Aristóteles: Biografía
Filósofo griego del siglo IV a.C., conocido como el estagirita por haber nacido en esta ciudad, Estagira. Gracias a su padre, médico, se interesó en la observación de la naturaleza. Fue durante 20 años alumno de Platón en la Academia, de ahí su interés por las cuestiones filosóficas, y maestro de Alejandro Magno. Padre de la lógica clásica, critica las ideas de Platón ya que defiende las ideas de un único mundo material. La física aristotélica se mantendrá hasta el siglo XV.
Filosofía de Aristóteles
La filosofía de Aristóteles gira en torno a los demás: la naturaleza tomada como un sistema de seres vivos e inertes, cuya característica es el cambio, y el ser humano como una parte más de la naturaleza. La felicidad, el último fin del ser humano, es una combinación equilibrada de bienes inmateriales y materiales. Aristóteles, junto a Platón, es uno de los grandes pensadores de la época antigua; ambos representan las dos corrientes filosóficas más importantes.
Crítica a la teoría de las Ideas
Siendo el mejor alumno de Platón, también es su mayor crítico. Le plantea a su maestro cuestiones que este no puede resolver:
- No puede explicar la relación que existe entre las esencias (MI) y las cosas sensibles (MS), es decir, cómo es posible que aquello que hace que una cosa sea lo que es, se encuentre más allá de este mundo. Por lo tanto, tampoco se puede demostrar la relación entre cuerpo y alma si se considera el alma del mundo inteligible.
- Platón desprecia los datos de los sentidos, olvidándose así de que son el origen del conocimiento humano.
La sustancia y los accidentes
Para Aristóteles existe un único mundo material que puede ser explicado racionalmente. Nos propone una definición de naturaleza que se mantuvo vigente hasta el siglo XV: es natural aquel ser que tiene en sí mismo el principio del cambio y de la permanencia. Los seres particulares son sustancias (sustancia es aquello que está debajo de los cambios, el sustrato del ser). Las sustancias tienen propiedades que sí cambian y que se denominan accidentes.
El movimiento y el cambio
El rasgo principal de la naturaleza es el cambio. La definición aristotélica de cambio se mantuvo vigente hasta el siglo XV. El movimiento consiste en el paso del ser en potencia al ser en acto, es decir, cambiar supone una actualización de las potencias del ser.
- Ser en potencia: aquello que el ser puede llegar a ser.
- Ser en acto: aquello que efectivamente es el ser.
Concepto aristotélico de felicidad
Además de la naturaleza, Aristóteles se ocupa del tema de la felicidad ya que constituye el objetivo de todo ser humano. Todo ser tiende a actualizar aquello que le es propio; en el caso del ser humano, este debe desarrollar la inteligencia y la voluntad por ser exclusivas de su naturaleza. La felicidad es la combinación de varios elementos:
- Orientar la inteligencia hacia el conocimiento, es decir, buscar la verdad.
- Orientar la voluntad hacia la virtud, entendido como el término medio entre el exceso y el defecto.
- Poseer los bienes necesarios para vivir cómodamente.
- Es preciso tener relaciones afectivas en las que nos acepten como somos y en las que se acepte nuestra dignidad.
- Cierto temperamento, carácter que nos permita deliberar adecuadamente y decidir lo más correcto.
Necesidad y contingencia
La filosofía griega no puede plantearse esta pregunta. La nada, el ser no existe porque siempre ha existido: la materia (arjé). Es la filosofía medieval la que introduce la idea de un dios omnipotente, omnisciente, eterno y perfecto que lo crea todo a partir de la nada. La filosofía medieval es teocéntrica: Dios es el tema central de la reflexión filosófica. Donde la perspectiva filosófica no se puede aceptar la existencia como un dogma: es necesario establecer pruebas racionales de su existencia. La filosofía, a partir del cristianismo, distingue dos tipos de seres:
- Ser necesario: aquel que existe y no puede no existir.
- Ser contingente: aquel que existe y puede no existir.
Demostración de la existencia de Dios. Prueba ontológica
En la Edad Media, San Anselmo propone la prueba ontológica que demuestra la existencia de Dios. Esta dice que todo ser humano tiene en su mente la idea de Dios como un ser perfecto. Un ser perfecto es aquel que tiene todas las cualidades en grado máximo. Como es más perfecto existir como realidad que existir como idea, Dios existe.
En el siglo XIX, Nietzsche criticó a una cultura y a una filosofía como la europea, marcada por el cristianismo. Nietzsche anuncia la muerte de Dios a manos del ser humano y esta muerte la considera el hecho histórico más importante de la humanidad, porque permite la liberación del género humano.
Dios es un concepto metafísico, creado por el ser humano, por aquellos que tienen un espíritu débil, los que desprecian la vida, los individuos cobardes que no aceptan el dolor, la falta de sentido del mundo. El ser humano mata a Dios cuando le da la espalda, cuando la ciencia y la tecnología responden a las preguntas esenciales de la humanidad.