El Adverbio
El adverbio es una clase de palabra que podemos definir desde diversas perspectivas:
- Morfológicamente es una palabra invariable.
- Sintácticamente, es un modificador de verbos, adjetivos, otro adverbio o toda una oración.
- Semánticamente indica tiempo, lugar, modo, cantidad, afirmación…
Forma del adverbio
Son palabras invariables, ya que en principio no pueden sufrir una modificación salvo en algunas formas derivativas. Existe una clase especial de adverbios constituida por aquellos que acaban en -mente, que proceden de adjetivos y en la mayoría de estos casos la derivación se hace sobre el adjetivo en su forma femenina. Las locuciones adverbiales son secuencias formadas por preposiciones unidas a adjetivos, adverbios… y funcionan como un adverbio.
Significación del adverbio
Los adverbios suelen clasificarse atendiendo a sus valores léxicos y, por tanto, a las referencias que hacen a la realidad. Algunos son referenciales, es decir, pueden ampliar sus significados según la situación comunicativa.
Los Elementos de Relación
Se trata de palabras cuya función es la de unir elementos oracionales de distinto tipo. Nos referimos a las preposiciones y a las conjunciones:
Las Preposiciones
Forman una clase cerrada de palabras. Son fundamentalmente palabras átonas que se caracterizan por ser invariables. Estas funcionan sintácticamente como elementos de enlace entre palabras que poseen autonomía sintáctica. Las preposiciones están, pues, subordinadas a otros elementos de mayor entidad. Sirven para expresar una relación con otro elemento.
Presentan tres significados:
- Propio
- Adoptan significados distintos dependiendo del contexto
- A veces son simples enlaces carentes de significación léxica
Las Conjunciones
Son palabras invariables carentes de significado léxico que sirven, al igual que las preposiciones, para unir elementos entre sí. Hay dos tipos:
- Coordinantes que unen dos elementos equivalentes entre sí.
- Copulativas (y, e, ni)
- Explicativas (es decir, esto es, o sea, a saber)
- Disyuntivas (o, u)
- Distributivas (ya..ya, bien..bien, sea…sea)
- Adversativas (mas, pero, sino, sin embargo)
- Subordinantes que introducen una preposición subordinada dentro de una oración. La más común es que y puede aparecer sola o junto a preposiciones u otras palabras para formas las llamadas locuciones conjuntivas.
- Temporales (antes que, luego que, después que)
- Modales (igual que, tal como)
- Causales (que, pues, porque)
- Consecutivas (pues, luego, entonces)
- Condicionales (si, con tal que)
- Finales (para que, con el fin de que)
- Concesivas (aunque, si bien)
La Interjección
Son palabras que constituyen enunciados por sí mismas. En ocasiones son varias palabras las que encontramos y hablamos entonces de locuciones interjectivas. No suelen desempeñar ninguna función sintáctica dentro de la oración y siempre aparecen con entonación exclamativa. Podemos distinguir:
- Imitativas: reproducen sonidos de la realidad mediante onomatopeyas.
- Expresivas que son empleadas para manifestar un sentimiento de dolor, alegría…
- Apelativas que se usan para llamar la atención del receptor o para animarlo
- Formularias que tienen habitualmente valor fático y se emplean como fórmulas de saludo, cortesía.
Oraciones Unimembres
Las oraciones que siguen, todas unimembres, carecen de uno de los dos elementos básicos, si bien el sujeto, bien el predicado:
Oraciones Nominales
Son aquellas que carecen de verbo, de ahí su denominación. Pese a no ser muy habituales, las encontramos en algunos titulares de prensa, en títulos de obras literarias o películas.
Oraciones Impersonales
Son aquellas que no tienen sujeto ni se les puede poner. No se trata, por lo tanto, de oraciones de sujeto omitido aunque no aparezca explícito en la frase. Las estructuras impersonales más frecuentes son:
- Referidas a fenómenos meteorológicos.
- Oraciones con los verbos haber y en ocasiones hacer
- Oraciones con se.
En todos estos casos el verbo debe ir en tercera persona del singular. De no ser así la oración no sería impersonal.
Oraciones Bimembres
Están formadas por un sujeto y un predicado. El sujeto puede ser léxico o gramatical. El predicado siempre aparece y no puede omitirse. Las oraciones bimembres pueden ser de distintos tipos:
- Pasivas, con sujeto paciente y verbo pasivo.
- Pasivas reflejas, con sujeto paciente, la marca se y verbo activo. Es habitual que en estas oraciones el sujeto vaya al final.
- Activas, con sujeto agente y verbo activo. Dentro de estas oraciones, podemos diferenciar nuevos tipos:
- Copulativas con los verbos ser, estar, parecer, haber o existir y un atributo.
- Predicativas con cualquier otro verbo o con los anteriores sin atributos. A su vez las oraciones predicativas se clasifican en:
- Transitivas con verbo predicativo y complemento directo.
- Intransitivas con verbo predicativo y sin complemento directo.
- Reflexivas, en ellas el sujeto realiza la acción y al mismo tiempo la recibe. Estas oraciones deben llevar siempre un pronombre personal átono que coincida en número y persona con el sujeto. Estas pueden ser directas si el pronombre átono cumple la función de complemento directo o indirectas si la función del pronombre átono es la de complemento indirecto.
- Recíprocas: muy parecidas a las anteriores en cuanto a su forma, la acción se realiza entre los componentes del sujeto.
- Pronominales, en ellas el verbo lleva siempre un pronombre que debe coincidir con el sujeto.