La Novela Española de 1939 a los Años 70
PAU
Muchos autores se exiliaron, aunque continúan teniendo una temática fundamentalmente española, entre ellos están Rosa Chacel, Ramón J. Sender (autor de Crónica del alba y de Réquiem por un campesino español), Max Aub, Francisco Ayala…
AÑOS 40
La novela acusa la situación de posguerra, la censura prohíbe parte de la narrativa española desde el Realismo y del extranjero sólo se traduce autores conservadores. Se distinguen una novela conformista y una existencial. Dentro de la novela conformista aparecen novelas “rosas”, de carácter evasivo, novelas de guerra, favorables al régimen, novela realista tradicional. En la novela existencial apreciamos una narración inconformista, alejada del triunfalismo y la evasión dominantes, con personajes desorientados y frustrados, que expresan el malestar del momento.
Dentro de esta última corriente Camilo José Cela inicia una corriente llamada “tremendista”, por la crudeza con la que se describen ambientes sórdidos y sucesos truculentos (La familia de Pascual Duarte 1942, obra que se presenta como una carta manuscrita en la que un condenado a muerte cuenta su vida a un hombre distinguido, al modo del Lazarillo).
AÑOS SESENTA
Se advierte un cansancio del realismo social y se inician nuevos caminos formales, tendencia denominada literatura experimental. Se toma como punto de partida para este cambio Tiempo de silencio(1962) de Luis Martín Santos (coincide con la publicación en Hispanoamérica de La ciudad y los perros de Mario Vargas LLosa, con la que se inicia el boom de la narrativa hispanoamericana). En la renovación formal de la novela española de esta década influyen la nueva novela hispanoamericana y autores como Marcel Proust, James Joyce, Franz Kafka, Willian Faulkner, el nouveau roman…
Características principales:
- El argumento pierde importancia, la acción es mínima, la anécdota pasa a un primer plano.
- Los personajes se reducen y el protagonista cobra un especial interés. Se emplea bastante el monólogo interior para reflejar el pensamiento del personaje.
- El espacio se vuelve impreciso. El tiempo se complica, no se narra de forma cronológica, sino desordenada. Esta alteración pretende imitar las técnicas cinematográficas o reproducir los mecanismos de la memoria (flash-back, anticipaciones…). Este tratamiento temporal requiere la atención del lector, que tiene que recomponer la historia.
- La estructura se hace compleja. Se sustituye el capítulo por la secuencia y se recurre con frecuencia a la técnica del contrapunto: varias historias narradas simultáneamente, que se van entremezclando. A menudo las novelas tienen finales abiertos, sin desenlace.
- El narrador oscila entre ser omnisciente o adoptar una técnica objetivista. Se utilizan las tres personas narrativas, incluso se alternan los puntos de vista (perspectivismo).
- Se complica el lenguaje, se altera la sintaxis, con frases largas o excesivamente breves. Se utiliza la ortografía como un recurso literario más. También se juega con la tipografía (tipos de letra, espacios en blanco…).
A estas tendencias se suman novelistas ya consagrados como Goytisolo con Señas de identidad, Delibes con Cinco horas con Mario , Cela con San Camilo o Torrente Ballester con La saga/fuga de J.B.
Luis Martín Santos:
Psiquiatra de profesión, publicó en 1962 Tiempo de silencio, novela que incorpora las nuevas técnicas narrativas. Tras su prematura muerte aparecieron otras dos obras: Apólogos y otras prosas inéditas y Tiempo de destrucción (inacabada). Tiempo de silencio cuenta la historia de Pedro, investigador que se ve envuelto involuntariamente en un caso de aborto que acaba con la muerte de la muchacha. El fondo es una sociedad llena de miseria y penurias. Lo más original es su técnica: narrador omnisciente que incluye opiniones personales, digresiones ajenas a la trama, monólogos interiores, saltos temporales…
Juan Marsé:
Publicó novelas sociales, pero a principios de los sesenta adopta nuevas técnicas formales en Últimas tardes con Teresa, crítica de la burguesía progresista. Otras obras suyas son: Si te dicen que caí, El amante bilingüe…
Juan Benet:
Inventó un espacio mítico, Región, en el que desarrolla algunas de sus novelas, Volverás a Región, Herrumbrosas lanzas. Utiliza un lenguaje y una estructura complejas que dan a sus novelas cierto hermetismo.
LOS AÑOS SETENTA
La novela de las últimas décadas se caracteriza por la diversidad de corrientes y tendencias, aunque se observan unos rasgos comunes:
- Cansancio de la experimentación y recuperación de la trama argumental y la intriga (retorno a la novela tradicional).
- Recuperación del realismo, no con afán de crítica social, sino como un marco para situar al personaje y sus preocupaciones. Pueden ser espacios cercanos o exóticos, época contemporánea o pasada.
- Tendencia al intimismo y al existencialismo, recuperación de temas y tópicos románticos: personajes solitarios, tema de la muerte, el amor, el misterio…
- Técnicas formales variadas: uso de las tres personas narrativas, monólogo interior, narración lineal o desorden cronológico…
Entre los autores nos encontramos con novelistas importantes de toda la posguerra: Delibes, Cela y Torrente Ballestersobre todo;algunos novelistas de la”Generación del 5″:Juan Goytisolo, Juan Marsé, Carmen Martín Gaite, y los novelistas de la generación del 75o tambiéngeneración de 1968(mayo del 68): EDUARDO MENDOZA, Félix de Azúa, Juan José Millás, Vicente. Molina Foix, Soledad Puértolas, entre otros
Eduardo Mendoza (Barcelona 1943)
Publicó en 1975 La verdad sobre el caso Savolta, título que, en buena medida, puede considerarse el punto de partida de la narrativa actual. Sin renunciar al empleo de técnicas experimentales, el autor ofrece en esta novela de corte policíaco un argumento que atrapa la atención del lector. En obras posteriores, Mendoza ha mostrado su excepcional capacidad paródica: Sin noticias de Gurb(1992),El laberinto de las aceitunas(1998) y El misterio de la cripta embrujada(1995).