Introducción
Platón, el autor de este texto, nació en Atenas en el año 427 a.C y murió en el año 347 a.C. De acuerdo con esta cronología, pudo vivir la decadencia de la supremacía política de su ciudad, acabada con la derrota militar de los atenienses frente a Esparta. Al principio, estaba decidido a participar en la vida política de Atenas. Sin embargo, después de la condena de su maestro (Sócrates), la cual consideraba injusta, desapareció su interés en participar en la política ateniense. Desde entonces intentó construir y fundamentar un modelo teórico de sociedad ideal. En el año 387 a.C, fundó una escuela (La Academia) dedicada a la enseñanza e investigación.
Platón desarrolla sus teorías filosóficas a través de diálogos, que son disputas verbales con personajes reales convertidos en ficticios. En estos diálogos con un lenguaje sencillo y didáctico, los personajes son convocados por Platón para discutir diferentes temas con el objetivo de llegar a una conclusión, lo cual no siempre se logra. Hay que destacar que Platón utiliza muchos mitos de invención propia en sus diálogos. De esta manera, los mitos son un recurso necesario para reflexionar y clarificar asuntos complicados.
Entre los diálogos más importantes de Platón destacan los siguientes: Apología, en el que retrata la figura y la muerte de Sócrates; Fedón, donde trata la inmortalidad del alma; Fedro, donde analiza el problema de la belleza; Banquete, el cual trata del amor y expone el camino hacia el mundo de las ideas; La República, donde describe la teoría de las ideas y el modelo ideal de ciudad; y finalmente, en Timeo formula el problema del origen del universo.
El alma y el cuerpo
El texto número 4 empieza relatando que el alma es inmortal, y que lo ha aprendido todo gracias a sus continuas reencarnaciones. Sin embargo, el problema es que en el momento en el que el alma se une al cuerpo, ésta sufre amnesia y ‘’olvida’’ todo lo que sabe. Pero el conocimiento no se olvida, sino que queda en una zona pasiva, al final de los recuerdos. Aprender entonces, sería simplemente recordar gracias a los sentidos lo que nuestra alma ya había aprendido previamente.
Para explicar este texto, antes tendremos que entender la doctrina central de toda la filosofía platónica: la teoría de las Ideas. Para definir la realidad, Platón defiende lo que se llama dualismo ontológico, idea que toma prestada de los pitagóricos. La reencarnación, la inmortalidad del alma, y la referencia al cuerpo como cárcel del alma, son ideas de los pitagóricos, pero Platón las inserta en su filosofía.
El dualismo antropológico establece que existen dos realidades distintas y separadas, pero a la vez vinculadas. Por un lado, existe el mundo físico (lo material, sometido al cambio y al movimiento, capaz de ser captado por los sentidos), y por otro lado existe el mundo de las Ideas (inmateriales, inteligibles, universales, inalterables, y eternas). De este modo, el mundo inteligible (mundo de las Ideas) está formado por propias ideas con características como:
- las ideas no son conceptos o representaciones, sino realidades objetivas que existen independientemente, son la propia realidad;
- las ideas son el origen de las cosas materiales y existen antes que las cosas;
- la única forma de conocer las ideas es a través de la razón. Las ideas no dependen de las cosas materiales, sino al revés, las cosas materiales dependen de las ideas.
Para entender el texto, es necesario pensar en cuál es la idea de Platón respecto al alma y al cuerpo. Por un lado, para Platón el cuerpo es la parte material y mortal del ser humano, así como la cárcel del alma. El cuerpo sería un aspecto negativo por las necesidades que crea el alma, como las pasiones, temores o deseos, lo que impide encontrar la verdad. El cuerpo tendría que pasar por una especie de ‘’purificación’’ para poder acceder a la reflexión de las ideas. Por todas estas particularidades, podemos decir que el cuerpo se encuentra en el mundo físico.
Por otro lado, considera el alma como un elemento espiritual (inmaterial e inmortal), y sería lo que realmente constituye nuestro verdadero ser (esencia). El alma es creada directamente por el demiurgo, por lo que tiene carácter divino. Además, defiende que el alma posee conocimiento gracias a su preexistencia anterior a la reencarnación accidental con el cuerpo y su subsistencia tras la muerte del cuerpo. El Demiurgo produce las cosas naturales: contempla las Ideas y las utiliza como modelos. Intenta plasmarlas en la materia, del mismo modo que un artesano intenta fabricar una mesa viendo el dibujo de una mesa.
La teoría de la reminiscencia
Pero, ¿por qué habrá pensado Platón que el alma es anterior al cuerpo? Platón desarrolla esta concepción del conocimiento en la teoría de la reminiscencia o anamnesis. Para explicar esta teoría, nos basamos en el diálogo del Menón (el fragmento comentado pertenece a este diálogo). Para explicar la estructura de la realidad, vinculaba las ideas y los seres sensibles con las nociones de participación e imitación. Los seres sensibles imitan a las ideas, intentan aproximarse a ellas, aunque solo lo consiguen parcialmente. Los seres sensibles son imágenes imperfectas de las ideas.
Reflexiona en sus diálogos de que aprender no es más que recordar, esto implica que el alma ya tiene conocimiento en sí misma, o sea que el conocimiento es innato (teoría innatista) y que sufre amnesia (contrario a anamnesis) en el proceso accidental de incorporarse al cuerpo. El alma ya conoce las Ideas antes de unirse al cuerpo, pues ya ha estado en el mundo inteligible (mundo de las Ideas).
El mito del carro alado
Para explicar como es el alma a la que se refiere, Platón usa el mito del carro alado, donde compara el alma con un carro tirado por dos caballos alados y conducido por un auriga. La estructura del alma tendría 3 partes: por un lado, el conductor (representa a la razón, parte que debería conducir a la verdad), y por otro lado los 2 caballos. Uno de los caballos es noble, fiel y obediente a las órdenes del auriga, pero necesita del conductor, pues sin él no sabría donde ir. Este caballo simboliza la parte irascible del alma, la fuente de las pasiones positivas, la cual se sitúa en el pecho y muere con el cuerpo; su virtud es la fortaleza. El otro caballo es desobediente a las órdenes del auriga, y simboliza el alma concupiscible, fuente de las pasiones negativas como el apetito. Está situada en el abdomen y muere con el cuerpo; su virtud es la moderación.
Debido a la actitud del segundo caballo, el auriga no puede dominar el carro, por lo que este pierde sus alas y cae al mundo material, encarnandose en el cuerpo. Al entrar el alma en el cuerpo, olvida las Ideas. No obstante, al interactuar con las cosas sensibles, se puede producir la reminiscencia de las Ideas contempladas previamente a la reencarnación. Así, el conocimiento de las Ideas sería el recuerdo de las Ideas escondidas en el alma. Pese a que el conocimiento sensible es de alguna forma infravalorado por Platón (en su teoría vemos que repetidamente enaltece al mundo de las Ideas más que al físico), el mundo físico es necesario para poder alcanzar la reminiscencia.
El símil de la línea
Para ilustrar el dualismo de la filosofía de Platón en lo que se corresponde a la concepción de la realidad y el conocimiento, usamos el símil de la línea. Ilustra esta relación con una línea dividida primero en dos partes: la primera del mundo sensible a la que le corresponde la opinión (doxa), y la segunda del mundo inteligible a la cual le corresponde la ciencia (episteme). Después, se vuelven a dividir estas dos partes en otras dos, con lo que la línea queda dividida en cuatro partes. Entonces, Platón fija a cada parte un tipo de ser, de las cuales dos pertenecen al mundo sensible (imágenes y cosas físicas), y las otras dos pertenecen al mundo inteligible (las entidades matemáticas y las Ideas).
A continuación, a cada uno de los cuatro tipos de ser les otorga una de parte de conocimiento: en la parte del conocimiento sensible, ilusión (eikasía) y creencia (pistis), y en la parte del conocimiento intelectual otorga el pensamiento discursivo (dianoia) e intuición intelectual (noesis). El conjunto de conocimientos sobre las entidades del mundo sensible resulta en la física (la cual Platón no considera ciencia, pues sus conocimientos no son universales ni necesarios, sino son sólo una opinión). El conjunto de conocimientos sobre las entidades matemáticas serían las matemáticas (considerada ciencia por sus conocimientos universales), y el conjunto de conocimientos sobre las Ideas constituye la dialéctica (para Platón, equivaldría a alcanzar la cima del conocimiento intelectual partiendo desde el conocimiento sensible)
Conclusión
Para concluir, la teoría platónica de la realidad y el conocimiento está muy influenciada por filósofos anteriores a su época, como Heráclito y su teoría del monismo dinámico, que establece que la realidad está en permanente situación de cambio, por lo que todo se transforma y no hay nada que permanezca (Platón se inspira con esta teoría para aplicarla a las realidades físicas e inteligibles). De igual manera, fue influenciado por los pitagóricos y su concepción del alma y el cuerpo. Gracias a los filósofos anteriores a su época y a su maestro Sócrates, Platón pudo moldear estas teorías que en la actualidad son un elemento reflexivo universal.