Estándar 94. Describe la evolución de la industria textil catalana, la siderurgia y la minería a lo largo del siglo XIX.
La industrialización española fue tardía y afectó sólo a unas pocas regiones. Los motivos son diversos: inexistencia de una verdadera reforma agraria, dificultad en las comunicaciones, mentalidad rural y ausencia de una burguesía emprendedora, escasez de fuentes de energía y de recursos tecnológicos y humanos, inestabilidad política, bajas rentas de la población que no permitían ni el consumo ni el ahorro, etc. En la primera mitad del siglo XIX, únicamente se construyeron los altos hornos en Marbella, Málaga, Barcelona y las fábricas textiles de Cataluña.
En la segunda mitad del siglo XIX la industrialización avanzó hasta alcanzar cotas de importancia (por el desarrollo del ferrocarril, de la banca y las políticas proteccionistas del estado), pero evidenció un notable retraso con relación a los países europeos y una gran dependencia tecnológica y financiera de los mismos.
Industria textil catalana
La industria textil catalana había iniciado su desarrollo en el siglo XVIII, gracias a las mejoras agrarias, al incremento de la demanda interior, a la mentalidad empresarial de la burguesía y a la expansion del comercio con la América Española. Sin embargo, carecía de las dos materias primas fundamentales: algodón y carbón y existía una enorme debilidad del mercado interior.
La evolución de esta industria es un reflejo de las circunstancias históricas. Durante el primer tercio del siglo XIX la Guerra de la Independencia y la emancipación de las colonias americanas detuvo su expansión. A partir de la década de los treinta se introdujo la máquina de vapor, y la mecanización supuso una notable disminución de los costes, lo que permitió unos precios de venta más bajos que estimularon la demanda y la sustitución de las prendas de lana por las de algodón.
Siderurgia
La siderurgia fue el sector que en la segunda mitad del siglo XIX acompañó al textil en el desarrollo de la industria moderna. Se desarrolló a partir de 1830, debido al desarrollo de la industria textil , a la construcción del ferrocarril, a las obras de ingeniería, etc. Estuvo muy supeditada a las materias primas necesitadas para su desarrollo: hierro y carbón y a las dificultades para la aplicación de las innovaciones tecnológicas procedentes del exterior.
Minería
En cuanto a la minería, España era rica en reservas de hierro, plomo, cobre, mercurio y cinc, y además gozaba de otra ventaja: la proximidad de los yacimientos (localizados principalmente en Andalucia, Murcia, Asturias, Cantabria, País Vasco, etc.) a zonas portuarias, lo que facilitaba el transporte y exportación de los minerales.
Restauración
La época de la Restauración supuso la consagración definitiva de Cataluña y el País Vasco como núcleos fundamentales de la industrialización española; mientras que las demás regiones, a excepción de Madrid, quedarían atrasadas hasta la segunda mital del siglo XX. La base económica del país seguia siendo una agricultura de bajos rendimientos que empleaba a la mayor parte de la población.