No es fácil establecer características comunes a la gran cantidad de narradores surgidos en estos últimos años, en los que la novela se ha convertido en el género estrella por número de lectores, calidad y negocio. A partir de los 60 se impone el regreso de la novela como género cuyo objetivo principal es una historia amena para el lector. Este regreso lo protagoniza ‘La verdad sobre el caso Savolta’ de Eduardo Mendoza. Esta novela tuvo un gran éxito debido a su argumento claro, personajes definidos y una narración que incluye muchos recursos técnicos como el desorden cronológico. Otros autores son Manuel Vázquez, José García, entre otros, que presentan características comunes y pertenecen a la generación del 68. Respecto a la trama argumental, vuelve a cobrar importancia lo realista y el desarrollo en ámbitos urbanos. Los temas se desvinculan del compromiso social, dependiendo de las modas. Algunas de las principales tendencias surgidas en esos años son: novela testimonial, novela de exploración, histórica, policiaca, erótica, metanovela y crítica. Los autores que más destacan son: Antonio Muñoz Molina ‘El jinete polaco’, Enrique Vila-Matas ‘Bartleby y compañía’, Arturo Pérez ‘La carta esférica’, Carlos Ruiz Zafón ‘La sombra del viento’, Almudena Grandes ‘Las edades de Lulú’ y Javier Marías ‘Los enamoramientos’. A día de hoy, la obsesión por las ventas, publicidad de obras y propaganda de premios, o sea, el lado mercantil de la literatura, condiciona muchas veces el modo de creación, lo de internet la gente triunfa. (Narrativa 70). (Poesía 60). Desde 1960 se experimentan grandes transformaciones. Estos cambios se deben a sucesos como la industrialización, la revolución informática o la globalización. La caída del comunismo y el triunfo del capitalismo derivan en una sociedad mercantilizada. Además, crece el poder de los medios de comunicación de masas y la búsqueda de la igualdad de la mujer. En esta época, España sufre una enorme transformación, con la apertura a Europa. Respecto a la literatura, durante los años 60 va desapareciendo la literatura social y surge el interés por la literatura universal y el experimentalismo, debido a la influencia de los novelistas hispanoamericanos.
Literatura de los sesenta
La literatura de los sesenta marca el paso desde una poesía social a una poesía más experimental. Durante esta época siguen presentes los autores del exilio (Alberti, Guillén, …) y los poetas del 36 (Blas de Otero), pero surge una nueva promoción: los poetas del medio siglo, que llevan a cabo una renovación de la poesía española. Estos autores reflejan en sus poemas experiencias propias, se centran en lo personal. Además, tratan temas como la infancia y la adolescencia, el amor, la amistad, la nostalgia por la brevedad de la vida o el paso del tiempo. Cada poeta busca un modo de expresión personal para manifestar sus emociones. Usan un lenguaje conversacional, pero estéticamente elaborado. En los primeros años de esta década, se publican dos antologías que dan paso a este nuevo tipo de poesía: ‘Veinte años de poesía española’ y ‘Poesía última’. Los principales autores de esta generación son, por ejemplo, Jaime Gil de Biedma con ‘Las personas del verbo’, donde utiliza el tú, el vosotros y el yo poético. Ángel González (‘Áspero mundo’) es, sin duda, el más social de su generación. José Ángel Valente (‘La memoria y los signos’) reflexiona sobre la naturaleza de la poesía y el proceso de su creación. Claudio Rodríguez (‘El don de la ebriedad’) trata temas como el alma, la amistad, el amor, la solidaridad y la poesía misma. José Hierro (‘Libro de las alucinaciones’) empieza con una poesía desarraigada y sigue con una poesía que trata narraciones y emociones. Todos estos autores son amigos y no están tan marcados por la Guerra Civil. Entienden la poesía principalmente como conocimiento y están influenciados por autores como Antonio Machado, o Neruda, Cernuda, de la generación del 27.
Poesía a partir de los 70
Desde 1960 se experimentan grandes transformaciones. Estos cambios se deben a sucesos como la industrialización, la revolución informática o la globalización. La caída del comunismo y el triunfo del capitalismo derivan en una sociedad mercantilizada. Además, crece el poder de los medios de comunicación de masas y la búsqueda de la igualdad de la mujer. Respecto a la literatura, desde la muerte de Franco empieza a decaer el formalismo experimental a favor de una literatura más realista y de contenidos. Se encuentran grandes obras ocultas y regresan muchos autores exiliados. En la poesía de los setenta nos encontramos con los novísimos o promoción del 68, un grupo de autores que van a renovar radicalmente la poesía española, con cierto abandono del experimentalismo. Numerosos poetas de aquellos años están en la famosa antología ‘Nueve novísimos poetas españoles’ de José María Castellet, título que da el nombre a esta generación: los novísimos. Entre los poetas de esta generación destacan Pere Gimferrer, Guillermo Carnero, Leopoldo María Panero, Antonio Colinas, Gil de Biedma, entre otros. Todos ellos rechazan la tradición española, viven la influencia de autores hispanoamericanos (Lima, Octavio Paz) y por poetas extranjeros del siglo XX. La actitud del yo lírico adopta seriedad y no trata de transmitir ideas ni sentimientos, sino de experimentar con el lenguaje. Los temas que tratan son la metapoesía, el cine y la cultura “pop”, la sociedad de consumo y la evocación de figuras y lugares históricos. Sus versos están rodeados de un ambiente refinado, exóticos, ciudades como Venecia, de allí el nombre de “los venecianos” que dan a veces a estos autores. El lenguaje que utilizan es experimental, introducen muchos recursos vanguardistas, acumulación de imágenes, el automatismo, el collage.
Poesía a partir de los 80
Dentro de la poesía a partir de los años ochenta encontramos una gran diversidad de tendencias: surrealismo (Blanca Andreu), neobarroquismo, clasicismo, culturalismo y venecianismo de rasgos modernistas (Antonio Colinas) y la poesía del silencio o minimalista. Surge una nueva promoción de poetas que vuelve a valorar por igual el contenido y la forma, y se centra en los sentimientos y las vivencias. Por eso, se evoluciona hacia la poesía de la experiencia. Sus autores más destacados son Luis García Montero, Felipe Benítez Reyes y Carlos Marzal. Estos poetas están influenciados por Manuel Machado y Gil de Biedma y tienen una visión desengañada de la vida. Muestran su vida afectiva y sus experiencias personales. Los temas que tratan son la ambientación urbana y los temas realistas, así como una visión desengañada de la vida. El lenguaje que usan es conversacional pero poéticamente elaborado. El poeta busca comunicación con el lector.