

Primo de Rivera publicó un manifiesto para constituir un Directorio militar para la salvación de la patria y liberarla de los profesionales de la política. Alfonso XIII le apoyó. El golpe triunfó, el rey lo aceptó y encargó a Primo la formación del Directorio militar. Las causas fueron las consecuencias del desastre de Annual. Los militares estaban descontentos por no aumentar los presupuestos militares, el expediente Picasso provocó el rechazo del estamento militar y de los sectores de derechas. El auge del nacionalismo en Cataluña y País Vasco era visto con recelo. Además, el ascenso de republicanos y socialistas molestó a la oligarquía. En 1921 se creó el Partido Comunista de España, como división del PSOE. La dictadura militar era vista por la derecha como una solución a la inestabilidad, y para los militares la oportunidad de parar el expediente Picasso. Primo asumió el poder, proclamó el estado de guerra, suspendió la Constitución de 1876, disolvió las Cortes y prohibió los partidos políticos. Entre 1923 (sept) y 1925 (dic) se estableció el Directorio Militar. En los meses siguientes adoptó otras medidas:

  • militarizó la Administración, sustituyendo a los gobernadores civiles por gobernadores militares y los alcaldes por delegados gubernativos
  • suprimió la Mancomunidad de Cataluña y prohibió el uso público del catalán
  • extendió el Somatén Nacional, para combatir el sindicalismo
  • creó la Unión Patriótica que debía dirigir el Estado corporativo

En el tema de Marruecos, Primo quería acabar con la guerra pero se topó con la oposición de los militares “africanos”. En 1925, Abd-el-Krim quiso llevar la guerra a Francia y el gobierno galo obligó a Primo a realizar una operación conjunta hispanofrancesa, el Desembarco de Alhucemas. En 1925 (dic a enero 1930) Primo de Rivera decidió “institucionalizar” la dictadura y nombró un Directorio Civil, un gobierno formado por militares como Martínez Anido y por civiles como Calvo Sotelo. Primo de Rivera convocó una Asamblea Nacional Consultiva, formada por miembros de la Unión Patriótica, pero el proyecto no se aprobó por la oposición social y política. La dictadura intensificó el proteccionismo comercial y el intervencionismo estatal, el Directorio impulsó un plan de construcción de infraestructuras. En el ámbito social, la dictadura se propuso alcanzar la “paz social” mediante:

  • la prohibición de la CNT y de huelgas
  • la imposición de los Comités paritarios en donde se acordaban las condiciones laborales acudiendo al arbitraje estatal en caso de conflicto

La oposición a la Dictadura fue recibida con indiferencia, pero el intento de institucionalización del régimen suscitó una oposición política. Azaña lideró Alianza Republicana con grupos como el Partido Radical de Lerroux, y Alcalá-Zamora fundó la Derecha Liberal Republicana. Primo quitó tanto la lengua como las instituciones. Esta persecución dio lugar al Estat Català, por Macià. La oposición obrera se organizó a través del PSOE, el PCE y la CNT. En 1927 fundaron la Federación Anarquista Ibérica. La oposición de intelectuales y estudiantes: Unamuno y otros profesores fueron expulsados, mientras que los estudiantes promovían huelgas. La oposición militar, en 1926, protagonizó un intento insurreccional: la Sanjuanada. Finalmente, Primo dimitió en 1930.

La dictablanda: (1930-1931)

Alfonso XIII nombró jefe de gobierno al general Berenguer. La oposición al rey era indiscutible. Los partidos contrarios al sistema firmaron el Pacto de San Sebastián en 1930. Los partidos firmantes acordaron impulsar una lucha contra la monarquía y nombraron un Comité revolucionario presidido por Alcalá Zamora. La CNT decidió apoyar, pero sin integrarse. En diciembre, estalló la sublevación de Jaca, lo que costó la vida a los dos militares Fermín Galán y García Hernández. Ante el fracaso de Berenguer, Alfonso XIII lo sustituyó por Aznar en 1931. Las elecciones se celebraron el 12 de abril y dieron el triunfo a las candidaturas republicanas. Ante esta situación, Alfonso XIII abandonó España el 14 de abril. Ese mismo día, Alcalá Zamora proclamó la II República en la Puerta del Sol.

La CEDA gana las elecciones de noviembre de 1933

La CEDA gana las elecciones de noviembre de 1933 con 115 escaños, seguido por los radicales de Lerroux con 102. El PSOE consiguió tan solo 59. Fue la 1ª vez que las mujeres votaron. Gil Robles se había adelantado a decir que la CEDA no estaba aún preparada para gobernar. El presidente Niceto Alcalá Zamora nombró al radical Alejandro Lerroux (que cada vez tendía a posturas más de derechas) como presidente de un gobierno sin cedistas, pero con un amplio apoyo parlamentario de la CEDA. La política llevada a cabo fue la de la paralización de las reformas del bienio anterior: reforma agraria, reforma militar (amnistía para los participantes de la Sanjurjada), religiosa (no aplicación de la Ley de Congregaciones y aprobación de un presupuesto de culto y clero), educativas (reduciendo el presupuesto). Además, se presenta un nuevo proyecto de reforma constitucional en 1935 que no salió adelante y hubo enfrentamientos con los nacionalismos.

En el País Vasco, el Gobierno permitía modificar el régimen fiscal específico que tenía el comercio del vino, lo que provocó una rebelión institucional de los ayuntamientos, que llegaron a convocar unas elecciones indirectas (votaban los concejales) para defender los conciertos económicos. Se saldó con detenciones de concejales. Se producen algunos cambios en el ámbito político: en la derecha nace Falange, creada en octubre de 1933 por José Antonio Primo de Rivera, que se fusiona con las JONS. Además, se forma el Bloque Nacional, por José Calvo Sotelo, cuyo objetivo era crear un estado a imitación del fascismo italiano. El ejército forma la Unión Militar Española (UME) que se proponía acabar con la República. En la izquierda, Azaña funda Izquierda Republicana y Diego Martínez Barrio funda Unión Republicana, que representaban el ala de izquierdas del Partido Radical.

Revolución de octubre de 1934

El viraje conservador del Gobierno y el escenario europeo (Hitler y Mussolini) hizo que el PSOE y UGT radicalizaran sus posturas. Largo Caballero y la CNT declararon una guerra abierta contra el nuevo gobierno, que se materializó en continuas huelgas y conflictos. Visto el desorden público, la CEDA exigió, bajo la amenaza de retirar el apoyo parlamentario a Lerroux, tres ministerios clave: trabajo, agricultura y justicia.

Esto fue interpretado por la izquierda como el anuncio del triunfo inminente del fascismo, llamando el PSOE, UGT, CNT y PCE a una huelga general revolucionaria el día 5 de octubre en todo el país, que adquirió especial importancia en dos lugares:

1) Cataluña: Lluís Companys, presidente de la Generalitat después de la muerte de Maciá, proclamó el Estado Catalán, disuelto rápidamente y Companys detenido. El Estatuto quedaba suspendido.

2) Asturias: triunfo de los insurrectos con el pacto denominado Alianza Obrera entre PSOE, CNT y PCE. Los obreros consiguieron ocupar fábricas, tomar la cuenca minera y controlar Oviedo. Franco fue enviado desde Marruecos con sus tropas y sofocó el levantamiento, el 18 de octubre el comité revolucionario se rindió. Los sucesos de octubre dejaron una honda impresión. Alrededor de 30.000 obreros fueron encarcelados, Largo Caballero fue detenido al igual que Azaña (formaban parte del comité de huelga). Se suspendió la prensa obrera y los locales de sus asociaciones y partidos quedaron clausurados. A partir de este momento la política se recrudeció, hubo una derechización del Gobierno. Gil Robles, designado ministro de Guerra, promovió una serie de nombramientos, entre ellos el de Franco como jefe del Estado Mayor. A raíz del año 1935, la situación era insostenible para Lerroux por dos escándalos:

1) Escándalo del “Straperlo”, debido a la introducción de un juego de ruleta y que resultó ser un timo. Algunos miembros del gobierno habían sido sobornados para su introducción.

2) Escándalo Nombela, inspector general de colonias, que denuncia el fraude de una indemnización que el Gobierno aprueba dar a una naviera, la Compañía de África Occidental. Tras estos escándalos, Gil Robles exigió ser nombrado jefe de gobierno, ante la negativa amenazó con apoyar un golpe militar, pero Alcalá Zamora encargó la formación de gobierno al liberal Manuel Portela Valladares. El nuevo gobierno, formado por republicanos de centroderecha y que dejaba fuera a la CEDA, no obtuvo la confianza de las Cortes, por lo que Alcalá Zamora decidió disolver las Cortes el 7 de enero de 1936 y convocar nuevas elecciones para febrero.

Las elecciones de 1936: el Frente Popular

A imitación europea se optó por realizar una Frente Popular de la izquierda frente al enemigo común fascista para las elecciones (Izquierda Republicana, PSOE, PCE, POUM y Esquerra Republicana). La CNT, con muchos presos en la cárcel, no pidió la abstención y apoyó a la coalición de izquierdas. La CEDA y Renovación Española acudieron con un programa basado en el miedo a la revolución social. La Falange y el PNV se presentaron por su cuenta. La victoria fue para el Frente Popular con un 59% de los escaños, dando comienzo a los problemas. La CEDA y el ejército buscaron que todo derivara en un “estado de guerra” para anular los comicios. Aún así, Azaña fue encargado de formar un gobierno sin socialistas ni comunistas, que reanudó las reformas: amnistía para los implicados en la Revolución de 1934, restablecimiento del Estatuto catalán, alejamiento de los generales más sospechosos de golpismo (Franco, Mola y Goded fueron destinados a Canarias, Navarra y Baleares respectivamente), Reforma Agraria (expropiación de más de medio millón de hectáreas), tramitación del Estatuto de Autonomía gallego y la destitución de Niceto Alcalá Zamora convirtiendo a Azaña en Presidente de la República, quien situó en la jefatura del gobierno a Santiago Casares Quiroga. Tras conocerse el resultado electoral se produjo un primer intento de “golpe de fuerza”, cuando Gil Robles intentó sin éxito que el presidente del gobierno en funciones Portela Valladares declarase el «estado de guerra» y anulara los comicios. Se produjeron enfrentamientos callejeros entre falangistas y milicias de izquierdas, y en el campo ocupación de tierras. El triunfo de la izquierda aceleró los preparativos de una conspiración militar derechista, coordinada por el general Emilio Mola, gobernador militar de Navarra. En la conjura se implicaron los sectores más conservadores de la sociedad y del Ejército, con el fin de retomar el orden, frenar las reformas y restablecer un Estado centralista mediante el establecimiento de un directorio militar. El 12 de julio de 1936, el izquierdista teniente Castillo, de la Guardia de Asalto, fue asesinado en Madrid. Como represalia, algunos de sus compañeros secuestraron y asesinaron a José Calvo Sotelo, parlamentario de la derecha. Sus entierros pusieron de manifiesto la grave tensión existente en España.



Biografía de Niceto Alcalá Zamora



Biografía de Alfonso XIII