La filosofía antigua
Surgió en Grecia en el VI a.C. La filosofía es el paso de una explicación mítico-religiosa de la realidad a una explicación racional. El primer objeto de reflexión de la filosofía es la naturaleza. Con la filosofía, el mundo natural deja de estar regido por la arbitrariedad propia de la voluntad de los dioses que narran los mitos.
La preocupación por la naturaleza
Los primeros filósofos presocráticos, la escuela de Mileto, se preguntaron por el arjé, el principio de todo que tiene un doble sentido, aquello de donde todo surge (origen) y aquello de lo que todo está hecho (esencia). En el siglo V a.C. Heraclito destacó como rasgo definitorio de la naturaleza el constante cambio o devenir. Parménides separó lo que vemos por los sentidos de lo que capta la razón. La experiencia sensible son apariencias, la verdadera realidad está en los principios de la razón. Los presocráticos posteriores a Parménides afirmaron la existencia de múltiples elementos originales.
El giro antropológico
Los sofistas se ocuparon de las instituciones y normas morales y políticas que son el resultado de una convención. Al ser convencionales están sujetas a cambios. Esto llevó a los sofistas a mantener una posición relativista: no hay una verdad absoluta, la verdad es relativa al que conoce. Frente al relativismo sofista, Sócrates enseñaba que existen verdades universales. La razón puede conducirnos a la verdad si seguimos el método adecuado, basado en el diálogo. El objetivo de la filosofía es la definición de conceptos como virtud, bien o justicia. La finalidad de este conocimiento es ético-práctica ya que quien conoce el bien será bueno, porque nadie hace el mal sabiendo que actúa mal sino que está equivocado y cree erróneamente. Solo la virtud y el bien proporcionan la auténtica felicidad. Sócrates defendió el intelectualismo moral, teoría según la cual el bien se identifica con el saber y el mal con la ignorancia. Así pues, la felicidad depende de la virtud y la virtud del conocimiento.
Platón y Aristóteles
Platón trata de resolver tanto los principales problemas cosmológicos como los antropológicos, éticos y políticos. La teoría de las ideas articula el sistema filosófico de Platón, que según esta teoría existen dos niveles diferentes: el mundo sensible que lo captamos por los sentidos y el mundo inteligible que captamos a través de la razón. Las ideas están ordenadas jerárquicamente y en la cúspide se halla la idea de bien, principio supremo. El proyecto platónico tiene una finalidad política. La injusticia de la muerte de su maestro Sócrates lo llevó a plantearse la necesidad de crear un Estado perfecto en el que los sabios gobiernen. Aristóteles criticó la teoría de las ideas de Platón, porque para él las esencias de las cosas no pueden existir separadas de las cosas mismas. La sustancia es un compuesto inseparable de materia y forma. La forma es la esencia, aquello por lo que un ser es lo que es y no otra cosa. La teoría ética y política de Aristóteles es que el hombre es un ser social por naturaleza, solo en comunidad puede alcanzar su fin: la felicidad. El camino hacia la felicidad es la virtud, Aristóteles se aleja del intelectualismo moral, aunque subraya la importancia de la razón y de la sabiduría para culminar la vida moral.
La filosofía medieval
La época medieval se caracterizó por el predominio cultural en Occidente de la religión cristiana. Los primeros teólogos y filósofos cristianos se enfrentaron a la filosofía griega, rechazando los aspectos que chocaban con su fe y adaptando aquellas teorías que resultaban más afines. La filosofía se puso al servicio de las creencias religiosas. La distancia entre la creencia y la filosofía hizo que la mayoría de los pensadores cristianos tuvieran que abordar el problema de las relaciones entre la fe y la razón, entre la religión y la filosofía.
El predominio de la fe sobre la razón
Agustín de Hipona representa la culminación de la patrística y el primer intento de síntesis entre el cristianismo y la filosofía platónica. No hay distinción clara entre razón y fe en San Agustín. El predominio de la fe es evidente, ya que sin la creencia en los dogmas el ser humano no puede llegar a la verdad. Pero la fe se debe apoyar en la razón para aclarar, hasta donde sea posible, sus contenidos. Esta profunda vinculación entre fe y razón fue característica de la filosofía cristiana hasta que se difundió el pensamiento de Tomás de Aquino y supuso la subordinación de la filosofía con respecto a la teología.
El surgimiento de la escolástica
En el siglo IX, con el llamado renacimiento carolingio, se fundaron las escuelas monacales, vinculadas casi siempre a monasterios de las distintas órdenes religiosas, y las escuelas catedralicias. Estas escuelas fueron los principales centros de enseñanza e investigación de la época. En ellas y en las universidades, fundadas a partir del siglo XI, se desarrolló la escolástica, en esta se engloba varios enfoques, la existencia y naturaleza de Dios, las relaciones entre filosofía y la teología y entre la razón y la fe. La lectura y el comentario de los textos fue el elemento fundamental del método escolástico. Método que se basaba en aceptar la autoridad indiscutible de los padres de la iglesia, Platón y Aristóteles.
La teoría de la doble verdad
Mientras que en la Edad Media Platón fue el más aceptado por los teólogos, después las traducciones de Aristóteles, en especial la de Averroes, la influencia de la filosofía aristotélica fue crucial en Occidente. A principios del S.XIII se extendió en la Universidad de París el averroísmo latino. El rasgo más característico de este es su apoyo a la teoría de la doble verdad, según la cual la razón establece autónomamente verdades que incluso pueden ser contrarias a las de la fe.
La autonomía limitada de la razón
Tomás de Aquino replanteó el tema de la relación entre la fe y la razón y dotó a esta última de mayor autonomía que la que le había concedido Agustín de Hipona. Santo Tomás continuó la línea agustiniana, rechazó las tesis del averroísmo latino y afirmó la existencia de una única verdad. Cada una de estas facultades tiene su propio objeto de conocimiento y su método particular de investigación: 1. la filosofía ocupa verdades que pueden ser alcanzadas por la luz natural de la razón. 2. la teología trata verdades que solo pueden conocerse por revelación divina. 3. Hay también un espacio común entre ambas; los preámbulos de la fe.
La independencia de la razón y de la fe
Según Ockham la razón y la fe son radicalmente distintas e independientes. Ni la razón está al servicio de la fe ni la fe necesita de la razón: 1. La fe depende de la revelación. 2. La razón es otorgada por Dios al ser humano, no tiene que tomar nada de la fe.